Día con día son miles de pacientes que visitan cualquiera de los centros hospitalarios o clínicas pertenecientes al ISSS. El solo hecho de asistir a una consulta –con previa cita programada- que ha tardado meses en llegar, se vuelve un momento tenso, ya que hay que perder toda una mañana o tarde completa para poder pasar con el médico, con suerte y la espera se hace sentado en bancas que para nada son cómodas, o en el peor de los casos que es lo más seguro, uno hace la espera parado y si a esto se le suma todo el estrés que se acumula, por la angustia de saber que dirá el medico en pocos minutos de la consulta, por la dolencia o por algún avance en el proceso donde ya se tiene un historial clínico extenso.
Día con día son miles de pacientes que visitan cualquiera de los centros hospitalarios o clínicas pertenecientes al ISSS. El solo hecho de asistir a una consulta –con previa cita programada- que ha tardado meses en llegar, se vuelve un momento tenso, ya que hay que perder toda una mañana o tarde completa para poder pasar con el médico, con suerte y la espera se hace sentado en bancas que para nada son cómodas, o en el peor de los casos que es lo más seguro, uno hace la espera parado y si a esto se le suma todo el estrés que se acumula, por la angustia de saber que dirá el medico en pocos minutos de la consulta, por la dolencia o por algún avance en el proceso donde ya se tiene un historial clínico extenso.
En algunos casos si no es que en todos, los médicos simplemente llegan al consultorio, se acomodan en su silla y empiezan su jornada laboral, la cual no dura más de dos horas a lo mucho tres horas, para ver un aproximado de 10 o 12 pacientes por jornada laboral.
Ya en el desempeño de su trabajo, a los médicos les basta medio hojear el expediente del paciente, hacerle un par de preguntas de las cuales suelen siempre ser estas: “¿Cómo está? ¿Se está tomando el medicamento?” El paciente simplemente contesta sí a todo, éste podrá tener un sinfín de dudas las cuales no son resueltas satisfactoriamente porque el médico lo único que hace ante las preguntas es remitirse a hacer comentario como: “eso es normal”, “eso es natural”, “tomate tus medicamentos”. Y con eso basta, y todas se vuelven consultas rutinarias, que no van más allá de preguntas y respuestas simples y una nueva dotación de medicamentos en el mejor de los casos si los hay. Y aquí termina todo, “siguiente” se escucha decir a la secretaria del médico y todo se vuelve a repetir.
Creemos que hay casos en los cuales se necesita de un seguimiento más preciso e integral y éstos simplemente se van retrasando debido a la poca capacidad de atención que existe, en algunos casos porque no se tiene la tecnología necesaria para hacer los chequeos, exámenes o procesos derivados de la situación que el paciente requiera. Y a veces la maquinaria está pero te dicen que no en buenas condiciones, necesita repuestos o reparaciones que tardan meses.
Es en el área de la cirugía en donde hay más demanda de utilizar equipos médicos altamente tecnológicos, Hoy en día los cirujanos tratan de hacer una intervención quirúrgica de una manera menos invasiva, esto conlleva a utilizar equipos altamente sofisticados. Estos equipos son pocos en el ISSS comparados con la alta demanda que existe de pacientes que necesitan un estudio médico, como una angiografia., colonoscopia, procesos en los cuales se utiliza la radiación y muchos estudios más. Existen casos en los cuales los pacientes tienen que esperar largos procesos burocráticos para realizarse un estudio médico, estudios que probablemente urgen en realizarse. Es aquí donde entran los famosos “convenios hospitalarios”, son convenios con hospitales privados que lógicamente tienen un mejor equipo que el del seguro social, alguno de ellos es:
(ISSS-Hospital de Diagnostico) ¿y porque esperar tanto para poder hacerlo? si es el trabajador quien paga dichos procesos.
La poca inversión que el Estado hace en salud para atender a la mayoría pobre del país, es la causante de todas las pésimas condiciones en las que las y los derechohabientes se encuentran y porque no decirlo, todos los pacientes de la red pública esto acompañado de la propiedad privada de los medios de produccion -que al estar en manos de una minoria no permite un verdadero sistema integrla de salud-. Como trabajadores no tenemos más alternativa que resignarnos a lo que nos puedan y quieran ofrecer de tratamiento en el ISSS, a diferencia de los que ostentan el poder económico de este país, quienes disponen a su servicio de los mejores médicos y la más alta tecnología para controlar sus padecimientos, para quienes gastar miles de dólares en un examen clínico —producto de la explotación de los trabajadores—no es ningún problema.
La única vía favorable para el pueblo es la nacionalización por completo de todo el sistema de salud acompañado de una inversión en un agresivo plan que desarrolle por completo todo el sistema de salud.