El martes 20 de noviembre, decenas de jóvenes y trabajadores se reunieron en el auditorio de la Museo Casa León Trotsky para escuchar un discurso de Alan Woods, dirigente de la Corriente Marxista Internacional. El evento fue sobre las ideas de Carlos Marx, a 200 años desde su nacimiento. El día (20 de noviembre), no pudo ser más apropiado, ya que también marcó el aniversario del inicio de la Revolución Mexicana. Asistieron estudiantes de las principales universidades del país como la UNAM, IPN y UAM. Además, hubo sindicalistas, científicos, académicos y activistas de Morena, así como Gabriela Pérez, directora de la Casa Museo León Trotsky; y Esteban Volkov, nieto del líder revolucionario ruso, León Trotsky.
La burguesía y sus defensores estaban eufóricos cuando cayó la URSS, recordó Alan. Preguntó si había un estudiante de historia en la sala. Dijo que no les quedaba nada por hacer, porque uno de los ideólogos de la burguesía, Francis Fukuyama, declaró que, desde ese momento, el marxismo había fracasado y que habíamos llegado al final de la historia. Alan continuó explicando cómo este mismo personaje, hace unas semanas, cantó una canción muy diferente y dijo que era hora de que el socialismo regrese. Admitir esto después de 25 años no es casual y no es un ejemplo aislado. Los ideólogos más serios del capital, en muchos casos, han tenido que dar crédito a las ideas de Marx. La revista del gran banco suizo, UBS, publicó un artículo titulado «Demos a Marx la oportunidad de salvar la economía». Menciones similares han aparecido en los principales medios de comunicación de la burguesía imperialista.
¡Marx tenía razón!
El tema de la charla fue la validez del marxismo, y Alan dijo que el Manifiesto Comunista es el único libro de su tiempo que sigue siendo relevante hoy en día. Por ejemplo, su brillante predicción de la concentración de capital, y ahora vemos cómo la mayor parte de la economía actual se concentra en 200 monopolios. El marxismo es una ciencia, pero no exacta: puede hacer predicciones de manera similar en que un geólogo puede saber que habrá un terremoto, pero no exactamente cuándo.
Alan, autor del libro “Razón y Revolución: Filosofía marxista y ciencia moderna”,recordó que el marxismo nació como una filosofía y comenzó a dar ejemplos de dialéctica en la naturaleza y en la sociedad. Así como un ser vivo que nace, vive un periodo de auge y luego decae y muere, lo mismo sucede con los sistemas sociales. El capitalismo hoy se asemeja al Imperio Romano en su período de decadencia. Es cierto que el declive de ese imperio duró 400 años, pero ahora no es precisamente la misma situación. Si se observa la historia, se puede ver cómo, desde el período Paleolítico en adelante, la línea de progreso en la civilización humana fue inicialmente muy lenta, hasta el punto que las cosas se mantuvieron prácticamente sin cambios durante cientos de años. Pero esa línea de progreso tendió a acelerarse, y fue Marx quien explicó que la verdadera fuerza motriz en la sociedad es nada menos que el desarrollo de las fuerzas productivas. El capitalismo ha desarrollado la ciencia, la tecnología y las fuerzas productivas generales de manera muy acelerada en los últimos 200 años.
Alan negó la idea ridícula de que Marx redujo todo a la economía, aunque dijo que, en última instancia, y solo en el último análisis, la viabilidad de un sistema económico depende de su capacidad para desarrollar las fuerzas productivas. El capitalismo ha alcanzado un punto, a pesar de sus avances en el pasado, donde ahora no puede desarrollar las fuerzas productivas. Cuando un sistema entra en una etapa de declive, afecta a todo: pensamiento, arte, cultura, filosofía. ¿Qué tenemos ahora en el ámbito de las ideas? El posmodernismo, que nos dice que todas las ideologías deben ser desechadas. En su apogeo, cuando la burguesía se enfrentó al feudalismo, tuvo grandes pensadores entre sus filas, pero en su momento de declive vemos surgir estas nociones absurdas.
Alan dijo que la filosofía nació en Grecia, cuando los hombres comenzaron a explicar cómo funcionaban las cosas sin la necesidad de dioses. Uno de esos primeros filósofos fue Heráclito, el padre de la filosofía dialéctica, que creó brillantes aforismos como: «un hombre no puede entrar dos veces en la misma corriente porque el río es y no es, fluye».
De la misma manera en que la física de Newton prometía explicarlo todo, pero sus contradicciones dieron paso a la mecánica cuántica, la lógica formal tiene límites, y es por eso que la dialéctica es necesaria. Alan explicó cómo Engels, el amigo y colaborador de Marx, analizó la ciencia de su época y produjo textos brillantes como El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre, que ha sido validado por la ciencia moderna, al grado que el aclamado evolucionista, el biólogo Stephen Jay Gould, reconoció las grandes contribuciones de Engels.
La audiencia estuvo muy atenta cuando Alan los guió en un recorrido por la economía, la teoría evolutiva y la historia. A lo largo de este recorrido, mostró la validez de las ideas de Marx y Engels en muchas áreas, además de demostrar la decadencia del sistema capitalista actual y la viabilidad del socialismo. Recordó la definición de socialismo de Engels: es el salto de la humanidad del reino de la necesidad al reino de la libertad genuina. Esto es más que simplemente el comienzo de la nueva forma de civilización, porque lo que tenemos hoy no puede llamarse civilización. Alan concluyó diciendo que estamos aquí para luchar por una causa sagrada: la emancipación de la clase trabajadora en México, en América y en todo el mundo, llevando a la civilización humana a un nivel nunca antes visto en la historia.
Preparándose para las batallas por venir.
Los asistentes aplaudieron con entusiasmo el final del discurso. Se hizo una serie de preguntas que reflejaban un gran interés en los acontecimientos políticos actuales y la lucha de clases en México y a nivel internacional. Woods dijo que no había duda de que había ocurrido un terremoto político en México, refiriéndose a la victoria electoral de López Obrador, y que las masas están buscando un cambio real. AMLO puede ser una buena persona con buenas intenciones (aunque Alan no lo conoce personalmente), pero al final, solo tiene dos opciones: estar al lado de los trabajadores de manera consistente y luchar por el socialismo, o ceder a las presiones de la burguesía (que serán enormes) y traicionar a las masas. Pero Alan dijo que no debíamos dudar que este es el comienzo del proceso revolucionario. La clase trabajadora no aprende de los libros, aprende de la experiencia, y esta será una experiencia bastante difícil. Nosotros los marxistas debemos ayudarlos a comprender estas experiencias participando en el momento de vida de las masas con nuestras propias ideas, las ideas del socialismo científico.
En respuesta a otra pregunta, explicó la viabilidad del socialismo con la experiencia de la Revolución Rusa, que en los primeros años dio como resultado un Estado democrático y demostró concretamente que puede haber crecimiento económico sin banqueros ni capitalistas. El colapso de la URSS puede explicarse, pero Alan dijo que era un tema amplio para otra discusión.
Dijo que había un elemento de demagogia de ciertos sectores de la izquierda latinoamericana, porque la clase trabajadora debe unirse, y no dividirse en mil grupos de interés separados para mujeres, homosexuales, indígenas, etc. Dijo: «Aquí no veo mujeres o personas negras u homosexuales, veo soldados de la clase trabajadora».
Alguien preguntó qué país era el más cercano a la revolución socialista, Alan dijo que muchos se sorprenderían con su respuesta, porque son los Estados Unidos. Es posible, agregó, que puede haber muchas dificultades para tomar el poder en los Estados Unidos, pero será el lugar más simple para llevar a cabo el socialismo. El gobierno de Trump acaba de publicar un documento contra el socialismo que comienza diciendo que, 200 años después del nacimiento de Carlos Marx, el socialismo estaba empezando a resurgir. Alan también citó a su propio país, diciendo que Gran Bretaña que alguna vez fue muy estable, ahora es todo lo contrario. Tal es el caso de Francia, España y Grecia y demás países europeos. También agregó México a la lista, señaló las enormes tradiciones revolucionarias del país y dijo que el resultado de la elección debe mostrarnos algo, que la gente está mirando en la misma dirección que nosotros. Alan dijo que estamos en el período más convulsivo de la historia y México verá más terremotos políticos, lo que significa que debemos estar preparados para lo inesperado, porque los cambios bruscos y repentinos están implícitos en la situación actual. El terreno es fértil para el resurgimiento de la gran revolución mexicana en un nivel superior, pero si queremos tener éxito, depende de nosotros. Cada uno de nosotros debe asumir la responsabilidad personal de prepararse para las batallas que se avecinan. Si trabajamos seriamente con las ideas de Marx en nuestro arsenal, seguramente ganaremos.
21 de noviembre de 2018