“La primera cualidad de un partido revolucionario es saber mirar cara a cara la realidad”
León Trotsky, El giro de la Internacional Comunista
“La primera cualidad de un partido revolucionario es saber mirar cara a cara la realidad”
León Trotsky, El giro de la Internacional Comunista
y la situación en Alemania
¿Cuál es la situación en la que nos encontramos?
La escalada de violencia se ha vuelto pan diario para los trabajadores y la juventud, la descomposición social a la que nos enfrentamos ha tomado aspectos barbáricos. Los medios de comunicación de derecha, miembros de la empresa privada, así como los representantes políticos de la burguesía de una manera altamente hipócrita han salido al paso criticando la situación e intentando desligarse del papel que juegan en la creación de este problema.
El fenómeno de las pandillas y la delincuencia común no son consecuencias ajenas al sistema capitalista, son partes de ella y se desarrollan de manera distinta en proporción al grado de desarrollo de las fuerzas productivas, acabar con el fenómeno de las pandillas equivale a aniquilar el sistema que las engendra, sin embargo al afirmar esto no debemos relegar a segundo plano la tarea de la defensa de la vida de los trabajadores, todo lo contrario, significa reconocer que la lucha por la seguridad solo podrá ser llevada a su máxima expresión si la ligamos con la lucha por las transformaciones sociales en nuestro país, eso es, luchar por el socialismo.
Los trabajadores y la juventud, el FMLN y los sindicatos son los elementos claves en la situación, en correspondencia a la forma en la que actuemos veremos solucionado o no nuestros problemas. La naturaleza aborrece al vacío, y ante la inactividad del movimiento obrero el gobierno ha impulsado planes con el fin de frenar el actuar de las pandillas, desde la famosa tregua (que ya en anteriores artículos habíamos explicado no solucionaría nada) hasta el fortalecimiento de los aparatos de represión estatales.
¿Es la tregua la solución?, Un poco acerca de los intereses de clase
Antes que nada debemos aclarar la naturaleza de clase de las pandillas ya que a partir de esto podemos analizar los intereses de clase que defienden y lo que buscan a partir de la tregua, las pandillas son un producto de la descomposición social del capitalismo, no juegan un papel productivo en la sociedad y viven a costa de las principales clases en pugna: los trabajadores, la burguesía y la pequeña burguesía.
La renta, los secuestros, el tráfico de drogas y armas, las violaciones y los asesinatos son las herramientas que utilizan para garantizar sus intereses, prestando sus “servicios” en no pocos casos a los empresarios para evitar la organización de los trabajadores, encuentran su razón de existencia en la desigualdad del sistema capitalista, por ello no pueden jugar un papel revolucionario como clase, solamente acciones decisivas de los trabajadores podría frenar su accionar, algunos elementos pueden ser ganados pero esto sería la excepción a la regla, debemos desconfiar de los llamados de los Mijangos y Luers a confiar de manera ciega en la “buena voluntad” que tienen para minimizar la ola de asesinatos, veamos que los ataques a los trabajadores no han cesado a pesar de que sus cabecillas estén impulsando la tregua.
El FMLN debe atacar la base social que engendra a los grupos delincuenciales, esto significa generar empleos, abrir más escuelas, centros de recreación, arte y deporte, pero no de palabra sino de hecho, la reinserción a la productividad del país es la única oferta que podemos brindarle a estos elementos.
Acerca de la correlación de fuerzas, ¿A quién debe fortalecer el FMLN?
El pasado 21 de Abril, en una entrevista televisiva realizada al comisionado presidencial para la seguridad Hato Hasbún; declaró que una de las tareas del gobierno eran las de “correlacionar fuerzas”, cualquier persona sensata reconocerá que para poder solucionar un problema es necesario acumular toda la fuerza posible para enfrentar dicho problema, sobre esto estamos de acuerdo, pero también debemos cuestionarnos quienes deben en todo caso ser partícipes de la solución que buscamos.
La correlación de fuerzas tiene un espectro muy amplio, podríamos tomarlo como el nivel de desarrollo de la economía de un país, el nivel de su industria, las tasas de producción de determinadas mercancías, del nivel de organización del movimiento obrero, el número de huelgas, etc. Para el gobierno la correlación de fuerzas pasa por fortalecer los aparatos represivos del Estado, de manera concreta en la creación de batallones especiales (uno policial y tres del ejército) quienes tendrán que intervenir en los 50 municipios más violentos del país.
Creemos que el FMLN debe basar la correlación de fuerzas en un primer momento en el apoyo masivo que recibió en las pasadas elecciones, los datos de estas por ejemplo dan muestras claras que la mayoría de la población ve al FMLN como un instrumento de lucha para transformar sus deplorables condiciones de vida, es decir, que la primera tarea del FMLN pasa por dotar de un aparato y un programa coherente a todas esas amplias capas de la población que votaron por ellos, ¿Es esto posible? Si lo es, el FMLN cuenta con un aparato de decenas de miles de militantes que tendrían que comenzar con esta tarea, explicando pacientemente la grave situación que enfrenta el país y la inviabilidad de solucionarla a través del aparato parlamentario burgués.
La falta de un programa revolucionario ha dividido al movimiento obrero, no es un secreto las diferentes posturas de los sindicatos ante el gobierno. Creemos que el FMLN debe rectificar su política aplicando un programa de clase que logre atraer a lo mejor del movimiento, es un error creer que no se debe intentar coordinar con los sindicatos, todo lo contrario, el FMLN como máxima expresión partidaria de los trabajadores y la juventud debe hacer un llamado enérgico a las bases sindicales por la unidad en acción de los trabajadores, solo de esta forma se puede dar paso a un plan serio de combate a la delincuencia.
Financiamiento de los planes
¿Cómo se financiarán los planes de seguridad? Esto es una cuestión de suma importancia, Carlos Cáceres Ministro de Hacienda confirmó que el Estado invertirá 110 millones de dólares para combatir a la delincuencia (que solo es una parte de los $900 millones que el Estado piensa emitir en LETES, es decir, financiarse a través de endeudamiento).
Cualquiera podría decir que es un sacrificio que debemos soportar, todo sea por acabar con la inseguridad, sin embargo, tarde o temprano seremos los trabajadores quienes tendremos que soportar el pago de este préstamo, es incorrecto que en nuestro país no existe el dinero para invertir, si se encuentra y está en las cuentas bancarias de las grandes empresas, el financiamiento de cualquier plan tiene que estar acompañado de un combate audaz a la evasión fiscal de parte de las grandes empresas y a la nacionalización de las palancas económicas de nuestro país.
Aquí los trabajadores jugamos un papel fundamental, desde ya es necesario explicar que bajo las reglas del sistema capitalista no logremos financiar nuestros planes, debemos realizar una lucha por la apertura de los libros contables de las grandes empresas creando comités en nuestros centros de trabajo para poder lograrlo.
¿Grupos de exterminio u organización obrera?
En las últimas semanas elementos de las bases policiales han hecho un llamado al exterminio físico de pandilleros y sus familias. Rechazamos este llamado enérgicamente, creemos que esto solo agudizaría la represión en ambos bandos y los trabajadores quedaríamos atrapados entre el fuego cruzado.
La policía y el ejército son instrumentos de represión que surgen para proteger el "orden" del sistema capitalista, sin embargo también están atrapados entre la pudrición del sistema que deben defender. Como instrumento de represión serán llamados a dar su vida para proteger los intereses de los capitalistas (que pasan por defender todo el aparato estatal).
Los grupos de exterminio no solucionaran el verdadero problema y retrasaran la verdadera victoria del proletariado, la población en un primer momento puede simpatizar con el actuar de estos grupos, aunque usen los asesinatos como instrumentos para sus fines, intentaran justificarlo a razón de "muerto el perro se acaba la rabia".
Pero, ¿son beneficiosos para el movimiento? Debemos decir que no, los grupos de exterminio no podrían llevar a cabo la tarea fundamental: derrocar al capital, pero no solo eso, estos grupos sembraran confusión entre los trabajadores, quienes al ver la "efectividad" se dirán: "no es necesario construir el partido, estos héroes anónimos lucharan por mí", cuando realmente toda "victoria" de estos grupos lleva en su seno una derrota para el movimiento obrero en el futuro.
Sin embargo no podemos negar las condiciones deplorables en las que miles de agentes tienen que desempeñar su trabajo y el riesgo que de por sí ya corrían ahora ha encontrado su expresión más cruda con el asesinato de varios de sus miembros, son estas condiciones las que empujan a los sectores más impacientes de la policía a buscar estas alternativas.