Hoy en día Brasil está experimentando las mayores manifestaciones vistas en el país desde hace más de 20 años. Ahora mismo se estima que 200.000 brasileños han estado protestando en once ciudades de todo el país, incluyendo la manifestación en Río de Janeiro donde 100.000 personas tomaron parte.
Hoy en día Brasil está experimentando las mayores manifestaciones vistas en el país desde hace más de 20 años. Ahora mismo se estima que 200.000 brasileños han estado protestando en once ciudades de todo el país, incluyendo la manifestación en Río de Janeiro donde 100.000 personas tomaron parte.
Las protestas fueron provocadas por un aumento en las tarifas del transporte público, pero con la brutalidad policial y el costo cada vez mayor de organizar grandes eventos deportivos, esa chispa ha sido suficiente para encender las contradicciones que se han ido acumulando en la forma del pobre servicio de salud, poca educación y la corrupción rampante. Con los tentáculos de la crisis capitalista comenzando a llegar a Brasil, muchos de los trabajadores y la juventud en el país se sienten frustrados con el sistema actual y han salido a las calles para exigir un cambio
El siguiente artículo fue escritos por los compañeros de Brasil que han estado participando en las manifestaciones y unido todas las luchas de los trabajadores y la juventud por una mejor forma de vida. En la antesala de un levantamiento de los jóvenes y los trabajadores, con un espíritu que coincida con el movimiento actual en Turquía y los pasados movimientos de toda Europa y el mundo árabe, estos compañeros están exigiendo que el gobierno del Partido de los Trabajadores y su líder Dilma Rousseff rompa sus alianzas con los partidos burgueses y aplique políticas socialistas en interés del pueblo.
Articulo político semanal de la Izquierda Marxista – Sección brasileña de la CMI
En São Paulo, aproximadamente 15.000 jóvenes y trabajadores se manifestaron el jueves 13 de junio en contra del reajuste del precio de los billetes de autobús y metro. En Florianópolis, los conductores y los cobradores se declararon en huelga. En Recife, los trabajadores del metro amenazan con huelga. Para el 20 de junio se han programado manifestaciones en todo el país contra el reajuste de los precios de los billetes. En Mato Grosso do Sul, en una ocupación de tierras, un indio Terena fue asesinado por las tropas federales. En São Paulo un empresario solicita a la policía militar que dispare a los manifestantes. La temperatura está aumentando en la lucha de clases y solo no lo ven los que van de turismo a Paris y olvidan el sufrimiento del pueblo.
Otro hecho que exige una reflexión fue el apedreamiento de la fachada de la sede nacional del PT, junto a la Praça da Sé. A pesar de que era un grupo pequeño (los funcionarios del PT dijeron que alrededor de 200 manifestantes que huían de la represión pasaron por la calle del Directorio Nacional del PT y que algunos de ellos se detuvieron frente a la sede y comenzaron a atacarla), esto es significativo. Si la dirección y los gobiernos del PT aplicasen una política en defensa de los intereses de los trabajadores, ¿acaso se le pasaría por la cabeza a un manifestante apedrear su sede nacional?
Una nueva situación
La indignación es cada vez mayor y esto está directamente relacionado con la situación económica. La crisis está llegando y las medidas adoptadas por el gobierno -la exención de impuestos, la inversión en grupos privados, la entrega de los puertos, privatizaciones ("concesiones") generalizadas, pronóstico de más concesiones y subastas petroleras en el próximo semestre- todo esto no resuelve nada y sólo acelera la llegada de la crisis. La bolsa cae, el dólar sube y, más importante que todo esto, los alimentos suben de precio. Sí, la tasa oficial de inflación es de alrededor de 6%, pero cualquier persona que compra sabe que los precios de los alimentos subieron un 20%, 30% o incluso el doble, según el producto. Y esto es lo que cuenta en el bolsillo de los trabajadores.
Los ministros pueden deshacerse en excusas, Dilma puede programar una "agenda positiva", pero la verdad es que lo que le duele al bolsillo de los trabajadores sólo puede afrontarse con medidas duras de enfrentamiento con la patronal y el imperialismo, y este gobierno, con el PT enredado en las alianzas con la burguesía, ¡no está en condiciones de hacerlo!
Para la mayoría de los dirigentes del PT la orden es defender "nuestro campo", "nuestras alianzas" contra el PSDB (derecha), que es la "reacción". Sin embargo, en el momento de anunciar la suba de las tarifas en São Paulo, el Alcalde Haddad, del PT, se unió a Alckmin del PSDB. A la hora de criticar a los manifestantes y defender a la Policía Militar, Haddad nuevamente se encuentra junto a Alckmin.
Entonces, cuando la gran prensa celebra la caída de Dilma en las encuestas, los dirigentes del PT no pueden explicar nada y sólo se quejan del "partido de la prensa".
Dilma una vez que facultó al gobierno a que redujera los impuestos sobre transportes municipales se calló sobre los aumentos generalizados que se han producido en el país. Sí, no tienen nada que decir porque se niegan a romper con la burguesía, con las grandes empresas y quieren "gobernar con normalidad." El problema es que todo el mundo está dejando de ser "normal" y la vieja lucha de clases reaparece en serio. Suecia ardiendo durante semanas en la revuelta de los jóvenes inmigrantes que queman restaurantes, escuelas y bancos y dejan por escrito: "Local al que nunca voy a poder ir." Sí, la diferencia social conduce a la revuelta y esto vale para Suecia, Turquía y Brasil.
Es sólo el comienzo de un vendaval
La Folha de São Paulo retrató el sufrimiento y el espanto de quien estaba conduciendo un auto y asistía asustado a una guerra de los policías armados contra jóvenes desarmados, atacándolos con gases lacrimógenos, gas pimienta y balas de goma en las calles de São Paulo. Más asustados aún están los trabajadores y jóvenes que encuentran que el salario que reciben no es suficiente para pagar el alquiler, el transporte y la comida al final del mes. Se asustan y están cansados de ir y venir del trabajo en autobuses y metros llenos hasta los topes, y si no se caen es porque no tienen donde caerse, de tan llenos que van los vagones y autobuses. Están cansados y asustados porque viven en suburbios lejanos aterrorizados por la policía y el bandidaje. Más allá del cansancio, comienzan a buscar salidas, ¡luchan y se rebelan! ¡Pero es sólo el comienzo! Vientos más fuertes soplarán.
El camino es la lucha
En medio de todo esto, los trabajadores abren su camino: huelga en Florianópolis, (la justicia ha tenido que decretar que en la huelga "el 100% de los autobuses tienen que rodar", lo que fue justamente despreciado por los trabajadores que ya han recibido el apoyo de otros sindicatos y movimientos populares). En Recife, los trabajadores del metro amenazan parar.
La vieja lucha de clases anuncia un nuevo tiempo
Las manifestaciones ocurridas en Goiânia, Porto Alegre, Río de Janeiro, São Paulo y otras ciudades y capitales, en contra de los ajustes de las tarifas de los autobuses y del metro, son el silbato que muestra que el tren está llegando. Los jóvenes de Sao Paulo, incluyendo a los petistas, tomaron el camino correcto y están en las manifestaciones contra los reajustes de los billetes realizados por Alckmin y Haddad.
Este primer movimiento, mayoritariamente de jóvenes, es la muestra de que las cosas en el interior del PT se están descongelando, demuestra que los trabajadores y la juventud irán a exigir a sus dirigentes, de la UNE, de la CUT, del PT, de la CMP, mucho más que simples declaraciones o "agendas positivas" que no resuelven nada. Hay que romper las alianzas con la burguesía y sus partidos y satisfacer las reivindicaciones.
La Esquerda Marxista está en la lucha de los trabajadores y de la juventud. ¡Una nueva situación se está abriendo! La olla a presión comienza a hervir y, en el próximo período, con nuestra participación en las luchas, estaremos dialogando con los afiliados del PT para pedir apoyo militante a las tesis Girar a la izquierda – Religarse al socialismo.
¡Únete a nosotros!
Esquerda Marxista, viernes 14 de junio