En el preludio de nuestro trigésimo aniversario es de vital importancia remontarnos a nuestros orígenes, cuáles son y siguen siendo los principios que nos rigen y que nos han mantenido codo a codo a lo largo de tantos años con los más explotados en nuestro país. Remontarnos hasta esa época nos aclarará porqué nuestra tendencia se ha mantenido firme en nuestra línea política, lo que a su vez nos ha permitido remar a contra corriente muchas veces, pero que también nos ha forjado con temple y gallardía en la tarea de la construcción de una genuina organización marxista y revolucionaria en México.
Ted Grant y la Cuarta Internacional
Alguien podría pensar o preguntarse ¿por qué iniciar con Ted Grant? La respuesta es simple, fue Ted quién logró mantener con enorme firmeza los principios del marxismo revolucionario, gracias a él la bandera del marxismo sigue limpia, sobre todo de desviaciones o atajos, que otras muchas organizaciones han buscado. Se puede decir, sin exagerar, que Ted Grant es el hilo conductor entre nuestra tendencia y el legado revolucionario de Marx, Engels, Lenin y Trotsky.
Además, qué mejor que empezar por Ted Grant, quién junto a Alan Woods (y tantos camaradas que es imposible mencionar, algunos que, como Ted, han dejado el mundo terrenal) fundaron lo que hoy es la Corriente Marxista Internacional (IMT por sus siglas en inglés) hace ya casi 28 años, sin embargo, tenemos que ir más atrás para comprender la importancia de Ted Grant en la formación de nuestra tendencia.
Ted Grant nació en Sudáfrica, en 1913, y desde muy pequeño fue un estudioso del marxismo, a sus 15 años, ya había leído textos de Marx, Engels e incluso a Lenin. Asimismo, no dejaba su convencimiento del marxismo solo en la teoría, realizaba trabajo práctico, aún con muchas dificultades en el Sindicato de Trabajadores de Lavandería en Johannesburgo, sin embargo, las condiciones para el desarrollo de una organización en Sudáfrica eran muy difíciles, por eso en 1934, decide viajar a Inglaterra, viaje en el que se reúne con León Sedov, hijo de León Trotsky, miembro del Secretariado Internacional y coordinador del trabajo de La Liga Comunista Internacional, de la Oposición de Izquierda que lideraba Trotsky contra Stalin y la burocracia soviética.
Me atrevería a decir, que la llegada de Ted a Inglaterra en 1934 marca el inicio de nuestra tendencia. Inmediatamente después de instalarse, se une, junto a Sid Frost (cuyo verdadero nombre fue Max Basch, ambos decidieron cambiar su nombre para proteger a sus familias en Sudáfrica), al Grupo Marxista dentro del Partido Laborista Independiente (ILP por sus siglas en inglés), pero dentro del ILP no había mucha perspectiva, por lo que salieron de ahí para integrarse a la Liga Juvenil Laborista, la organización juvenil del Partido Laborista (LP por sus siglas en inglés), ahí ayudó a formar el Grupo Bolchevique Leninista, que después sería conocido como el Grupo Militant, nombre que llevaba el periódico que editaban.
Y la tarea más importante que desarrollaron dentro del LP en esos momentos, fue, por un lado, luchar contra la influencia del estalinismo dentro del movimiento juvenil, y, por otro lado, luchar contra el fascismo, muy concretamente contra los Camisas Negras de Mosley, participando activamente en el enfrentamiento de Cable Street, cuando los trabajadores del East End se movilizaron para frenar a los fascistas.
Antes de continuar me gustaría hacer un paréntesis sobre la burocratización de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), así como el papel de Trotsky en el movimiento revolucionario, y la fundación de la Cuarta Internacional, no hacerlo dejaría de lado aspectos muy importantes, que hoy en día nos distinguen muy nítidamente de los demás grupos que se autodenominan trotskistas y explican nuestras diferencias con quiénes siguen creyendo en la falsedades contra él y que a su vez siguen idolatrando a Stalin, como el continuador de la política de Lenin, algo más falso que los mismos juicios de Moscú.
En 1917 durante la Primera Guerra Mundial, en Rusia se desarrolló un enorme movimiento revolucionario, las condiciones económicas, derivadas de la guerra, más lo ominoso que resultaba el zarismo para los trabajadores y campesinos terminó en un proceso abiertamente revolucionario, con la abdicación del Zar Nicolás II y la instauración de un gobierno provisional, sin embargo, éste gobierno en poco se diferenciaba de la monarquía zarista, la guerra no cesó y las calamidades tampoco. Bajo la dirección de Lenin y Trotsky, el Partido Bolchevique logró engarzarse con las más sentidas necesidades del pueblo ruso, “Pan, Paz y Tierra”, además que de la experiencia de la revolución de 1905 se habían mantenido los comités, en donde se organizaban los trabajadores y campesinos, estos comités son conocidos como “Soviet” (Consejo en ruso), y los bolcheviques luchaban para que el poder pasará a ellos.
De marzo a junio se dieron importantes acontecimientos, que van desde la creación de las milicias en Petrogrado (antes San Petersburgo) y su expansión a las provincias, como el aumento del descredito del gobierno provisional. Asimismo, por la vía de los hechos los bolcheviques se daban cuenta del poder que tenían, bajo la clara dirección de Lenin y Trotsky, en las manifestaciones, por ejemplo, la mayoría de las pancartas llevaban sus consignas. También se podía notar la existencia de un doble poder. Para julio se da un levantamiento reaccionario, encabezado por el comandante Kornilov. Mientras que el ejército de Kornílov avanzaba en Petrogrado, proclamaba a voces que lo hacía para “salvar” al gobierno de un “golpe de Estado bolchevique”, pero el “golpe” era una invención tramada para justificar la acción de Kornílov y mantener las cosas inalterables, es decir, mantener la guerra y las desigualdades dentro de la sociedad post zarista.
Los bolcheviques demostraron en la acción que eran los mejores luchadores para oponerse a la contrarrevolución y, de ese modo, sentaron las bases para ganarse a las masas de trabajadores y soldados que hasta entonces apoyaban a los dirigentes reformistas.
La reacción parecía una fuerza formidable (la División Salvaje) pero pronto se redujeron a la mitad. Los trabajadores de los ferrocarriles sabotearon los trenes desviándolos de su camino. Los oficiales rebeldes fueron arrestados por sus propios hombres. La revuelta de Kornílov fracasó dramáticamente.
Para octubre las condiciones continuaban siendo sumamente difíciles, las derrotas en el frente influían negativamente en las filas del ejército ruso, las deserciones se daban en masa, la hambruna azotaba todo el territorio, y el gobierno provisional no hacía nada al respecto. Pero durante este tiempo, la lucha contra Kornilov, la corrección de las consignas, más la valentía de los bolcheviques que libraban duras batallas en el seno de los soviets, en los debates acalorados, más la acción en las calles, fueron determinantes para que el proceso que había iniciado en febrero con la abdicación del Zar, se materializara en una revolución que pondría a los trabajadores y campesinos al frente del poder.
Sin embargo, para el resto del mundo, cabe decir capitalista, no fue bien visto, que en un país sumamente atrasado como lo era Rusia se diera una revolución, y menos con tintes socialistas, lo que alarmó a la reacción internacional. Después de 1917, Rusia vivió la invasión de 21 ejércitos extranjeros, más los ejércitos blancos que añoraban destruir el nuevo gobierno. La guerra civil duró mucho, y fue Trotsky quien creo y dirigió al Ejército Rojo, que eliminó todo signo de reacción, durante la guerra civil miles de comunistas murieron defendiendo los triunfos de la revolución de octubre.
Para cualquier estudioso serio de la revolución rusa, debe ser obvio que, el papel de Trotsky fue de primer orden, comenzando con ser el presidente del Soviet de Petrogrado, la ciudad con mayor número de trabajadores, pues Rusia era un país mayoritariamente campesino. Después, de la mano siempre de Lenin, construyendo los cimientos de un nuevo gobierno y una nueva sociedad, así como erigir, casi de la nada el Ejército Rojo.
Pero los peligros nunca desaparecieron, por el contrario. Conforme el aislamiento de la revolución se acentuaba, el cansancio de las masas era más fuerte y el reflujo se profundizaba, las necesidades y el atraso cultural fue más fuerte.
La revolución rusa fue un acontecimiento que cimbró al mundo, en muchos países se quería seguir el ejemplo, sin duda el ánimo infundido por el triunfo de los bolcheviques allanó el camino para la formación de la que fuera, en tiempos de Lenin y Trotsky, la más grande y revolucionaria organización de los trabajadores, la Internacional Comunista o Tercera Internacional. Cabe mencionar que la Primera Internacional, o Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT) fue fundada por Carlos Marx y Federico Engels en 1864, y que tuvo que ser disuelta por las intrigas de Bakunin en el seno de la AIT; la Segunda Internacional, nace en 1889, y aunque en sus inicios apostó por un programa genuinamente socialista, mismo que se demuestra en la declaración del 1° de mayo como Día Internacional de los Trabajadores y el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora, después tuvo un giro al reformismo, es decir, ya no estaba en primer orden la revolución socialista mundial, sino que con reformas al capitalismo, por medio del parlamentarismo, se podría cambiar la sociedad, política que hizo que la mayoría de los partidos de los distintos países miembros, aprobaran los créditos de guerra (a excepción del Partido Bolchevique y el Partido Socialista Serbio), encabezados por el Partido Socialdemócrata Alemán, en ese entonces el más grande del mundo.
Después de la degeneración reformista de la Segunda Internacional y el enorme empuje revolucionario provocado por el triunfo de la revolución rusa, tanto Lenin como Trotsky se dieron a la tarea de formar la Internacional Comunista (IC); fundada en 1919 y bajo su dirección se realizaron aportaciones muy valiosas hasta nuestros días, fue en los primeros cuatro congresos que se desarrollaron tesis como la del frente único, el trabajo en los países coloniales y ex coloniales, el trabajo hacía la mujer, entre otras tesis importantes.
En 1924, después de la muerte de Lenin, todas las puertas estaban abiertas para la consolidación de la burocracia. El aislamiento de la revolución con respecto a la revolución mundial, el atraso cultural, el reflujo entre las masas, el surgimiento de una nueva clase en el campo que comenzaba a nacer como fruto de la Nueva Política Económica (NEP). Todo esto fue el contexto en el que Stalin se afianza en el poder del Estado y del partido. Él no representaba a una nueva clase, pero si a la burocracia que comenzaría poco a poco a asfixiar la revolución.
La política de la IC cambió drásticamente, la idea de la revolución internacional se cambió por la absurda idea del socialismo en un solo país, la tesis del frente único se cambió por la ridiculez del frente popular, y un sinfín de errores y zigzags, que llevaron a la IC a dar giros bruscos de derecha a izquierda. Para estos tiempos Trotsky ya había sido separado de todos los cargos y funciones del gobierno soviético, expulsado del Politburó y del Comité Central del partido, incluso había sido expulsado de la URSS. Stalin veía a Trotsky como un peligro para sus intereses y los de la burocracia que representaba.
Trotsky no funda la Cuarta Internacional de inmediato, él, junto a los que reivindicaban el verdadero marxismo (incluidos los aportes de Lenin), crean una Oposición de Izquierda, aun cuando él era denostado y acusado de agente del imperialismo, nunca dejó de defender a la URSS ni a la IC, él creía que era posible luchar por una revolución política. La formación de la Cuarta Internacional se da después de que la política de la IC se muestra como contrarrevolucionaria en varios terrenos.
En la política interna, una burocracia que se sentía consolidada en el poder comienza una serie de deportaciones y asesinatos selectivos bajo los odiosos Juicios de Moscú, más tarde los asesinatos serán en masa. La burocracia comienza una contrarrevolución acabando con las conquistas de octubre. En el plano internacional la URSS firmó un pacto con el régimen fascista de Hitler y planteó la política criminal del tercer periodo éste señalaba que la revolución socialista estaba a la vuelta de la esquina y cualquier pacto con fuerzas que no lucharan por ella eran reaccionarias, con esto negó la posibilidad del frente único con los socialistas alemanes y esto permitía llegar a Hitler al poder. Después de esta criminal política, la burocracia da un giro de 180 grados y levanta la bandera de los frentes populares, con los cuales justifica su alianza con la burguesía nacional progresista de los diferentes países y juega el papel de la vanguardia de la contrarrevolución en España. Ante esto, y al ver que no había ningún tipo de oposición a los mandatos de Moscú, Trotsky dijo que la Tercera Internacional estaba muerta y que era necesario una nueva internacional.
Todo lo que he expuesto sobre el triunfo de la revolución rusa, así como la degeneración de la URSS y de la IC, toma relevancia sobre los orígenes de la IMT, porque Ted, desde su juventud fue inspirado por los acontecimientos en Rusia, adicionalmente conoció Ralph (Raff) Lee quien ganó a Ted a las ideas del trotskismo, que había militado en el Partido Comunista Sudafricano desde 1922, pero fue expulsado durante las primeras purgas estalinistas por ser un trotskista. Es decir, los comienzos de Ted se dieron sobre la base del genuino marxismo que Trotsky defendió hasta su asesinato en nuestro país a manos de un agente estalinista en agosto de 1940.
La fundación de la Cuarta Internacional se da en 1938, con el Programa de Transición como eje rector. Hay que mencionar que durante el proceso de degeneración de la URSS y la IC los partidos comunistas seguían a ciegas a la dirección de la IC, y quienes se oponían a su política simplemente eran expulsados o asesinados, fueron pocos los partidos u organizaciones que se mantuvieron independientes a la política de la IC, uno de ellos fue el Grupo Militant, que después de ciertas diferencias, se convertiría en la Liga Internacional de trabajadores (WIL, por sus siglas en inglés), con una política internacionalista y abiertamente revolucionaria.
Sin embargo, la fundación se dio con muchos grupos, en cierto modo, fue una organización amorfa, no todos los integrantes tenían una política correcta, incluso algunos se integraron más por estar contra Stalin, que por defender el genuino marxismo o por tener coincidencias políticas con Trotsky. Hay muchos ejemplos, en Gran Bretaña Trotsky llamaba a entrar al ILP, para hacer trabajo político y ganar a los jóvenes, en España llamaba a entrar a las juventudes socialistas. En ambos casos sus “seguidores” no lo hicieron, mientras que particularmente en España si lo hicieron los estalinistas, el resultado fue, la traición nuevamente a la revolución, con las tan dramáticas consecuencias para los trabajadores y campesinos españoles con la derrota de la República y el ascenso de Franco al poder.
La WIL formó parte de la Cuarta, al menos en teoría, porque nunca hubo un acercamiento real, James Cannon, fundador del Partido Socialista de los Trabajadores (SWP, por sus siglas en inglés), habría maniobrado para unificar a los grupos “trotskistas” en Gran Bretaña, para que al fusionarse en la Liga Socialista Internacional, fueran la sección británica de la Cuarta Internacional, pero eso nunca pasó, simplemente porque no existieron las condiciones políticas para ello, es decir, los grupos tenían políticas totalmente diferentes.
Con el asesinato de Trotsky, la dirección de la Cuarta queda desarticulada, hay que recordar que León Sedov, hijo de Trotsky, fue asesinado en Paris, y no hubo quién tomara las riendas de la organización recientemente creada, pues la dirección elegida era joven e inexperta. Trotsky creía que la Segunda Guerra Mundial, podría tener dos escenarios: un movimiento de restauración capitalista en la URSS o una revolución política, y que una crisis revolucionaria acabaría con los viejos partidos y prepararía el camino para la creación de partidos trotskistas de masas.
Sin embargo, ocurrió otra cosa totalmente inesperada por la dirección de la Cuarta, que después de la muerte de Trotsky, no modificó en nada esta perspectiva. Sólo Ted Grant fue capaz de entender lo que sucedía, por un lado, la victoria del Ejército Rojo contra el fascismo alemán en gran medida fortaleció a la URSS e internacionalmente a los partidos estalinistas, asimismo, junto a los socialdemócratas, se encargaron en descarrilar la oleada revolucionaria que estaba sacudiendo a Europa, por otro lado, los trotskistas eran muy débiles como para aprovechar las ventajas que conllevaba la situación revolucionaria que siguió a la guerra. El poder cayó en manos de los dirigentes estalinistas y reformistas, quienes traicionaron el movimiento y entregaron el poder a la burguesía.
Antes de que la guerra llegara a su fin, en Gran Bretaña los miembros de la WIL se mantuvieron firmes ante los embates de los estalinistas, cambiando el nombre de su periódico (de Youth for Socialism a Socialist Appeal) y girando enérgicamente hacia las fábricas, construyendo su propia posición en la industria y consiguiendo tener un perfil de alcance nacional. En contraste, la sección oficial de la Internacional, la Liga Socialista Internacional, que rechazaba la política militar proletaria, colapsó. Finalmente, sus restos se fusionaron con la WIL para formar en 1944 el Partido Comunista Revolucionario (PCR).
Y ese fue el comienzo del PCR, participó en el plano parlamentario presentándose a las elecciones en el distrito electoral galés de Neath. Esto permitió poner a prueba sus ideas, construir su perfil y desarrollar su organización en el sur de Gales. Debido a su estatus legal y a la correcto de su orientación política fueron capaces de aprovechar las posibilidades y conectar con las capas más avanzadas de la clase obrera.
Los resultados del arduo trabajo del PCR hizo posible que los trotskistas británicos emergieran de la guerra como una organización proletaria sólida, fortalecida numéricamente y con puntos de apoyo importantes dentro del movimiento obrero. Se podría decir sin ninguna exageración que la WIL/PCR probablemente realizó el mejor trabajo en tiempos de guerra que cualquier otra organización trotskista en el mundo.
La situación cambió radicalmente. Lenin solía decir que, si las condiciones cambian en 24 horas, la táctica debe de cambiar igual de rápido, y la dirección del PCR rápidamente entendió la nueva realidad y cambió su perspectiva de acuerdo a ella.
Y fue la figura de Ted Grant la que jugó un papel clave en esta reorientación, pues con base en su comprensión del método marxista pudo analizar y explicar lo que estaba sucediendo. Por el contrario, los «dirigentes» de la Cuarta Internacional se comportaron como empiristas, por lo que fueron incapaces de comprender lo que estaba ocurriendo.
Hasta ahora lo que he expuesto es la importancia de Ted Grant en momentos de una gran convulsión y su importancia en el movimiento revolucionario, no fue el único que quiso ver hacia adelante, pero si fue uno de los que más destacó y más claridad tuvo.
La caída del muro de Berlín y la desintegración de la URSS
Con la muerte de Trotsky, no hubo quien pudiera tener la capacidad para analizar las nuevas tareas para la Cuarta Internacional. Los dirigentes seguían repitiendo las ideas de Trotsky sin darse cuenta de que la situación era muy diferente a lo que había escrito el viejo antes de morir. Para los dirigentes de la Cuarta solo había por delante ruina y crisis revolucionaria, para Ted, que fue el único que pudo ver con claridad lo que sucedía, lo que se avecinaba era un periodo de crecimiento económico sin precedente por la destrucción masiva de fuerzas productivas durante la Guerra.
Por otra parte, el fortalecimiento del estalinismo posterior a la guerra estableciendo regímenes al imagen y semejanza de la URSS en Europa del Este y la sumisión de la mayoría de partidos comunistas al Kremlin, se sumaron a los avances de la economía planificada, que en pocos años se convirtió en la segunda potencia mundial. Se desarrolló la industria, la salud, la educación, la ciencia y la tecnología (viajes al espacio, entre otros muchos avances) produjo un efecto de adormecimiento o de creer que faltaba poco para que el socialismo se extendiera a todo el mundo. En el mismo periodo vimos el triunfo de la revolución en China, posteriormente la guerra fría, la guerra en Vietnam, el triunfo de la revolución en Cuba, todo esto, aún contra los deseos de la burocracia soviética, parecía que la revolución mundial estaba a la vuelta de la esquina.
Sin embargo, Lenin explicó que el movimiento hacia el socialismo requiere el control democrático de la industria, la sociedad y el Estado por el proletariado, algo que no existió en la URSS, por lo que su fracaso era inevitable, pues el Estado no obedecía a los trabajadores, sino a sus propios intereses. Incluso Trotsky pronosticó que el régimen burocrático socavaría la economía nacionalizada y prepararía el terreno para su colapso y el regreso del capitalismo.
Desde mediados de los años 60 la situación económica en la URSS comenzó a complicarse, las tasas de crecimiento se fueron reduciendo hasta que a finales de los 70 la situación era insostenible, ante este panorama surge la figura de Mijaíl Gorbachov, en 1985, lo que marcó un cambio importante en la situación. Gorbachov representaba a un ala de la burocracia soviética que entendía que la reforma de la economía tenía que venir desde arriba para preservar el régimen en su conjunto. Sin embargo, la situación se deterioró aún más con Gorbachov. Esto inevitablemente llevó a una crisis que tuvo un efecto inmediato en Europa del Este, principalmente en la Alemania Oriental.
La República Democrática Alemana (RDA) era el país más industrializado y avanzado tecnológicamente. El nivel de vida, aunque no tan alto como en Alemania Occidental, era bueno. Había pleno empleo y todos tenían acceso a vivienda barata, medicina y educación gratuitas y de gran calidad. Sin embargo, la corrupción de los funcionarios y los privilegios de una élite, eran una fuente de descontento. Antes de que se erigiera el Muro de Berlín en 1961, aproximadamente unos 2.5 millones de alemanes orientales habían emigrado a Alemania Occidental, muchos a través de la frontera entre el este y el oeste de Berlín, y para frenar esta desbandada se construyó el Muro. Esta medida, además de frenar el flujo migratorio hacia el Occidente, ayudó a impulsar el crecimiento económico en la RDA, pero también provocó una serie de sufrimientos y calamidades para las familias que fueron divididas.
A finales de los años ochenta la situación en la RDA era explosiva, en esos momentos el régimen estalinista en la RDA se negaba a aplicar las reformas, por lo que Gorbachov visitó Alemania Oriental y presionó a la dirección alemana para que aceptara y aplicara la reforma.
El descontentó se materializó en una oleada de manifestaciones de masas que recorrió todas las ciudades de Alemania Oriental, el régimen entró en crisis y llevó a la destitución del líder estalinista y a la dimisión de todo el gabinete. Bajo la presión del movimiento de masas, el nuevo líder del partido, convocó a elecciones democráticas. Pero era demasiado tarde, las reformas propuestas por el régimen no llegaron a tiempo y eran insuficientes.
Los acontecimientos estaban descontrolados. Frente a una revuelta de masas, el Estado alemán colapsó. El 9 de noviembre de 1989, después de varias semanas de malestar, el gobierno alemán oriental anunció que todos los ciudadanos de la RDA podían visitar Alemania Occidental y Berlín del Oeste. Esta fue la señal para un nuevo estallido de las masas. Espontáneamente, multitudes de alemanes orientales saltaron y cruzaron el muro, uniéndose a los alemanes occidentales del otro lado.
El Muro de Berlín se convirtió en un símbolo y un punto focal de todo lo que era odiado en el régimen de Alemania Oriental. La demolición del muro comenzó espontáneamente. En las siguientes semanas se derribaron pequeñas partes del muro. Más tarde se utilizó equipamiento industrial para derribar casi todo lo que quedaba. Existía una atmósfera de celebración, un ambiente de euforia, se parecía más a un carnaval que a una revolución.
Otro acontecimiento que cimbró al mundo, y que muchos “comunistas” o “marxistas” nunca creyeron que pasaría, fue la desintegración de la URSS. En los párrafos anteriores ya he mostrado una radiografía de lo que era el régimen estalinista, es decir, un régimen totalitario, con una policía secreta y con una enorme burocracia, con miles de funcionarios que tenían un nivel de vida muy diferente al de la clase trabajadora. Los regímenes de Europa del Este crearon sus gobiernos a imagen y semejanza del de Moscú, aún con la muerte de Stalin, en 1953, y aunque Kruschev y los que lo sucedieron, renegaban de las purgas, los juicios y la política que promovió Stalin durante tres décadas, en la práctica los movían los mismos intereses, y por lo tanto las mismas acciones.
En su libro Rusia: de la revolución a la contrarrevolución, Ted explica que:
“La corrupción y el crimen desenfrenados representaban un cáncer que recorría el cuerpo de la economía soviética de pies a cabeza.” Más adelante no explica que “A principios de los años 80 la sociedad soviética había entrado en un callejón sin salida. El sistema burocrático en su conjunto estaba en el filo de la navaja”.
La muerte de Breznev, sucesor de Kruschev, cayó como un balde de agua fría, la élite estaba dividida y preocupada por el futuro, sobre todo porque no había un candidato para relevar en el cargo a Breznev, dos de los candidatos murieron inmediatamente después de él, Konstantin Chernenko y Yuri Andropov, dejando la sucesión abierta a Mijaíl Gorbachov.
La llegada de Gorbachov a la presidencia del Partido en 1985, trajo consigo un llamado a hacer más flexible el control burocrático sobre la economía y la sociedad rusa en general, asimismo defendió la necesidad de una mayor «democracia». Todo esto era bien visto, porque era necesario reformar el sistema estalinista del despilfarro, la corrupción, y la ineficacia, o al menos era algo que sonaba bien, dichas reformas se llevaron a cabo mediante la glasnost y la perestroika.
Pero en lugar de resolver los problemas de la burocracia, éstos se agravaron, se encontró con una oposición muy férrea entre los sectores más conservadores de la burocracia, obviamente no estaban dispuestos a perder sus privilegios.
La corrupción, el mercado negro, más el fracaso a mediano plazo de las reformas de Gorbachov, pusieron a la economía soviética en una situación insostenible, la única alternativa era introducir una economía de mercado e independizar las economías que integraban la URSS, al mismo tiempo, bajo presiones del imperialismo, se abolió el control de los precios y se aceleró el proceso de privatización de las empresas estatales, se aplicó una reforma agraria, además de una reforma en la política monetaria, lo que en términos concretos significó la restauración del capitalismo.
Sin embargo, la restauración contó con la rebelión de importantes sectores de los trabajadores, que no pudo ir más allá por el estricto control, además porque bajo la falsa idea del partido único, todos los esfuerzos por luchar y quitar el obstáculo, llevaban nuevamente a la burocracia.
Para finalizar este apartado es necesario y de vital importancia decir que, lo que fracasó en Rusia y Europa del Este no fue comunismo ni socialismo, lo que cayó estrepitosamente fue una caricatura burocrática y totalitaria, totalmente alejada de los planteamientos que Marx, Engels, Lenin o Trotsky hicieron, y que casi nadie en el mundo defendió, únicamente Ted Grant, que no sólo dio una batalla teórica por la defensa del genuino marxismo, sino también en la práctica, pues durante los años en los que existió la URSS, se dedicó a formar una sólida organización no sólo en Inglaterra, sino en toda Gran Bretaña, y que incluso se extendió más allá de sus fronteras.
Los orígenes de la CMI y la fundación de la sección mexicana
Ante el escalofriante panorama de la caída del Muro de Berlín, la reinstauración del capitalismo y por ende la desintegración de la URSS muchos “comunistas” tiraron la toalla, la propaganda del imperialismo y su idea del fin de la historia caló profundo en aquellos que idealizaron a la URSS y sus regímenes burocráticos, no entendían lo que pasaba, algunos llegaron al extremo del suicidio, otros simplemente “volvieron a casa”, ya no había perspectiva, la gran URSS había caído, creyeron que no había nada más por delante, el escenario era de pesimismo.
Pero no para todos, durante los años de existencia de la URSS, Ted Grant mediante el más estricto y riguroso análisis se mantuvo siempre firme bajo el cobijo de las ideas del marxismo revolucionario, fue en esos tiempos difíciles, en donde si no estabas a favor de la URSS, estabas contra ella, que Ted supo explicar y defender la economía planificada y nacionalizada de la Unión Soviética, más no el régimen burocrático y totalitario que forjo Stalin y su camarilla.
Asimismo, y en un periodo en el que las fuerzas del verdadero marxismo se redujeron enormemente, él sentó las bases de una organización sólida y genuinamente marxista. Porque mientras que partidos u organizaciones incluidas algunas de las autodenominadas trotskistas volteaban a ver el keynesianismo como una salida viable, Ted, volvía a los clásicos a buscar las respuestas, algo que no pudo ser más acertado y que actualmente cobra una enorme relevancia, pues nosotros somos herederos de ese legado, que además de correcto demuestra que, como él, sabemos nadar contra la corriente, aun cuando todos crean que estamos equivocados.
En un artículo sobre la importancia de Ted Grant, escrito por Alan Woods, nos dice:
“Sus predicciones se vieron brillantemente confirmadas por la recesión de 1973-74, la huelga general revolucionaria en Francia y los movimientos revolucionarios de Portugal, España, Grecia e Italia de los años setenta”.
Más adelante reafirma esta cuestión que es fundamental para entender que nuestra organización en México se fundará en un ambiente generalizado de pesimismo: “Por último, pero no menos importante, las perspectivas de Ted para Gran Bretaña fueron confirmadas con el gran giro a la izquierda de los años setenta, con una oleada huelguística y manifestaciones de masas contra las leyes antisindicales del gobierno Heath, y con un giro profundo a la izquierda en el Partido Laborista y los sindicatos. Aquellos ultraizquierdistas que habían desechado al Partido Laborista se quedaron con la boca abierta. No habían comprendido nada y no habían sido capaces de prever nada. En pocos años, la tendencia marxista del Partido Laborista, dirigida por Ted Grant, pasó de ser un pequeño grupo a la tendencia trotskista más grande del mundo”.
Todo gracias a mantenerse apegado al análisis del verdadero marxismo, en palabras de Alan:
“Esto demuestra la relación vital que existe entre teoría y práctica. Una teoría correcta permitirá un progreso serio siempre que vaya acompañada de tácticas y métodos correctos y la voluntad de triunfar. Ted poseía todas estas cualidades y una capacidad maravillosa para transmitirlo a los demás, especialmente a la juventud. Su entusiasmo y su optimismo inquebrantable siempre eran contagiosos. Nunca estuvo abatido ni siquiera en las situaciones más difíciles. Esto forma parte de su carácter alegre y fuerte, pero sólo en parte. El verdadero secreto de Ted Grant es que estaba completamente inmerso en la teoría marxista y esto le daba la fortaleza y la inspiración necesarias para superar todas las dificultades”.
Por todo eso, a finales de la década de los años 70, la tendencia Militant, se convirtió en una corriente poderosa dentro del Partido Laborista y bajo la dirección de Ted, se convirtió en una amenaza dentro de las filas del Partido Laborista, por lo que afínales principios de los años ochenta, fueron expulsados. Sin embargo, el desarrollo de la tendencia en Gran Bretaña, brindaron un enorme apoyo dentro de la clase trabajadora, así como el odio más encarnizado de la derecha y la burguesía, pero siempre se supo responder ante los ataques, muchas veces histéricos, pues sabían muy bien que, en el terreno de las ideas, éramos (y seguimos siendo) mejores.
Fue justamente en los años setenta que el maravilloso trabajo de Militant, dio frutos no solo a nivel nacional, sino que se extendió a otros países y ese éxito vino con la necesidad de crear una organización internacional, misma que defendiera el marxismo revolucionario. Este esfuerzo se materializa en la construcción del Comité por una Internacional de los Trabajadores (CWI-CIT).
El éxito de Militant fue tal que podríamos decir que, gran parte de la lucha contra el Poll Tax, que a finales de los años ochenta quiso imponer Margaret Thatcher, fue encabezada tácticamente por ellos, esa grandiosa lucha se da en un momento en el que dentro del Partido Laborista y los sindicatos se dio un giro a la derecha. Eso dio la sensación a los dirigentes de la organización que Militant podría sustituir al Partido Laborista, lo que terminó siendo un fracaso. Ted y parte de lo que será la nueva dirección de la Corriente Marxista Internacional quisieron dar la lucha contra estas medidas ultraizquierdistas, pero había sucedido un proceso de degeneración burocrática en la dirección y cuando se quiso oponer resistencia fueron amenazados, arrinconados y finalmente expulsados.
Tal oposición le ganó a Ted y a otros camaradas la expulsión de Militant, y por ende su salida del CWI-CIT, aunque en palabras de quién lidero la expulsión, Peter Taaffe, “la oposición se ha puesto fuera de la organización”. En retrospectiva podemos decir que la postura de Ted fue correcta, desde su expulsión a principios de los noventas, se dio a la tarea de fundar el Socialist Appeal y la Corriente Marxista Internacional (CMI), y podemos decir que el crecimiento ha sido impresionante, ahora la CMI está presente en los cinco continentes, con más de 40 secciones y miles de cuadros políticos. La fundación de la CMI sirvió para rescatar las auténticas tradiciones, programa y métodos del pasado. Su corrección política nos ha mantenido alejados de desviaciones o atajos en la construcción de una organización genuinamente marxista y revolucionaria.
Todo lo anterior ha sido un breve bosquejo de la importancia teórica de Ted Grant, y me he dedicado con especial interés en su explicación porque fue su guía la que hizo que nosotros existiéramos, fue su confianza en la lucha por el socialismo la sección se formó hace 30 años.
Pero pasando a la formación de la CMI en México, nuestro trabajo inicial se desarrolló en el terreno estudiantil, específicamente en el Comité de Lucha de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (CLESIME). Se realizó un Encuentro Mundial de la Juventud y los Estudiantes en Pyongyang, Corea del Norte, en 1989. Se enviaron delegados de la Tendencia y del CLESIME y ahí se tiene el primer contacto con las ideas que la CMI defendía. Finalmente se envió a un cuadro a México, quien explicó las ideas de la internacional y después de un serio debate se decide iniciar el tan arduo trabajo de la formación de la organización en México.
Hay que recordar que la fundación se da en el periodo del colapso del estalinismo, bajo los ataques incesantes de la burguesía hacia la idea del fracaso del “socialismo real” como les gusta nombrar a la farsa que construyó Stalin. Asimismo el Partido Comunista Mexicano (PCM), había perdido valiosas oportunidades de ser el partido de los trabajadores en nuestro país, la política de la IC había reducido al PCM a un grupo sin peso alguno, mismo que se reflejó en su dilución al formarse el PRD a finales de los ochenta, hoy en día existen múltiples PCM, pero ninguno con una política clara ni correcta.
Por otro lado, las organizaciones trotskistas como el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) también perdieron el rumbo en derivas ultraizquierdistas, ahora son solo siglas sin mucho contenido. La única organización que se ha mantenido firme en las ideas y el método correcto hemos sido nosotros, que, aunque hemos cometido errores, los hemos sabido corregir y sobre todo aprender de ellos, siempre de la mano de las ideas de Ted Grant y de la CMI, alguien podrá decir que somos exagerados, pero si supimos sortear la propaganda contrarrevolucionaria del fin de la historia durante nuestros inicios, asimismo hemos estado presentes en los debates políticos y dando nuestra postura sobre los acontecimientos más importantes en el país, hemos desarrollado una táctica adecuada a partir de la situación concreta en cada momento, lo que nos ha permitido estar en las calles con los estudiantes, con el pueblo trabajador, pero lo más importante es que hemos defendido la teoría y métodos del marxismo revolucionario al reconocer (sin desvíos, atajos o aventuras) que el papel preponderante en la revolución es de la clase trabajadora, como la única clase capaz de lograr la emancipación, no por algo romántico, sino por su papel dentro del capitalismo.
Durante estos treinta años se han desarrollado un sinfín de luchas del pueblo trabajador, las mujeres y la juventud, enumerar o tratar de hacerlo necesitaría un espacio exclusivo para ello, por lo que me enfocaré a los que a mi consideración son más relevantes, pero quiero aclarar que todos han sido importantes y valiosos en lecciones, y que, sin ellos, no tendríamos un análisis claro de la realidad.
En el panorama nacional, la fundación de la CMI se encontró con una impresionante lucha contra el fraude electoral encabezado por el PRI en 1988, y que había llevado al gobierno a Carlos Salinas de Gortari. La situación era compleja, mientras que millones de personas se lanzaron contra el fraude, las organizaciones políticas de izquierda y/o socialistas escondían sus banderas y se escudaban bajo la dirección nacionalista burguesa del Frente Democrático Nacional (FDN) que después sería el PRD, bajar las banderas y después diluir su programa al integrarse al PRD. Fue una claudicación de los dirigentes e hizo que se perdiera una buena oportunidad de tener una base de masas para la causa del socialismo.
Por lo tanto, Militante como originalmente se llamó nuestro primer periódico, nació como un movimiento en defensa de las ideas del genuino marxismo, que hizo frente a la ofensiva ideológica de la burguesía (a nivel nacional e internacional) y a la claudicación de multitud de dirigentes obreros y socialistas. Cabe mencionar que algunos de los primeros miembros de Militante participaron en la fundación del PRD, con la gran diferencia que desde un inicio se dio la batalla por crear una alternativa socialista en su seno.
El primer trabajo político se desarrolló entre los sectores más avanzados del movimiento estudiantil de la UNAM e IPN, poco después se diversificaron los campos de intervención al movimiento sindical y al campesino.
Uno de los acontecimientos más importantes se dio en 1994 con la aparición del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), en ese momento se explicó la necesidad de una alianza entre el campesinado (grupos indígenas) con el movimiento obrero, como posible garantía de una salida victoriosa al conflicto. El movimiento zapatista anduvo por otros caminos, sin embargo, cuando se les reprimía o se movilizaban siempre contaron (y siguen contando) con el apoyo crítico que se plasmaba en nuestra prensa.
Un año después, en 1995, México se enfrentó a una importante crisis, desde las páginas de Militante se analizó la crisis y sus posibles efectos, de los que destaca la eliminación de la marcha oficial, es decir, charra, del 1° de mayo, así como la conformación de la Intersindical 1° de mayo y posteriormente la creación de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) en 1997, con la participación de ex miembros del Congreso del Trabajo (CT) y del sindicalismo independiente. Durante esa época se intervino en la Comisión Nacional Sindical del PRD, en la que se trabajó conjuntamente con Valentín Campa Salazar, hasta unos meses antes de su muerte.
En el IPN la organización participó en la creación del Comité de Lucha Estudiantil del Politécnico (CLEP) en 1997, y posteriormente de principio a fin en la increíble huelga de 1999 -2000 en la UNAM, impulsando la creación de una organización estudiantil que trascendiera los estrechos marcos de cada escuela. Esto lo realizamos mediante el Comité Estudiantil en Defensa de la Educación Pública (CEDEP), que llegó a tener presencia en todas las escuelas del área metropolitana incluyendo Chapingo, la UNAM, la UAM y el propio IPN, incluyendo algunas preparatorias y CCH´s.
En los albores del nuevo milenio, explicamos que, la llegada al gobierno de Vicente Fox, al cual catalogamos como una figura fabricada artificialmente por los medios con el fin de bloquear la llegada de una alternativa de izquierda. Entendimos que la burguesía mexicana no confía sino en sus propios elementos, por tanto, permitió el cambio de partido en el gobierno, la dichosa (y a la vez falsa) transición democrática, pero no cambio el programa a implementar, es decir, el gobierno pasó del PRI al PAN, pero la esencia fue la misma.
Asimismo, desde las páginas de nuestro periódico advertimos que la burguesía no se quedaría cruzada de brazos ante el surgimiento de un partido de izquierda y mucho menos uno con influencia de masas, por lo que explicamos que en el seno del PRD se construía un ala de derecha, que pugnaría por la conciliación y la convivencia armónica con el Estado, esto en oposición de los intereses de la clase trabajadora.
En el año 2001 hubo un resurgimiento del movimiento zapatista, y por supuesto estuvimos activamente en las movilizaciones, no obstante, explicábamos que la apelación a las masas solo se daba para pedir apoyo para las movilizaciones y no para la organización, asimismo, criticamos que, pusieran un excesivo énfasis en la negociación con el Estado, algo contradictorio, pues renegaban de él. El resultado entonces no fue el esperado, la nueva Ley Indígena no dejo contento a nadie. Ante tales resultados el EZLN había iniciado un proceso de autoaislamiento y no volvió a apelar a la movilización, fundó los Caracoles que se convertirían en municipios autónomos de facto y se limitó a mantener la organización desde sus propias comunidades. Se perdió una gran oportunidad porque no se dio una alianza con los trabajadores, en un momento en el que el zapatismo llegó a tener la oportunidad de ser un protagonista en la transformación del país, oportunidad que se desdibujó durante el proceso electoral del 2006, cuando fijaron como principal enemigo al propio AMLO haciéndole el juego a la derecha.
Hemos analizado e intervenido en luchas sindicales emblemáticas en los últimos años como fue el combate al régimen de jubilaciones y pensiones del IMSS en el 2004 que mostraba un nuevo despertar de las luchas sindicales y la incapacidad de dar solución a los problemas de los trabajadores con luchas aisladas.
También hemos apoyado críticamente las diversas luchas que han encabezado los trabajadores en nuestro país, por ejemplo, participamos en el surgimiento del fenómeno de masas en torno a AMLO, primero durante el desafuero de 2005 y luego en el marco del desarrollo de la candidatura presidencial. Por medio de nuestros análisis supimos explicar al movimiento la perspectiva del fraude electoral de 2006, fuimos casi los únicos en hacerlo, lo que nos permitió una gran autoridad moral en el estallido del gran movimiento de 5 millones de personas que se desató durante la segunda mitad del 2006.
A la par de la lucha contra el fraude electoral, el 2006 fue un año de revolución en México, tuvimos grandes movimientos del pueblo trabajador, tuvimos al movimiento minero, la insurrección de la comuna de Oaxaca, lamentablemente nunca hubo una dirección dispuesta a dar el paso siguiente y convocar a la huelga general, que en el momento clave, unas semanas después del fraude hubiera tenido el efecto de derribar al gobierno.
Al igual que en nuestros orígenes en Militant o en el Comité por una Internacional de los Trabajadores (CWI-CIT), no todo ha sido miel sobre hojuelas, siempre ha existido el riesgo de las desviaciones o de los atajos. Después de los acontecimientos en 2006, una parte de la dirección mantuvo la posición de que el movimiento revolucionario tenía un carácter permanente, la revolución estaba casi siempre a la vuelta de la esquina. La consigna de la huelga general se usaba indiscriminadamente, lo que hizo que fuera perdiendo seriedad.
Algunas posiciones reflejaban nuestra orientación política, muchos aspectos eran tomados de forma mecánica, sin prestar atención al cambio en las condiciones concretas y sacando conclusiones muy esquemáticas. La forma más concreta en la que nuestras posiciones reflejaban ese cambio de rumbo fue cuando se previó que la crisis de 2008, traería un nuevo periodo de lucha de clases.
Nuestra posición ante el PRD, es otro ejemplo, pues se le dio un carácter fetichista por parte del mencionado sector de la antigua dirección, había momentos en los cuales parecía que el objetivo era defender al PRD a toda costa independientemente de que se estuvieran desarrollando procesos de masas al margen de él aunque no en contra suyo, como fue el caso de la campaña por el voto al PT en Iztapalapa, donde cientos de miles, a pesar de la intensa propaganda en contra, se volcaron a favor de la auténtica candidata del PRD, utilizando para ello las siglas del PT.
La postura adoptada en las elecciones de Iztapalapa fue sintomática en muchos sentidos, fue el primer movimiento de masas al cual el periódico no sólo no apoyaba, sino que cuestionaba, al mismo tiempo la libertad que habían gozado los miembros de Militante para expresar sus opiniones sobre la línea del periódico desaparecía de tajo. En retrospectiva podemos decir que al no poder analizar y asimilar el cambio en la situación derivó en la perdida completa de fe en las perspectivas marxistas y de nuestras tradiciones (de hacía 20 años). El problema central, al final, es que se desarrolló un régimen burocrático insano.
En julio del 2009 se había hecho evidente, pero el grupúsculo enquistado en la dirección, consciente de que no poseía elementos para argumentar su traición optó por preparar una ruptura con la organización de México y la Corriente Marxista Internacional, cuyos principios de defensa del marxismo en las organizaciones de masas han sido el puntal de nuestro trabajo desde el nacimiento mismo de nuestra organización. Afortunadamente la gran mayoría de los miembros de Militante se dieron cuenta a tiempo de las maniobras e imposibilitaron la actuación del grupúsculo el cual decidió desertar en diciembre.
En enero del 2010 en una asamblea general en la que participó 70% de la militancia activa de la estructura de la organización se decidió continuar con la publicación de Militante, a la cual llamamos Militante CMI, retomando las tradiciones, los métodos y los principios organizativos que nos habían dado presencia por 20 años.
Así iniciamos una nueva fase, en la cual pusimos énfasis en los acontecimientos en el seno del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) dirigido por Andrés Manuel López Obrador, así como en el movimiento sindical y estudiantil.
La continuidad del trabajo de los marxistas que impulsamos Militante se hizo evidente en el mantenimiento de todos los frentes de intervención y la mayoría de nuestras células.
Después de profundos debates a lo interno, en donde la clarificación de la CMI fue de vital importancia, corregimos el rumbo, así como una vez Ted Grant y Alan Woods no tenían más que las ideas del marxismo revolucionario, nos enfrentamos a la tarea de empezar nuevamente la construcción de nuestra organización, pero ahora bajo el nombre de La Izquierda Socialista, pero siempre de la mano de los métodos y tradiciones que dieron pie a nuestra fundación. No fue fácil, muchos de nosotros éramos jóvenes e inexpertos, pero la necesidad nos hizo saber sortear las dificultades, la formación política fue fundamental, el regreso a los clásicos fue imprescindible y así continuamos con la tradición que Ted nos había legado: la defensa de las genuinas ideas de Marx, Engels, Lenin y Trotsky.
De 2010 a la fecha hemos trabajado intensamente, fundamos el Centro de Estudios Socialistas Carlos Marx, lo que nos ha permitido no solo publicar textos clásicos como El Manifiesto de Partido Comunista, El Programa de Transición, entre otros muchos, sino que también nos ha permitido publicar diversos libros sobre temas de gran interés, escritos por nuestros propios camaradas, podemos hablar de: Independencia y Revolución, 200 años de lucha de clases en México, que ha tenido gran éxito; Ellos se atrevieron, libro que compila varios textos sobre el centenario de la revolución rusa; Vida e ideas de Karl Marx, libro que contiene una recopilación de textos, algunos inéditos, y que publicamos en el bicentenario de su natalicio; entre otros muchos libros más.
Durante 2012 las cosas se movieron mucho, en el terreno de la lucha política nos dimos a la tarea en un primer momento de construir Morena Jóvenes, vinculándonos al movimiento de masas que se desarrollaba pero sin abandonar la defensa del socialismo. AMLO se presentó nuevamente como candidato a la presidencia, sin embargo, un accidente cambió la situación, el entonces candidato del PRI, y ex gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, visitó la Universidad Iberoamericana, una escuela privada y hasta cierto punto a modo para un candidato “oficial”, pero las cosas se desarrollaron de una forma inesperada, fue increpado por las acciones en la represión en la lucha de los campesinos de Atenco en 2006, en donde además del uso excesivo de la fuerza, en donde murió un joven por impacto de arma de fuego, hubo múltiples abusos en contra de las detenidas, entre ellos violaciones y amenazas de muerte.
Todo transcurría con calma, pero en unos instantes todo cambio, al grado de que Peña Nieto se encerró en un baño de la Universidad. Los medios de comunicación vendidos decían que quienes increparon al candidato no era alumnos de la Ibero, sino infiltrados, lo que desató el movimiento #YoSoy132, logrando la instauración de la Asamblea Interuniversitaria. Por nuestra parte estábamos volcados a construir Morena Jóvenes, el giro táctico nos costó un poco, lo que significó que no pudimos tener la presencia que hubiéramos querido, además de que el movimiento se dio durante el periodo vacacional, lo que también dificulto que se realizaran asambleas más grandes y representativas.
En el 2013, poco después de la vil traición del PRD al firmar el Pacto por México, en donde se aliaban con el PRI y el PAN, para llevar adelante las “reformas estructurales” que nuestro país tanto necesitaba, aunque, dicho de otra forma, eran las contrarreformas que la burguesía tanto anhelaba. Entre todas las “reformas” que se aprobaron estaba la reforma educativa, que más que educativa, era una reforma laboral para golpear a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), ala democrática del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Al establecer un plantón en el Zócalo de la Ciudad de México para exigir el diálogo y la negociación, los maestros de la CNTE fueron reprimidos brutalmente, golpeando y destruyendo su campamento de la forma más vil, pues se realizó todo un operativo, en que nadie podría entrar al primer cuadro de la Ciudad, los compañeros que pudieron acercarse un poco constataron que el desalojo fue con lujo de violencia, al más puro estilo priista.
Para mediados de 2014 el cambio antidemocrático del reglamento interno indignó a los estudiantes y el movimiento se regó como pólvora. Se realizaron asambleas y se estallaron paros en todas las escuelas tanto a nivel medio superior como superior, existía un ambiente de lucha, pero sobre todo de confianza, lo que daba al movimiento mucha fuerza. Ante las movilizaciones y la huelga que se extendió por varios meses, la directora general renunció, era una maniobra para darle algo al movimiento y sacar presión, sin embargo, no fue suficiente, al ver que se obtuvo una de las principales demandas, la idea siguiente fue: queremos más.
En algunas escuela en donde teníamos miembros, éstos se pusieron al frente, muchos fueron electos como representantes y el movimiento tuvo un giro, a tal grado que en una de las marchas más grande en la historia del IPN, el entonces secretario de gobernación, Miguel Osorio Chong, se vió obligado a salir para “entablar” el diálogo con los estudiantes, situación que fue rechazada por el sector del movimiento estudiantil más consciente pues fue visto como una maniobra del PRI para tratar de capitalizar el movimiento. Después de grandes movilizaciones y con ciertos titubeos de algunos representantes (algunos por temor a represalias, otros fueron comprados por las autoridades) el movimiento se extendió, el cansancio fue venciendo y al final se obtuvieron algunas demandas, fueron cancelados los planes y programas de estudio y la demanda de celebrar un Congreso Nacional Politécnico, que a la fecha sigue sin materializarse, por un lado, hay un crisol de organizaciones que no saben muy bien lo que quieren, por otro lado, las autoridades, junto a una parte del sindicalismo charro, ponen trabas para que por fin se realice dicho congreso.
A la par de esta lucha, en 2014, fuimos testigos de uno de los peores crímenes que el gobierno de Peña Nieto pudo permitir, la represión abierta contra los normalistas de Ayotzinapa, que ahora se sabe que fue por los intereses del narcotráfico que, en colusión con la policía y el ejército, fueron los que persiguieron, asesinarona cinco y desaparecieron a 43 más, la rabia e impotencia se apoderaron de las masas, tuvimos movilizaciones no solo en México, sino en otras partes del mundo, por nuestra parte estuvimos (y seguimos participando) en cada una de las movilizaciones, en las que vimos que las consignas fueron escalando hasta exigir la renuncia de Peña Nieto.
La primera batalla que dio la CNTE en 2013 no iba a ser la última, y Peña tampoco estaba dispuesto a ceder, en 2016, se lleva a cabo una insurrección en el SNTE, secciones que eran controlados por los charros se levantaban en su contra, por su parte la CNTE también realizaba movilizaciones en los estados en donde tiene mayor arraigo, es decir, Guerrero, Michoacán y Oaxaca. En éste último estado fueron detenidos dos dirigentes, lo que provocó diversas movilizaciones y una gran marcha que salió de Oaxaca rumbo a la Ciudad de México, pero la policía federal se dispuso a detener el avance de la caravana, a como diera lugar, en Nochixtlán se dio el enfrentamiento, aunque de manera desigual, pues los maestros, padres de familia y la población que apoyó la lucha, estaban desarmados, el resultado fue de 6 personas muertas por arma de fuego, así como decenas de heridos.
En los años más recientes, en 2018, por ejemplo, nuevamente AMLO se postuló a la presidencia, pero las condiciones eran totalmente distintas, Peña y el PRI, aunque también el PAN, estaban totalmente desacreditados, al igual que el PRD, desde el inicio planteamos nuestro apoyo crítico al programa de AMLO, asimismo denunciamos a los elementos nocivos que él dejaba entrar a Morena y que desplazaba a los militantes de base, y que venían trabajando desde 2005, algunos incluso con una trayectoria de lucha desde 1988. Paralelamente a la candidatura de AMLO, el Congreso Nacional Indígena (CNI), decidió presentar como candidata independiente a María de Jesús Patricio Martínez “Marichuy”, algo que movió los cimientos del zapatismo, pues siempre habían renegado de la vía electoral como medio de lucha. Desde nuestras filas dimos un debate sobre la posibilidad que tenía Marichuy de poder estar en la boleta, y aunque no compartimos métodos con el zapatismo, decidimos apoyar en la recolección de firmas, aunque no se logró el objetivo, el debate de las dos posibles candidaturas nos abrió posibilidades de explicar las limitantes de ambos programas, pero siempre del apoyo y del trabajo conjunto en la acción.
No me voy a detener demasiado en explicar o analizar el triunfo de AMLO, pero se tiene que mencionar, pues ha marcado un hito en la historia de nuestro país al ser el primer gobierno de izquierda, con el mayor número de votos (30 millones). En esta ocasión y aunque se preparaba el fraude no pudieron hacer un fraude, a las pocas horas de cerradas las urnas y con los primeros datos, Meade y Anaya salían a reconocer su derrota. Siempre hemos estado del lado de los trabajadores, y aunque hay organizaciones que se dicen ser muy revolucionarias, no comprenden que es una necesidad ir a las masas, no esperarlas en el pedestal en el que éstas se posan, es casi una obligación estar con ellas para ir educando y ayudarles a sacar conclusiones, un método que hunde sus raíces en los escritos de Trotsky y desarrollados por Ted Grant.
En 2019 y con las primeras acciones del gobierno de la 4T, AMLO sube el salario a nivel nacional, comenzando por la parte norte, en donde el aumento es del 20%, los empresarios deciden no dar el aumento, pues ellos ya daban un bono, cabe decir ilegal, al final del año, de 32 mil pesos, que en nada subsanaba los bajos salarios ni los riesgos del trabajo. Los empresarios de la mano de los líderes charros, forzaban a los trabajadores a aceptar, sin embargo, los obreros (hombres y mujeres) no se iban a quedar quietos, de una a una las maquilas en Matamoros, Tamaulipas se fueron yendo a huelga, a pesar de sus direcciones sindicales, un increíble movimiento obrero sacudió no solo Matamoros, sino otras ciudades de Tamaulipas e incluso en otros estados como Chihuahua.
Así surge en movimiento 20/32 que después de una serie de ataques, amenazas, despidos, logró mantener el aumento salarial y el bono de 32 mil pesos, logrando además la formación del Sindicato Nacional Independiente de Trabajadores de Industrias y Servicios (SNITIS) en el que la abogada Susana Prieto Terrazas fue una pieza clave. Por nuestra parte, desde el comienzo lanzamos nuestra solidaridad, escribimos artículos y logramos el apoyo de nuestros camaradas a nivel internacional, llegaban fotos y vídeos de apoyo al movimiento 20/32, gracias a ese esfuerzo y al de muchos camaradas logramos ir a Matamoros, en donde pudimos explicar nuestras ideas y logramos conectar con un grupo de trabajadores, con los cuales seguimos teniendo contacto, incluida la abogada Susana, la cual recientemente fue víctima de la venganza de la patronal y los líderes charros, por lo que fue detenida de manera fraudulenta, al acusarla de delitos fabricados, ante lo que lanzamos la misma campaña, teniendo muy buenos resultados, y seguros que pudimos contribuir a la presión mediática para su liberación en días pasados.
Sobre 2020 no hay mucho que decir, sobre todo porque estamos siendo testigos de los acontecimientos, solo habría que recordar que hemos apoyado y participado en la lucha de la mujer tanto en las escuelas de medio superior, las universidades y sobre todo en las calles por medio de la Liga de Mujeres Revolucionarias, asimismo que por medio de la orientación de la CMI podemos explicar que el virus Sars-CoV-2, no es el causante de todas las problemáticas en las que el capitalismo nos tiene sumergido, sino que solo fue el accidente que detono la crisis, que ya se veía venir, pero que la contingencia puso de relieve. La represión policiaca en Estados Unidos, tuvo repercusiones en nuestro país, al conocer del caso de Giovanni López y después de la represión en Guadalajara y en la Ciudad de México realizamos un mitin en conjunto con otras organizaciones, en el que denunciamos la violencia, el papel de la policía y del Estado dentro de los límites del capitalismo.
Como se puede ver a lo largo de éstos 30 años hemos estado codo a codo con los de nuestra clase, no de manera sectaria, con críticas histéricas, sino que hemos sabido dar nuestra crítica de manera camaraderil, entre compañeros, hemos estado en los momentos cruciales con análisis precisos y sobrios, ante la pandemia y el confinamiento supimos dar el giro a las redes sociales los que nos ha visibilizado a un gran número de personas que se preguntan qué pasa y han encontrado en nuestras transmisiones, artículos, periódico o publicaciones las respuestas.
Después de 2010 no nos dimos por vencidos, y aunque nos enfrentamos a muchas problemáticas y éramos un puñado de revolucionarios, estábamos convencidos de que las divisiones son naturales y en ocasiones hasta necesarias, porque se van depurando los elementos nocivos. Actualmente no solo mantenemos nuestras plataformas de intervención en las universidades, sindicatos, Morena, etc. sino que estamos dando pasos a convertirnos en una organización nacional, a la fecha tenemos compañeros en el Estado de México, Ciudad de México, Quintana Roo, Hidalgo, Querétaro, Puebla y la posibilidad muy real de formar grupos en Oaxaca, Yucatán y Coahuila, además de tener contactos en muchos estados más (Chihuahua, Sonora, Tamaulipas). Todo gracias a que en los momentos más difíciles nos aferramos a la teoría, pero siempre de la mano y guía de la Corriente Marxista Internacional, y por supuesto de las ideas de Marx, Engels, Lenin, Trotsky, y por supuesto Ted Grant.