Por Roque Linares
En las últimas semanas se está elevando el número de maestros y maestras contagiados o fallecidos por Covid-19, una situación que cada día se vuelve más insostenible para la salud y vida del magisterio salvadoreño. Mientras tanto el Ministerio de Educación se niega a tomar medidas reales para detener esta tendencia, por ejemplo, cerrar las escuelas y con ella la asistencia a clases semi presenciales.
Una cadena de improvisaciones
Desde el inicio de la pandemia ha quedado demostrado que el Ministerio de Educación ha ido improvisando en las decisiones o medidas tomadas para darle continuidad a la educación en esta emergencia del Covid-19, entre ellas están: se iniciaron las clases semi presenciales cuando todavía los maestros y maestras no estaban vacunados, poniendo desde un inicio en riesgo tanto a los maestros, como al alumnado que se hizo presente a las aulas. En segundo lugar, no se resolvió el problema de abastecimiento de agua potable, no olvidemos que miles de escuelas están ubicadas en la zona rural y urbano marginal, con graves problemas de acceso al agua potable, indispensable para mantener condiciones mínimas de limpieza para los protocolos de bio seguridad.
En ese mismo sentido no se garantizó un abastecimiento de equipo de bio seguridad a los maestros y maestras que asisten a clases semi presenciales, una tan sola vez se entregó de parte del Instituto Salvadoreño de Bienestar Magisterial, ISBM, un kit de mascarillas y un bote de alcohol gel, el resto del año estos dos insumos han tenido que costearse con el ya empobrecido salario del magisterio salvadoreño.
Con lo relacionado a la brecha digital podemos decir, que la deuda continua ya que no solo basta con la entrega de las computadoras, no se ha resuelto el hecho que muchas comunidades ni siquiera llega la señal de teléfono celular, incluso hay caseríos que no cuentan con el servicio de energía eléctrica, por lo tanto, el acceso a internet se convierte en un lujo que las familias campesinas no pueden costear.
La precarización de la calidad educativa
Muchos podrían decir que el gobierno de Bukele esta haciendo mucho por la educación, pero la realidad es otra, la calidad de la educación no se logra solo entregando computadoras, eso es una herramienta que se puede utilizar, pero con la ausencia de un plan o una reforma estructurada con bases pedagógicas y científicas ese recurso se puede desperdiciar.
Estamos por finalizar el año escolar y miles de escuelas todavía no se les ha depositado los presupuestos de funcionamiento, causando todavía más problemas a los ya existentes, y esto no es un problema de dinero, solo basta ver los millones que han destinado al juego del casino digital del Bitcoin, que claramente está haciendo que el país pierda todos los días miles de dólares con la especulación de esa criptomoneda.
Una prueba de ese desprecio por la educación lo pudimos ver el pasado mes de agosto cuando el Ministro de Hacienda solicito a la Asamblea Legislativa un recorte al presupuesto de Educación por un monto de $14,896,855, mientras tanto la prioridad de Bukele sigue siendo el aumentar el número de las Fuerzas Armadas haciendo el llamado a que la juventud se enliste.
A ningún gobierno capitalista como el actual le conviene realizar una reforma integral al sistema educativo, en los hechos le apuestan a mantener las bases neoliberales del actual sistema educativo salvadoreño, fundamentalmente porque les ha funcionado a las clases dominantes para que mantengan su esquema capitalista de crear mano de obra barata, para el consumo de las empresas transnacionales y maquilas que operan en el país.
El magisterio está muriendo y el MINED oculta las cifras
Tarde o temprano la crisis en el magisterio salvadoreño tenia que estallar, debido a que estamos en pleno asenso a lo que podríamos llamar una tercera ola de contagios de Covid-19, situación que el gobierno se niega a aceptar abiertamente, muchos médicos y expertos epidemiólogos ya advirtieron que los hospitales nacionales están sobre saturados.
Los primeros en poner el grito de alerta ha sido el mismo magisterio expresando su alarma y descontento en las diferentes redes sociales, seguidamente han sido las diferentes asociaciones y sindicatos de maestros, por ejemplo, SIMEDUCO y Bases Magisteriales en conferencia de prensa el día 22 de septiembre mencionaron que registran 108 docentes contagiados en solo dos semanas.
De igual forma el Sindicato de Trabajadores del Ministerio de Educación en su comunicado del lunes 20 de septiembre denunciaban que un empleado del Ministerio falleció por Covid-19, otros 36 estaban positivos al virus y 5 eran sospechosos de contagio; todos ellos personal administrativo que laboraba en las departamentales de Santa Ana, Ahuachapán, La Paz, San Salvador y La Libertad, incluso a principios del mes de septiembre las oficinas centrales del Ministerio de Educación en el centro de gobierno fueron cerradas por casos positivos de Covid.
El ISBM, la institución que brinda servicio médico al Magisterio y su familia, solo se ha limitado a reportar 176 muertes por Covid-19 y 2,443 casos activos, cifras que creemos no es actualizada porque el gobierno ha dado la orden de mantener las cifras reales en secreto.
A esto hay que sumarle el hecho que los griparios en los policlínicos del ISBM están llenos de docentes que llegan todos los días con síntomas sospechosos de Covid-19, de manera negligente no se les esta apoyando a los maestros y maestras con pruebas para verificar si están contagiados, se han limitado solo a darles tratamientos para gripes comunes o infecciones en la garganta, poniendo en peligro no solo la salud del personal docente, sino también la de sus grupos familiares, ya que retornan a sus casas con incapacidad pero sin saber si son positivos al virus.
A ciencia cierta no podremos saber el numero de docentes fallecidos y contagiados por el virus debido a que el MINED y el ISBM mantiene en secreto estos datos, situación que viola los derechos mas fundamentales de la salud del magisterio, poniendo en riesgo como ya lo hemos dicho la salud de sus familias, y también la de alumnos y alumnas que asisten a las clases semi presenciales.
Desde ya debemos exigir y luchar por que se cancelen las clases semi presenciales en todo el sistema educativo, y se cierre el año atendiendo al alumnado solo virtualmente, de igual forma exigir un verdadero plan de atención a los casos sospechosos y que se realicen pruebas de Covid a todos los docentes con síntomas, de lo contrario el numero de contagios y muertes irá en aumento.
La ausencia de un verdadero liderazgo en el magisterio salvadoreño
Reconocemos que si bien es positivo que las diferentes gremiales de maestros se pronuncien en comunicados, conferencias de prensa, solicitando medidas al MINED, etc., creemos que esto no es suficiente, ha quedado demostrado que la actual ministra de Educación no está dispuesta a escuchar a las gremiales o sindicatos, muchos menos a los miles de maestros y maestras que están sufriendo esta crisis.
El magisterio es uno de los sectores de empleados públicos más numerosos del país, aproximadamente más de 40 mil maestros y maestras. Lastimosamente el menos organizado y el más dividido, esto debido a una clara burocratización de las actuales dirigencias de esas gremiales, que no le apuestan a organizar desde abajo y con métodos democráticos al magisterio, se han conformado con tener pequeños números de afiliados, y han privilegiado los espacios electorales de representación formal, como por ejemplo: la presentación en la directiva del ISBM, juntas de la carrera docente, y tribunal calificador de la carrera docente.
Si bien es cierto esos son espacios que son medios de lucha que sirven para conseguir algunas mejoras, pero lo estratégico es construir una organización sindical con bases sólidas que represente fielmente los intereses del magisterio salvadoreño, un sindicato que se construya de manera democrática donde los planes de lucha y las decisiones sean discutidas ampliamente entre sus afiliados, y que no solo sea creación de un par de dirigentes.
Hacemos el llamado al magisterio salvadoreño a construir una verdadera organización sindical representativa y democrática, que se construya al calor de las luchas y la movilización del magisterio salvadoreño.
Solo la lucha organizada y la movilización permitirá alcanzar mayores conquistas como las salariales, mejoras al servicio de salud, mejoras a los presupuestos de las escuelas, para dignificar esta importante labor que es la de educar a los hijos e hijas de la clase trabajadora salvadoreña.