Para la nacionalización de las pensiones: la correlación de fuerzas está en el pueblo organizado

Los últimos meses hemos sido testigos con mayor intensidad de todo el proceso de negociación con respecto a la famosa reforma de pensiones que debe hacerse desde la Asamblea Legislativa. Actualmente, hay cuatro propuestas que se están evaluando en la Asamblea, la del gobierno, la de la ICP, la del partido GANA y la de los sindicatos más representativos del país. Pero son dos las que más están siendo sometidas a consideración.

Sin duda sentamos posturas en contra de la reciente alianza mostrada por los partidos de la derecha con el objetivo de aprobar un refrito de la propuesta de pensiones de la ICP. Esta alianza es sumamente peligrosa para los intereses de los trabajadores, en tanto que su propuesta va en detrimento de las pensiones actuales, incluso llegando al punto de proponer un impuesto especial para los jubilados y pensionados actuales. Además que no resuelve el problema de financiación, cobertura y calidad, y mantiene sobre todo y a toda costa los grandes privilegios de los empresarios dueños de las AFP, aseguradoras y la misma banca que resultan ser, curiosamente, los mismos dueños para todo.

Nuestro análisis del problema se centra en que principalmente para empezar a resolver el problema se debe acabar con el carácter privado del sistema, esto pondría fin al endeudamiento y al lucro desproporcionado de las AFP, sobre las cotizaciones de los trabajadores y le devolvería la seguridad al capital de las pensiones, pues ya no serían invertidas en la bolsa de valores como en la actualidad.

Desde el gobierno se han hecho más de dos propuestas, pero como mencionamos ninguna de estas resuelve el problema de fondo. Y pareciera ser que entre más se complican las negociaciones en la Asamblea, más conciliatoria se vuelve la propuesta del gobierno. La última que se presentó ya no contemplaba el sistema mixto, sino solo un fondo solidario administrado por las AFP, esto significa que el gobierno ha retrocedido en lugar de avanzar a una propuesta más profunda. Como hemos dicho, el sistema mixto ofrecía una salida al problema a corto plazo, este era un intento de llegar a un acuerdo en la Asamblea, llevaba el objetivo de persuadir a los partidos minoritarios en la AL, sin embargo, esto ha sido imposible en el último periodo. Los partidos minoritarios no han querido ceder ante el sistema mixto, esto solo muestra que sus votos no son comprados tan fácilmente, pues el sistema mixto nos le traería ningún beneficio.

Lejos de lograr persuadir a los diputados oportunistas enemigos de los intereses del pueblo, lo que se ha logrado es que se unan en santa alianza conformando un bloque de derechas en la AL para obligar al gobierno a presentar una propuesta amigable con el gran capital. Ahora muchos han salido a manifestar su disposición heroica de acabar con este drama, a diario leemos declaración de estos servidores de la burguesía en las que se muestran dispuestos a llegar a un acuerdo para buscar la solución más sensata para el país, uniendo irónicamente los intereses de los dueños de las AFP, aseguradoras y bancos, con los de los trabajadores como si fuesen los mismos. ¡Semejante actitud hipócrita en los medios es digna de un premio Oscar! Para cualquier trabajador consiente es claro que los empresarios van siempre en busca de la mayor rentabilidad y ganancia y son incapaces de abandonar sus privilegios.

Lastimosamente, el gobierno también se ha hecho eco de la idea de unirnos por una solución favorable al país, lo más probable es que en los próximos días sea aprobada una reforma que tendrá la característica de mantener la privatización del sistema, pero sobre todo la desgracia de no resolver nada en concreto. Independientemente de cuál sea la propuesta del gobierno con los cambios hechos o la de los partidos de derecha, la verdad la diferencia es casi nula en el plano práctico. Como marxistas en el FMLN dejamos claro que no estamos de acuerdo en absoluto con la actitud pasiva del gobierno y nuestros diputados, pues lejos de mantenernos firmes ante los intereses del capital hemos cedido ante las presiones de estos.

Tal actitud se debe a la negación total de la lucha de clases y los límites de la democracia burguesa y sus instituciones para resolver el problema. La táctica implementada por el gobierno y la dirección de nuestro partido ha sido la de negociar y conciliar los intereses de los obreros con los capitalistas en los márgenes estrechos de la democracia burguesa. Los límites de la democracia burguesa se manifiestan cuando chocan con la piedra angular del capitalismo: la propiedad privada, ante esto las tácticas que no tienen la intención de superar estos factores importantes están condenadas al fracaso.Desde el principio nuestra táctica debió ser clara y poner sobre la mesa del debate la propuesta de la nacionalización del sistema de pensiones convenciendo progresivamente a los sindicatos para luchar en contra de la burguesía, los diputados de la derecha y demás instituciones burguesas en favor de mantener las AFP. De parte de la izquierda en todo este proceso no hemos encontrado ninguna opinión en contra de que la nacionalización del sistema no brinde la mejor solución. Sin embargo, aun partiendo de que es la única solución esta no ha sido defendida ni puesta a debate. Creemos que el problema previsional debe ser resuelto si partimos de algunas premisas, por ejemplo, que es un problema resultante del sistema de producción, bajo nuestro análisis creemos que el problema previsional puede ser resuelto si se tienen en consideración los siguientes puntos:

 

  • Se debe nacionalizar el sistema, sin indemnización para los dueños de las AFP, retornando a un sistema de capitalización colectiva, eliminando todo tipo de cuenta individual, esto permitirá que las generaciones de trabajadores actuales como cotizantes resuelvan el problema de los pensionados y jubilados de hoy mientras la generación siguiente se encarga de la próxima
  • La nacionalización no resuelve el problema por sí sola, esta debe contener un carácter revolucionario desarrollando la administración obrera, con un modelo en donde un tercio de la administración sea a través de los sindicatos, otro a través de los trabajadores no sindicalizados, y un tercio de los trabajadores del Estado
  • La única forma de acabar con los problemas de sostenibilidad financiera es acabando con el desempleo y el empleo informal, este nuevo sistema debe incluir progresivamente a todos los trabajadores que no están afiliados y que están laborando, que pertenecen al sector informal o son trabajadores por cuenta propia, esto ampliará la cobertura
  • Ampliando la cobertura también se eleva el monto de las pensiones individuales. Sin embargo, la lucha por elevación del nivel de pensiones debe ir acompañado por una lucha por la elevación de los salarios de todos los trabajadores
  • La nacionalización del sistema debería de estar acompañado de la reducción de la jornada laboral de 44 horas semanales actuales a por lo menos 35 horas semanales en todos los niveles de producción para acabar con el desempleo masivo, distribuyendo el trabajo existente en la manos existentes

La lucha por la nacionalización de las pensiones como ya hemos visto no está desconectada del todo, y tiene una relación inmediata con el sistema de explotación capitalista, así que toda propuesta para resolver este problema de raíz inevitablemente debe considerar este punto de partida. Así como también hay necesidad de que esta propuesta no solo sea defendida por los diputados y el FMLN, sino también acompañada de manera consiente y revolucionaria por todo el movimiento obrero, de lo contrario a través de la lucha formal y parlamentaria será imposible llevarla a cabo.

La razón por la que la nacionalización del sistema de pensiones no es una propuesta a considerar en la Asamblea se debe principalmente a que toca los intereses de los capitalistas y en segundo lugar, por el lado de la dirección del FMLN, a que no hay confianza en el poder revolucionario de los trabajadores y se pretende solventar los grandes problemas de las masas en la Asamblea Legislativa con negociaciones, haciendo de la utilización revolucionaria de los espacios en el Estado burgués una vil caricatura, que en nada se corresponde a la idea de utilizar estas instancias del Estado para demostrar sus límites y su imposibilidad de resolver los problemas de las masas.

Han pasado décadas desde que se ha puesto en marcha el sistema privado, y siempre hemos estado esperando que la aritmética parlamentaria nos favorezca para revertirlo. Haciendo de la aritmética parlamentaria el fin último de nuestra política, al lado que abandonamos el objetivo fundamental, que partiendo de la experiencia de participar en el parlamento burgués resolviendo muy poco, podemos demostrarles a los trabajadores que nuestras esperanzas para elevar su nivel de vida no se harán desde las instancias creadas por la burguesía, aunque tengamos la mayoría parlamentaria, sino en la movilización y en la superación de las instituciones y la democracia burguesa, pues la burguesía utiliza y mantiene sus instituciones mientras sus intereses estén resguardados y seguros.

Esta idea ha sido sacada de los discursos de la izquierda en los últimos años, pero la realidad es concreta y los acontecimientos de los últimos meses están poniendo sobre la mesa la necesidad de debatir hasta qué punto el método estrictamente electoral sin hacer uso de las movilizaciones y huelgas de los trabajadores podrá resolver nuestros problemas más profundos y detener la ofensiva de la derecha.

 

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