Esta es la editorial de la edición de noviembre de la revista marxista estadounidense Socialist Appeal.
Esta es la editorial de la edición de noviembre de la revista marxista estadounidense Socialist Appeal.
La "Gran Recesión" puede que haya terminado "técnicamente" en junio de 2009, pero lo que realmente importa es el pleno empleo y un aumento constante de la calidad de vida. La incapacidad del capitalismo para proporcionar esto no se debe a la malicia de algunos individuos o a la indiferencia—aunque hay un montón de sociópatas en Wall Street—sino porque en el capitalismo, la creación de puestos de trabajo y el pago de los trabajadores son cuestiones secundarias para la verdadera razón de la existencia del sistema: los beneficios. Esta es la contradicción interna y lo absurdo de una forma socio-económica que sólo puede existir a través de la explotación de los trabajadores, y sin embargo es incapaz de explotar todos los trabajadores capaces, dispuestos y disponibles, millones de los cuales debe humillarse a sí mismos cada día, y ofrecerse en sacrificio para los puestos de trabajo (explotación) que no existen.
El economista John Maynard Keynes es famoso por defender el gasto deficitario del gobierno con el fin de salvar al capitalismo de la revolución obrera. Según sus cálculos, en 1935, sobre la base de una semana laboral de 15 horas, todos los trabajadores podrían tener puestos de trabajo, y los capitalistas podían mantener una saludable tasa de ganancia mediante la explotación de los trabajadores. Por supuesto, los marxistas estamos en contra de la explotación capitalista en conjunto. Pero el punto aquí es lo siguiente: si una semana laboral mucho más baja y un nivel de vida digno para todos fue posible sobre la base de la tecnología y la capacidad productiva disponible hace ocho décadas, ¡imagínense lo que sería posible hoy en día!
Millones de estadounidenses no sólo están tratando de no hundirse en la marea de la economía, sino que están a punto de ahogarse. Una cruda medida de esto es el salario mínimo federal. Primero fijado en 25 centavos de dólar por hora en 1938, se elevó hasta $7.25 a partir de julio de 2009. Llegando a la cima de la inflación, y dado el poder adquisitivo fue ajustado a $8,67 en el año 1968, en estos días, el salario mínimo es arriba de un dólar más bajo en términos reales de lo que era hace 47 años y ha perdido más de 8,1% debido a la inflación desde el año 2009. De acuerdo con el Centro para la Investigación Económica y Política, si la productividad del trabajador fuese tomada en cuenta, el mínimo debería haber sido $21.72 por hora en 2012. Se estima que 3.7 millones de trabajadores ganan $7.25 o menos. El 42% de todos los estadounidenses que trabajan ganan $15 o menos. A éstos hay que sumar los 8 millones oficialmente desempleados y otros millones quienes ya ni siquiera son tomados en cuenta.
En los últimos años, los trabajadores han comenzado a movilizarse para "Luchar por los $15," un comienzo importante a la lucha de los trabajadores que contrarresta la ofensiva de los patronos que ha durado por décadas. Pero incluso los $15 están muy lejos de un verdadero "salario digno" en muchas partes del país. Un trabajador en Nueva Jersey tendría que trabajar 94 horas a la semana con el salario mínimo estatal de $8,38 para llegar a fin de mes. El salario mínimo vital estimado para un sólo adulto que vive allí es $19.76. En Hawaii, un adulto tendría que trabajar 100.7 horas a la semana cuyo mínimo en el estado es de $ 7.75, cuando el salario base estimado es de $21.44 por hora. Comparemos esto con el salario promedio anual de $10.500.000 que recibía un Director Ejecutivo según la revista Fortune 500 en 2012. Dividido simplemente en 52 semanas y 40 horas por semana, esto se equivaldría a más de $5.000 por hora ¡cerca de 700 veces más de lo que gana un asalariado con el mínimo!
Cuando lanzamos Socialist Appeal en el otoño de 2001, nuestro programa demandaba "un salario digno para todos, un salario mínimo nacional de por lo menos dos terceras partes del salario promedio. Sin excepciones. Por una escala móvil de salarios ligados a la inflación". Unos años más tarde, decidimos concretar esto exigiendo $16 por hora, más o menos "dos tercios del salario promedio" en ese momento. Pero han pasado muchos acontecimientos durante estos años desde entonces, y esta demanda merecía retomarse. Después de un profundo debate, nuestros líderes locales han votado por unanimidad cambiar nuestra demanda a $25 por hora, esto debe estar atado a la inflación según sea el costo periódico de los ajustes de vida.