El mes de abril inició con una noticia llena de mucha polaridad y controversia, a sus noventa y un años de edad, muere el General Efraín Ríos Montt, quien luego de realizar un Golpe de Estado el 23 de marzo de 1982, al lado de otros oficiales medios del ejército de Guatemala al gobierno de Fernando Romero Lucas-Garcia, se convirtió en Jefe de Facto.
Parte de lo irónico que se puede percibir (ahora) de esa acción es que en ese momento el «objetivo» era «acabar con la corrupción», que según los militares se vivía en el gobierno de Lucas-Garcia, cuando realmente fue la manera de justificar el trabajo a favor de los intereses imperialistas, oligarcas y burgueses que estaban tramando los nuevos mandos del Estado de Guatemala.
La polaridad de la noticia se da cuando en redes sociales y algunos sectores de la sociedad (extrema derecha, derecha y centro derecha) muestran un inmenso sentimiento de luto y perdida por alguien que en su momento de estar al frente del Estado y de las fuerzas Castrenses del mismo, se encargó de ser el autor intelectual de muchas masacres ocurridas en el territorio guatemalteco. Dichas masacres fueron justificadas como parte de la «democratización de Guatemala», en muchas entrevistas que realizó Ríos Montt a medios de comunicación (hegemónicos) nacionales e internacionales decía: «lo que estamos haciendo es por el bien del pueblo guatemalteco», cuando realmente estaba sembrando intereses oligárquicos, burgueses e imperialistas a la hora de realizar masacres y desplazamientos geoestrategicamente pensados a los pueblos originarios de ciertas áreas del país, esto justificándose en que eran » rebeldes armados y violentos».
Por estos delitos de genocidio, violación a los derechos humanos y vejámenes realizados durante el Conflicto Armado interno en Guatemala, se le dio cincuenta años de prisión el 10 de mayo de 2013 en un tribunal guatemalteco, sentencia que fue revocada por intereses de los sectores de poder en el país y fueron avalados por el Ministerio Publico (MP) al dictaminar que Ríos Montt tenia demencia, lo cual, según el marco jurídico-legal de Guatemala, hacia nula la sentencia ya emitida.
La controversia de la noticia del fallecimiento sucedió en el momento que se anunció que el mismo 1 de abril se le enterraría a Ríos Montt, y eso deja las siguientes preguntas ¿por qué no se le harán «honras» fúnebres a un «héroe» (de la democracia) en Guatemala? ¿Realmente murió Ríos Montt? ¿Alguien vio su cuerpo? Y es que sucede a pocos días de conocerse la citación por crímenes de guerra, delitos por los cuales se le era señalado y la ley establece que con la muerte del imputado se extingue la persecución penal, y eso podría ser una táctica para evadir a la justicia que aún le sigue reclamando y señalando como GENOCIDA. Por ello, debemos ver el trasfondo de las noticias mediáticas que se han ido presentando a lo largo de los últimos días luego del fallecimiento del genocida, Efraín Ríos Montt.
Aunque sabemos que los intereses que velan para que el sistema se mantenga instaurado en nuestros países latinoamericanos son grandes, como pueblos debemos de unirnos y darnos cuenta que nuestras luchas no son divergentes, ya que todas convergen en un mismo enemigo en común y ese es el Capitalismo.
La siguiente es una poesía de una compañera de lucha, esta poesía lleva total dedicatoria a El Genocida fallecido el 1 de abril:
No merece la muerte,
No merece la paz.
Quien con sus manos decidió ordenar y ejecutar al inocente.
¿Cómo puede morir el tirano?
Sin aceptar su culpa,
Sin redimir sus pecados.
La muerte nos ha jugado, una mala tregua, su vida no repondrá las miles de almas perdidas.
Solo la historia podrá recordarlo, como «el villano», como el general genocida.
Que lleva sobre sus hombros, la sangre de un pueblo, que no lo olvida.
Poesía: La bohemia Tijax