El ministro de Hacienda ha declarado una alerta sobre las finanzas del Estado debido a la declaratoria de Emergencia Nacional y la cuarentena obligatoria que ha afectado drásticamente la recolección fiscal por parte del Estado.
El Estado es uno de los primeros y principales afectados de esta cuarentena, al paralizarse la producción en un 70 % el consumo se ha visto disminuido paulatinamente, incluso a pesar de la inyección de los 400 millones de dólares por parte del gobierno para el incentivo por familia de $300.
Según el ministro, hasta el pasado 13 de abril, la recaudación de impuestos cayó $281 millones, un 85 % menos que lo que se había recibido el año pasado en esta misma fecha. Hay que recordar que el IVA se cobra a partir de la compra de bienes de consumo, al reducirse el consumo se reducen las finanzas del Estado, comprobando así que quienes mantienen las finanzas del Estado no son las grandes empresas sino el consumo de los pequeños contribuyentes.
Por otro lado, el ministro detalla que “La recaudación de impuestos y contribuciones alcanzó $1,309.6 millones, con $69.3 más en comparación al año pasado. Sin embargo, las declaraciones del ISR registraron $17.7 millones, $6.2 millones menos en comparación con marzo 2019. El gravamen por migración y turismo cayó un 100 %, con $500,000 menos, que fue la cantidad que marzo de 2019 se había recaudado”[1].
La crisis de las finanzas del Estado
Lo que evitará el inminente colapso de las finanzas del Estado es la inyección de dinero por deuda, del cual ya se disponen 389 millones que aprobó el FMI el martes pasado y que fue ratificado el pasado jueves por la Asamblea. Este dinero cubrirá parte de los gastos del Estado para la emergencia, como la compra de material necesarios del sistema de salud, sin embargo, es una cifra muy pequeña a la par de la demanda que tiene actualmente el sistema de salud.
Las noticias que llegan al despacho del ministro de Hacienda no parecen ser muy buenas, hace tres días la bolsa de valores de El Salvador tuvo una nueva caída, esto debido a la enorme dependencia de la economía nacional a la economía estadounidense. Así lo declaró la Bolsa de valores de El Salvador.
«En el caso de los Bonos de El Salvador el precio está siendo influenciado fuertemente por la contracción de la economía de los Estados Unidos y su efecto sobre los envíos de remesas que representan más del 20 % del PIB»[2].
Lo anterior significará que la emisión de más deuda en estos momentos saldrá dos o tres veces más cara de lo normal. Si el gobierno quiere elevar el valor de sus bonos debe echar a andar la industria y demostrar su fortaleza en la producción, lo cual implicaría poner en riesgo la vida de millones de personas, complicando los niveles de contagio exponencialmente.
La empresa privada está buscando todas las formas posibles para reactivar la industria y el mismo ministro Fuentes piensa que lo mejor es reactivarla pronto, pero eso sería una locura en la actual situación de la pandemia; economicamente hablando el gobierno se encuentra en un callejón sin salida.
Ante esto, el gobierno ya no podrá ponerle freno al endeudamiento, y los valores de los bonos no mantendrán un ritmo sano elevando sus valores durante los próximos meses; al contrario, tarde o temprano, tendrán otras caídas repentinas, esto presentará graves problemas para las finanzas estatales que no podrán evitar el endeudamiento endémico del Estado.
¿Qué es lo que realmente pasa?
En una sociedad de clases el Estado está destinado sobre todas las cosas a mantener la opresión de una clase sobre otra, esta es su esencia natural. A través de las transformaciones de la sociedad el Estado ha ido tomando formas diferentes, al punto de perfeccionarse tanto que la opresión de clase no suele percibirse a simple vista, pero que no la podamos ver no significa que no exista.
Por ejemplo, en la sociedad actual el Estado y sobre todo en la emergencia que nos aqueja este ente debe tomar el rol de protector de la sociedad, pero resulta que se encuentra desprovisto de los medios necesario para cumplir su rol. ¿Por qué debe ser así? ¿No parece esto algo contradictorio? Cuando siempre se nos ha dicho que el Estado debe garantizar nuestros derechos a la salud, a la educación, a la vivienda y a la justicia.
Entonces ¿por qué si el Estado debe garantizar nuestros derechos, en momentos tan críticos se encuentra desfinanciado y se le hace imposible mantener la seguridad, la salud y la vida de los ciudadanos? ¿Por qué el Estado en nombre de la salud y la vida no puede tomar la industria para producir lo que necesita la sociedad (camas hospitalarias, mascarillas, equipo de bio-seguridad, alimentos, etc.) de manera gratuita?
Porque como decíamos el Estado no es un instrumento para garantizar nuestros derechos, es todo lo contrario, es el instrumento para que la clase trabajadora no se beneficie de la riqueza social que produce. Porque si decidimos ante la emergencia, por ejemplo, que la industria que produce alimentos de primera necesidad debe ponerse a disposición del hambre de las personas, los dueños de dicha empresa dirán que eso no se puede, es inconstitucional y los ricos pondrán como escudo al Estado y sus leyes constitucionales.
Así mismo pasa con las finanzas del Estado, los capitalistas pueden pagar más impuestos y contribuciones que el Estado podría invertir en un sistema de salud integral, en educación, en vivienda, o sea en nuestros derechos constitucionales. Con todas las ganancias de los empresarios de los años anteriores y con la industria de la construcción, los plásticos, las farmacéuticas y los alimentos a disposición de la sociedad los problemas a los que nos enfrentamos ahora serian algo digno de una historia de ciencia ficción, sin embargo, y por desgracia, la miseria y la incertidumbre es la dura y concreta realidad de los más pobres.
Analizando las cosas desde este punto podemos concluir que las medidas económicas que el Estado en general ha llevado a cabo son muy superficiales y poco eficaces. Lo único que ha hecho el Estado es solicitar deuda, lo cual no resuelve el problema sino que lo complica, a costa de que los millonarios del país, dueños de hospitales privados, industrias farmacéuticas, industrias alimenticias, etc., sigan acumulando millones de dólares. Vemos claramente que el Estado no hace más que proteger las fortunas de los que poseen los medios para acabar con nuestros padecimientos.
¿Qué se debe hacer?
Ante la necesidad de liquidez monetaria el Estado debe tomar el control de todos los hospitales y clínicas privadas, ponerlas a funcionar gratuitamente en favor de la población, lo mismo debe proceder con la industria de los alimentos, farmacéuticas y demás industrias que puedan suplir la necesidad que amerita la actual situación de emergencia y lo que demanda endeudamiento. Imponer impuestos progresivos a los bienes suntuosos y cobrar los impuestos perdonados a los grandes capitalistas en el pasado.
Estas son medidas inmediatas que no solo resuelven los problemas financieros del gobierno sino que también salvan vidas. Por ejemplo, esta semana hemos sido testigos de las amenazantes condiciones en las que ha estado expuestos el sector profesional de salud, al que se ha llamado “primera línea de defensa”. De diferentes hospitales como el Zacamil, Zacatecoluca y el Bloom, se han mandado urgentemente al personal a cuarentena, por estar expuestos a casos positivos de Covid-19, debido a que no contaban con los insumos de protección necesarios contra el virus. La razón de encontrarse desprotegidos, no se debía a un mal procedimiento o descuido sino a la falta de insumos de protección adecuados por parte del Estado.
Anteriormente, habíamos tenido denuncias de trabajadores del hospital Amatepec, donde denunciaban esta situación de precariedad en la que los hacían trabajar. El miércoles el Ejecutivo notificó que había adquirido insumos de protección para el personal del sistema nacional de salud, la respuesta fue tardía pero pudo ser una respuesta inmediata, porque nuestra industria tiene la capacidad instalada para producir los insumos de protección más básicos.
Eso lo demostró la publicación que hizo El Diario de Hoy el 7 de abril, en esta nota se muestra como la empresa salvadoreña Termoencogible de la industria nacional de plásticos, ha empezado a producir gabachas de protección para el sector salud, la nota dice:
“Desde hace 10 días Termoencogible innovó dos de sus líneas de producción de empaque y bolsas plásticas para dar paso a la elaboración de gabachas para médicos y guantes de polietileno. De esta manera buscan dar respuesta a las necesidades que ha traído la crisis del COVID-19, según mencionó el encargado de Asuntos Corporativos, Rodrigo Samayoa”[3].
¿Cómo es posible que tengamos las maquinas, la materia prima y los trabajadores para producir lo que nos puede salvar la vida y no lo pongamos a disposición de la sociedad de manera gratuita? Por qué poner en riesgo nuestro personal de salud, solo por el lucro y la inviolabilidad de la empresa privada.
El Ejecutivo debe hacer un estudio de toda nuestra industria nacional para saber qué insumos se pueden producir aquí para enfrentar de forma contundente esta pandemia, decretar una ley que permita la utilización de estas industrias en favor de la vida de los ciudadanos, sin ningún tipo de retribución a los capitalistas que en el pasado se han enriquecido a manos llenas.
A esto seguramente se opondrán todas la llamadas “fuerzas democráticas”, como la ANEP, Fusades, Funde, y demás fachadas de la burguesía nacional, pero ¿qué puede estar antes que el hambre y la salud del pueblo?
Estas son las únicas medidas que pueden salvar vidas, de lo contrario, estaremos condenados a la miseria, la enfermedad, la escases y lastimosamente la muerte para muchos. ¿Y todo por qué? Porque el Estado decide poner por encima de todos nuestros derechos el derecho a la propiedad privada y los intereses económicos de las grandes empresas.
[1] https://www.eleconomista.net/economia/Ministerio-de-Hacienda-de-El-Salvador-reporta-caida-de-281-millones-en-recaudacion-fiscal–20200416-0005.html
[2] https://www.eleconomista.net/economia/Bolsa-de-Valores-de-El-Salvador-Bonos-de-paises-emergentes-han-caido-20200414-0002.html
[3] https://www.elsalvador.com/noticias/negocios/termoencogibles-covid-19-salud-trajes/703691/2020/?fbclid=IwAR3wOYB_jNKE_wZ-7ageqUPwLZ7J-kmCrr-iENbr-DcYU9V19JEiFxRfOIA#utm_source=facebook&utm_medium=noticias&utm_campaign=organico