Hemos planteado en artículos anteriores la necesidad de una economía planificada como una solución para salir de la crisis medio ambiental, así como la necesidad del derrocamiento del sistema capitalista y su sustitución por el socialismo como conclusiones al analizar las diferentes coyunturas que se desarrollaron en El Salvador los meses anteriores, ahora se pretende explicar de una manera general como estas alternativas son la mejor opción que tiene la clase trabajadora.
Hemos planteado en artículos anteriores la necesidad de una economía planificada como una solución para salir de la crisis medio ambiental, así como la necesidad del derrocamiento del sistema capitalista y su sustitución por el socialismo como conclusiones al analizar las diferentes coyunturas que se desarrollaron en El Salvador los meses anteriores, ahora se pretende explicar de una manera general como estas alternativas son la mejor opción que tiene la clase trabajadora.
En sus escritos Marx y Engels plantearon la importancia de una economía planificada que se encargue de orientar el desarrollo económico, social y cultural en favor de la clase trabajadora. Pero ¿qué es la economía planificada? Es la condición imprescindible de un modo de producción socialista. En este sentido, no es más que la administración por parte de la clase trabajadora de las fuerzas productivas (medios de producción y fuerza de trabajo) de la sociedad, en beneficio del desarrollo humano de los trabajadores. Consiste, entre otras cosas, en que la producción de la sociedad esté acorde a las necesidades de la clase trabajadora, evitando en este sentido la explotación sin medida y desregulada de los recursos naturales, priorizando los intereses de los trabajadores y sus familias; en poner las palancas claves de la economía en manos de concejos de trabajadores en cada fábrica y centro de trabajo, para que seamos los trabajadores quienes diagnostiquemos y decidamos cuánto, cómo y dónde producir, en pro de nuestros intereses de clase en su conjunto.
Es necesario mencionar que uno de los principales males del capitalismo es la sobreproducción de mercancía y como consecuencia de esto la explotación de los trabajadores y de los recursos naturales, actividad que ha creado la actual crisis medio ambiental que sufre el mundo: estrés hídrica, altos grados de contaminación a los diferentes ecosistemas, deforestación excesiva, extinción de muchas especies de animales y el desgaste de la capa de ozono que trae como consecuencia el calentamiento global. Todo estos efectos por la mala administración de los desechos y los recursos naturales, como, por ejemplo, la manera de minimizar los gastos en las grandes industrias; y por las malas técnicas de extracción de los recursos que utilizan las empresas, que solo profundizan la baja calidad de vida de los trabajadores, a costa de aumentar sus ganancias.
Es entonces cuando se habla de que el socialismo es la cura para la mayoría de males de la sociedad, valga la aclaración debe ser un socialismo científico, el proclamado desde la genuina teoría marxista, el cual explica que para la toma del poder por parte de los trabajadores se necesita de la expropiación de las grandes industrias, para que se produzca acorde a sus necesidades, en la que el excedente producido sea utilizado para la inversión social como educación, salud, seguridad social, pensiones, etc. Esto ayudará a un mejor desarrollo de la sociedad, buscando que se pueda poner en práctica los mejores métodos de producción, extracción y distribución, que bajo el capitalismo no son utilizados porque representan un “alto costo” que reducen las ganancias de los capitalistas.
Es necesario comprender que no es posible un socialismo sin que el hombre vaya al compás de la naturaleza. El sistema capitalista destruye todo a su paso con tal de acumular más y más riquezas, como ya lo ha explicado Marx en sus escritos “La acumulación de riquezas en un polo es, por lo tanto y al mismo tiempo, la acumulación de miseria, agonía, de trabajo duro, esclavitud, ignorancia, brutalidad y degradación mental, en el polo opuesto”.
Para los marxistas, el sistema económico determina, en última instancia, las leyes, el tipo de gobierno, y el papel de la sociedad en la vida cotidiana. Por ello, no será posible salir de la crisis ambiental y social que sufre El Salvador y el mundo entero, si se sigue bajo el sistema capitalista. La lucha ecologista debe ir en conjunto con todas las reivindicaciones más sentidas de los trabajadores, dirigiendo su fuerza para derrocar este sistema y dar un paso hacia el socialismo, donde se garantice la explotación regulada y planificada de los recursos naturales según las necesidades de los trabajadores.
¡Unamos la lucha ecologista con la lucha por el socialismo!