25 de julio de 1975: A 41 años de la intervención militar de la Facultad Multidisciplinaria de Occidente

 

En el marco de los 43 años de la intervención militar de la facultad Multidisciplinaria de Occidente es de suma importancia que la actual generación de estudiantes repasemos algunas lecciones de las luchas de los compañeros que nos precedieron, no hay duda alguna que la juventud revolucionaria ha jugado un papel con un peso enorme en la historia de nuestro país.

La clase trabajadora salvadoreña posee grandes tradiciones de lucha, los estudiantes han jugado un papel importante en estas, tal como en la huelga de brazos caídos de 1944, en donde los estudiantes lucharon hombro a hombro junto a los trabajadores contra el dictador Maximiliano Hernández Martínez, y comprendieron que aislados como estudiantes no podrían llegar muy lejos, que se necesitaba la fuerza de la clase trabajadora, y emprendieron la agitación llamando a la huelga general; acción que pondría fin al gobierno de Martínez.

En la década de los setenta, los estudiantes no perdían la oportunidad para agitar y manifestar su descontento con el régimen del momento. Es así como los estudiantes del Centro Universitario de Occidente (CUO), actualmente Facultad Multidisciplinaria de Occidente (FMOcc), en el año de 1970, decide realizar un desfile bufo, que consistía en hacer un sátira de personajes del gobierno en turno y de la situación política del momento. Este desfile se realizaba en el marco de las fiestas patronales de Santa Ana que se celebran del 17 al 26 de julio.

El desfile se había vuelto una tradición para los estudiantes, pero fue el 25 de julio de 1975 cuando el presidente y militar Arturo Armando Molina, da la orden que se intervenga militarmente el CUO y que se evite la participación de los estudiantes en el desfile del día 26.

En solidaridad los estudiantes del sede central de la Universidad, realizan una asamblea en la cual deciden realizar una marcha el día 30 de julio en solidaridad con sus compañeros de occidente, marcha que sería reprimida dejando decenas de muertos y heridos, acontecimiento que marcó a la comunidad estudiantil.

Hoy estamos a 43 años de esos acontecimientos, el desfile bufo se sigue realizando y la masacre del 30 de julio se conmemora con una marcha desde la Universidad hasta el lugar de la masacre. Lejos de caer en el rito de la triste costumbre es necesario sacar lecciones de estos acontecimientos.

La Universidad fue declarada autónoma por el presidente Santiago González en 1871, desde entonces, esa autonomía ha sido anulada en tres distintas ocasiones, una de ellas por el ex presidente Martínez. Y no es, sino hasta en 1950 que la autonomía se consolidaría, nombrándola norma constitucional. Sabemos que dentro de la legalidad burguesa estos no es un piso sólido; actualmente vemos con la Sala de lo Constitucional ha intervenido en el proceso de elección de autoridades dentro de la UES y como el movimiento estudiantil no ha reaccionado a la altura ante tal acontecimiento.

Las conmemoraciones deben ser también para agitar y reivindicar la lucha estudiantil, la educación pública en general es decadente con un bajo presupuesto, aún hay mucho terreno que conquistar.

El reflujo en el que se encuentra el movimiento estudiantil no es ajeno, y es que el movimiento social también se encuentra en un reflujo, esto no nos debe de desanimar, nos debe de ayudar a sacar conclusiones y a poner nuestras fuerzas en la difusión del marxismo, sabemos que estos períodos no son eternos y que en medio de este silencio los trabajadores y estudiantes están viviendo en carne propia la decadencia del capitalismo.

La dirigencia del movimiento está en crisis, no ha sabido ponerse a la altura de los acontecimientos y la factura será grande. En el sector estudiantil la poca preparación teórica hace cometer errores de dirección, son incapaces de dirigir al movimiento; el oportunismo está a la orden del día, es más importante el activismo que la preparación de cuadros.

Volvamos a los clásicos del marxismo, veamos al pasado no desde la nostalgia, sino, que recordemos a nuestros mártires continuando la lucha por la transformación socialista de la sociedad. No existe mejor forma de corresponder su sacrificio. Que el 25 y 30 de julio de 1975 sean nuestras escuelas, sabedores que todos aquellos hombres y mujeres que cayeron en estos terribles días de nuestra historia, aspiraban el socialismo.

¡Continuemos la lucha de nuestros mártires, luchando por el socialismo!

¡Que vivan los estudiantes revolucionarios!

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