“El 23 de febrero era el Día Internacional de la Mujer (según viejo calendario). Los elementos socialdemócratas se proponían festejarlo en la forma tradicional: con asambleas, discursos, manifiestos, etc. A nadie se le pasó por las mentes que el Día de la Mujer pudiera convertirse en el primer día de la revolución” Historia de la Revolución Rusa.
“El 23 de febrero era el Día Internacional de la Mujer (según viejo calendario). Los elementos socialdemócratas se proponían festejarlo en la forma tradicional: con asambleas, discursos, manifiestos, etc. A nadie se le pasó por las mentes que el Día de la Mujer pudiera convertirse en el primer día de la revolución” Historia de la Revolución Rusa.
A 98 años de este gran acontecimiento es necesario recordar que esta fecha (celebración del día internacional de la mujer) sin que nadie lo previese una celebración que no pasa de un día fuera el inicio de la revolución proletaria que a nivel histórico nos proporciona las mejores lecciones, demostrando que se puede vencer.
En aquel momento en Rusia la dinastía Zarista y su Estado mantenía a la clase obrera naciente y a una alta población dedicada a la agricultura (más del 80%) en condiciones deplorables, de atraso y de explotación indiscriminada, era una Rusia sumergida en una guerra de rapiña entre naciones que solo favorecía a la industria armamentista que obtenía jugosas ganancias a costillas de los muertos que “proporcionaba” el campesinado y el proletariado. Esas condiciones provocaron un sismo que en un corto tiempo se convirtió en un terremoto incontrolable bajo los pies de la Monarquía y la Burguesía, que como todo estado capitalista mantiene en condiciones intolerables a los trabajadores que en un determinado momento se vuelven inaceptables para el proletariado y pierde el miedo a las balas y a la represión y empuja a una lucha decisiva por el poder, en contra de sus opresores.
La exigencia de pan por las obreras se transformó en la exigencia del cambio de orden establecido que parecía intocable, las obreras se cuestionaban: “nosotras día a día trabajamos sin parar mientras nuestros esposos mueren en los campos de batalla por intereses que jamás nos favorecerán, no tenemos ni para alimentar a nuestros hijos”. Solo les quedaba una alternativa: luchar, e iniciaron huelgas, mítines, manifestaciones en las cuales se escuchaban los gritos de “pan” que se trasformaron en “abajo la autocracia” “abajo la guerra” una lucha en la cual o se vencía o se era derrotado.
Fueron nueve meses de escuela, nueve meses llenos de acciones y de acontecimientos que sirvieron para desenmascarar a la burguesía, que siempre nos quiere hacer creer que nosotros vivimos bajo una realidad ya establecida por la divinidad, o tratan de culpar a la misma sociedad por los males provocados por ellos, luego de sacar lecciones tras los acontecimientos los obreros desenmascararon a los elementos reformistas agrupados en los mencheviques y social revolucionarios que planteaban que estaba bien derrotar la Monarquía pero que había que dar el poder a la burguesía y llegar al socialismo hasta que se desarrolle la revolución democrática burguesa, que es en pocas palabras significa realizar unas pequeñas reformas con el fin de apaciguar el fervor revolucionario del pueblo pero sin solucionar nada, sostenían además que bastaba con que se fuese parte del gobierno, en un inicio los trabajadores lo vieron como una alternativa pero al ver la imposibilidad de satisfacer sus demandas bajo esta forma de gobierno terminaron rechazando estos planteamientos y es así como las masas (obreros/as, campesinos, soldados) organizadas en los Soviets (comités) se unían a los planteamientos de Lenin “todo el poder a los Soviets”
Los acontecimientos empujaban las miradas de los obreros y campesinos hacia las ideas y métodos impulsados por los Bolcheviques, ideas que antes les parecían extrañas, y las cuales rechazaban meses atrás, esas ideas se habían vuelto sus ideas, en medio de lucha contra la monarquía y los burgueses comprendieron la importancia del marxismo, se unieron al partido de Lenin que junto al proletariado lograron el triunfo definitivo en octubre de 1917.
Si nosotros los trabajadores tomamos conciencia de nuestro enorme poder, tomaremos conciencia que bajo el capitalismo los que vendemos nuestra fuerza de trabajo al burgués somos los que producimos todo y solo recibimos un salario miserable que no nos alcanza para llevar los alimentos necesario a la mesa de nuestro hogares, y mientras el burgués se da banquetes a costillas nuestras. Que toda esta realidad insoportable se puede cambiar sinos organizarnos y educamos bajo las ideas del marxismo.