El descrédito de las instituciones que se extiende aceleradamente por todas las instituciones del Estado burgués son las sirenas de alarma de un proceso acumulativo de contradicciones de un viejo y decadente orden social. Las instituciones y las leyes que sirven como fundamento del poder hegemónico de la clase capitalista, en periodos de estancamiento económico entran en terribles crisis, ante las masas la burguesía que es incapaz de poder mantener el poderío de su dominación, sin despertar la menor sospecha queda evidenciada con cada paso estratégico que da, a fin de mantener todos sus viejos privilegios en contraposición con el anhelo de los desposeídos y explotados de liberarse del yugo que los oprime.
En la actualidad no hay institución que no esté al asecho del pueblo, la Asamblea Legislativa, el TSE, la CSJ, la Policía y el Ejército, los partidos políticos como parte del régimen, etc., y últimamente con más fuerza la Fiscalía General de la Republica (FGR). Es significativo ver cómo esta última institución llamada a velar por la legalidad y a ser cumplidora de la justicia en nuestro país se ha visto envuelta en muchos procesos malversados y viciados que favorecen a las mafias del poder dentro de todo el aparato del Estado burgués.
Los casos más emblemáticos en los que se ha visto involucrada la FGR y en donde hemos podido evidenciar que su papel como rectora de la ley tiende a inclinar la balanza al mejor postor han sido: el caso del expresidente Flores, que con todo el proceso de investigación, las pruebas que se han presentado de este caso y donde según la ley se debió proceder al embargamiento de las propiedades de la familia Flores para compensar el desvió de fondos del Estado que se hizo bajo la responsabilidad del expresidente Flores. Según el Tribunal que exoneró a la Familia Flores, la Fiscalía no pudo presentar las pruebas suficientes para declararlo culpable ¿Realmente no tenían las pruebas o fue simplemente falta de voluntad política de las instituciones? Recordemos que el dinero tenía el objetivo de ser una compensación material para los damnificados de los terremotos en el año 2001 pero terminó en las arcas del partido ARENA y claro en las cuentas de la familia Flores, ahora un fallo a favor del Estado significaría por consiguiente un descrédito para principal partido de la burguesía: ARENA.
Por otro lado, hemos visto cómo sobre aquel que traicionó los intereses de la clase dominante y el partido ARENA (Tony Saca) ha caído todo el peso de la ley y ahora se mantiene recluido por el desvío de fondos de la famosa partida secreta a la que tenían acceso los expresidentes en el pasado. Son casos que dejan entrever que bajo el capitalismo las leyes y la justicia se vuelven mercancías que se venden al mejor postor, la justicia para los ricos es solo un artículo más al que se le debe poner un precio y que solo está al alcance de los poderosos.
Las instituciones que velan por la “justicia” en nuestro país se muestran efectivas y fuertes a las demandas de los burgueses, pero se muestran incapaces en casos que tengan que ver con los pobres y oprimidos. Uno de los procesos que deja en evidencia toda la inoperancia o mejor dicho toda la corrupción de estas instituciones y específicamente de la FGR y la policía, es el caso de la agente Carla Ayala, desaparecida por miembros de la Policía Nacional Civil (PNC) en diciembre pasado, lo cual se asume como un caso más de feminicidios de los tantos que se dan en nuestro país. Este caso que ha envuelto a toda la instituciones en el descredito al cambiar constantemente las versiones de los hechos y que a meses de este suceso no se tienen ni los más mínimo resultados para esclarecer el caso, sin saber el paradero de la víctima ni de su agresor. Los motivos por los cuales este proceso sigue siendo todo un misterio van más allá de proteger los intereses personales del agresor, algo que no es descartable, podemos apuntar con toda seguridad que el principal freno para que se conozca la verdad, es que la misma credibilidad de la PNC está en juego, el esclarecimiento del caso puede destapar la cloaca de toda la corrupción que hay detrás de la PNC y ante esto la Fiscalía solo hace el juego a los intereses de la corrupción que hay en las instituciones del aparato del Estado.
Contrariamente a esto, la Fiscalía General deposita todas sus energías en enjuiciar a youtubers, creadores de memes y tramas inventadas para detener a los políticos como Nayib Bukele que por sus declaraciones y el potencial político que hay en las masas que le siguen representan una amenaza contra el sistema y los intereses de la clase dominante. La crisis de sus instituciones no es la crisis de los personajes solamente, sino la crisis de su sistema: el capitalismo. La única forma de transformar este estado de cosas es a través de la participación del pueblo con sus propias leyes y sus propios jueces, que así como son los más pobres los que mueven la producción y la riqueza de este país, así también pueden velar y legislar para sus intereses, no necesitamos viejas instituciones viciadas y podridas ni viejos políticos que la defiendan. En el potencial organizativo y revolucionario de nuestras manos está la posibilidad de ver un nuevo amanecer, necesitamos justicia pero no justicia abstracta y formal, sino la justicia de la clase obrera por los intereses en sí y para sí.