El inicio del mes de agosto dio una triste bienvenida a los trabajadores de la alcaldía de Santa Tecla, liderada por Roberto d’Aubuisson al ser despedidos 154 empleados de la municipalidad en su mayoría pertenecientes al Departamento de Desechos Sólidos, la unidad especializada en la recolección y manejo de la basura que produce esta cabecera departamental. Pero el problema no para allí, eso es parte de toda una serie de medidas que el alcalde junto a su Concejo está tomando, en detrimento de la estabilidad laboral de los empleados municipales y de sus familias que por años han laborado en la comuna y ahora están en la calle, y los que aún conservan sus puestos, están cubiertos por el manto de la incertidumbre que se desprende de las asquerosas decisiones de d’Aubuisson.
Bajo el amparo de la Ley de Asocio Público Privado, estos paladines del libre mercado no parecen escatimar esfuerzos en continuar otorgando el control de los servicios públicos a intereses particulares de empresas locales y extranjeras. Los servicios que debería proporcionar la municipalidad a costos accesibles y diferenciados a la población —debería pagar más quien más basura produce, como por ejemplo los grandes centros comerciales de la zona— ahora serán proporcionados por una empresa privada de capital colombiano llamada INTER ASEO, la cual ganara una supuesta licitación a otra empresa conocida, MIDES, a pesar de que ésta última cobraría menos por hacerse de los servicios de recolección de basura.
Detrás del argumento trillado de que la empresa privada ofrece el mejor servicio y la mejor calidad en todas las áreas productivas, se esconde la detestable forma operativa de estas empresas que se deshacen en la mayoría de los casos, de los trabajadores que por años han laborado en sus puestos, para contratar a otros bajo condiciones laborales denigrantes y sin ninguna garantía de respeto a sus derechos y beneficios de ley que deberían otorgárseles. Esto es bien conocido por los trabajadores, todo aquel que pase de un régimen de contrato municipal o estatal a uno de outsourcing o subcontratos con empresas privadas sabe que el escenario laboral es totalmente desfavorable, y no hay signos de estabilidad ni perspectivas de ingresos decentes. Los buitres capitalistas saben muy bien que el ejército de desempleados en todos los países es muy elevado, lo que los anima a ofrecer pocas garantías y beneficios que sean atractivos a los trabajadores; pero bajo el látigo del hambre y el desempleo, los que venden su fuerza de trabajo no tienen más opción que aceptarlas de manera ignominiosa.
Ahora se tendrá en Santa Tecla a una empresa que invertirá una parte de su capital, con la finalidad de obtener de los fondos de la alcaldía en concepto de pago, un jugoso botín del que estamos seguros el alcalde d’Aubuisson se comprometerá a pagar a tiempo y si es posible por adelantado, lo cual traerá consigo, un aumento de las tasas municipales que no dudamos será efectivo en poco tiempo, para poder cancelar los costos del millonario contrato. Aparte de eso, la alcaldía pondrá a disposición de la empresa, el 80 por ciento de los camiones recolectores, algo que debería ser motivo de escándalo general, ya que estamos hablando que una empresa privada está utilizando recursos públicos, para obtener beneficios particulares, dando así continuidad a las privatizaciones, sacrificando lo que pertenece a todos en el altar de las ganancias de unos pocos. Esta es en sí la esencia de la Ley de los APP, que no difieren en mucho de cualquier vulgar mecanismo de privatización, solo que en la actualidad se dan el lujo de mofarse ante nuestras caras, al mencionar que aparte que es público, es privado al mismo tiempo.
Caos y más basura
El nuevo sistema de recolección de basura no está funcionando tal cual fue ofrecido a los habitantes de Santa Tecla, el alcalde arenero como es habitual ofreció el oro y el moro para convencer a la ciudadanía que era la mejor opción debido a que el anterior servicio, según él, a cargo de trabajadores experimentados muchos de ellos con más de 15 años de experiencia, no era el más adecuado, por tanto, era inevitable que éste pasara a manos privadas. Pero la verdad es siempre concreta mencionaba Lenin, y los promontorios de basura comenzaron a brotar por todos los lugares de la ciudad Tecleña, a tal grado que literalmente la gente decía que la ciudad se estaba “engusanando”.
De acuerdo a los testimonios de los mismos habitantes, la empresa ha cambiado los horarios de la recolección, lo cual ha venido a generar un caos debido a la costumbre arraigada en la población de los días y las horas que se tenían ya establecidos. Así mismo los nuevos empleados, no están prestando el servicio de la manera óptima tal cual como lo venían haciendo los anteriores, según los reclamos de los usuarios. Al momento de escribir estas líneas, la ministra de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), Lina Dolores Pohl, daba un ultimátum a la administración de d’Aubuisson para que dieran una solución pronta a la problemática de los desechos sólidos dentro de una semana, de lo contrario se decretará emergencia medioambiental. Al desatarse una crisis sanitaria, y un brote de enfermedades que afectarían inevitablemente a miles de habitantes, d’Aubuisson y su Concejo no cubrirán los costos de la atención medica a sus pobladores, lo que será traspasado al MINSAL, alcanzando así los empresarios el clímax de su intervención en los asuntos del Estado, donde los costos son públicos pero las ganancias son privadas.
La estratega de ARENA será la de aplicar este formato en todas las alcaldías que están bajo su bandera. El flamante alcalde de San Salvador no disimula las simpatías por el bochornoso escándalo de lo que acontece en Santa Tecla (la privatización de los servicios). Ernesto Muyshondt ha declarado recientemente que seguirá los pasos de su colega Tecleño y que la capital del país pronto contará con el servicio de recolección en manos de empresarios, bajo contratos obscuros y sin ninguna supervisión e inspección de estas empresas de dudosa procedencia. ARENA y sus alcaldes son especialistas en hacerle la vida imposible a la población, y para llenar sus bolsillos y los de sus congéneres empresariales con los dineros del pueblo. No es necesario que un servicio pase a manos privadas, para que desaten una crisis y castiguen a las masas con el flagelo de la corrupción y la ineptitud. En el 2014, Juana Lemus de Pacas estando a la cabeza de la alcaldía de Mejicanos desató también una crisis sin precedentes en la historia del municipio cuando hizo colapsar el servicio de recolección de basura debido a su pésima gestión, pero debemos dar crédito a esta mujer en su eficaz trabajo de aumentar los salarios de manera desproporcionada a ella misma y a sus concejales, lo cual era ejecutado ipso facto.
Los trabajadores no se rinden
Las cifras de los 154 empleados de la comuna de Santa Tecla, se queda corta al descubrir que más empleados han sido despedidos de otras áreas como administración, talleres, mantenimiento de red vial, los cuales según el sindicato SITRAMSAT se elevan a más de mil. El alcalde arenero parece estar dispuesto a ejecutar una limpieza masiva de los trabajadores que le resulten incómodos, argumentando que no son despidos sino más bien contratos que no está renovando debido a que son puestos de trabajo innecesarios. De acuerdo a los representantes del sindicato, otra de las tácticas empleadas es la de mover a otras áreas a reconocidos líderes del sindicato para descabezar el movimiento o romper el nexo con sus afiliados.
Pero d’Aubuisson se muerde la lengua al querer argumentar los despidos de cientos de trabajadores, se adelanta a decir que va por la vía de reducir costos a la alcaldía con posiciones innecesarias, pero está dispuesto a incrementar la tropa de agentes metropolitanos la cual ha pasado “de 165 a 515 plazas para agentes del CAM ha sido el crecimiento y ese es el éxito que hemos tenido en Santa Tecla” de acuerdo a sus mismas palabras. Uno de los éxitos inmediatos de este nuevo batallón de oficiales es la de reprimir a vendedores ambulantes y decomisarles las mercancías que ofrecen al público para subsistir. Es evidente que no le apuesta a la seguridad de Santa Tecla sino a crear un régimen de terror entre los comerciantes tanto formales como informales, y a todo aquel que se atreva a desafiar sus decisiones por medio de un agresivo e intolerable cuerpo de agentes metropolitanos.
El retraso en los pagos es otra pesada loza con la que tienen que cargar los trabajadores en esta administración, donde el retraso de hasta 12 días se ha vuelto una costumbre desagradable para los empleados bajo la excusa que no hay dinero, que el fondo para el desarrollo económico y social de los municipios, FODES, no ha sido depositado, que los usuarios no pagan, etc. Desde luego es de imaginar que el salario del señor alcalde y su Consejo es cobrado a tiempo y si es posible con algún adelanto. El acoso y la intimidación a trabajadores considerados como fastidiosos o los que sobresalen como líderes naturales también continúa.
D’Aubuisson ha logrado controlar completamente a todos los concejales de la alcaldía, incluso a los de izquierda, quienes al parecer no han objetado ninguna de sus decisiones y sus maniobras, y no parece que hayan confraternizado con sus hermanos de clase y hayan conformado un frente común de resistencia ante los despidos masivos que se han efectuado. Un rol protagónico de estos concejales debería haberse conformado ante esta coyuntura y denunciar de manera abierta y enérgica junto a los trabajadores y el sindicato, todas las maniobras despóticas de este pequeño tirano. Lamentamos y denunciamos la actitud pasiva de los miembros del FMLN quienes deben de acuerpar todas las acciones reivindicativas de los trabajadores en esta y todas las alcaldías del país donde tengan presencia como militantes del partido.
Los trabajadores despedidos han realizado toda una serie de acciones en defensa de sus ingresos para su supervivencia, movilizaciones en las principales calles y avenidas de la ciudad, jornadas de protesta frente a las instalaciones de la alcaldía, llamados permanentes a la solidaridad a los demás sindicatos, organizaciones sociales y la clase trabajadora en general. No piden otra cosa que el respeto al derecho de un trabajo y un ingreso digno para ellos y sus familias. Varios de los despedidos incluso apoyaron la campaña de d’Aubuisson con la falsa creencia de que cumpliría sus promesas de estabilidad e ingenuamente creyeron en las palabras del hijo del Mayor; pero en la época actual la burguesía es incapaz de asegurar al trabajador ni siquiera un trabajo decente y los condena a la barbarie y al lumpen.
¡Exigimos el reinstalo inmediato de todos los trabajadores despedidos!
¡Que se derogue la ley de los Asocio Público Privados!
¡Por un servicio de recolección de desechos en manos de los trabajadores municipales!
¡Por la defensa de las libertades y derechos sindicales, exigimos respeto!
San Salvador, 10 de agosto de 2018