A medida que el heroico movimiento de las masas de Turquía continúa, la brutal opresión de la policía y de las fuerzas de seguridad se ha incrementado. Hay una necesidad urgente de dar una mano de solidaridad a nuestros hermanos y hermanas de allí.
A medida que el heroico movimiento de las masas de Turquía continúa, la brutal opresión de la policía y de las fuerzas de seguridad se ha incrementado. Hay una necesidad urgente de dar una mano de solidaridad a nuestros hermanos y hermanas de allí.
La respuesta del primer ministro turco, Erdogan, ha sido muy similar a la de los dictadores que la revolución árabe derribó en 2011. Una combinación de pretender que el movimiento no es nada, con la intensificación de su represión. El 3 de junio, Erdogan, durante su visita a Marruecos, afirmó "los extremistas se están comportando como salvajes" y que los manifestantes van "cogidos del brazo con el terrorismo" para justificar su opresión.
Esta reacción brutal ya ha provocado tres muertos, los primeros mártires del movimiento. Trágicamente, todos han sido jóvenes.Primero fue un chico de 20 años de edad, Mehmet Ayvalitas. La Asociación de Médicos de Turquía (AMT) confirmó que murió después de que un vehículo se estrellara contra una multitud (una táctica bien conocida de las fuerzas de seguridad) y muchos fueron llevados al hospital. El jefe de la AMT confirmó a The Associated Press que un vehículo de cuatro ruedas se estrelló contra un grupo que marchaba a lo largo de una autopista de Estambul a última hora del domingo.
El segundo mártir del movimiento se produjo en la ciudad de Hatay, un puerto del Mediterráneo en la parte sur del país. Su nombre era Abdullah Comert y también tenía sólo 22 años, la cadena de televisión NTV informó el martes 4 de junio: "Comert resultó gravemente herido … después de los disparos de un desconocido", informó la emisora, citando a la oficina del gobernador local.
También hay un informe no confirmado de otro joven que recibió un disparo en la cabeza con munición real en Dersim, en la provincia de Tunceli, una provincia de mayoría kurda y aleví en el este de Anatolia.
Las diversas localizaciones de estas muertes trágicas muestran la amplia naturaleza del movimiento que ha cubierto todo el país. El propio gobierno ha informado de manifestaciones en 94 localidades. Estas incluyen pequeños pueblos y grandes ciudades de toda la geografía, de oeste a este.
Los manifestantes están luchando contra botes de gas lacrimógeno, cañones de agua, vehículos que se estrellan contra la multitud, e incluso contra fuego real. Muchos también están detenidos, y los detenidos en Estambul están siendo transferidos a los principales edificios bien conocidos de la dirección general de seguridad de esa ciudad. Los intentos por parte del Colegio de Médicos de Estambul de establecer instalaciones médicas temporales para el tratamiento de manifestantes heridos fueron impedidos por la policía. A muchos se les ha impedido incluso el acceso al principal hospital público de la zona de Taksim, cerca del punto focal de las protestas. Los que prestan los primeros auxilios informan que algunos ya han perdido la vista como resultado de los ataques.
Lo que es peor, hay un intento de imponer un bloqueo a los manifestantes. La prensa mundial no ha prestado la atención que estos acontecimientos se merecen. Además, hay intentos de aislar lugares específicos. Por ejemplo, nuestro corresponsal informó que la electricidad ha sido cortada en Alsancak, un barrio céntrico de Esmirna, cuando la policía lanzó un ataque brutal contra los manifestantes.
Ninguno de estos actos de opresión ha hecho mella en la voluntad de las masas y el movimiento sigue. Este martes y miércoles (4 y 5 de junio) va a haber una huelga general de dos días (el primer día, como huelga de "advertencia" y el siguiente se hará el esfuerzo principal) exigiendo la renuncia de Erdogan. Ya hay grietas en la cúpula, como demuestra que el Presidente Abdullah Gul, del mismo partido que Erdogan, haya adoptado una posición más suave, criticando los ataques de la policía.
Ahora es el momento de que los trabajadores y los jóvenes del mundo muestren su solidaridad con nuestros hermanos y hermanas de Turquía. SE NECESITA UNA ACCIÓN INMEDIATA. Podemos obligarlos a retroceder.
Lo que se puede hacer
1) Llamar o enviar mails a las embajadas turcas
Llamar o enviar un correo electrónico y hacerles saber que estamos con los manifestantes y contra la violencia policial en Turquía. Por favor, con copia a: receptayyip.erdogan@basbakanlik.gov.tr, contact@marxist.com y redaccion@bloquepopularjuvenil.org
También puede ponerse en contacto con el Ministerio de Asuntos Exteriores de su país o con miembros del Parlamento o del Congreso y pedirles que hagan lo mismo.
Un modelo de carta podría ser el siguiente, preparado por LabourStart:
Primer Ministro Erdogan
Estoy a favor de las demandas de los sindicalistas y de otras personas en Turquía de que la violencia policial contra los manifestantes debe parar, que los responsables deben rendir cuentas, que los que han sido detenidos deben ser liberados y sin cargos, y que la prohibición de las manifestaciones debe ser levantada. (Campaña de LabourStart:).
2) Aprobar resoluciones
Conseguir que los sindicatos en cada ciudad y organizaciones progresistas similares aprueben resoluciones en solidaridad con el movimiento de Turquía y pidan al Gobierno turco que detenga la violencia policial.
3) Celebrar actos y concentraciones
Realizar concentraciones frente a las embajadas y consulados turcos por los mismos objetivos. Realizar actos para plantear la solidaridad con el movimiento de Turquía.
Los trabajadores y la juventud de Turquía deben saber que no están solos. Su movimiento ha inspirado a cientos de miles de personas en todo el mundo. Ellos merecen nuestro apoyo.
4 de junio de 2013