Las elecciones del 4 de febrero están siendo un escándalo descarado. Aunque los medios nacionales e internacionales, youtubers e influencers del régimen han intentado ocultarlo a como dé lugar, lo cierto es que el fétido olor que emana este proceso está llegando a sentirse más allá de la oposición nacional. Como hemos explicado en nuestra declaración anterior, las recientes elecciones en El Salvador dejaron expuesto lo que ya habíamos predicho y que no era una sorpresa para nadie. La mayoría de la población votó por el candidato Bukele y lo hizo presidente por segunda vez consecutiva, esto es una verdad absoluta. Quizá el número de votos podría variar, pero es evidente que no había una alternativa real desde la oposición que conectara con el pueblo. ¿Entonces por qué hablamos de fraude electoral?
Bukele ganó las elecciones presidenciales con una mayoría aplastante, pero en absoluto, puede decirse lo mismo de las elecciones parlamentarias. La bancada legislativa de Nuevas Ideas en los 5 años anteriores fue construida como consecuencia del arrastre de Bukele en las elecciones de 2018, más que por sus propios méritos y programa. Pero ahora, la bancada se ha desprestigiado entre el electorado y peligra perder la mayoría parlamentaria, esto lo tiene claro el régimen.
Por tal razón, trataron de resolver este problema adelantándose a los hechos. Una de las medidas que se tomaron previamente al proceso electoral fue la reducción territorial de los municipios y, por consiguiente, de la representación en diputados. De 265 municipios se pasó a 44 distritos, y de 84 diputados se pasó a solo 60. De esta forma, el régimen buscaba concentrar el poder absoluto en el parlamento. El proceso electoral parecía haberse preparado minuciosamente para que el resultado beneficiará sí o sí al candidato Bukele. Y esto quedó expuesto, cuando sin ningún resultado oficial y previo al cierre de los centros de votación, Bukele se declaró ganador de las elecciones con el 85% de los votos y se atribuyó, según sus números, 58 de los 60 diputados.
Posterior a la elección, varios incidentes escandalosos han pasado: apagones de energía, caída del internet en los centros de votación imposibilitando procesar las actas, fallos en el sistema informático. A 72 horas de los comicios no se conoció el escrutinio preliminar, al menos 4 paquetes de papeletas han sido encontrados en diferentes puntos del país sin que haya una explicación del por qué. Votos triplicados, actas sin procesar, cadena de custodia de los votos sin resguardo de seguridad, desaparición de votos. El sistema para informar del proceso del conteo de votos no ha dado la talla, a pesar de los millones de dólares que se invirtieron en esto. Por si fuera poco, el personal afín al partido del régimen entorpece el escrutinio constantemente, impidiendo el debido proceso. Funcionarios públicos del gobierno han abandonado las instituciones para presentarse al lugar del escrutinio, ministros y viceministros con chalecos del partido oficial defienden con uñas y dientes el resultado que han ido imponiendo poco a poco.
Todo esto está siendo denunciado por la oposición electoral. La oposición ahora ha exigido la anulación de las votaciones y repetir todo de forma democrática. Parte de esto está llegando a los oídos de la población que empieza a reflexionar y a sacar conclusiones mientras un ejército de influencers, youtubers y periodistas vendidos al régimen intentan todos los días, a cada hora y minutos ocultar los hechos. Es vergonzoso que el régimen de Bukele, cuyo líder ha proclamado ser el país más democrático del mundo con sistema de partido único, se esté viendo envuelto en un mecanismo de votación corrupto, como dice el dicho, más rápido cae un hablador que un cojo.
A nivel internacional ninguna entidad o país parece interesarse en el escándalo, desde que EEUU dio el respaldo a Bukele, la opinión internacional parece acoplarse cada vez más a lo que Bukele desee hacer, así EEUU ha felicitado a Bukele a través del presidente Biden y su agente para asuntos latinoamericanos; Guatemala, Honduras, México, Cuba y China han mandado felicitaciones públicas al virtual presidente sin mencionar ni pío sobre los procesos nada confiables de los que se está valiendo Bukele para construir un parlamento absoluto a su favor.
¿Por qué Bukele necesitaba el fraude si tiene el apoyo a su candidatura presidencial?
Superficialmente el régimen parece poderoso e intocable, pero no lo es en absoluto. Bukele siempre ha necesitado legitimarse a través de las instituciones del Estado. Él no lucha contra las podridas instituciones que oprimen a los trabajadores, como ha dado a entender en algunos discursos para aprovecharse del descrédito de éstas. Por el contrario, las ha renovado y las ha maquillado para legitimar su poder frente a las masas. Las dictaduras abiertas no necesitan de tales artilugios para hacer lo que se les plazca, el actual fraude demuestra debilidad. Ni con todo el poder del Ejército, la policía y la Corte Suprema de Justicia, Bukele se siente seguro. Por eso busca imponer la idea de apoyo total y mantener el control absoluto del parlamento.
Necesitaba que los resultados de las elecciones fueran aplastantes, pero la realidad le jugó una mala pasada. Por otro lado, el régimen necesitará mantener el control de todo el aparato estatal para enfrentar los complicados escenarios económicos que se puedan desarrollar. La crisis en América Latina se profundiza y EE.UU. está bajo amenaza de una futura recesión. El Salvador tiene un estrecho vínculo comercial con los EE.UU., el país del norte es el primer socio comercial de El Salvador. Ya eso de por sí es preocupante, pero además EE.UU. es el país con más migrantes salvadoreños, con 2 millones de nacionales allá siendo parte activa del producto interno bruto del país a través de las remesas.
La acumulación de deuda que este régimen ha creado es realmente asombrosa. Se han endeudado como ningún otro gobierno, y han inflado la burbuja de la deuda al máximo. Los analistas predicen un colapso en 2027. El mismo colapso que se esperaba que fuera mejor para 2023 y que Bukele pudo evitar utilizando los fondos de pensiones. En el futuro el régimen estará imposibilitado de maniobrar como lo ha hecho en el pasado y tendrá que enfrentar este problema de inmediato.
Históricamente, a los países que han estado en similares condiciones que El Salvador, no les ha quedado otro camino que pactar con el Fondo Monetario Internacional e imponer los ajustes más salvajes contra la clase obrera. Tras imponer el bitcoin como moneda legal el gobierno de El Salvador entró en conflicto con el FMI, en medio de una negociación por un rescate financiero de hasta 1300 millones de dólares que incluye una serie de medidas impopulares: aumento de impuestos, recortes a programa sociales y despidos. En ese momento la negociación quedó pausada. Pero en los últimos meses parecen haberse limado asperezas con el FMI, por lo que Bukele podría recurrir al pacto con el FMI para lo cual necesitaría una mayoría en el parlamento. Esta es una de las razones por la cual Bukele requiere de una mayoría absoluta a su favor.
Anular las elecciones ¿Y luego qué?
Toda la oposición partidaria oficial está pidiendo la anulación de las elecciones legislativas y su repetición inmediata. Como organización comunista denunciamos los procesos viciosos y el descaro con el cual Bukele pretende imponer su voluntad. Lucharemos por dejar al descubierto las maniobras con las que los partidos burgueses intentan imponer la voluntad de los ricos representada en los gobiernos, pero señalamos que una eventual repetición de las elecciones legislativas no cambiará en mucho la situación. El problema es mucho más profundo que resolver el caos electoral y tener un proceso transparente. Las elecciones podrán repetirse y el sector de oposición puede ganar un número más representativo de diputados que podrán ser la piedra en el zapato del régimen, pero la cuestión central aquí es ¿qué alternativa ofrece esa oposición? Muchos responden a esto como: bueno, tendremos más pluralidad democrática, eso ya lo hemos tenido y en nada ha cambiado la situación de la clase obrera. Lo único por lo cual sí podría haber un beneficio es en desenmascarar algunas de las fechorías del régimen. Pero lo cierto es que si esto se hace sin un programa vinculado a los problemas reales de la juventud y la clase obrera, no servirá de nada. Así ha sido durante estos 5 años, desenmascarar el régimen, pero sin ofrecer una alternativa real a los problemas urgentes de la clase obrera.
Toda la oposición oficial partidaria no tiene una alternativa que responda a los interés de los jóvenes y la clase obrera. Empezando por el FMLN, el partido que se atribuye la opción de izquierda, gran parte del régimen desastroso y opresivo actual ha sido causado por su fracaso como gobierno en el pasado. No contuvieron la deuda, siguieron desangrando al pueblo con esto. Al contrario la incrementaron y encima fueron los que abrieron la negociación con el FMI. Este rescate draconiano del que hablamos arriba ya estaba en sus planes. Posterior al gane de Bukele en el inicio de la pandemia, siguieron votando por préstamos con el FMI. Lejos de luchar por una política revolucionaria que desconociera la deuda con estos organismos que por años nos han saqueado, algunos asesores y exasesores de este partido en medio del conflicto Bukele/FMI han llegado al colmo de defender al FMI (!), ¿es ésta una alternativa? Por conveniencia y oportunismo podrían no votar esta vez por un rescate del FMI, pero más allá de eso ¿Cuál es su propuesta? ¿Cómo se puede resolver el problema?
Y así podemos seguir con los demás partidos de la oposición. Los jóvenes se preguntan, sí, no estamos de acuerdo con Bukele, pero ¿Cuál es la alternativa en la oposición? FMLN, Arena con sus mismas políticas fracasadas. Vamos, Nuestro Tiempo con políticas liberales dentro del capitalismo. Maquillar la miseria sin resolver los problemas profundos de la juventud y de la clase obrera. Acaso habla esta gente de salarios, de las condiciones laborales, de la explotación que sufre la clase obrera a través de la maquila o los call center, ¿Denuncian el enriquecimiento de los ricos a través de la explotación? Ninguno de estos problemas que tienen que ver con la explotación y el sistema que beneficia a la burguesía y el imperialismo se toca.
Su campaña está basada en el respeto a la democracia y la libertad, pero el joven se pregunta qué significan esas abstracciones en la vida real. La explotación existe incluso en el país más democrático del mundo, sea éste Suecia, EEUU o Costa Rica. El mundo democrático burgués por el que claman estos nuevos partidos está siendo ya un infierno para millones de jóvenes. ¿En serio debemos luchar por eso? Al contrario de la izquierda representada por los reformistas del FMLN o la derecha de pacotilla de NT y Vamos, nosotros sí tenemos una alternativa por la que luchar.
Rechazamos las políticas fracasadas de Bukele que son las mismas, pero mucho más duras que las de los partidos fracasados del pasado. Queremos derribar el capitalismo, acabar con sus instituciones opresivas y obsoletas para sustituirlas por unas verdaderamente democráticas que partan desde el seno de la clase obrera y ejerzan para la clase obrera. Todo esto nos lleva a una conclusión principal, debemos construir lo más rápido posible una alternativa revolucionaria. El vacío de cuál es la alternativa o el camino a seguir debe ser llenado con la iniciativa inmediata de la construcción de un partido comunista revolucionario que luche contra el sistema capitalista reaccionario.
Los comunistas ya hacemos este trabajo, nuestras fuerzas están ahora volcadas a formar jóvenes comunistas, en las primeras semanas de este hemos lanzado debates comunistas, publicaciones comunistas como el nuevo periódico El Comunista que salió en enero, y con el motivo de juntar a todos los jóvenes comunistas del país hemos relanzado nuestra campaña ¿Eres comunista? organízate, pegando cientos de afiches en San Salvador, y para marzo tenemos programado lanzar nuestra nueva y renovada organización comunista denominada Revolución Comunista, nuestro trabajo va en serio y decidido.
Queremos acabar por completo con los miserables ricos del país y extranjeros responsables de nuestra miseria, con los que les robaron el futuro a nuestros padres y abuelos. Queremos un mundo donde ser joven significa disfrutar la vida, tener educación, empleo, vivienda, y derecho a la recreación y el deporte. Queremos construir nuestro propio mundo, hacer que la vida valga la pena vivirla. Eso solo puede ser posible acabando con el capitalismo nacional e internacionalmente.
Alrededor del mundo millones de jóvenes se declaran comunistas. En El Salvador hay muchos que pensamos igual. Por eso debemos juntarnos y construir la organización de lucha para acabar con la miseria. Formemos masas para acabar con el absurdo y ridículo mundo capitalista que se ha robado nuestro presente y amenaza con nuestro futuro. ¡Basta ya! Construyamos el partido comunista revolucionario que conquistará el futuro soñado por nuestros héroes y heroínas que combatieron en los 70 y 80, que lucharon valientemente para que nosotros viviéramos en un mundo diferente, en un mundo comunista.
Esta es la tarea y esta es la única solución real. ¡Organízate ahora! Nosotros no tenemos nada que perder más que nuestras cadenas y sí un mundo entero por conquistar. Si no lo haces tú, no lo hará nadie. ¡Es hora de actuar! Comienza ahora uniéndote a nuestra organización comunista.