Indiscutiblemente el siglo XX en El Salvador fue un período lleno de abundantes lecciones para la clase trabajadora; recordarlos es una tarea necesaria para poder mantener nuestra memoria histórica fresca, pero es claro que uno de los principales objetivos es sacar conclusiones que permitan aumentar las posibilidades de un proceso revolucionario con menores costos para los oprimidos y aumento significativo en el éxito de las luchas reivindicativas de los mismos.
A lo largo de nuestros artículos escritos durante 10 años de publicaciones de nuestro periódico “El Militante” hemos expuesto las ideas de los autores clásicos del marxismo, Marx, Engels, Lenin y Trotsky. Cada uno de ellos realizó innumerables aportes que nos permiten hacer una interpretación adecuada de los diferentes hechos de la realidad, no solo externa sino interna de nuestro país. Lenin realizo uno de los trabajos más importantes de la teoría marxista, retomando y aplicando a la práctica la concepción del Estado en su obra “El Estado y la Revolución”. Se preguntarán tal vez de que nos sirve esto y que tiene que ver con los sucesos de junio de 1968 en El Salvador, después del presente artículo esperamos dejar claro al menos un par de las funciones del Estado Burgués.
Astucia, lucha y represión
Después de varias décadas bajo dictaduras militares, los salvadoreños habían entrado en un periodo de clara acumulación de descontento, siendo víctimas de masacres, desapariciones, condiciones paupérrimas de vida, entre otros, alimentaban día con día la necesidad de una lucha frontal contra un órgano represivo y ser servil al capital, es decir, el ejército y sus altos mandos. A mediados de los años 60 comienza a brotar el descontento dentro de uno de los sectores de la población importantes, el sector docente, eran tiempos difíciles, se vivía bajo un régimen de censura directa contra la creación de asociaciones y sindicatos dentro de las instituciones del Estado y el magisterio no era la excepción, además de que se encontraba prácticamente en abandono, la estabilidad laboral era muy baja y las prestaciones laborales deficientes. Ya para 1960 algunos docentes bastante consecuentes crean la Federación Magisterial Salvadoreña, que un par de meses después sería víctima de la represión estatal, el trabajo de Mélida Anaya Montes junto algunos maestros egresados de la ENS, permitió posteriormente la creación de APNES. Luego de procesos de concientización, las organizaciones antes mencionadas junto a la UMS, acuerdan la creación del Comité Coordinador Pro Derechos del Maestro que fue el organismo antecesor directo e inmediato a la creación de ANDES 21 de Junio, en diciembre de 1964 se planifica la creación de ANDES quien comenzaría sus innumerables luchas desde la marcha que aglutinó al 95 % de los docentes salvadoreños el 21 de junio de 1965, luchando por la aprobación del Proyecto de Ley del Instituto Magisterial de Prestaciones Económicas y Sociales-IMPRES, por lo cual se retomaría tal fecha dentro del nombre de la joven organización.
La activa lucha continuó durante los siguientes años, pero la represalia contra ésta se incrementó en el año 1968, por lo cual se da inicio el 4 de febrero del mismo año a una huelga general de docentes, se cierran todas y cada una de las escuelas a nivel nacional durante 58 días, el apoyo de trabajadores y estudiantes de secundaria y universitarios fue muy importante. Esta demostración férrea de lucha despertó la incomodidad de los defensores del capital, los militares desplegaron acciones contra las manifestaciones que llegaron a aglutinar hasta 80 mil personas, se creó la agrupación rompe huelgas llamada Asociación Magisterial de Acción Democrática (AMAD) y la represión estaba a la luz del día por parte de la Guardia Nacional y ORDEN, estas jornadas dejaron al menos tres muertos, dos obreros del FUSS y un estudiante. El autoritarismo inherente del militarismo defensor de los terratenientes estaba siendo arrinconando cada vez más.
La lección principal
La falsa neutralidad del Estado queda claramente descubierta, el Estado como lo conocemos actualmente, solo defiende intereses de la clase dominante, los capitalistas defendidos por un régimen militar en la época, utilizó la represión y demostró que intereses defiende. En tiempos de “abundancia” se hacen pequeñas concesiones a la clase trabajadora, pero en la medida de que las exigencias aumentas, la personalidad mezquina de los capitalistas utiliza los medios que se le presenten para mantener sus comodidades a costa de la explotación de los trabajadores.
¡El docente luchando, también está enseñando!