Hasta hace unos años hablar de suicidio causaba un gran impacto en las conciencias de las personas, sin embargo, con el paso del tiempo, el tema ha sido más aceptado por la opinión publica, no porque estemos más educados y concientizados sobre el tema, sino por una causa aun más cruda, somos mas consientes que el mundo bajo el capitalismo es una porquería. Con la realidad que vivimos el suicidio no parece una idea tan descartable después de todo. ¿Cómo llegamos a este punto o mejor dicho cuáles son las causas de está alarmante situación?
El suicidio en El Salvador
Septiembre es el Mes Internacional de la Concientización sobre la Prevención del Suicidio, algo que debería ser considerado seriamente, un tema realmente relevante y preocupante para un país que estadísticamente tiene la tasa de suicidios más alta de toda Centroamérica. Según datos de la Organización Mundial de la Salud la tasa de suicidios de El Salvador es de 6.7 por cada 100 mil habitantes, la más alta de la región centroamericana. Según la organización Sobreviviente en El Salvador al menos 600 o 700 personas cometen suicidios en el país al año, una cifra alarmante que no concuerda con la realidad pues El Salvador cuanta con un subregistro según publicaciones de La Prensa Grafica:
«…el psiquiatra Carlos Héctor Acevedo, representante para Centroamérica de la Red Mundial de Suicidología, manifestó que es preocupante el alza y consideró que es necesario que toda la sociedad salvadoreña se involucre en el tema. También detalló que hay un subregistro de muertes por suicidio y que los pocos datos que se publican por parte de las autoridades no son los reales».
¿Cuál es la raíz del suicidio?
El sistema capitalista es el culpable de la crisis de salud mental. Si nos ponemos a pensar, qué persona joven desea vivir en un mundo cada vez más opresivo, con nulas o pocas oportunidades de tener un empleo donde pueda sentirse realizado/a, donde el trabajo no sea una pesada carga sino la puesta en práctica de nuestras mayores habilidades. Por otro lado, las posibilidades de tener tiempo de calidad para disfrutar de la vida se reducen al mínimo, puede que una pequeña capa entre la juventud tenga la posibilidad de tener un buen empleo donde los ingresos les permitan ciertas comodidades, pero eso siempre será a costa de jornadas laborales extenuantes que exprimen todas las energías de sus cuerpos y anulan su espíritu.
En el capitalismo es normal que luego de una semana laboral agotadora se cuente con al menos un día para ‘disfrutar’, pero resulta que no se cuenta con ánimos para nada. Y esto se repite semana tras semana. Toda esta situación es amargamente frustrante y deprimente para cualquier ser humano.
Si a los jóvenes se les niega un derecho básico como el trabajo digno, no hay mucho que hablar de la posibilidad de desarrollarse en el arte o los deportes. A menudo los artistas o deportistas en la sociedad capitalista deben hacer grandes sacrificios para poder alcanzar años de satisfacción y realización de su arte o deporte, viviendo a veces en la miseria para poder alcanzar la cima.
En este mundo donde la realización personal y el disfrute de la vida es un sueño imposible, no sorprende que cada día más jóvenes tengan pensamientos suicidas o lleguen a la conclusión de este. Visto desde una perspectiva integral, el suicidio no es un problema individual, es un problema social, generado por la sociedad opresiva a la que nos somete el capitalismo.
Es esta absurda y miserable sociedad en la que vivimos la que nos somete a tan lamentable situación de sufrimiento. Es tan irracional que en un mundo de superproducción, donde somos nosotros los trabajadores los que producimos todo, se nos niegue todo.
Es absurdo que los que generamos la riqueza que podría servir para la satisfacción de nuestras necesidades tengamos que estar privados de todas las maravillas que producimos. El capitalismo nos excluye de todo lo que creamos, del mejor arte, de los mejores escenarios deportivos, de la mejor comida, del tiempo de descanso, etc.
Es esta vida de explotación y opresión la que nos arrincona a un mundo gris sin esperanzas y optimismo por el futuro. El suicidio como tal es una consecuencia del sistema absurdo en el que nos somete el sistema de los ricos. La eliminación por completo de este problema reside en la eliminación de su caldo de cultivo: la sociedad basada en la explotación del humano por el humano.
La salud pública integral como una conquista de la lucha revolucionaria
Este es un problema que poco o nada le interesa al gobierno de los ricos, el Estado cuya finalidad es organizar y legislar la explotación, no tiene ningún interés en brindar las herramientas necesarias para paliar este síntoma de su sistema. En los países donde mínimamente se ha conseguido un avance en la atención pública de la salud mental, no ha sido a partir de la benevolencia de los gobiernos, sino por el contrario, ha sido a partir de la lucha histórica de los obreros en las calles y centros de trabajo por sistemas de salud públicos e integrales para los explotados. Y sin embargo, a medida que la crisis del sistema putrefacto se profundiza, estas conquistas están siendo arrancadas de las manos de aquellos que incluso ofrendaron sus energías para que las futuras generaciones tuvieran estos derechos.
Una vez más nuestra generación debe continuar la lucha por los derechos que se nos arrebatan y defender los pocos que nos quedan, pero debemos tener claro que tal y como una generación luchó por estos derechos que hoy nos arrebatan, nuestro futuro no será diferente a menos que sacudamos la sociedad de arriba a abajo cambiando el sistema opresivo que nos amenaza con quitarnos nuestra salud y todos nuestros derechos.
La ausencia de salud mental como hemos dicho no es un problema individual y por consecuencia la solución tampoco es individual como muchos, algunos por ignorancia y otros por pura conveniencia, intentan hacernos creer. Nuestra lucha por la salud mental será una lucha colectiva por la conquista de mejores condiciones de vida. La lucha por los derechos a educación, vivienda, alimentación, recreación y salud en general es parte de la lucha por una sociedad distinta a la actual, una sociedad socialista sin ricos opresores y explotadores.
Si eres consciente de que vivimos en una sociedad podrida en la que nos dirigimos a un callejón sin salida y quieres hacer algo al respecto, organízate con los comunistas. Aquí llegaremos hasta la raíz del problema para luchar contra este, construyendo así las bases de una sociedad diferente, donde vivir sea el más inefable sueño que hayamos vivido antes. No todo esta perdido aun hay mucho por lo que luchar y creer, hay un mundo nuevo que construir, hoy por hoy la lucha comunista es la causa más sublime por la cual podemos vivir en este mundo de pesadilla, únete a nuestra lucha ahora.