Farabundo Martí, su legado histórico

Este año se conmemora el 78 aniversario del asesinato de Augusto Farabundo Martí, líder revolucionario de los años 30 que fue fusilado el 1 febrero de 1932, luego de ser capturado días antes de llevarse a cabo la insurrección del 22 de enero del mismo año, misma que había fraguado junto a miembros del PCS, como símbolo de la emancipación de un pueblo trabajador que junto a miles de campesinos prepararon lo que seria el levantamiento político mas grande de la historia salvadoreña. En aquellos años el “negro Martí” como era llamado “se constituía como una de las principales figuras dentro del movimiento revolucionario de masas de El Salvador, convirtiéndolo en el hombre-símbolo de la insurrección campesina-popular de 1932…”1, este contaba con una gran popularidad por el trabajo que había realizado dentro y fuera de las fronteras salvadoreñas.


Este año se conmemora el 78 aniversario del asesinato de Augusto Farabundo Martí, líder revolucionario de los años 30 que fue fusilado el 1 febrero de 1932, luego de ser capturado días antes de llevarse a cabo la insurrección del 22 de enero del mismo año, misma que había fraguado junto a miembros del PCS, como símbolo de la emancipación de un pueblo trabajador que junto a miles de campesinos prepararon lo que seria el levantamiento político mas grande de la historia salvadoreña. En aquellos años el “negro Martí” como era llamado “se constituía como una de las principales figuras dentro del movimiento revolucionario de masas de El Salvador, convirtiéndolo en el hombre-símbolo de la insurrección campesina-popular de 1932…”1, este contaba con una gran popularidad por el trabajo que había realizado dentro y fuera de las fronteras salvadoreñas.

Farabundo Martí creció en el seno de una familia terrateniente lo cual le permitió tener la oportunidad de culminar sus estudios secundarios y entrar en la Universidad de El Salvador como estudiante de la carrera de Jurisprudencia y Ciencias Sociales, cabe mencionar que este se destaco como jornalero y trabajador en las tierras de su familia considerándose como un peón más, aprendió de primera mano la dureza e injusticia de la vida de la clase trabajadora con la cual se identifico desde pequeño.

TRAYECTORIA POLÍTICO-REVOLUCIONARIA

Dentro de sus primeras acciones políticas y su participación dentro del movimiento, se cuenta con su trabajo contra el régimen oligárquico de las familias Meléndez-Quiñones, una de las dictaduras que gobernó El Salvador por 14 años. Luego se desempeña en el trabajo estudiantil, junto a Alfonso Luna y Mario Zapata,  quienes también fueron fusilados junto a Martí.
Como consecuencia de sus acciones político revolucionarias sufrió arrestos y exilios. Su primer exilio lo condujo hacia Guatemala en 1920, en este país centroamericano fue perseguido como agitador por los patronos de las fincas de café alemanas y después fue expulsado hacia México. Regresando a Guatemala en 1923, dos años más tarde, en ese mismo país es fundado el Partido Comunista Centroamericano PPCA, en el cual Martí ocupó el cargo de Secretario del Exterior. Al poco tiempo fue desterrado a Nicaragua en donde fue miembro del Estado Mayor Internacional de Sandino y Secretario Privado de este, con el cual rompe por razones ideológicas como lo era la cuestión del nacionalismo que chocaba con los principios de la visión marxista leninista de la lucha de clases y el internacionalismo proletario que Martí tenía ya fundamentados.
“El Negro” como le apodaron sus amigos, acompañó a Sandino a la ciudad de Mérida, en 1929, pero se separó de él y se dirigió a la ciudad de México donde se relacionó con el movimiento obrero y estudió la revolución agraria de 1910. Estando en México Farabundo pasó a ser líder del Socorro Rojo Internacional, un movimiento  caracterizado como  comunista y antifascista que se desarrolló en todo el mundo, brindando apoyo político, jurídico y económico a todos los presos y perseguidos políticos. En 1930 Martí regresó a El Salvador en calidad de representante del socorro Rojo Internacional incorporándose de lleno al partido comunista de El Salvador.

LA INSURRECCIÓN DEL 32

El levantamiento indígena – campesino es llevado a cabo por hombres y mujeres humildes de la zonas que enardecidos se lanzaron a la lucha contra el sistema explotador, presentando consigo serias deficiencias, ya que no habían estructuras montadas que les permitiera tener control en las zonas de ataque , la falta de logística y comunicación entre los grupos, aunado al aislamiento de estos con otros sectores de la clase trabajadora en la capital, se le suma la falta de una dirección revolucionaria que les guiase ya que días antes habían sido capturados los principales lideres del levantamiento, pese a ello ya no se podía dar un paso a tras, dando como resultado uno de los mayores genocidios del país, miles de campesinos, mujeres, hombre y niños fueron callados por las Fuerzas Armadas comandadas  por el General Maximiliano Hernández Martínez  y los Cuerpos de Seguridad, fieles defensores del sistema político económico, respondieron en defensa de las clases económica y políticamente dominantes. El Coronel José Tomás Calderón tuvo la responsabilidad de reprimir a las masas insurrectas, quienes estaban en total y completa desventaja debido a que sus únicas armas  eran machetes, palos, y piedras, mientras las fuerzas armadas contaban  con una superioridad armamentística y logística.
Dichas acciones se concentraron sobre todo en el occidente del país. Entre los municipios se pueden mencionar Juayúa, Izalco, Tacuba y Nahuizalco, entre otros sectores en donde se encontraban los cultivos de café de las oligarquías cafetaleras, quienes a causa de la crisis que sostenía el país, habían despedido centenares de trabajadores y a quienes quedaban se les había reducido el sueldo a la mitad, cabe recordar que la economía del país se basaba en el modelo agro- exportador donde el café era el rubro de mayor importancia.
Es en este marco donde se gesta la insurrección campesina, la lucha por la emancipación de los pueblos, de los desposeídos, de la clase trabajadora que fue callada por los regímenes militares por las burguesías nacionales e internacionales, la iglesia que apoyo la masacre y la muerte de miles de inocentes que exigían justicia y dignidad para con sus vidas. La lucha de los masacrados del 32 no es diferente a la lucha de hoy en día, trabajo, pan y tierra son las consignas, por una verdadera emancipación, luchemos por el socialismo.
El asesinato de Augusto Farabundo Martí, fue llevado a cabo a las 7:15 am del 1 de febrero de 1932, quien antes de morir grito a una sola voz: viva el soco….. (Socorro Rojo Internacional), que así quedo incompleto porque la descarga de fusiles lo apago”.

Febrero de 2010

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