El nuevo gobierno está a punto de cumplir sus primeros 100 días. Y en este tiempo la discusión sobre una ley general de aguas no ha sido prioridad. Como si ha tenido prioridad concederle permisos de extracción y utilización de agua al proyecto residencial de Apopa, o liberar permisos ambientales para la inversión.
En el Ministerio de Medio Ambiente y en la Asamblea Legislativa no se ve muestra alguna de que la Ley pueda ser discutida. Claramente esto es una falla del Estado, particularmente del gobierno de Bukele y de la Asamblea Legislativa que son los principales encargados de «legislar para el pueblo».
Los ministros han dicho públicamente que las organizaciones sociales queremos politizar el tema agua. Eso es absurdo y ridículo, con eso no hacen más que demostrar que el Estado que ellos administran está al servicio de los poderosos y no de los pobres como lo quieren vender.
¿Qué podemos concluir con esto?
Lo que la juventud, las mujeres pobres y la clase trabajadora en general debe observar, es que el problema del agua no está desvinculado de una situación de clase y por tanto de una situación política.
O sino como se nos argumenta que en Metrocentro no falte el agua, o que en la fábricas refresqueras o cerveceras la producción nunca pare y necesitan miles de litros de agua, y al contrario en nuestras pequeñas casas donde no ocupamos mucha agua, no tengamos a veces ni para lavarnos las manos.
¿Qué es lo que permite esta contradicción tan injusta? quién determina la ley sino la política que hacen las y los diputados y ministros. Cómo se maneja la política en el capital, pues la política y la justicia tienen un precio como cualquier mercancía. O sea lo que prevalece en esta sociedad no es la necesidad justa de los pobres sino la necesidad de la empresa que utiliza el agua y hace dólares con ella.
Los empresarios han desatado una lucha por tener el control del agua, pues la legislación actual les beneficia, pero no en el 100 %, el pueblo debe responder organizándose y administrando por su propia cuenta el recurso, porque solo así el agua no estará en favor de las empresas.
No podemos confiar en estos ministros y en las y los diputados que venden los intereses del pueblo por un par de lentejas. Por tanto exigimos una ley general de agua urgente y una legislación en favor de los intereses de las y los olvidados de siempre. Esta es una lucha real contra el capital que se hace rico constantemente con el agua de nuestro pueblo.
Nos sumamos a las huelgas contra el Cambio Climático
No solo en el país el capitalismo amenaza con controlar los recursos naturales, este es un problema mundial. Esto radicaliza cada vez más a la juventud. En el pasado 1.5 millones de jóvenes se han manifestado en las huelgas contra el cambio climático. Hoy se ha convocado nuevamente a jornadas de lucha a partir del 20 de septiembre. Un eslogan que se ha popularizado reza «Queremos cambio de sistema, no cambio climático». Como Alianza nos suscribimos a esta lucha mundial con el lema «Sin agua no hay vida» “Contra el cambio climático”.