Durante el día de hoy, 8 de enero, unos miles de seguidores de Bolsonaro asaltaron las sedes del Congreso, de la Presidencia y del Tribunal Superior Federal en Brasilia, la capital del país, exigiendo una intervención militar.
A los manifestantes bolsonaristas que rechazan la elección de Lula (que tomó posesión el lunes) y que estaban acampando a las entradas de cuárteles militares, se unieron otros 4.000 que llegaron en autobuses de diferentes partes del país para participar en el asalto.
La turba reaccionaria fue escoltada por la Policía Militar del Distrito Federal hacia las sedes de los tres poderes, y esta no ofreció ninguna resistencia seria a la entrada de los bolsonaristas a los edificios. Hay imagenes de policías conversando tranquilamente con los bolsonaristas y de otros tomando imágenes de sus acciones sin intervenir.
La PM del DF está bajo el mando del responsable de Seguridad Pública del DF, Anderson Torres, ministro de justícia saliente de Bolsonaro recientemente nombrado en su cargo por el gobernador del DF, el también bolsonarista Ibaneis Rocha (MDB). Rocha autorizó el viaje de Torres a EEUU donde se encuentra Jair Bolsonaro.
Claramente, el asalto reaccionario a las instituciones de gobierno no tenía el apoyo de ningún sector serio de la clase dominante en Brasil. La prensa burguesa, incluyendo la de derechas, calificaron a los reaccionarios como «terroristas».
La propia dirección del PL de Bolsonaro, cínicamnete, se desmarcó públicamente de la turba reaccionaria. El bolsonarista gobernador del DF cesó a su ministro de Seguridad Pública Torres y pidió públicamente disculpas al presidente Lula, en un intento por evadir su propia responsabilidad.
Significativamente, Washington rápidamente emitió un comunicado «en defensa de la democracia en Brasil» y repudiando los hechos. Sabemos que al imperialismo EEUU no le interesa la democracia en absoluto, sino más bien la gobernabilidad burguesa que le permita garantizar sus intereses de clase. No podemos olvidar que hace apenas un mes, Washington tuvo un papel destacado en el golpe que sacó de la presidencia del Perú al presidente Castillo.
Finalmente, en horas de la tarde, el presidente Lula decretó la intervención federal de la Seguridad Pública del DF y ordenó a las fuerzas policiales recuperar control de los edificios de los tres poderes públicos. Cientos de reaccionarios fueron detenidos.
Las organizaciones de masas han convocado a manifestaciones de repudio para el lunes por la tarde. Glauber Braga, diputado federal del PSOL y representante de la izquierda del partido, llamó al movimiento obrero a movilizarse hacia Brasilia para lidiar con la intentona reaccionaria.
Las turbas reaccionarias bolsonaristas representan una pequeña minoría, que la movilización decidida de la clase obrera puede barrer de las calles. Sin embargo es crucial que esta movilización se haga con independencia de clase y como parte de la lucha más amplia por los intereses de la mayoría trabajadora.