In Defence of Marxism (la web de la Corriente Marxista Internacional) ha hablado con Leonid Shaidurov: un joven activista de 17 años que ha desempeñado un papel destacado en Rusia en el movimiento de huelgas escolares por el clima. Ha ayudado a organizar a los estudiantes en las escuelas y es miembro tanto del consejo de coordinación de Fridays for Future a nivel internacional como del comité de organización en Rusia. Aceptó ser entrevistado para dar consejos a los estudiantes de las escuelas que desean construir el movimiento en torno al cambio climático
¿Qué es Viernes por el Futuro [Fridays For Future, FFF] y por qué crees que ha despegado?
La causa inicial del movimiento FFF fue sin duda el cambio climático. Sin embargo, este movimiento también tiene lugar en el contexto de la crisis del capitalismo y de los ataques a los niveles de vida y a los derechos de los trabajadores. La crisis económica de 2008 ocurrió cuando yo tenía seis años. Para la gente de mi edad, todo lo que hemos conocido es crisis. Esto significa que muchos jóvenes, como yo, están llegando a la conclusión de que, para lograr un futuro verdaderamente brillante, se necesita una verdadera lucha por un mundo no contaminado por los intereses del capital.
Hay una creciente comprensión de que la explotación de los recursos, y de una persona por otra, es una parte inherente del capitalismo, y que es el capitalismo el que causa los desastres ambientales del mundo. Esto ha llevado a un gran número de jóvenes a la idea de que la única manera de hacer frente al cambio climático es con un cambio revolucionario.
Por eso tengo un inmenso respeto por Greta Thunberg. El hecho de que ella haya hecho sonar la alarma ha despertado este movimiento en todo el mundo.
¿Tiene Viernes por el Futuro un programa político y, si es así, cómo se llegó a él?
La política inicial de la FFF consistía en el deseo de mantenerse alejado de la política. Sin embargo, aunque tú pienses que no te interesa la política, la política siempre está interesada en ti. No basta con concienciar y esperar que los gobiernos capitalistas cambien. Por eso creo que, tarde o temprano, la FFF debe desarrollar respuestas radicales a la crisis climática, pero también a las causas de la crisis climática.
También creo firmemente que, con la ayuda de los estudiantes revolucionarios de escuelas de todo el mundo, la política de la FFF se radicalizará. Desde mi experiencia de las huelgas escolares en Rusia, en la lucha, la gente tarde o temprano supera su estrecha visión sobre un problema y se da cuenta de la necesidad de un cambio revolucionario, que ofrece una solución a todo el complejo conjunto de problemas. Por eso creo que el movimiento de FFF puede ser radicalizado. El futuro es nuestro!
¿Por qué necesitamos deshacernos del capitalismo para enfrentarnos al cambio climático?
Para combatir el cambio climático, necesitamos mirar a la raíz del problema. Vivimos bajo el sistema del capitalismo. Bajo este sistema, la clase dominante sólo está interesada en las ganancias, porque es un sistema competitivo, donde los capitalistas que no obtienen una ganancia lo suficientemente grande pueden salir del negocio y ser relegados a las filas de la clase trabajadora. Además de esto, la separación del mundo en Estados nacionales significa que estos Estados deben competir entre sí para fomentar la inversión. Esto significa que, cualquiera que sea el gobierno que tome el poder, pueden ser chantajeados por el capital internacional para que lleve a cabo sus dictados.
Sólo con una economía planificada podemos detener el cambio climático. Una economía planificada sería aquella que tiene como objetivo satisfacer las necesidades de la humanidad en lugar de maximizar los beneficios. Sin embargo, tenemos que pensar en cómo podemos lograrlo. La clase trabajadora es la única clase progresista de la sociedad. Sólo la clase obrera puede llevar a cabo un cambio fundamental en nuestro sistema, de uno basado en el beneficio a otro basado en las necesidades sociales. Esto se debe a su posición en la sociedad. Toda la riqueza material en la sociedad es creada por la clase obrera. Esto significa que la clase obrera, a diferencia de nosotros como estudiantes de escuela, tiene el poder de cambiar la sociedad en sus manos. El problema es que aquélla no es consciente de esto.
¿Te has enfrentado a alguna represión por tu activismo?
Es muy difícil luchar por el futuro en Rusia. Es una verdadera distopía en la que la disidencia se considera un crimen y la lucha por los derechos humanos se considera extremismo.
Estoy perseguido por el Centro de Lucha contra el Extremismo (Centro ‘E’) por organizar a los alumnos y estudiantes de las escuelas. He jugado un papel principal en la exitosa lucha contra la presencia de Yunarmiya (Movimiento Nacional de Jóvenes Cadetes del Ejército) en algunas escuelas. Esta es una organización que lleva rifles a las escuelas para adiestrar a los niños para las Fuerzas Armadas en el futuro. En los lugares donde estuvimos activos, logramos echarlos de los campus.
También fui blanco de ataques por haber conseguido algunas concesiones de prestaciones de alimentos. En Rusia, la educación es muy cara, y muchos tienen dificultades para pagar las cenas escolares. Llevamos a cabo ocupaciones y huelgas sobre esta cuestión y ganamos la solidaridad de los maestros y los padres. Estas acciones obligaron a los funcionarios a reducir los precios de los alimentos en las escuelas.
Finalmente, fui perseguido por formar la Coalición de Educación Libre. Se trata de una organización compuesta por varios sindicatos de estudiantes universitarios, un sindicato de estudiantes de escuela y un sindicato de profesores. Los objetivos de esta organización incluyen: mejorar las condiciones de los estudiantes en las escuelas; mejorar las condiciones de trabajo de los profesores; aumentar la autonomía de las organizaciones que promueven los derechos de los estudiantes; y la educación elemental, secundaria, media y superior gratuita en Rusia.
A mí me parece que en tiempos de mentira universal, decir la verdad es extremismo. Sólo la solidaridad internacional puede ayudarme.
¿Tienes algún mensaje para los estudiantes de las escuelas que buscan salvar el planeta hoy en día?
Mi mensaje para otros estudiantes sería que, cuando se lucha por cambiar el mundo, la censura y la represión es lo primero, y que después se legitima. Nunca es al revés. Sin embargo, recuerden siempre que el futuro nos pertenece a nosotros, y no a los poderosos. Si nos unimos en torno a un programa revolucionario, ¡podemos cambiar el mundo!