El Comité por una Internacional de los Trabajadores (CWI-CIT) está sumido en una crisis convulsiva, que probablemente terminará en una escisión. En el centro de la crisis están los acontecimientos en su sección irlandesa. Del material disponible de sus discusiones internas parece que la sección irlandesa está siendo acusada de adaptarse a las políticas de identidad, concentrándose en temas feministas y LGBTQ+ en detrimento del trabajo en los sindicatos, inclinándose hacia el reformismo y al mismo tiempo adoptando una postura sectaria. Esto emerge tanto de las críticas de la fracción mayoritaria del Secretariado Internacional (SI) como de uno de sus parlamentarios, Paul Murphy.
Partiendo de un conflicto con la dirección de su sección irlandesa, ahora el SI (Secretariado Internacional) del CWI-CIT se encuentra en conflicto con sus secciones griega y belga, y también con las secciones sueca y estadounidense. La gravedad de la crisis a la que se enfrenta el CWI-CIT se reveló en su reciente reunión del Comité Ejecutivo Internacional (CEI), donde el SI sólo contaba con el apoyo de una minoría de los miembros del CEI. De hecho, los miembros de CEI de 14 países, una mayoría, votaron en contra de las propuestas de SI. Además, el SI asimismo está dividido, con una minoría que simpatiza con la mayoría del CEI. El hecho que el máximo dirigente del CWI-CIT, Peter Taaffe, haya perdido la mayoría en el CEI indica que se está produciendo una revuelta contra la dirección internacional del CWI-CIT. Eso explica por qué la mayoría del SI ha lanzado una fracción propia y ha abierto un período de debate interno, que se prolongará a lo largo de 2019.
El motivo de la declaración de una fracción por la mayoría de los miembros del SI se debe claramente a que los antiguos dirigentes perdieron de facto el control. En lugar de aceptar las decisiones de una estructura que se encuentra por encima del SI, están decididos a mantener el control, pisoteando a todas las secciones del CWI-CIT que no le son afines e imponer su voluntad incluso si esto conllevase una escisión masiva.
Tono de acoso e intimidación
La crisis ha producido una declaración de Taaffe, que adopta un tono intimidatorio en todo momento, lleno de ataques y recriminaciones contra sus oponentes. Hay muy pocos argumentos políticos, mientras que todo tipo de hechos aleatorios se utilizan en un intento de fortalecer su autoridad. Esta actitud no es sorprendente. De nuestra propia experiencia en 1991-92, cuando fuimos expulsados del CWI-CIT –lo que dio origen a la formación de nuestra organización internacional, la Corriente Marxista Internacional (CMI)– una cosa de la que podemos estar seguros es que los líderes de la sección irlandesa del CWI-CIT, y los miembros que los apoyan, no serán tratados con paciencia y comprensión; no habrá un intento genuino de escuchar lo que tienen que decir y de convencerlos a través de discusiones y argumentos pacientes. Todo lo que digan o escriban se sacará de contexto y se usará para presentarlos como renegados, y todo, incluido el fregadero de la cocina, será lanzado contra ellos.
El otro lado de esta situación es que Taaffe y sus partidarios en la dirección del CWI-CIT dedicarán todo el tiempo y energía a impulsar su propia imagen en un intento por establecer su autoridad, mientras que al mismo tiempo rumorean en los pasillos. En su documento de fracción, Taaffe se refiere a una serie de éxitos pasados del Socialist Party de Gran Bretaña (la organización británica del CWI-CIT, de la que es secretario general), aunque curiosamente, todos ellos se encuentran en un pasado muy lejano, desde antes de la escisión de 1991-92. Parece que tiene poco de qué jactarse desde entonces. Lo que llama la atención de inmediato cuando se lee su documento es que está lleno de lo que hizo él como individuo: un signo claro de un ego superlativo.
Entre los éxitos que Taaffe elige para resaltar, está la posición ganada en el sindicato PCS (funcionarios) en Gran Bretaña, pero él decide ignorar el hecho de que esta posición ahora está en proceso de ser destruida en una disputa que, entre otras cosas, involucra la cuestión del sectarismo. También menciona «el éxito de nuestro enfoque» hacia la política de identidad al mencionar la creación de Panther UK a principios de los años noventa. Una vez más, olvida convenientemente que este fue un caso claro de adaptación a ideas pequeñoburguesas que, en lugar de servir para reclutar a jóvenes negros y asiáticos con una política revolucionaria, terminó con la escisión de Panther (Gran Bretaña) que se unió al nacionalismo negro, lo que no es exactamente un ¡gran éxito!
Por otro lado, la sección irlandesa del CWI-CIT tiene al menos algunos éxitos más recientes de los que jactarse. Tiene tres diputados y ha desempeñado un papel clave en la campaña contra el incremento del precio del agua y en los referendos más recientes sobre el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo. Los militantes irlandeses deben preguntarse con qué autoridad les está aleccionando Taaffe.
Para aquellos que conocemos bien el historial de Peter Taaffe y sus asociados, y su método de construcción de la organización, esta crisis no nos sorprende. La única sorpresa es que no llegara mucho antes.
El método de Taaffe ha consistido en buscar resultados rápidos y fáciles, en una palabra: atajos. Ese fue el caso en 1991-92, y Ted Grant –el fundador original del CWI-CIT y posterior cofundador de la CMI– lo describió como un «atajo hacia el precipicio». Olvidó hace mucho tiempo que no hay un sustituto para construir pacientemente desde abajo hacia arriba, con una atención meticulosa a la educación teórica de los cuadros. Sin consolidar una base sólida de cuadros, no existe un marco sobre el cual pueda construirse una tendencia política mucho más grande e influyente. Los atajos pueden dar resultados que parecen ser más rápidos a corto plazo, pero es como construir sobre la arena. Tan pronto como los vientos de la lucha de clases soplan sobre una estructura como esa, ésta comienza a quebrarse y finalmente colapsa. Eso es lo que le está pasando ahora al CWI-CIT.
Las advertencias de Ted Grant
Ted Grant, durante los debates de 1991, explicó a la dirección de Militant (antecesor del Socialist Party británico) que, aunque tenían una enorme sede, una gran imprenta y un aparato político de gran tamaño en sus manos, inevitablemente con sus métodos e ideas, todo eso se «vería reducirse a polvo». Hace mucho tiempo que la gran sede se perdió, al igual que la imprenta y el aparato que había sido construido tan cuidadosamente. Ahora estamos viendo el acto final de lo que Ted Grant había predicho.
Un punto interesante que surge del material sobre la sección irlandesa, publicado en el Boletín Interno del CWI-CIT, es la idea de «llegar a las masas». Esto demuestra que han perdido todo sentido de la proporción. Ted Grant siempre insistió en que los revolucionarios deberían tener sentido de la proporción. Si esto se pierde, uno comienza a hundirse en los pantanos del oportunismo o del sectarismo, o en una combinación de ambos. Tiene que haber un equilibrio entre la actividad y la educación. Si se pierde este equilibrio, se inicia el alejamiento de los principios marxistas.
Retomemos aquí, brevemente, la historia de esta tendencia política. El fundador de la Tendencia Militant, de la cual surgió el CWI-CIT, fue el camarada Ted Grant, quien elaboró la teoría, los principios, las políticas y las tácticas que hicieron de la Tendencia Militant la organización trotskista más exitosa del mundo desde los días de la Oposición de Izquierda Rusa de fines de los años 20 del siglo pasado.
Bajo la dirección política de Ted Grant, la Tendencia Militant fue considerada como una corriente legítima dentro del movimiento obrero. Había restablecido la bandera limpia de Trotsky que había sido arrastrada por el barro por la miríada de sectas que reclamaban su legado. Era respetada por los trabajadores y los jóvenes de todo el mundo por sus ideas, sus tradiciones democráticas limpias y su clara orientación hacia las organizaciones de masas de la clase obrera.
La Tendencia Militant se convirtió en una fuerza seria en el movimiento obrero británico, con miles de seguidores, una gran sede en Londres, un gran número de liberados políticos, tres miembros en el Parlamento de Westminster, y docenas de concejales elegidos en las candidaturas del Partido Laborista y una base importante en los sindicatos británicos. Dirigió el ayuntamiento de Liverpool y se convirtió en un nombre ampliamente conocido como resultado de nuestra exitosa campaña contra el impuesto a los residentes en viviendas (Poll Tax), que derribó al gobierno de Margaret Thatcher.
Desafortunadamente, una camarilla burocrática, dirigida por Peter Taaffe, emergió lentamente dentro de la Tendencia durante varios años. Esto se produjo a través de una reducción gradual de la educación política y de la promoción del activismo. En el proceso, una capa de cuadros educados fue reemplazada por otra nueva que no recibió la formación básica política por la cual Militant había sido reconocido en el pasado. En lugar de una comprensión de las perspectivas y de la necesidad de construir las estructuras de una futura tendencia de masas, es decir, un núcleo de cuadros educados, surgió la política de los trucos, la exageración y la promesa de resultados rápidos y fáciles.
Eventualmente, esto llevó a la búsqueda de atajos, lo que empujó a la Tendencia en una dirección ultraizquierdista y sectaria, rompiendo con todas las tradiciones y métodos que habían llevado a los sobresalientes éxitos del período anterior. Taaffe y compañía no entendían que los éxitos en el frente parlamentario, en Liverpool, en el Partido Laborista y en los sindicatos se basaron en un largo período previo de trabajo paciente de formación de cuadros sobre el terreno.
Ted Grant, junto con Alan Woods, Rob Sewell y otros compañeros, intentaron resistir este giro hacia el aventurerismo, pero llegó demasiado tarde y no se permitió una discusión genuina, ni hubo ningún intento de llegar a un acuerdo a través del debate democrático, sino que se utilizaron métodos burocráticos y absolutamente gansteriles que estaban completamente alejados de nuestras tradiciones democráticas. La oposición, dentro de Militant en Gran Bretaña y en todo el mundo, fue expulsada de la manera más arbitraria a principios de 1992. Como lo expresó Taaffe, la Oposición se había «colocado fuera de la organización».
Esto marcó una ruptura decisiva con las tradiciones genuinas del trotskismo y eventualmente llevó a la destrucción de todo lo que habíamos logrado en un período de 40 años de paciente trabajo revolucionario. Bajo la dirección de Peter Taaffe, los logros que habíamos logrado en el movimiento obrero se perdieron gradualmente.
Abandono de la teoría
Progresivamente, la teoría marxista fue reemplazada por agitación vacía y activismo. Esto ya había comenzado antes de la escisión de 1991-92, pero se aceleró después. Desde entonces, el CWI-CIT no ha publicado una sola obra de teoría marxista digna de ese nombre. De hecho, en el momento de la escisión, Taaffe, reflejando su propia debilidad en relación a la teoría marxista, se refirió sarcásticamente a Ted Grant y Alan Woods como «meros teóricos». Fue Lenin quien enfatizó el punto de que «sin teoría revolucionaria no puede haber movimiento revolucionario», pero Taaffe olvidó completamente este fundamento.
Así, el nivel político de Militant comenzó a declinar. Esto le vino muy bien a la camarilla dirigente alrededor de Taaffe, ya que los cuadros educados pueden criticar la dirección y corregir cualquier error que pueda cometer, lo último que Taaffe y sus colegas deseaban.
A medida que el nivel teórico sufría cada vez más, el giro a la derecha en las organizaciones de masas a fines de los años 80 y 90 y la ofensiva política lanzada por la clase capitalista después de la caída del Muro de Berlín, encontró a una capa de la organización mal preparada y equipada para hacer frente a la nueva situación a la que se enfrentaba la Tendencia.
Para mantener unida a la organización en estas condiciones, en lugar de poner énfasis en la necesidad de elevar el nivel político, Taaffe impulsó una nueva agenda abandonando el Partido Laborista en Gran Bretaña, explicando que se había convertido en un obstáculo para el desarrollo de la Tendencia. Él planteó la idea de que simplemente abandonando el Partido Laborista, crecerían a pasos agigantados, incluso por decenas de miles.
Una vez que se embarcaron en este camino, Taaffe y sus partidarios establecieron su rumbo hacia el aventurerismo y el ultraizquierdismo. Esto, sin embargo, no dio los resultados deseados, y la organización de Taaffe continuó sufriendo la hemorragia de miles de miembros. Áreas enteras se escindieron, como Escocia y Liverpool (las dos áreas de las que Taaffe era el responsable político en Militant). Sin embargo, en lugar de reevaluar honestamente la situación, persistieron en su camino sectario. Y cuanto más erraban, más sectarios se volvían ¡Este es el precio que pagaron por el abandono de la educación marxista básica de la teoría! Eso explica por qué hoy son completamente incapaces de comprender lo que le ha ocurrido en el seno del Partido Laborista, ya que para hacerlo sería necesario admitir que cometieron un gran error en 1991, algo que Taaffe es incapaz de hacer, ya que lo consideraría como un menoscabo a su prestigio personal.
Por lo tanto, al no haber aprendido nada de sus errores, siguieron buscando atajos de solución rápida. Uno de ellas fue su obsesión con la política electoral, que se expresó en el lanzamiento de la TUSC (Coalición Sindicalista y Socialista, el frente electoral establecido por el CWI-CIT en Gran Bretaña con el apoyo de algunos sindicalistas y otras fuerzas). Este fue un intento desesperado por conseguir representación electoral y cargos públicos o, al menos en los ayuntamientos, y utilizar estas posiciones para construir de arriba hacia abajo, pero sin las fuerzas sobre el terreno en forma de cuadros suficientemente educados. En lugar de basarse en lo que habían heredado del pasado, comenzaron a perder sus posiciones, como se puede ver en Coventry, donde, aunque habían perdido el diputado tenían tres concejales, pero ahora no tienen ninguno.
Con tales logros, así como con la inclinación natural de Taaffe a atrincherarse y a exigir respeto de los miembros de la organización sin que este respeto fuese merecido, el régimen interno estaba condenado a ir de mal en peor.
La autoridad de una dirección política
Ted Grant señaló que la única autoridad que una dirección genuinamente revolucionaria puede reclamar es política y moral. Una dirección que tiene un nivel político suficiente no teme las críticas y puede responder a cualquier diferencia por la superioridad de su comprensión teórica. Una dirección honesta tampoco tiene miedo de admitir sus errores, explicando por qué fueron cometidos y corrigiendo su posición. Sin embargo, si no admite y corrige sus errores, está destinado a cometer más errores y a cubrir los errores anteriores con otros aún mayores.
Esto es precisamente lo que ha sucedido a la dirección del CWI-CIT bajo Taaffe. Cometió un gran error al abandonar la perspectiva del Partido Laborista y no ha tenido la honestidad y el coraje para admitirlo. Esto, en lugar de aumentar su autoridad, la ha disminuido, especialmente después de la victoria de Corbyn y del ascenso del Partido Laborista en los últimos años. Una dirección que carece del peso teórico necesario siempre recurrirá a medidas organizativas y administrativas para silenciar a la oposición. Esta es una receta acabada para crisis y escisiones.
Durante más de 25 años, la camarilla de Taaffe logró mantenerse con métodos burocráticos. Pero este enfoque conduce inevitablemente a la destrucción de una organización revolucionaria. Ahora, finalmente, sus métodos les han golpeado a ellos mismos.
Los problemas citados anteriormente como la causa inmediata del conflicto dentro del CWI-CIT no cayeron de un cielo azul claro. Deben haber estado desarrollándose por algún tiempo, pero sólo han surgido claramente ahora. Taaffe está acusando a sus oponentes de los mismos métodos y debilidades políticas que él ha cultivado y de los que es responsable, los cuales se están haciendo ahora más visibles, incluso en el caso de Irlanda, que en el pasado fue reivindicada como una sección modelo por el mismo Taaffe. Gran parte de la lista de críticas de Paul Murphy a la sección irlandesa nos resulta muy familiar, ya que lo que él describe ya estaba presente en los últimos años antes de la escisión de 1991-92, en el movimiento en torno al Impuesto sobre los residentes en viviendas (el Poll Tax)
El movimiento anti-Poll Tax fue un gran éxito, pero como Ted Grant afirmó a menudo, los éxitos a veces pueden ser más problemáticos que las derrotas. El movimiento anti-Poll Tax fue un movimiento de masas, e incluso las fuerzas considerables que tenía Militant eran todavía demasiado pequeñas para lidiar con el alcance de ese movimiento. En el proceso, la educación política fue completamente abandonada, y toda la organización se concentró exclusivamente en el trabajo de esta campaña. El nivel político de las agrupaciones locales de Militant se hundió y, de hecho, se convirtieron en meros grupos de agitación del movimiento anti- Poll Tax. La atención al reclutamiento, a la educación y a la consolidación de los militantes se quedó por el camino. El resultado final fue una organización más débil, no más fuerte. Por lo tanto, el origen de los problemas en la sección irlandesa del CWI-CIT se encuentra en el método falso de construcción que Taaffe desarrolló hace muchos años.
No tenemos ninguna duda de que la crisis actual en el CWI-CIT es un resultado, por un lado, de una línea política errónea, y por otro, de métodos burocráticos zinovievistas. Nuestra experiencia demuestra que Taaffe no puede soportar críticas de ningún tipo, y si se encuentra en minoría, no dudará en intimidar a cualquier compañero que no esté de acuerdo con él, y que no retrocederá incluso ante la perspectiva de escindir la organización. Tal es la naturaleza del sectarismo burocrático. Esto ha reducido al CWI-CIT a nada más que a una secta.
El sectarismo y la política del prestigio
La aparición de Jeremy Corbyn como líder del Partido Laborista británico ha producido un cambio fundamental, no sólo en el Partido Laborista, sino en toda la política británica. Esto es muy evidente para cualquiera que tenga un mínimo entendimiento de la situación política en Gran Bretaña. Pero es un libro cerrado para Peter Taaffe y su camarilla. Su solicitud de afiliación al Partido Laborista fue sólo una artimaña. Cuando Taaffe informó al Comité Nacional que la solicitud del Socialist Party había sido rechazada, todos se echaron a reír. «Gracias a Dios», dijo Taaffe, «estaba preocupado de que hubiéramos sido aceptados».
La política del prestigio juega un papel importante en todo esto. Taaffe declaró que el Partido Laborista se había convertido en un partido capitalista y que ya no era un partido de trabajadores. Para reorientarse al Partido Laborista, tendría que admitir que la perspectiva en la que se basó durante más de 25 años, y que fue uno de los temas principales de la escisión de 1992, era errónea.
Por lo tanto, en un momento en que medio millón de personas se han unido al Partido Laborista, esta secta en bancarrota se ha convertido en una completa irrelevancia, y aún mantiene la presentación de candidatos en contra de los Laboristas, en lugar de unirse a la lucha decisiva dentro del Partido Laborista. En noviembre, el comité directivo de la TUSC decidió que ya no presentarían candidatos en las elecciones. Un papel fundamental en tomar esta decisión correspondió al RMT (sindicato ferroviario). A pesar de esto, los líderes del Socialist Party (CWI-CIT británico) aún persistieron en su línea sectaria y anunciaron que presentarían candidatos contra el Partido Laborista en las próximas elecciones locales de mayo, ¡mientras que al mismo tiempo, de manera ridícula, exigen su readmisión en el Partido Laborista!
Es de conocimiento general que muchos compañeros han abandonado el Socialist Party y se han unido al Partido Laborista. Han comprendido algo que es evidente: en el momento actual en Gran Bretaña, el lugar donde deberían estar los marxistas es en las filas del Partido Laborista, donde se libra una feroz batalla entre el ala derecha y la militancia de base laborista que está luchando para tomar el control. Taaffe permanece obstinadamente fuera, dando sermones desde las esquinas, y se ha opuesto a la afiliación de sindicatos como el RMT y la FBU (bomberos) al Partido Laborista. La FBU correctamente se re-afilió y, sin duda, en algún momento, el RMT hará lo mismo. Esta negativa a reconocer la necesidad de abandonar su enfoque sectario es una posición completamente reaccionaria que no tiene nada en común con las ideas y los métodos de Lenin y Trotsky.
Además, en lugar de luchar por una clara posición de clase marxista, el CWI-CIT ha ido a la deriva en una dirección oportunista, capitulando ante las presiones pequeñoburguesas (diluyendo su programa electoral, apoyando a candidatos del Partido Demócrata en los Estados Unidos, etc.), al mismo tiempo que mantiene un enfoque sectario.
Taaffe acusa a sus oponentes en Irlanda y en otros lugares de todo tipo de pecados políticos atroces (liquidacionismo, oportunismo, mandelismo, etc.). Pero si hay oportunismo y liquidacionismo en las filas del CWI-CIT, estas tendencias no han surgido de la noche a la mañana. La dirección de la CWI-CIT es totalmente responsable de esta tendencia enfermiza hacia los atajos, que es la base del oportunismo. Ha sido visible para todos desde hace bastante tiempo.
De hecho, resulta de un ridículo vergonzante el que Taaffe acuse a la sección irlandesa de Mandelismo, cuando en el mismo documento admite que un debate sobre China dentro del CWI-CIT condujo «al SI por mi propia iniciativa a proponer un compromiso» en el que dos posturas diferentes y contradictorias sobre el tema ¡se resolvieron con una sola! Eso es puro mandelismo y, de hecho, es casi una repetición de la situación de 1964, cuando Ted Grant desafió a los líderes del «Secretariado Unificado» para que presentaran una posición clara sobre la naturaleza de clase de China. No podían, por supuesto, ya que la unidad de esa organización se basaba en un compromiso sin principios entre dos posiciones contradictorias sobre la cuestión (la del SWP de los Estados Unidos y la de Mandel).
Esta combinación de oportunismo con sectarismo extremo ha producido resultados que ahora todos pueden ver claramente. En Irlanda, los miembros de su organización están lidiando con el problema del trabajo de masas y de los cargos públicos sin la base necesaria de cuadros. Esto no se puede resolver «sobre la marcha», sino que requiere una revisión fundamental del trabajo.
Estamos seguros de que hay muchos miembros honestos del CWI-CIT internacionalmente que se unieron a esa organización para luchar por el socialismo. Invitamos a todos los miembros del CWI-CIT, y a los que se han ido, a pensar detenidamente sobre lo que ha sucedido. También los invitamos a leer los documentos de la escisión de 1991-92, en los cuales la minoría dirigida por Ted Grant y Alan Woods fue expulsada burocráticamente por la camarilla de Taaffe, y a comparar los métodos que se usaron entonces con los métodos que se están utilizando ahora.
¡Compañeros! Las auténticas ideas, tradiciones y políticas de la Tendencia Militant han sido preservadas y defendidas consistentemente por la Corriente Marxista Internacional. Te invitamos a leer sus ideas en nuestro sitio web: www.marxist.com para leer Cómo se construyó y cómo se destruyó la Tendencia Militant de Rob Sewell, la Entrevista a Ted Grant sobre Militant‘ (en inglés), y la biografía de Ted Grant, El revolucionario permanente (en inglés) y en Ted Grant: el hilo conductor del marxismo (en castellano), donde encontrarán nuestra explicación de lo que realmente ocurrió en Militant. Esto proporcionará una respuesta completa a las falsificaciones que los líderes taffistas han producido durante años. Les pedimos que lean las advertencias que hicimos en ese momento, [ver ‘ El Nuevo Giro: una amenaza para el trabajo de cuarenta años‘, en inglés] y las comparen con lo que realmente ocurrió. Consideren sus propias experiencias en el CWI-CIT y saquen sus propias conclusiones. Si están de acuerdo, les pedimos que se unan a la Corriente Marxista Internacional, la verdadera heredera de las mejores tradiciones de Militant, y a su lucha por una nueva Internacional, y nos ayuden a construir las fuerzas del marxismo con los métodos sanos de Ted Grant.