La huelga general en el salvador
Respuesta a los reformistas
La lucha por la liberación de los trabajadores del yugo al cual los tiene sometido el capitalismo ha tenido asensos y caídas bruscas, no por la combatividad de los trabajadores sino por la dirección que han tenido en las diversas etapas del proceso, la desmoralización de muchos dirigentes tras la caída del bloque soviético y el oportunismo de muchos –inclusive mucho antes de esto- los han llevado a tomar conclusiones incorrectas, la sustitución de los trabajadores y sus métodos inevitablemente llevarán a degenerar la misma lucha.
La huelga general en el salvador
Respuesta a los reformistas
La lucha por la liberación de los trabajadores del yugo al cual los tiene sometido el capitalismo ha tenido asensos y caídas bruscas, no por la combatividad de los trabajadores sino por la dirección que han tenido en las diversas etapas del proceso, la desmoralización de muchos dirigentes tras la caída del bloque soviético y el oportunismo de muchos –inclusive mucho antes de esto- los han llevado a tomar conclusiones incorrectas, la sustitución de los trabajadores y sus métodos inevitablemente llevarán a degenerar la misma lucha.
La prensa burguesa, sus filósofos, analistas, economicistas y todos los agentes activos del capital han dictaminado el fin de la historia, un capitalismo con rostro humano, sin embargo hoy vemos más que nunca la urgente tarea de la revolución socialista mundial, las condiciones objetivas para esto no sólo han madurado sino que han empezado a pudrirse, pero ¿Qué es lo que sucede?, ¿Por qué no se ha logrado entonces esa dichosa revolución?, el elemento faltante a esta ecuación es el vacio que han dejado las organizaciones y partidos tradicionales de los obreros.
Un auténtico marxista debe ayudar a los trabajadores a sacar conclusiones correctas de los acontecimientos, intentaremos explicar brevemente uno de los métodos más poderosos de la clase trabajadora:
La huelga general, tradiciones de lucha de la clase trabajadora
A pesar de lo conservadora que puede llegar a ser la mente humana, no implica que su estado de ánimo no tenga variaciones, algunas pueden llegar a ser imperceptibles a la vista de muchos revolucionarios, se olvidan de los cambios que pueden llevar a cabo las acumulaciones de presiones y explotación, como aquel vaso en el que caen gotas de lluvia, las primeras no causarán muchas variaciones en éste, pero llegará una que logre derramarlo, esto puede preparar el terreno para elevar el nivel de lucha de los trabajadores.
La huelga general no es una simple huelga más y tampoco se ata a las leyes de ésta, la huelga general surge en momentos de una gran tensión revolucionaria en el que las reivindicaciones corporativas se elevan a un plano político general, es la unidad de la clase trabajadora la cual no obedece a las legalidades burguesas.
Las “gotas que derramen el vaso” pueden ser diversas, en El Salvador han sido de diversos matices, las condiciones a las que estaban sometidos los campesinos y trabajadores bajo el régimen de Martínez los llevó a realizar una huelga general en el 44, el fraude a la UNO en el 72 desató una oleada de huelgas generales, éstas tampoco estuvieron fuera de la orden del día durante el conflicto armado, es claro que en ese momento los trabajadores estaban conscientes de toda su fuerza y del papel que jugaban en el proceso de producción, sin embargo, ¿por qué ahora se ha descartado este método?
El papel de los reformistas y oportunistas
Los oportunistas que más que profesar la lucha de clases, profesan la conciliación de clases no han faltado en ningún proceso, se esconden bajo las ideas del marxismo tergiversándolo y manchándolo hasta ya no poder más. Luego del auge del capitalismo que prosiguió a la segunda guerra mundial se hizo posible ceder ciertas concesiones a los trabajadores ya que había una base material para ello, las ganancias de la burguesía parecían no tener fin, ceder migajas a los trabajadores sin comprometer sus grandes ganancias era factible, esto hizo que muchos “representantes de los trabajadores” profetizaran la capacidad de conciliar con el capital, de convivir con él pacíficamente y que gradualmente éste desaparecería, sin embargo la verdad es de lo más testaruda y nos ha demostrado todo lo contrario.
Esta teoría apoyada por el estalinismo y por consiguiente, vertida en la mayoría de los partidos comunistas de la época llevó al fracaso de muchas posibles revoluciones, ejemplo claro de ello, lo que ocurrió en Francia en el 68, para poder mantener los privilegios que había ocasionado el haber conciliado con la burguesía para apaciguar a las masas.
El papel de los obreros y las clases medias
Aquellos que dan la espalda a la fuerza de los trabajadores para impulsar un proceso revolucionario le dan las espaldas al papel que ocupan en el modo de producción. La riqueza de los capitalistas se produce en el mismo proceso de producción en el momento de no retribuirle el salario real a los trabajadores, su papel es tan determinante que inclusive nada sucede sin el permiso de la clase trabajadora, pongamos un ejemplo, aquellos que dicen que el sector informal es el que mueve los hilos de la economía salvadoreña se olvidan que los productos que comercializan están producidos por los trabajadores, ¿que sucedería si éstos decidieran parar la producción? La respuesta es sencilla ¡no hubiera qué comercializar!
Para llenar este vacío proponen a la clase media como la que debe impulsar el proceso, podemos afirmar que la sociedad capitalista se divide en dos clases fundamentales: la burguesía y el proletariado, cada uno defiende intereses particulares, la clase media es heterogénea, su capa más alta toca los intereses de la burguesía y la más baja, los del proletariado, inclusive los del lumpen proletariado, no negamos que acompañarán a los trabajadores pero con la premisa que la clase obrera los ganen a su programa: el de la revolución socialista.
La huelga general y los comités de autodefensa
La huelga general plantea la pregunta ¿Quién es el dueño de la casa?, sin embargo tenemos claro que la burguesía no cederá fácilmente ni pacíficamente, ante el temor de perderlo todo abrirán una lucha encarnizada en contra de los trabajadores y no dudarán en ocupar los aparatos del Estado para esto, los pesimistas temerán ante esto y muchos recapitularán, es necesario orientar políticamente a los trabajadores a la creación de comités de autodefensa con cuadros altamente disciplinados, a pesar que no compartimos el método del guerrillerismo ni el terrorismo individual, sí pelearemos por la defensa de los trabajadores, hay ejemplos concretos de esto, los mineros en Bolivia tuvieron que armarse de dinamita para poder defenderse en las huelgas generales tanto en 1956 como en el 2003 y 2005, otros casos en el que la creación de éstos fue con el propósito de evitar que los enfrentamientos se tornaran sangrientos.
Nos llamarán apologistas del terror, pero quien realmente lo producirá es el capitalista, no los trabajadores, el único terror que causamos será a aquellos que ostentan privilegios, que viven a costa de nuestro trabajo y que tienen temor a perder todo esto.
Pero tampoco debemos olvidar que los policías y soldados son trabajadores que viven en carne propia la crisis, si hay una lucha decidida de la clase obrera los cuerpos represivos del estado se partirían en líneas de clase. Si la clase obrera se unifica desarmaríamos a la burguesía y no habría ni siquiera derramamiento de sangre. No hay fuerza sobre la tierra capaz de detener la fuerza de la clase obrera cuando ésta se pone en acción.
Llamar a una huelga general en este momento
Aquellos que están en contra de la huelga general no están sino en contra de mostrarle a los trabajadores toda su fuerza, la huelga general está acompañada de la consigna de la toma del poder, las actuales condiciones dan un margen para poder realizarla, el costo de la vida que está por los cielos y que apenas pueden tocar con la punta de los dedos los trabajadores dan la razón, el tema fundamental es que los trabajadores recibirán a bien si sus sindicatos y su partido –el FMLN- los convocara, tampoco es lineal, la clase trabajadora puede sacar sus conclusiones y rebasar a su misma dirección, una huelga general de 24 horas despertaría los músculos dormidos de los trabajadores preparándolos para realizar la huelga general indefinida, que con una política adecuada podría desembocar en la toma del poder por parte de los trabajadores y el inicio de la revolución socialista.
Los marxistas no tememos a la fuerza de los trabajadores, la lucha de clases es el motor de la historia lo tenemos claro, el capitalismo es un callejón sin salida y nos está conduciendo al abismo de la barbarie, no podemos ser el obstáculo de los trabajadores en su lucha por liberarse de las cadenas de la opresión, sino todo lo contrario debemos ser quien pelee codo a codo junto a ellos y los mayores defensores de sus intereses, que al fin y al cabo son también los nuestros.
Junio 2008