Por Santos Alfaro
El Salvador despertó el día 7 de septiembre de 2021 con la expectativa que genera una nueva aventura en cuanto a política monetaria se refiere, pues luego de 21 años de la aplicación de la “Ley de integración monetaria” que derivó en la desaparición de la moneda nacional “colón”, y trajo consigo aumento de los precios de las mercancías en la economía salvadoreña y desmejora en el poder adquisitivo de la población representando un duro golpe para la clase trabajadora, se implementa la “Ley Bitcoin” que ha sido tema especial entre la población salvadoreña. Esta aventura parece ser peligrosa y sin implicaciones para mantener o mejorar la calidad de vida de la clase trabajadora salvadoreña que, de por sí, vive en unas condiciones económicas precarias.
En anteriores análisis, se ha identificado que el gran problema para que los avances tecnológicos sirvan como herramientas para la liberación de la clase trabajadora es el sistema capitalista, que bajo su principal motor que es la explotación del humano por el humano, pone al servicio del capital las bondades del avance tecnológico.
Primer revés del régimen de Bukele
La carrera por el poder de Nayib Bukele ha avanzado a pasos agigantados desde el año 2011, cuando oficialmente se postuló como candidato a la alcaldía de Nuevo Cuscatlán. Luego de esta primera apuesta ganada por Bukele, sus actuaciones en política han sido muy diversas y han mostrado un gran contraste. En sus primeros años como alcalde hubo un un constante acercamiento con sectores progresistas de izquierda, con un discurso aparentemente fresco y liberador que en apariencia lo distanciaba de los políticos tradicionales; sin embargo, una vez en la presidencia ha emprendido acciones reaccionarias y antidemocráticas propias de regímenes que no tienen nada de novedoso, como la militarización de la asamblea legislativa para la aprobación de un préstamo, la militarización de la juventud, la remoción arbitraria de sus opositores de los demás poderes del Estado, reformas constitucionales inconsultas con la población y en los últimos tiempos, su clara manipulación para reelegirse y perpetuarse en la presidencia.
Pero en toda esta carrera política, Bukele se ha caracterizado por saber decir demagógicamente lo que la población quiere escuchar, y esto sumado a la debacle de la izquierda le ha permitido consolidarse y mantener amplios niveles de aprobación. Podemos afirmar que desde que inició en política, Bukele no había tenido un revés tan grande como el que enfrenta con impopularidad de la Ley Bitcoin. La habilidad para decir lo que la gente quiere escuchar poco a poco se va extinguiendo como una hoguera a punto de apagar su llama. Las grandes promesas tienen el efecto de elevar las expectativas de la población y en consecuencia la exigencia de resultados positivos, pero hasta la fecha el camino que lleva la gestión de Bukele en el ejecutivo cada vez más refleja sus verdaderas intenciones, las cuales profundizan las desigualdades sociales y continúan el castigo histórico del cual la clase trabajadora ha sido víctima.
La Ley Bitcoin a primera vista parece ser un capricho de la familia Bukele, pero de fondo el régimen busca liquidez, y en esta necesidad urgente, está ley ha sido implementada con inconsistencias desde su nacimiento, acompañada de la improvisación característica del presidente.
Desde el análisis exprés de esta Ley en la Asamblea Legislativa hasta el lanzamiento de la plataforma “Chivo Wallet”, la sociedad salvadoreña se ha informado de las posibles implicaciones negativas que esta Ley propone. Cuestiones sensibles como el mandato claro de obligatoriedad de uso del Bitcoin, que da pie a que se paguen salarios y deudas con esta criptomoneda, aunque el Ejecutivo insista en que esto sea opcional, así como la incertidumbre de la alta volatilidad del valor del criptoactivo absorbida por sus usuarios o por los impuestos de la población, son algunas de las preocupaciones más grandes. Pero en vista del gran revés que ha significado esta Ley para el régimen de Bukele, se han redoblado los esfuerzos por callar las voces que con preocupación y en uso de su legítimo derecho de develar la verdad y la libre expresión, han aportado a la educación popular para prevenir posibles dificultades derivadas de la Ley, casos como el de Mario Gómez, informático, quien fue el primer perseguido político del régimen de Bukele, son las pinceladas de lo que se viene para el pueblo salvadoreño si no se forma a los intereses de los Bukele y la burguesía detrás de ellos.
Hermetismo, problemas y más improvisación
La implementación de la parte tecnológica de la Ley Bitcoin no consideró aspectos básicos para garantizar la mayor posibilidad de éxito, en concreto, en la liberación a producción de la aplicación “Chivo Wallet”, ya que en vista de los hechos suscitados el día de su lanzamiento, tales como la imposibilidad de descarga en las plataformas más concurridas por usuarios de dispositivos móviles, errores en validaciones de sistema y sistema en general, falta de encriptación de datos sensibles y posibles características invasivas solicitando permisos de micrófono, se comprueba con mayor fuerza que la Ley no fue correctamente planificada y que esa falta de preparación, tiempo, análisis y un proceso ordenado y seguro, derivó en fallas de tipo técnico que se suman a la poca aceptación por parte de la población de esta nueva forma de recibir o enviar pagos y que posiblemente tendrán repercusiones negativas en la economía nacional.
Desde la creación hasta el lanzamiento, todo lo relacionado a la Ley Bitcoin ha sido hermético y reservado; esto a pesar que se está destinando inicialmente cerca de $205 millones de dólares, aun cuando la economía del país está agonizando en medio de una crisis capitalista radicalizada por una crisis sanitaria sin precedentes que marca otras prioridades antes que invertir en el criptoactivo.
El mismo día del lanzamiento de la aplicación, el presidente anunció en su perfil de Twitter que habían adquirido con el dinero del Estado 200 bitcoin a un precio mayor de $50,000, los cuales al momento de su anuncio sumaban alrededor de $20 millones de dólares. Cabe destacar que bajo el sistema capitalista que propicia actividades especulativas, la lógica de los participantes en el mundo del Bitcoin y las criptomonedas en general, es comprar Bitcoin cuando el valor de este es bajo y vender cuando el valor es alto, cosa que a la vista de los acontecimientos no realizó el gobierno. Posteriormente el presidente informó que el país había comprado otros 140 Bitcoin insinuando que aprovechaba la caída del valor que entre el 6 y 7 de septiembre de 2021 se desplomó hasta un 19%, alcanzando un mínimo de $42,900.
En el transcurso de la mañana del 7S, el presidente anunció los primeros problemas de la wallet en producción excusando a la aplicación, asignando estas problemáticas a aspectos técnicos que la gente encargada del desarrollo y operación del sistema tiene que solventar. Pero es bien sabido que en cualquier implementación de sistema informático y más para una solución tecnológica de esta envergadura, esos aspectos técnicos deben superar etapas de pruebas exhaustivas, replicando escenarios en que una aplicación determinada interactúa con una cantidad de usuarios específica en un mismo tiempo, en pruebas automatizadas modeladas a medida de las exigencias que tendrá el producto, para medir efectividad de respuesta y tener en cuenta cualquier posibilidad de falla en ejecución hasta incluso después de su puesta en funcionamiento oficial.
No todas las empresas usarán la Chivo Wallet
Una parte muy importante para que la implementación de la Ley Bitcoin tenga éxito es la aceptación que pueda tener por parte de los comercios, tanto grandes como pequeños, inclusive el sector informal. Si bien es cierto que apenas la Ley y la wallet oficial del gobierno han sido lanzadas un día antes del momento en que se redacta este texto, se esperaba que más comerciantes pequeños y grandes participarán de esta modalidad de pagos, pero lo cierto es que debido al poco acceso que se logró a la aplicación por problemas técnicos, la falta de información para la población, la falta de garantías sobre pérdidas para las empresas, la aplicación no despegó como se esperaba en un principio, inclusive, muchos comerciantes informales mostraron su rechazo al pago en Bitcoin, el primer motivo expresado es la incertidumbre y la falta de información clara de cómo usar esta tecnología. Esto es lógico, porque fuera de las comodidades y los lujos a costa de la explotación de la clase trabajadora está la situación económica de trabajadores que no ven como un juego la poca cantidad de ingresos que están forzados a recibir por lo establecido en el sistema capitalista.
Las grandes empresas como la transnacional McDonald’s por ejemplo, optaron por recibir pagos en Bitcoin desde el primer día de la entrada en vigencia de la Ley, pero esta acudió a otro método de transacciones de Bitcoin sin utilizar la “Chivo Wallet” para eso, utiliza el método de pagos a través de un mecanismo que ofrece la posibilidad de recibir pagos a través de Lightning Network, sin la necesidad de contar con un nodo propio, ni mucho menos un nodo custodio que administre los fondos, es decirl, empresa privada creada para manejar el tema Bitcoin «Chivo S.A. de C.V.». Los usuarios tienen así control total sobre los Bitcoin sin ningún tipo de dependencias. Este hecho brinda indicios para declarar que no hubo una comunicación constante y transparente con las empresas y estas optaron por asegurar ingresos de otra manera.
La población no está capacitada para utilizar Bitcoin
El otro gran actor para el éxito de la criptomoneda Bitcoin en El Salvador, además de la suerte, es la población en general, las personas que reciben remesas, la clase trabajadora que, en un escenario favorable para el oficialismo, tendría que aceptar y manejar sus ingresos y egresos en Bitcoin. Pero en vista de la poca habilitación tecnología que históricamente se ha dado en El Salvador, que no acabará por decreto ni siquiera con la implementación del Bitcoin, la población no está capacitada para incorporar de manera informada está tecnología en su cotidianidad.
Pero la realidad fuera de burbujas mediáticas y fantasías capitalistas de especulación, es la situación económica precaria de la mayoría de la población que por lo visto está siendo una escuela para la gente que al no ver las promesas demagógicas cumplidas exigirá con más fuerza una transformación en la manera que se gestiona su gobierno.
Los límites de la tecnología en el capitalismo
La tecnología en la historia ha jugado un papel muy importante para el desarrollo de la humanidad, desde las épocas de las cavernas hasta la posibilidad de llegar a la luna, todo en cooperación humana interpersonal e intergeneracional, pero desde que las sociedades se dividieron en clases, estos avances tecnológicos no son encaminados a garantizar una mejor calidad de vida para todos, sino que han sido capturados por las clases dominantes desde la época del esclavismo hasta ahora en día.
La respuesta a la desigualdad que genera esta injusta apropiación de la tecnología por parte de la burguesía es que la clase trabajadora tome poco a poco las riendas de su destino, expropiando la tecnología privatizada por el capitalista se lograría poner en primer plano de la tecnología, garantizar la vida digna de toda la humanidad y no el lucro. El mundo se encamina a poner especial valor a la información, de hecho, las mayores empresas mundiales están tomando como principal activo la información o los datos, que procesados con la informática son una herramienta importante para la toma de decisiones y estrategias a seguir, según datos reales y no especulaciones, por eso, la información y la tecnología como fuente del conocimiento otorga un bien y una herramienta para cambiar al mundo a quien la posee y sabe manejarla, por lo tanto el único camino para aprovechar la tecnología para a la liberación de la clase trabajadora, es que esta se habilite en tecnología y se democraticen estos bienes que son producto del trabajo en conjunto de la sociedad. De lo contrario, la búsqueda de libertad dentro de los límites del capitalismo opresor aún mediante la tecnología no deja de ser una utopía.