Por Damián Ibarra.
Joseph Goebbels ¿Quién fue?
Fue un político alemán que ocupó el cargo de ministro para la Ilustración Pública y Propaganda del Tercer Reich y uno de los colaboradores más cercanos de Adolf Hitler.
Considerado un maestro de la manipulación y la persuasión, este personaje tuvo una rica formación cultural durante su juventud, dotado de una oratoria convincente logró instigar con discursos sumamente racistas y virulentos a la población alemana.
Una discursiva llena de populismo estimulaba los miedos de la sociedad alemana, expandiendo odio hacia lo extranjero y promoviendo a la única persona que podía salvar a Alemania del desastre y la humillación que había significado la firma del Tratado de Versalles, que marcó el fin de la Primera Guerra Mundial. Ese salvador no era otro que Adolf Hitler.
A lo largo de la Segunda Guerra Mundial, el papel que tuvo el ministerio de Goebbels fue centralizar el control de la vida cultural e intelectual de Alemania, haciendo hincapié en la radio, que era un medio de comunicación de masas bastante efectivo para cualquiera que quisiera influir en la opinión pública de aquella época.
Todo esto se logró a través de 11 principios formulados por Goebbels, cuya aplicación en nuestros días sigue teniendo un resultado eficaz en una parte de la sociedad debido a distintas artimañas y dificultades que el sistema capitalista ha propiciado, y por las que no se ha logrado un nivel de conciencia que permita discernir e identificar este tipo de propaganda cuyo pasado es abominable. (Gavaldà)
¿Qué es la propaganda?
Es el conjunto de estrategias, tácticas y procedimientos llevados a cabo para divulgar un mensaje, difundir ideas orientadas a una ideología o forma de pensamiento, con el objetivo de atraer adeptos a la causa o influir en el comportamiento y la vida de las personas. La propaganda se utiliza especialmente con fines políticos.
Como pequeño prefacio, es necesario mencionar quién fue Joseph Goebbels para el régimen nazi y su papel imprescindible para llevar a Adolf Hitler al poder, aplicando una serie de principios que, sorprendentemente al día de hoy, siguen teniendo vigencia en campañas electorales y dentro de las estrategias gubernamentales aplicadas por una larga lista de políticos, como, por supuesto, nuestro autoritario presidente, quien no se queda atrás.
Muchos vieron con asombro aquella campaña de 2018 y no por las propuestas que llevaban los candidatos de mayor peso, sino por aquel movimiento que subía como la espuma y el efecto de aquellos discursos, slogans y consignas que llegaron al electorado de forma enardecedora. La clase trabajadora y juventud, decepcionados por las políticas reformistas del FMLN, veían en el movimiento una posible salida al sistema neoliberal, que tanto daño ha hecho a nuestras más vulnerables capas de la sociedad.
¿Cuáles son esos principios de propaganda y de qué manera fueron implementados en nuestro país por el régimen?
Principio de la simplificación y del enemigo único.
La esencia de este principio es simple, adoptar la idea de un enemigo único e individualizar al adversario como tal.
¿Cuántas veces hemos escuchado desde el 2018 aquella popular frase de “los mismos de siempre”, entre otras? Para aquel entonces, cuando Nayib veía casi imposible la presidencia, sabía que no podía competir con un contra partido por cada lado, por eso creó la idea de “un solo enemigo” bajo consignas y mensajes repetitivos, que fueron calando en parte de la consciencia colectiva salvadoreña, lo que facilitó dirigir cada uno de sus ataques. Cabe mencionar que, en la actualidad, dichas consignas comienzan a tener un creciente nivel de rechazo entre la clase trabajadora y la juventud que antes lo apoyó. Debido a que, a pesar de la fuerte campaña con discursos grandilocuentes, es el pueblo el que vive en carne propia la voracidad del capitalismo, y ante tales azotes, el ejecutivo no es capaz de dar soluciones sustanciales, sino más bien surreales y demagogas que profundizan dichas dificultades con políticas incapaces de solventar las necesidades básicas de la clase trabajadora.
Es necesario mencionar que estamos tomando factores meramente estratégicos de su propaganda, sin mencionar que los otros partidos eran una propuesta en la que la clase trabajadora y explotada había depositado sus esperanzas en tiempos pasados, pero que no fueron capaces de solucionar la problemática, cada vez más aguda que vive el país. Sin un solo partido que propusiera luchar por la abolición del capitalismo y la construcción de un sistema socialista que vele por los intereses populares, a este pueblo le esperaba el mismo camino: seguir bajo el sangriento sistema capitalista.
Principio del método de contagio.
Reunir adversarios en una sola categoría o individuo. Íntimamente relacionado al principio anterior, este principio propone reunir a todos los adversarios en un solo individuo: “ARENAFRENTE”, “ARENA 2.0”, etc. Hasta el día de ahora, seguimos viendo hasta el hastío distintas maneras en que Nayib Bukele intenta individualizar a todo aquel que critica sus desatinos y sus políticas autoritarias, calificándolos como parte de “los malos”, “los que no quieren ver a un El Salvador próspero”, etc.
La clase trabajadora, los estudiantes y los movimientos sociales son ahora los que abanderan la lucha contra las atrocidades e injusticias que el sistema capitalista ha propiciado en manos del actual gobierno, y no todos están alineados a “X” o “Y” partido político. De momento, las capas más conscientes de la sociedad, saben que la ruta es el socialismo, pero para poder llegar a esos que aún buscan la ruta, más allá de sacar al autoritario presidente, es necesario un largo recorrido de propaganda, conciencia y agitación. Ya que una clase trabajadora consciente y formada será la que tomará las riendas del sistema en la búsqueda de su emancipación hacia una sociedad más justa donde las desigualdades y las clases sociales sean erradicadas, y sea el pueblo en favor del pueblo.
Principio de la transposición.
Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”. En relación a este principio, en redes sociales como Twitter se ha popularizado dicha estrategia que cada vez que se expone la corrupción de Nayib Bukele o alguien de su círculo cercano, ya sea por información filtrada en Redes Sociales o periodismo independiente, se debe esperar una “cortina de humo” de algún caso en el cual algún personaje de la oposición esté envuelto. Un ingrediente indispensable para estos casos es el morbo, y es que para desviar la atención de un sonado caso de corrupción el régimen debe atacar con otro que sea de igual o mayor revuelo. De esa manera, no niega de lo que se le acusa, pero si desvía el qué pensar de la opinión pública.
Principio de la exageración y desfiguración.
Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en grave amenaza. Páginas de desinformación que nos ahorraremos la molestia de mencionarlas, se unen al unísono para divulgar anécdotas o noticias que jamás sucedieron, y si se dieron dichos sucesos, sufren una pronunciada desfiguración en la que el problema o la solución se sobredimensionan con el objetivo de que “el elegido” sea siempre el protagonista y héroe de la historia. (Uribe)
Principio de la vulgarización.
“Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”. A los gobiernos no les favorece tener una clase trabajadora y juventud organizada y consciente del poder que tenemos como tal, es por eso que en el sistema capitalista jamás habrá apuestas por una educación de calidad y, sobre todo, inclusiva. Los niveles de deserción escolar cada año son alarmantes y la pandemia lo único que han hecho fue profundizar esos padecimientos en nuestra sociedad, ante la imposibilidad del capitalismo para sobrellevar la economía cada vez más precaria. Está demás nombrar los medios de desinformación pro gobierno, pero los titulares en cada una de sus notas son insultos a la inteligencia de nuestra clase trabajadora y juventud, que está cada vez más agobiada luchando por superarse y llevar el pan a los hogares, a pesar de las dificultades que este sistema explotador propicia.
Principio de orquestación.
“La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”. (Uribe)
Principio de renovación.
Según este postulado hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones, acusaciones que no siempre son verdaderas y que carecen de pruebas veraces. (Uribe)
Principio de la verosimilitud.
Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.
Principio de la silenciación.
Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contra programando con la ayuda de medios de comunicación afines. Ahora el régimen tiene el poder de callar voces disidentes a través de diferentes mecanismos e instituciones, y difundir miedo a los ciudadanos críticos que cuestionan las “verdades” difundidas por el gobierno.
Sin embargo, estas medidas represivas lo único que hacen es fortalecer la decisión de luchar por la reivindicación de los derechos en la clase trabajadora, y esto se ha visto reflejado en la reciente coyuntura en la que cada vez son más personas las que se suman a la expresión popular en cada marcha y en las que van perdiendo el miedo de salir a las calles a expresar su descontento y exigir que se cumplan los compromisos pactados y no pactados con la clase trabajadora.
Principio de la transfusión.
Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas. (Uribe)
Principio de la unanimidad.
Convencer a la ciudadanía que se piensa “como todo el mundo”, causando la impresión de unanimidad. Claro, es necesario dispersar cualquier duda sobre esto, y acá según voces del régimen, ese «todo el mundo» es el “97%”. Por supuesto, dicho porcentaje está solamente en el imaginario de los más acérrimos adeptos. Y mientras el pueblo siga sufriendo los atropellos del sistema liberal, seguirá creciendo el descontento popular y será cuestión de tiempo para que en las calles no sean miles sino cientos de miles exigiendo un sistema más justo, igualitario e inclusivo.
En conclusión, la propaganda del capitalismo llama a las naciones del tercer mundo a rechazar políticas socialistas de beneficio popular. La dictadura que Estados Unidos ejerce hoy sobre el mundo, con apoyo de las clases opulentas de los demás países del planeta, pasa ahora por momentos que denotan precariedad en los que al no poder más con el control social, recurren a la violencia para tratar de detener a un pueblo que cada día grita por una democracia justa, equitativa e incluyente, en la cual sea el ser humano el centro del universo, no el gran capital.