La fantasía del Bitcoin en El Salvador: una apuesta de casino capitalista

Por Santos Alfaro

Artículo editorial publicado en el Militante BPJ No 92, 17 octubre 2021


El lanzamiento del bitcoin en El Salvador como moneda de curso legal y la creación de una empresa privada con fondos públicos dirigida por extranjeros para el manejo de su implementación, ha generado diversas reacciones ante un panorama económico nacional incierto y sin perspectivas de mejora para la economía de la clase trabajadora; como ya hemos abordado en anteriores análisis y en la práctica, una característica principal en la ejecución de las políticas de toda índole en el gobierno de Bukele, además del ascenso gradual del autoritarismo y la militarización del país, es precisamente la puesta en marcha de proyectos demagógicos de cara a crear ilusión en la opinión pública de que la situación nacional va mejorando de la mano de un gobierno capaz y que sobre todo en los últimos tiempos, apuesta por la innovación.

Tecnología real o magia salvadora

Todo el tema de la implementación de tecnología e innovación en el gobierno de Bukele, ha tenido resonancia al clásico estilo de cortinas de humo llenas de ilusiones de soluciones mágicas e inmediatas a los principales problemas sociales y económicos del país, pero lo cierto, detrás de ese difuso panorama, es que la tecnología no es mágica y que en la medida que el proletariado salvadoreño no se habilite y se adueñe,  de manera material y como clase en el pleno uso de esta al servicio de la sociedad entera, no podrá lograr romper las cadenas de la precariedad y el egoísmo capitalista.

Proyectos como el Bitcoin, el Satélite Cuscatlán o la entrega de laptops a estudiantes salvadoreños, son esfuerzos que a simple vista parecen provechosos para la clase trabajadora, pero que en lo profundo, el enfoque populista que se le da a la implementación de estos, declara de manera abierta la sentencia negativa del destino económico del país si no se cambia ese enfoque por uno planificado y socialista, con un análisis dialéctico materialista de la economía como para aplicar la herramienta tecnológica para tener respuestas ante problemáticas de una sociedad en descomposición y enferma del virus capitalista, pues la tecnología y su implementación no es algo que resuelva los problemas estructurales de un país denominado de tercer mundo de la noche a la mañana y menos si este bien tecnológico está bajo control estricto de la clase dominante que ahora representa su rostro más inquietante en el clan Bukele.

Solución para el pueblo o para Nayib Bukele

Es sabido que las actuales arcas del Estado, luego de un paro de la economía nacional por la pandemia de covid-19 en 2020, un mal manejo de las cuentas, robos masivos y una crisis mundial del capitalismo arrastrada por más de una década de profundas crisis, no son las más óptimas para la clase burguesa en general, y en específico, para el grupo gobernante, ya que es necesario tener liquidez para garantizar la opinión pública y sus negocios privados. Parte del éxito de Nayib Bukele para adueñarse del poder del Estado es debido a que ese tipo de situaciones se han dado en el país históricamente y, por tanto, la clase trabajadora elige personajes que ofrecen soluciones simples a problemas estructurales complejos como Bukele lo hace, a través de la única forma en la que el pueblo está habilitado actualmente para participar de forma pasiva en la toma de decisiones, que es el voto en una democracia burguesa.

Pero las promesas no son posibles si tienen enfoque populista y al no ser posibles, estas tienen el efecto del boomerang y se volverán en contra del régimen como exigencia legítimas de promesas incumplidas y por lo tanto, en la manifestación de la clase trabajadora haciendo valer sus derechos y liberación.

Lo que sí es cierto entre tanta promesa incumplida con el bitcoin, es que por el lado de las remesas, hasta la fecha, a un mes de la implementación de la ley bitcoin, los salvadoreños en el exterior y en el interior no pueden enviar remesas de manera rápida y segura a todo el mundo, pues el sistema de la aplicación Chivo muchas veces y por errores en el software, no deja hacer actividades básicas como recargar la billetera y no garantiza seguridad en cuanto que las transacciones de cualquier tipo se realicen con éxito desde un usuario a otro; dicho problema afecta directamente a la clase trabajadora ya que a parte de su precaria situación económica, muchas veces son estafados por falta de información y una negligente actuación de la empresa privada proveedora del servicio y las reguladoras financieras.

Especialmente las fallas de seguridad en la Chivo Wallet son un tema muy importante que no ha sido abordado como se debería por parte del gobierno de Bukele, en específico por las instituciones garantes del cumplimiento de las leyes financieras, entidades como la Superintendencia del Sistema Financiero, la Fiscalía General de la República y otras que deberían de hacer observaciones objetivas a temas como la suplantación de identidad de personas debido a que la infraestructura tecnológica de Chivo SA de CV, con millones de dólares de inversión de dinero público, es incapaz de garantizar que el proceso de registro sea legítimo y por lo tanto la responsabilidad de cada persona sobre transacciones realizadas en su nombre a través de la Chivo Wallet sin su autorización.

¿Qué ha demostrado la “bitcoinización” de El Salvador?

Desde varios análisis emanados de la sociedad civil, entre los que destacan aportaciones de economistas, profesionales informáticos, abogados, etc., ya se criticaban los motivos brindados por el gobierno de Bukele para la implementación del bitcoin como moneda legal, entre esos motivos estaban el aumento de la cantidad de remesas, la eliminación de atrasos y comisiones para esas transacciones, posibles inversiones de grandes bitcoiners y empresas de criptomonedas en el país, la inclusión financiera, hasta la generación de condiciones para que El Salvador pueda tener la infraestructura tecnológica, conectividad y habilitación necesarias para el éxito de la moneda virtual.

Lo que se ha demostrado luego de un mes de la implementación del bitcoin como moneda de curso legal en El Salvador es que está idea de la familia Bukele no ha aportado óptimamente en el aumento y modernización del envío de remesas, no hay grandes empresas de criptomonedas invirtiendo en el país, y las instituciones gubernamentales no están listas para recibir pagos en bitcoin, la inclusión financiera cada vez es más precaria para la clase trabajadora y el país no se maneja bajo un proyecto integral de habilitación tecnológica y creación de condiciones para que la población esté conectada a la red de internet donde sea y cuando sea, como primer paso a la evolución tecnológica salvadoreña.

Dudas importantes

El gobierno de Nayib Bukele ha querido demostrar mediante cifras presentadas sin ningún tipo de posibilidad de prueba, ya que la información de la empresa Chivo SA de CV no es pública, que la adopción masiva del bitcoin en el país y la billetera gubernamental Chivo Wallet son un éxito, estimando entre sus estadísticas más de tres millones de usuarios activos, pero existen inconsistencias importantes entre los datos oficiales presentados y la realidad de la situación del bitcoin tanto en el sector formal e informal del país, pues estudios realizados con datos de empresas privadas en el país demuestran que menos del 12% de sus ventas se dan utilizando bitcoin a través de la Chivo Wallet.

El pueblo salvadoreño hasta el momento lo único que tiene para evaluar la eficacia de estas medidas en la realidad es su propia experiencia ya que no hay intenciones del gobierno de transparentar los datos que, por la naturaleza de fuente de financiamiento público, deben de ser auditables ante la clase trabajadora como principal afectada y no un hermético y discrecional manejo de la burguesía gobernante de Bukele.

Ni siquiera el mismo discurso del presidente repleto de supuestas planificaciones de gasto para la implementación del bitcoin cuadran con la realidad que buscan decantar para el lado del gobierno a punta de publicidad, información falsa y verdades a medias, ya que por ejemplo, con casos como el monto presuntamente asignado para el bono de bienvenida que se brinda a los nuevos usuarios de la Chivo Wallet, de los más de 200 millones de dólares destinados para la implementación del bitcoin, 30 millones serían para el pago del bono de regalo, por lo cual nos preguntamos si en verdad estos datos brindados son reales, ya que si en las cifras que dice el gobierno, más de 3 millones de salvadoreños ya usan Chivo Wallet, deberían de haberse tenido materialmente 90 millones en BTC o en dólares en las arcas del Estado para hacer efectivo el dinero bonificado en la economía de los usuarios, cosa que no es comprobable. Esto abre la posibilidad, entre tanta falta de información, a que en realidad la Chivo Wallet no opera dólares y bitcoin, sino que se le da a la población salvadoreña esa ilusión y en realidad se está manejando el dinero público de manera maliciosa.

Entre tanta publicidad y expectativa de mejoras con las razones de la implementación del bitcoin, parece ser que el único gran éxito y prioridad, y la razón principal del gobierno para la implementación de este proyecto, es la apuesta tipo casino con el dinero de la clase trabajadora, ya que en lo que va de funcionamiento del proyecto, el presidente muestra con gran alegría que el bitcoin ha subido de precio a más de $ 55 mil por bitcoin y que la población ha ganado gracias a las decisiones ejecutadas, pero fuera de la burbuja presidencial, la realidad es que la mayoría de usuarios registrados no verán reflejada esa subida en su economía personal, ya que el pueblo salvadoreño no ahorra con bitcoin para esperar subidas de su precio, es decir, no mantiene su dinero en la Chivo Wallet como bitcoin, sino como dólares, por el miedo a perder valor del dinero que no les sobra, por el cual trabajan y con el que mantienen a sus familiares. Esta situación es peligrosa, ya que no se busca beneficios reales para la clase obrera, se abren puertas para la impunidad más amplias que las ya existentes en el Estado burgués y se está jugando en una ruleta de la suerte el dinero del pueblo.

Suplantación de  identidad

Otra fuerte crítica pública hacia la implementación técnica del bitcoin en el país, son los problemas que brinda Chivo Wallet a sus usuarios por la falta de estructura de seguridad idónea para un aplicativo que pretende ser la billetera de transacciones por excelencia en el país, todo esto unido con a la falta de alta disponibilidad y alta fiabilidad del sistema Chivo, dos aspectos básicos para las aplicaciones móviles de tal exigencia.

El tiempo ha demostrado que las hipótesis vertidas en nuestros anteriores análisis del tema, respecto a la negligente planificación de la Ley bitcoin y en especial, del producto tecnológico, se comprobaron, pues actualmente existen muchas incidencias en fallos del aplicativo, desde fases de mantenimiento del programa sin aviso a los usuarios en horas de alta demanda, hasta suplantación ilegal de identidades a niveles intolerables para una plataforma en la que se invirtió mucho dinero público que no le sobra a un país empobrecido como El Salvador, pues las denuncias en redes sociales y en la voz popular han sido muchas y tienen fuerte potencial de mantenerse debido a la inacción de todo el aparato estatal que actualmente está volcado a ocultar y mentir sobre la información de este proyecto.

Es importante tomar en cuenta que este tema tan delicado no es el único y que todos derivan de la falta de transparencia, la fuerte insistencia del ejecutivo de no planificar sus acciones e intereses fuertes de la clase burguesa situada en alianza con Bukele de cara a mantener y hacer crecer sus negocios privados en detrimento de la clase trabajadora, que ahora se quiere explotar con tecnología

¿Qué debemos hacer?

En primer lugar, una sociedad como la salvadoreña debe entender que los cambios necesarios para la mejora de las condiciones de vida no suceden de un día para otro con decisiones tomadas por la burguesía, y esta ley se cumple con toda situación, es por esto, que la clase trabajadora no percibe cambios para bien en su situación de vida cambiando de gobernante a través del voto, es decir, se necesita que la clase trabajadora tome las decisiones sobre su destino con base en datos reales, transparentes e históricos y no solo se dedique a ser parte pasiva del sistema.

La tecnología y su adopción para el mejoramiento de las condiciones de vida deben ser programáticamente dominadas por la sociedad salvadoreña entera a iniciativa de un sistema de gobierno que tome en cuenta la situación material y las exigencias de las necesidades más grandes de la clase trabajadora, empleando un proyecto de infraestructura y conocimiento tecnológico público, con objetivos claros y socialistas, que permitan tener condiciones materiales para que toda la sociedad se beneficie, por supuesto un proyecto de este tipo no dejará retribución inicialmente, pero sí forma parte de un proceso, se gana la inversión por medio de tener una sociedad y clase trabajadora profesional y calificada que permitirá mejoras en la generación de riqueza nacional.

Es importante tomar en cuenta que no debemos satanizar la tecnología en sí, por ser propuestas por gobernantes demagogos, ya que está no es más que una herramienta y como tal se debe discutir y debatir constantemente de manera colectiva la mejor manera de utilizarlas y a beneficio de quienes hacerlo; por ejemplo, la idea de un satélite nacional, es buena idea, si se lleva a cabo con un proceso que no exija resultados económicos rápidos, que excluya a la clase trabajadora, con falta de transparencia y motivaciones eminentemente electorales, ya que un proyecto como ese, aportaría al desarrollo de profesionales y científicos en esa área, que en El Salvador existen pero no tienen el componente material para potenciar esos conocimientos y ponerlos al servicio de la sociedad, por supuesto esto implica que desde la planeación, hasta la puesta en marcha del proyecto sea desarrollado 100% por profesionales y no sea un servicio o producto comprado a empresas especialistas en esos temas.

Por último, debemos saber que no hay remedios mágicos para nuestra economía, el uso de la tecnología es algo material y una realidad, debemos de conquistar como clase trabajadora y como primera premisa la propiedad de datos de toda índole, y al mismo tiempo, apropiarnos de la tecnología, no solo como posesión, sino entendiendo técnicamente su uso, para hacer con ella un procesamiento de datos que nos ayude a tomar decisiones más acertadas y planificadas, esto no se reduce solamente al dinero virtual, se puede aplicar para educación, legislación, verificación pública de elecciones a cargos públicos, entre muchas más, que en la medida que no se les quiten las cadenas del capitalismo no serán nunca una realidad.

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