La realidad económica del país es profundamente alarmante, millones de personas estamos viviendo en la miseria y ahora se pone en riesgo hasta las cuestiones más mínimas de subsistencia. Los pronósticos de los marxistas se han cumplido, la burguesía decía que El Salvador era una economía sólida y, aunque se vería afectada por la crisis económica mundial, era capaz de salir adelante. Nosotros hace justo un año atrás escribíamos: “Las remesas están desacelerando su crecimiento, con una crisis en EEUU veríamos su caída provocando una contracción del mercado y cierre de empresas y pequeños negocios. Cientos de miles de trabajadores salvadoreños pueden perder sus empleos, ir a quiebra en sus pequeños negocios o tener tan bajos ingresos que saldrían en busca de trabajo a los EEUU mientras este país está endureciendo su política migratoria y no podrá absorber toda la fuerza de trabajo excedente de América Latina. En 2002 hubo 3,621 salvadoreños deportados y en 2004 6,248. La política migratoria se endurecerá aun más (¿A dónde va El Salvador?, abril de 2008)”.
La realidad económica del país es profundamente alarmante, millones de personas estamos viviendo en la miseria y ahora se pone en riesgo hasta las cuestiones más mínimas de subsistencia. Los pronósticos de los marxistas se han cumplido, la burguesía decía que El Salvador era una economía sólida y, aunque se vería afectada por la crisis económica mundial, era capaz de salir adelante. Nosotros hace justo un año atrás escribíamos: “Las remesas están desacelerando su crecimiento, con una crisis en EEUU veríamos su caída provocando una contracción del mercado y cierre de empresas y pequeños negocios. Cientos de miles de trabajadores salvadoreños pueden perder sus empleos, ir a quiebra en sus pequeños negocios o tener tan bajos ingresos que saldrían en busca de trabajo a los EEUU mientras este país está endureciendo su política migratoria y no podrá absorber toda la fuerza de trabajo excedente de América Latina. En 2002 hubo 3,621 salvadoreños deportados y en 2004 6,248. La política migratoria se endurecerá aun más (¿A dónde va El Salvador?, abril de 2008)”.
Esto es hoy toda una realidad, el año pasado las deportaciones de EEUU se elevaron a 20,516, ratificando el endurecimiento de la política antimigratoria. El Diario de Hoy, a un año de que escribimos las líneas arriba citadas nos dan la razón, el 1º de abril publicaban: “De acuerdo con el experto en remesas, Juan José García, la recesión económica por la que atraviesa Estados Unidos, y cuyos efectos ya se sienten en el país, hará que los salvadoreños dejen de enviar dinero por un monto que oscila entre los 200 millones y 250 millones de dólares, lo cual representa un decrecimiento del -6% al -8% para 2009, respecto a 2008” (El Diario de Hoy, 1 de abril de 2009).
La lacra del desempleo
Según la CEPAL, una recesión de 0.3% en América Latina y el Caribe significaría un aumento de 24 millones de desempleados en la región, es decir 4 veces la población de todo El Salvador. En nuestro país se hablan de decenas de miles de empleos perdidos desde diciembre a la fecha, sectores como la construcción y la maquila son de los más afectados. Antes se tenia una tasa de desempleo de 6.6% en la población adulta.
Si la situación ya era grave ahora es sumamente alarmante. No se necesita ser un gran analista, basta con abrir los ojos y mirar a nuestro alrededor para ver el completo fracaso del capitalismo en El Salvador. El parasitismo de la economía del país con respecto a la del imperialismo estadounidense permitió solventar medianamente algunos problemas a través del envío de remesas y de exportaciones, hoy todo se convierte en su contrario.
Es un crimen negarle al ser humano el derecho al trabajo, es el trabajo lo que ha echo al hombre y ha permitido los grandes progresos sociales. Jóvenes con gran potencial productivo que estarían dispuestos a usar sus fuerzas físicas y sus cerebros para mejorar esta sociedad son condenados al desempleo y a la lumpenización. Veteranos trabajadores que cuentan con gran experiencia laboral viven angustiados para ganarse el sustento propio y el de sus familias, viven con enormes presiones laborales, subempleados o sin empleo, sin una perspectiva clara de qué va a pasar en el futuro. Es la lucha cotidiana por rebuscarse el pan de cada día.
Son estas condiciones las que harán que la delincuencia y la indigencia aumenten a niveles mayores de los de hoy. La Hoja del equipo Maíz Nº 215 da datos reveladores, señala que el 14.8% de los jóvenes entre 14 y 19 años vive en la indigencia, esto equivale a 161,080 jóvenes. Estos son síntomas de un sistema insano, la muestra de que el capitalismo nos está empujando a la barbarie. Todo esto empeorará con la crisis capitalista más grande de los últimos 70 años.
La lucha por el empleo adquiere una importancia mayúscula, es la lucha por la propia supervivencia de la clase obrera y contra el barbarismo al que nos encamina el capitalismo. El problema del desempleo no es individual sino colectivo, no es un fenómeno que se de sólo en una empresa sino que es la actual tendencia general de la economía. La solución no está en buscar salidas individuales a problemas colectivos, sino en la unión, organización y lucha del conjunto de los trabajadores empleados y desempleados.
¿Cómo lucharon los marxistas rusos contra el desempleo?
El éxito de la lucha de los parados está en su unificación con los trabajadores en activo y sus organizaciones. Los bolcheviques tuvieron gran éxito en la lucha contra el desempleo enfrentándose a las posiciones reformistas de los mencheviques que aludían a la calma y a moderar el discurso para no asustar a sus millonarios amigos liberales. Los bolcheviques también combatieron los métodos ultraizquierdistas de los anarquistas y socialrevolucionarios que se apoyaban en la desesperación de los trabajadores sin empleo para realizar acciones ultraizquierdistas aisladas del movimiento de masas.
Los marxistas rusos tuvieron un papel dirigente en el Comité de Parados de San Petesburgo, que fue un ejemplo para luchas similares en otras regiones de Rusia. El origen de este comité se da en pleno año revolucionario de 1905, donde los capitalistas se vengaron de los trabajadores por sus militantes huelgas revolucionarias y despidieron masivamente a gran cantidad. El vínculo con los obreros en las fábricas se dio desde el primer momento y se acordó que todos los trabajadores empleados donarían el 1% de sus sueldos para apoyar a sus compañeros despedidos. El comité estaba conformado, como es natural, con representantes de los desempleados, pero para asegurar una dirección auténticamente proletaria tenía una buena representación de los trabajadores de las fábricas y talleres. Para el año 1906 el comité estaba conformado por 15 trabajadores parados y 15 representantes de las fábricas.
Los dos años siguientes a 1905 estuvieron marcados por agitación y fermento revolucionario. La crisis económica se sumaba a la represión empresarial y agravó aun más las condiciones de vida de las masas, condiciones que eran desesperadas. Se tenían que empeñar la ropa y los pocos objetos valiosos con que contaban las familias pobres. Los bolcheviques organizaron a los parados y plantearon como alternativa un subsidio económico para los desempleados y un plan de obras públicas para generar empleos.
Se realizaron fuertes protestas a la Duma, los oradores bolcheviques decían a los parlamentarios: ¡No venimos a pedir sino a exigir! o ¡El dinero que tenéis legítimamente nos pertenece! Los bolcheviques se apoyaron en el radicalismo de las masas y aprovecharon su potencial de lucha asumiendo en todo momento una posición revolucionaria y proletaria, vinculando siempre al movimiento de los desempleados con los trabajadores con empleo.
A fábrica cerrada, fabrica tomada y expropiada bajo control obrero
Pero no necesitamos irnos tan atrás en el tiempo para encontrarnos con luchas importantes contra el desempleo. En Argentina, la situación de gran pobreza y desempleo generó el movimiento de los piqueteros, se peleó por subsidios de desempleo, empleo y se realizaron ollas populares para que la gente pudiera tener como mínimo algo para alimentarse. El colapso de la economía en 2001 en Argentina significó que cientos de fábricas cerraran, los trabajadores ocuparon más de 150 fábricas y a varias las echaron a producir bajo control obrero. Muy significativo es el caso de la empresa cerámica Zanón, aún tomada por los obreros, donde exigieron la nacionalización bajo control obrero. En esta empresa se consiguió elevar los salarios y nivelarlos internamente. Cuando los trabajadores saben que son beneficiados directos del producto de su trabajo se esfuerzan mucho más y buscan los mecanismos para organizar mejor la producción dando como resultado una mayor productividad.
Casos similares los hemos visto en otros países como Brasil. Cuando Lula era candidato a presidente fue a fábricas a realizar campaña electoral, una de esas fue CIPLA que estaba en huelga. Ya siendo presidente Lula, los obreros la tomaron, la echaron a producir bajo control obrero y le exigieron la nacionalización bajo control obrero. Por desgracia Lula hizo una alianza con algunos sectores de la burguesía en vez de apoyarse firmemente en el movimiento obrero, finalmente CIPLA no fue nacionalizada pero a cambio se le envío a la policía para desalojar a los trabajadores que tenían la producción en mejor estado que cuando estaban los patrones al frente. La alternativa del Estado brasileño fue echar a los trabajadores a la calle y cerrar la empresa para defender el sagrado derecho de propiedad privada capitalista. Lo que demuestra CIPLA es que a la larga no puede haber una empresa ocupada por los trabajadores de manera aislada, o este proceso se extiende al resto de la industria o esta empresa sucumbirá ante las presiones del capitalismo.
En los años pasados la economía brasileña mantuvo crecimiento económico que permitió que las posiciones reformistas tuvieran algún posicionamiento, ahora la situación ha cambiado. La OCDE prevé que la economía de Brasil caerá a – 0.3% en este año. Las presiones hacia el gobierno de Lula serán mayores, iniciando por la militancia del PT, y podríamos ver que incluso un presidente como el brasileño puede girar a la izquierda en el próximo periodo. Si esto es valido para Brasil, es cien veces más valido para El Salvador.
Donde el movimiento de fábricas ocupadas ha ido más lejos es en Venezuela, esto no es casualidad. Chávez es un dirigente honesto que quiere el beneficio del pueblo y por la propia experiencia del proceso revolucionario venezolano millones de persones, y Chávez mismo, llegaron a la conclusión de que no había salida bajo el capitalismo y era necesario construir el socialismo. Los obreros en las fábricas se han organizado, han ocupado fábricas y exigido su nacionalización, se han enfrentado a la burocracia reformista que se viste de rojo pero es un freno para el proceso, que intenta desviar la lucha planteando medidas como el cooperativismo contraponiéndolas a la nacionalización bajo control obrero.
Los marxistas hemos jugado un papel dirigente en esta lucha, empresas como INVEVAL, dirigida por la Corriente Marxista Revolucionaria (CMR) sección venezolana de la CMI, es el ejemplo más claro de que los obreros pueden evitar el cierre de empresas combatiendo el desempleo y echando a andar la producción sin necesidad de los patrones. Esto que ocurre a una escala menor en unas cuantas fábricas se puede hacer a nivel nacional permitiendo planificar la economía poniéndola al servicio de las masas y acabando con el caos y la barbarie capitalista.
Estas experiencias recientes del proceso revolucionario latinoamericano nos deben ser útiles en el actual proceso de cambio que se ha abierto en El Salvador y la tormenta que vivirá nuestra frágil economía bajo la crisis capitalista mundial. Los obreros deben ocupar las fábricas que se cierren y el gobierno elegido por los trabajadores las debe expropiar bajo control obrero. Esta sí que es una medida efectiva contra el desempleo y el alto costo de la vida.
Contra los despidos en el sector público y privado
Se deben resguardar los empleos de los trabajadores públicos, los gobiernos municipales podrán ver bajar sus ingresos producto de la misma crisis. En el gobierno de Funes los empresarios seguirán boicoteando y tratando de evadir impuestos. Esto podría tener un efecto, y más de un funcionario que coqueteara con la idea de despedir a trabajadores, incluso en alcaldías gobernadas por el FMLN. También se podrán plantear reducir prestaciones a los trabajadores municipales. Esto no debe ocurrir, se deben tomar medidas como informes regulares y transparentes de las finanzas del gobierno a todos sus niveles para que no se haga mal uso del presupuesto. Con respecto a los salarios debemos responder: ¡O todos en la cama o todos en el piso! Ningún privilegio para ningún funcionario y representante popular. Puesto obrero salario obrero, ningún funcionario debe ganar más que un trabajador cualificado.
Con esta medida tan simple se reducirían gastos y se podrían destinar los recursos no sólo para mantener a los trabajadores públicos sino también para tomar medidas a favor del conjunto de la población, por ejemplo realizando obras públicas que generarían más empleos.
Cuando el Che Guevara ocupó un cargo en el gobierno en la revolución cubana la primera medida que tomó fue reducirse el salario, esto no sólo es una medida económica sino también política. Él comprendía el fuerte peligro de la burocratización. La burguesía puede pasear a los dirigentes de las organizaciones obreras por sus grandes palacios, invitarles grandes banquetes y darles jugosos salarios para que estos se alejen cada vez más de la masa trabajadora y de ser posible cooptarlos para la causa de la burguesía y así sirvan de freno para no realizar cambios profundos que inevitablemente atentarían contra los privilegios de los empresarios y grandes burócratas. Por eso hoy es más urgente que nunca tomar las medidas que Lenin y Trotsky aplicaron cuando gobernaron el estado obrero de Rusia al no recibir ningún privilegio por encima de cualquier otro trabajador.
En el sector privado se deben tomar medidas similares, exigir que se abran los libros de cuentas de las empresas pues ellos siempre argumentarán que tienen pérdidas cuando en realidad lo que no quieren es que se reduzcan sus ganancias. Debemos luchar unidos los trabajadores y tomar medidas en caso de despidos, exigiendo se distribuya el trabajo existente entre las manos existentes, si no hay trabajo se debe reducir la jornada laboral sin reducción salarial.
Que la crisis la paguen los capitalistas
La burguesía tiene muy clara su posición, quieren que los trabajadores carguemos sobre nuestras espaldas los costos de la crisis. Cuando necesitamos educación, salud, educación o empleo se nos dice que no hay dinero, pero cuando se trata de rescatar los beneficios de los banqueros y capitalistas sacan recursos hasta debajo de las piedras. Recientemente el gobierno de Antonio Saca pidió un préstamo millonario al BID de 50 millones de dólares que sirvió para rescatar las ganancias de los empresarios salvadoreños y endeudar más al pueblo, y así tener que destinar los recursos del presupuesto estatal para pagar la deuda aunque se eliminen subsidios a la electricidad o el gas que consumen todos los salvadoreños.
Este préstamo millonario ha sido como echar dinero a la basura, ahora los empresarios piden un nuevo préstamo al BID y un nuevo rescate, para ellos nunca será suficiente. Funes dijo que su llegada al gobierno significaría un cambio seguro y que con él se daría la paz, la educación y la justicia social. Pero Funes tendrá que tomar una decisión: o se posiciona del lado de los trabajadores o de los empresarios, no puedes servir a Dios y al Diablo al mismo tiempo. Un cambio seguro significa posicionarse del lado de los trabajadores del campo y la ciudad y transformar de arriba abajo este país que el capitalismo convirtió en un infierno y que se encamina a la barbarie.
El triunfo en las elecciones presidenciales del 15 de marzo es un enorme paso adelante pero como Marx y Engels decían correctamente “La Emancipación de los trabajadores es tarea de los propios trabajadores”. Debemos confiar en nuestras propias fuerzas y en los métodos del proletariado. El triunfo del 15 de marzo es un paso muy importante pero sólo un paso. Los capitalistas siguen explotando a la clase obrera en sus empresas y los efectos de la crisis capitalista serán devastadores. Hoy las masas han tomado un respiro, la burguesía ha cambiado de táctica y presiona al gobierno elegido por las masas que aspiran al cambio para que este no lleve a la práctica las profundas transformaciones que se requieren. Los trabajadores todavía no han pasado a la acción pero presionarán porque los tan anhelados cambios lleguen. Los sectores avanzados del movimiento piden acción desde ahora, la derecha usará sus últimas semanas en el gobierno para preparar un terreno favorable para ellos y aplicar ataques a los trabajadores como lo fue la reducción del subsidio a la electricidad.
Las decisiones más importantes no se tomarán en el parlamento sino en la lucha en las calles, el FMLN debe estar convocando ya a movilizaciones para combatir el boicot de la burguesía al nuevo gobierno y combatir los ataques de los empresarios a las masas trabajadoras. Es más importante dar buenos mensajes al pueblo que llevó a Funes y al FMLN al gobierno que dar señales de buen comportamiento a la burguesía que ha arruinado al país completo. Es necesario confiar en nuestras propias fuerzas y dar una defensa férrea del empleo. Los marxistas agrupados en el BPJ proponemos al nuevo gobierno que aplique el siguiente programa contra el desempleo:
- ¡No al desempleo! ¡Trabajo o salario completo para todos!
- ¡No a los secretos empresariales! ¡Apertura de los libros de cuentas! Los trabajadores deben tener acceso a la información sobre todas las estafas, especulación, evasión de impuestos, acuerdos sospechosos y comisiones o compensaciones económicas excesivas. ¡Que los trabajadores puedan ver cómo han sido estafados y quién es el responsable del caos actual!
- ¡No a los cierres de fábricas! ¡Fábrica cerrada, fábrica tomada!
- ¡Nacionalización de las fábricas amenazadas de cierre bajo el control y gestión de los obreros!
- Por un amplio programa de obras públicas. Por un programa de emergencia de construcción para satisfacer la demanda de vivienda social, escuelas, hospitales y carreteras que dé empleo a los desempleados.
- ¡Introducción inmediata de la jornada laboral de 32 horas semanales sin reducción salarial!
- Por una economía socialista planificada, donde se elimine el desempleo y la sociedad inscriba en su bandera: DERECHO UNIVERSAL AL TRABAJO
2 de abril de 2009