La andanada de ataques por parte del gobierno de Milei/Caputo/Sturzenegger contra los trabajadores no tiene precedente en las últimas décadas.
El Gobierno avanza con recortes presupuestarios, con salarios devaluados vertiginosamente por el espiral ascendente de la inflación, también licuando partidas al utilizar el presupuesto devaluadísimo del 2023 que sigue vigente y sin intenciones de mandar para su tratamiento al parlamento el presupuesto 2024 que descongelaría los gastos.
A esto se suma la quita de subsidios, despidos en el Estado y en las empresas privadas. Licuación de los salarios, con una pobreza que en casi 70 días de haber asumido Milei en la Casa Rosada subió del 43% a un 57,8% según datos de la Universidad Católica Argentina (UCA)
La respuesta de la clase obrera en esta semana y media tiene como punto de inflexión el aumento sideral del transporte que tiene un impacto en los bolsillos de los laburantes.
Los trabajadores y trabajadoras en general tienen que trasladarse en dos o tres transportes públicos y el aumento hizo que el costo diario de traslado se fuera a $3.000- o $4.000- por día. El bombazo contra la clase trabajadora y la respuesta están a la vista.
Asambleas populares surgen en rechazo al aumento del transporte. Paro de Ferroviarios de La Fraternidad, molinetazo en la primera semana de marzo de estudiantes secundarios, Estatales de ATE consensuó un plan de lucha nacional para la última semana de febrero, junto al Frente de Sindicatos Estatales y Gremios de Empresas del Estado de la Argentina, poniéndose en pie de lucha. Por su lado los piqueteros y piqueteras se unieron en definir una jornada de lucha teniendo como objetivo movilizar más de 100 mil personas a la calle. Paro de transporte en Santiago del Estero, como en Jujuy que van con el sexto día de paro. Comedores populares cierran por el recorte del gobierno y la negación de mandar alimentos a pesar del aumento vertiginoso de la demanda de un plato de comida. Cacerolazos en Estación Constitución y otras ciudades del país.
Los docentes siguen sin paritarias, o con paritarias de hambre, ante el inminente inicio de las clases.
Mientras tanto con su paso cansino, los gordos cegetistas dicen que solo falta ponerle fecha a un paro o movilización, siendo en realidad una actitud política de oxigenar al régimen y sus instituciones para que la situación no se vaya de madres. De todas formas, como señalamos en Apuntes sobre la realidad en Argentina 2024 – Las tareas de los Comunistas, los gordos de la CGT con las medidas que el gobierno intenta imponer sobre las obras sociales, saca a los jefes sindicales de la triangulación entre las obras sociales y las prepagas, en realidad los sacan de las fabulosas arcas repletas de nuestros aportes. Pero también perjudica a los trabajadores de menores ingresos que no pueden acceder a una prepaga y quedan a merced de obras sociales desfinanciadas.
Los Gordos de la CGT se ven obligados a defender sus cajas, a lo que se suma la presión de los cuerpos de delegados que expresan la bronca de miles y cientos de miles de trabajadores que ven sus salarios escurrirse de manera fugaz como arena entre los dedos. De todas formas, aunque las mediaciones sindicales comienzan a resquebrajarse es más que probable que surja un paro o medida de lucha producto de la presión por abajo y la necesidad de la burocracia de auto preservarse.
Pero debemos tener en cuenta que, aunque los Jefes Sindicales sean parte de la ecuación de dar gobernabilidad al régimen político, los y las trabajadoras comienzan lentamente a superar el obstáculo que representan los burócratas a la hora de llevar adelante una lucha sostenida por las reivindicaciones más urgentes.
Hay plena conciencia en los capitalistas y sus representantes políticos en el parlamento, que de generarse tan solo una fisura por arriba, la clase obrera podría imponer su programa de reivindicaciones junto con una política de desconocimiento de las mediaciones políticas y sindicales. Es lo que avanza al grito de “Todo sube, abajo el paquetazo”.
Debemos tener plena conciencia que esta es una lucha que no podemos permitirnos perder. Por nosotros, nuestras familias y nuestra clase.
Entonces para ganarla debemos avanzar en ensanchar cada vez más los reclamos. Debemos impulsarlos desde las bases, en cada barrio y escuela, en cada empresa o facultad en el camino de plenarios regionales y provinciales que sean útiles para desembocar en un gran plenario nacional que defina con claridad derrotar al paquetazo y al gobierno de Milei. Para que podamos avanzar lo debemos hacer de manera coordinada trabajadores ocupados y parados por los despidos, junto al enorme ejercito de trabajadores de la economía informal. Levantando bien en alto las banderas de la huelga general política.
La huelga general política nos lleva a la pregunta del millón, “¿quién gobierna?” si somos los que creamos la riqueza con nuestras manos, nervios y cabezas o los parásitos capitalistas que solo buscan más y más beneficios. El solo hecho de llegar a esta instancia sobre la base de la democracia directa, pone en evidencia que los que creamos la riqueza del mundo somos los que paramos las fábricas. Se trata entonces de tomar conciencia de la enorme fuerza que tenemos y utilizarla para derrotar al capitalismo.
Tomar el destino en nuestras manos para no caer en la barbarie capitalista.
Por un gobierno de los y las trabajadoras