“El cambio imparable”
Bien ha hecho entonces el compañero Evo Morales en su rueda de prensa a recordar que “el cambio es imparable” y que el gobierno de los 2/3 no se dejará condicionar por el sector opositor. Una respuesta importante a quienes ahora exhortan nuevamente al M.A.S. al dialogo con la minoría. El 4 de abril no emergió ninguna fuerza política opositora con proyección nacional. Sin embargo no podemos pasar por alto la perdida entre el 15 y el 20% del caudal de los votos respecto al diciembre del año pasado, motivo de los festejos de una derecha resucitada localmente en esta Pascua electoral. Nuestro interés no es solo ocupar casillas del poder político, nuestro interés es avanzar con el pueblo a la conquista del socialismo comunitario y por esto debemos reflexionar sobre las lecciones de estos comicios.
¿Un problema de candidatos?
La oposición festeja la victoria inesperada en muchas de las capitales del país, donde reside aproximadamente el 60% del electorado. En La Paz como en Santa Cruz, en Trinidad como Oruro o Potosí el M.A.S. no solo no gana, sino reduce y hasta demedia sus votos del 6 de diciembre 2009. En El Alto donde desde el 2004 los porcentajes del M.A.S. siempre fueron del 60-70%, ganamos la Alcaldía pero con un 40% y solo unos puntos más de la candidata de UN. ¿Este resultado fue porque no teníamos candidatos adecuados? Sobre este punto el problema real es el cómo se eligen nuestros candidatos. Más allá de la retorica sobre la democracia horizontal de los movimientos sociales nuestros candidatos fueron en su mayoría nombrados a dedo por una cúpula de dirigentes que no trabajan para incentivar y canalizar la participación democrática en las filas del partido, al contrario se apoyan sobre la pasividad de su propia base para seguir como dirigentes. El caso más emblemático fue el de Achacachi, tierra de los Ponchos Rojos, cuyo ex dirigente y actual senador Eugenio Rojas quiso imponer a la Alcaldía un hombre de su confianza rechazado por la base. Resultado: muchos votos blancos y tercer lugar para el M.A.S. Esta cúpula que comienza a deformarse con el poder representa el peligro constante de burocratización de nuestra revolución y el pueblo lo entiende. Con la única excepción de Novillo en Cochabamba los mejores resultados lo sacan candidatos nuevos con trayectoria de larga militancia en las filas del partido, mientras son castigados los reciclados y los “invitados”, que no trajeron ningún beneficio ni votos.
Invitados y aliados
El electorado no entiende por qué debería votar por alguien que está dispuesto a apoyar la revolución solo si lo elegimos. Calculando una mayor abstención el resultado en votos reales de Jessica Jordan en Beni es inferior al del diciembre del 2009, mientras sumando los votos de Suarez con los del MNR la derecha se consolida en la región amazónica. Roberto Fernández, exponente de un sector empresarial supuestamente progresista e inopinadamente candidato “masista” para Santa Cruz, nos ha hecho retroceder en la capital oriental. Fernández en 2004 obtuvo un 22% de los votos con su agrupación ciudadana, hoy tras una campaña contra sus adversarios y contra el M.A.S., obtiene aproximadamente un 30%, señal que su electorado no ha aceptado la alianza con el M.A.S. y el nuestro no ha aceptado la alianza con él. Sumar por sumar solo nos hace perder credibilidad, solo nos hace criar cuervos que nos sacarán los ojos, como el M.S.M. que creció amparado en la alianza con el M.A.S. y ahora es oposición. Perdimos en La Paz porque a pesar de las denuncias de corrupción que gravan sobre la alcaldía paceña opusimos al M.S.M. una compañera que hasta ayer era de ese mismo partido. El M.S.M. es criatura del M.A.S. Del Granado, aprovechando la alianza, ha hecho de su partido el contenedor del malcontento en el M.A.S., confundiendo su discurso con los discursos tibios que desorientan a los trabajadores, jóvenes y campesinos, que exigen del M.A.S. cambios profundos.
Construir el M.A.S.
¿Por qué no repetimos el resultado de hace unos meses? Por la debilidad local del partido. Evo es un dirigente en que el pueblo se identifica e identifica la lucha por el socialismo porque Evo ha crecido junto al pueblo en su lucha, en el Chapare, la Guerra del Agua, la Guerra del Gas. A nivel local no hay semejantes dirigentes simplemente porque la vida del partido se encierra peligrosamente en una pugna interna para conquistar espacios de poder… y pegas. No hay trabajo en las bases sembrando una consciencia revolucionaria, muy pocos militantes se cimentan con la difícil tarea de organizar la lucha de su vecindario, su sindicato, con las bases. Muchos candidatos pensaban que una foto con Evo hacia de ellos luchadores sociales y socialistas. Pero no podemos inventar victorias ni cosechar donde no sembramos. Debemos fortalecer el partido como espacio de participación democrática y militante de trabajadores, campesinos y jóvenes a nuestra revolución. Un partido que sea organizador de la lucha colectiva por el socialismo comunitario, el vivir bien, trabajo digno y estable, salud y educación para todos. Un partido en que vividores, tránsfugas y burócratas no tengan cabida.
Fuente: El Militante, Bolivia