La historia del movimiento sindical salvadoreño lleva tras de sí un legado importante de tradiciones revolucionarias. Las primeras organizaciones obreras en El Salvador surgieron en los años 20, producto del enorme impacto de la revolución rusa de 1917.
La historia del movimiento sindical salvadoreño lleva tras de sí un legado importante de tradiciones revolucionarias. Las primeras organizaciones obreras en El Salvador surgieron en los años 20, producto del enorme impacto de la revolución rusa de 1917. Los primeros sindicatos permanentes se formaron en 1923 y desde un inicio tuvieron que luchar contra la represión salvaje de la Guardia nacional.
Hace 25 años el 31 de octubre de 1989 se convirtió en un día repudiable para la clase trabajadora organizada, un atentado dinamitero por los escuadrones de la muerte en las instalaciones de la Federación Nacional Sindical de Trabajadores Salvadoreños (FENASTRAS) dejo 10 muertos y 30 heridos entre ellos la secretaria general de la federación: Febe Elizabeth Velázquez, que murió cuando era trasladada hacia el hospital. Una revolucionaria combativa, tenía apenas 27 años y dejo en orfandad a sus 3 hijos.
Reivindicar el día del sindicalista no solo es recordar a los compañeros caídos, recordarlos significa honrar su memoria el mejor homenaje que se le puede hacer es levantando la bandera de proletarios uníos, la bandera de lucha. Así como Febe miles de trabajadores/as ofrendaron su vida en su lucha por la transformación de la sociedad, hoy en día esa lucha sigue vigente, las condiciones para los trabajadores siguen siendo en extremo difícil, bajos salarios, largas jornadas laborales, discriminación, acoso, ataques de las patronales a los obreros organizados, etc.
Los sindicatos constituyen una herramienta de lucha de los trabajadores dentro de las fábricas y la sociedad misma. Para la burguesía y el sistema imperante esta herramienta se convierte en un lastre con el que está obligado a convivir, su desaparición seria su ideal y ahí donde los hay se encarga de presionar a la dirigencia y si esta no cuenta con una base de apoyo de trabajadores que le haga contrapeso a esa presión, terminan minando el esfuerzo de muchos obreros honestos que quieren hacer de estos organismos auténticas herramientas de lucha para sus mejores condiciones laborales, otra trampa que utilizan los patronos es crear división entre los trabajadores, utilizando prebendas, favores y desarrollando un ambiente ambicioso para dividir a los obreros, creando un “sindicalismo que se amolda a sus necesidades” porque saben que en la unidad del movimiento obrero esta la fuerza. El sindicalismo revolucionario debe romper con los límites de la fábrica, sin que ello signifique abandonarla, se debe romper con la dinámica impuesta por las leyes del Estado burgués, sin que deje de tomarlas en cuenta, confiar en sus fuerzas y basarse en su propia clase, nuestra clase obrera.
En palabras de Marx “la lucha de clases es el motor de la historia”, el avance de la industria ha creado al proletariado, la única clase capaz de dar un nuevo rumbo a la historia de la humanidad, un frente único de la clase trabajadora organizada, con un programa revolucionario que abarque los intereses de la clase obrera en su conjunto, con una estructura militante, basado en un programa, métodos e ideas que ponga como su base principal las células de fábrica, las juntas directivas elegidas democráticamente deben representar realmente a los obreros/as, toda la actividad sindical debe incluir una lucha ideológica y una propuesta política que se debe complementar con la lucha dentro del partico de la clase obrera. La burguesía pretende neutralizar la lucha sindical en nombre de la afamada “autonomía sindical” esto es bazofia burguesa para separar las luchas económicas de la lucha política por la transformación de la sociedad.
Solo la fuerza organizada y consciente de nuestra clase trabajadora en el mundo es capaz de no dejar piedra sobre piedra del decadente sistema capitalista que hoy por hoy cuesta la vida de miles de trabajadores/as y sus descendientes en el mundo.
¡Por un sindicalismo Revolucionario!
¡Por el derecho a la libre sindicalización!
¡Porque el color de la sangre jamás se olvida, el mejor homenaje para nuestros caídos es la lucha por la transformación de la sociedad!
¡Proletarios del mundo unios!