Del 20 al 23 de julio, dos compañeros de Marxist Student Federation (organización estudiantil británica integrada en la Corriente Marxista Internacional, CMI) fueron invitados al tercer Gazte Topagune Sozialista («Reunión de jóvenes socialistas») llevado a cabo por GKS e Ikasle Abertzaleak, organización estudiantil de Euskal Herria, ambas integradas en el Mugimendu Sozialista (Movimiento Socialista).
El evento de 4 días, bajo el eslogan de «Batzen gaituen hautua» («La elección que nos une»), acogió alrededor de 2000 participantes en discusiones políticas, actividades culturales y exhibiciones de deportes. Un logro impresionante, pese a los obstáculos puestos al movimiento por la izquierda nacionalista oficial en vísperas del evento, que causó incertidumbre hasta días antes en cuanto a la disponibilidad de las salas.
Es importante subrayar que GKS (Coordinadora Joven Socialista) emergió hace unos tres años de una ruptura con el movimiento nacionalista, que después de décadas se había ido convirtiendo en una sombra del significativo papel que una vez jugó. Ahora es abiertamente reformista, insípido e institucional. Actualmente, EH Bildu está ofreciendo apoyo parlamentario al gobierno del PSOE en Madrid. Los militantes de GKS, en cambio, orientan su trabajo a construir una alternativa basada en la teoría y estrategia revolucionarias.
Las discusiones políticas fueron variadas, reflejo del trabajo que hacen en diferentes frentes. Por ejemplo, la primera sesión política trataba la «Lucha ideológica y cultural», que fue introducida por militantes de Ekida. Parafraseando a Marx, uno de los hablantes puntualizó que la cultura dominante refleja los intereses de la burguesía y que, por eso, es necesaria una lucha ideológica y cultural. Esto no puede hacerse de manera aislada, sino que tiene que ser parte de un proyecto político más amplio.
El segundo panel de discusión fue sobre la «Red de espacios socialistas», que fue presentado por el frente de Erraki. Los gaztetxes tienen una larga tradición en Euskal Herria como espacios ocupados a través de los cuales organizar la actividad política. Erraki fue creado como red de defensa de estos espacios y para romper con su aislamiento. Se hizo una introducción exhaustiva sobre el papel histórico que desempeñan estos espacios en Euskal Herria, haciendo hincapié en explicar el papel que juega la cuestión de la vivienda en su movimiento.
Juventud revolucionaria
Con un enfoque claro en las capas más radicales de la sociedad, es evidente que el firme mensaje comunista ha resonado entre la juventud vasca. Al discutirlo con un representante de GKS, nos dijeron las razones por las que piensan que muchos estén dando la espalda a la vida que les ofrece el capitalismo. Nos sugirieron que había dos razones principales:
«Por un lado, las razones estructurales conectadas al proceso de proletarización, que conduce a la juventud a una situación en la que sus proyectos de vida se encuentran limitados. Bajo el capitalismo, no pueden imaginar un futuro mejor. Se sienten más cercanos a las ideas comunistas solo si estas son definidas y expresadas correctamente. Por otro lado, el arduo trabajo que está llevando a cabo GKS.»
Nos explicaron que sus militantes comunistas estaban realizando debates, conversaciones individualmente, a diario. Enfatizaron la necesidad de conectar con los problemas directos para poner a los jóvenes de cara a la transformación de la sociedad en líneas comunistas.
A diferencia de los eventos de la izquierda nacionalista, desprovistos de discusiones políticas, claramente estaban utilizando este topagune como medio de transmisión de sus ideas políticas, económicas y estratégicas. Esto se hizo para dinamizar a los militantes, subir su moral y, sobre todo, para desmentir mitos y difamaciones perpetuadas por sus enemigos.
También nos explicaron que dos de las razones para celebrar el evento para GKS son tanto «explicar con nuestra propia voz quiénes somos» como «colocarnos en el mapa como un actor político serio». Tras provocar la ira del Estado debido a la gran movilización de GKS a la que acudieron 7000 personas en enero, ciertamente están convirtiéndose en una fuerza importante a la que tomar en cuenta.
Represión
El Estado ha dado rienda suelta a sus medidas de represión. No solo son conscientes de la existencia del movimiento, sino que están afilando sus mecanismos de represión. Les preguntamos más detalles acerca de las medidas empleadas no solo por el Estado sino también por la izquierda nacionalista.
Nos respondieron que hay dos aspectos para esta cuestión: la criminalización y la represión efectiva. Desde el Topagune de octubre del año pasado, se han tomado acciones más duras para poner cortar de raíz la ola de radicalización. Por ejemplo, algunos de sus militantes están condenados a un total de 42 años en diversas sentencias combinadas por participar en una huelga estudiantil.
Nosotros afirmamos que nos posicionamos a favor de estos derechos democráticos de protesta y que un ataque contra uno es un ataque contra todos. Estos ataques provienen claramente de una posición de debilidad, más que de fuerza por parte de los capitalistas.
Cabe destacar que no solo el Estado se siente amenazado por el crecimiento del Mugimendu Sozialista. La izquierda nacionalista oficial también ha tratado de restringir el movimiento mediante el bloqueo económico de sus fuentes de financiación. Este año han intentado vetarlos de las txosnas en las fiestas anuales de muchos pueblos y ciudades, que suponen una fuente de ganancias crucial para el movimiento.
En un sentido más amplio de la discusión sobre cómo entienden la represión política que han sufrido, los camaradas nos dijeron lo siguiente:
«Durante mucho tiempo, la represión política ha sido entendida solo desde la perspectiva nacionalista. Cuando la izquierda nacionalista explica por qué está ocurriendo la represión, señalan que es porque somos vascos. Sin embargo, esta represión no es exclusiva de Euskal Herria. Esto es algo que ocurre en cualquier lugar en el que se está construyendo una alternativa comunista que está ganando fuerza.»
Políticas de identidad
La ruptura de GKS tuvo lugar bajo las condiciones de la estrategia socialdemócrata fallida por parte de la izquierda nacionalista. Durante mucho tiempo, la izquierda nacionalista ha sido vista como dirigente de la lucha por la independencia vasca. Hoy en día, los líderes de la pequeña burguesía de este movimiento ni siquiera lo mencionan ya de palabra, y buscan negociar migajas desde el gobierno de Madrid.
Las políticas y la estrategia de los reformistas son comparables a un recipiente vacío. Hacen mucho ruido, atraen a las masas vascas basándose en cuestiones identitarias de manera demagógica, pero apenas prometen nada realmente. Tal y como explicaron los compañeros de GKS:
«La socialdemocracia, en términos generales, no tiene un programa real con una sociedad socialista como objetivo… Además, funcionan como una falsa fachada de izquierda a favor de intereses capitalistas y reproducen esa sola función. Esto debilita la relación y aleja a la clase trabajadora de la política».
Con el capitalismo en su crisis más profunda de los últimos 300 años, los reformistas no tienen margen de maniobra. Este no es un periodo mejor que el anterior, ni el futuro promete ser mejor que el presente actual, sino al contrario. Por eso, los socialdemócratas, sintiendo su debilidad, se han vuelto mucho más feroces y violentos en sus ataques contra GKS.
Los militantes con los que hablamos durante la semana eran completamente conscientes del callejón sin salida que supone separar la cuestión nacional de la lucha de clases. En la tercera discusión política, en «Estrategia económica y política», se hizo una advertencia muy clara de mantenerse alejados del pantano que suponen las ‘políticas de identidad’ a las que se amolda la izquierda nacionalista.
En relación con esto, les preguntamos por qué creían que era importante la lucha contra el posmodernismo y las políticas de identidad, a lo que ellos respondieron:
«Estas tendencias ideológicas no son el reflejo teórico de las políticas comunistas, sino un reflejo cultural y político de otras ideas políticas. Esta tendencia cultural se define por la falta de organización, por la fragmentación y por la idea de que la emancipación universal no puede organizarse bajo un proyecto único».
Estamos totalmente de acuerdo con esto. La transmisión de ideas ajenas a la clase dentro de una organización comunista son una manera segura de diluir su programa revolucionario y de desviar a sus miembros de sus objetivos revolucionarios. Continuaron así:
«No estamos negando el sujeto de algunos enfoques posmodernos, sino que negamos cómo se expresa la manera en que deberían superarse. Es decir, la negación del posmodernismo no significa la negación de la opresión de la mujer. En lugar de eso, defendemos la legitimidad de las ideas comunistas [para superar la opresión de la mujer]».
Internacionalismo
La última sesión política se centró en el internacionalismo, con una mesa redonda que agrupó a comunistas de Catalunya, Castilla y Euskal Herria. Esta fue la sesión más impresionante e inspiradora de todas. El proceso que ha ocurrido en Euskal Herria, en la cual la juventud ha dado la espalda a la estrategia fallida de los partidos socialdemócratas, encuentra su imagen especular en Catalunya ahora mismo. De hecho, un debate similar ha derivado en la formación de Horitzó Socialista como organización aparte de la organización juvenil independentista, Arran.
En cada contribución de los ponentes, se enfatizó la lucha contra el nacionalismo de cada respectiva burguesía. El foco debería estar en la independencia política de la clase trabajadora.
Como subrayó una de las ponentes: «Debemos romper con el sistema de la burguesía y los políticos profesionales, organizándonos de manera independiente y respondiendo a nuestra propia hoja de ruta comunista». Estas palabras fueron recibidas con un gran aplauso.
Durante el fin de semana, se respiraba un ambiente de impulso revolucionario y gran determinación. Un militante nos explicó que el camino sería difícil, pero que estaban llenos de optimismo revolucionario. Vemos con buenos ojos estos desarrollos en Euskal Herria y aprovechamos esta oportunidad para subrayar nuestro interés por tener discusiones más a fondo en un futuro próximo sobre las ideas y la estrategia.
Reiteramos que estamos dispuestos a hacer lo posible desde Marxist Student Federation, como parte de la Corriente Marxista Internacional, para apoyar y mostrar solidaridad al movimiento comunista de la juventud vasca.
¡Solidaridad con GKS contra la represión!
¡Los trabajadores y los jóvenes unidos jamás serán vencidos!
¡Que las clases dirigentes tiemblen ante la revolución comunista!