La pasividad invita a la agresión, apuntes sobre el “golpe suave”

«La actitud de un partido político ante sus errores es una de las pruebas más importantes y más fieles de la seriedad de ese partido y del cumplimiento efectivo de sus deberes hacia su clase y hacia las masas trabajadoras.

«La actitud de un partido político ante sus errores es una de las pruebas más importantes y más fieles de la seriedad de ese partido y del cumplimiento efectivo de sus deberes hacia su clase y hacia las masas trabajadoras. Reconocer abiertamente los errores, poner al descubierto sus causas, analizar la situación que los ha engendrado y examinar atentamente los medios de corregirlos: esto es lo que caracteriza a un partido serio, en esto es en lo que consiste el cumplimiento de sus deberes, esto es educar e instruir a la clase, primero, y, después, a las masas.”

Lenin, La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo
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Nadie puede negar los ataques que la derecha encabezada por el partido ARENA arremete contra el gobierno del FMLN, el control del ejecutivo les permitió en el pasado asestar duros golpes a la clase obrera y recuperarlo es una de sus prioridades. Los marxistas reconocemos que la burguesía puede hacer uso de la “democracia” solo si esta le conviene, en los momentos en que las masas giran hacia la izquierda la “democracia” ya no les es útil, esto no es algo que nos sorprenda pero tampoco que debamos ignorar.
Estamos a las puertas del congreso de nuestro partido, esto debe servirnos para poder debatir acerca de táctica y estrategia revolucionaria, el sistema capitalista que desde hace décadas ha demostrado ser un callejón sin salida para los trabajadores y la juventud debe ser destruido, no existe otra alternativa y si nuestro partido desea construir una sociedad nueva no puede hacerlo si busca convivir con los empresarios.
Sin embargo, sabemos que la burguesía no cederá su poder sin luchar, sería engañar a los trabajadores argumentar lo contrario, sería traicionarlos el no prepararlos para la lucha por la toma de las palancas económicas de la sociedad, sería un suicidio político pretender que con llamados de atención y discursos podremos convencer a los empresarios y a sus partidos.
Hay un viejo refrán que resume bien la situación actual: “La pasividad invita a la agresión”, en una sociedad dividida en clases no es posible construir un gobierno que las beneficie a ambas, o se gobierna para los empresarios o se gobierna para los trabajadores, no hay un camino intermedio y aunque al principio se puedan tener algunas conquistas estas se vuelven efímeras si no se controlan los grandes medios de producción, la pasividad de la dirección de nuestro partido hacia los empresarios es lo que ha permitido que estos arremetan con más fuerza, la única forma de pararlos no es intentándolos convencer, sino que expropiándolos.
Queremos analizar algunas posturas que han salido a relucir en las últimas semanas, cabe mencionar que toda posición política debe ser reflejada con la realidad, la mejor manera de saber si “x” o “y” política es correcta es estudiando sus resultados.

¿Existe tal cosa como un “golpe suave”?

El desarrollo de las fuerzas productivas, es decir de los medios de producción y la técnica es la premisa fundamental que justifica la existencia de cualquier sistema socioeconómico, en última instancia la historia de la sociedad se basa en este principio.
Pareciera contradictorio que en pleno siglo XXI donde tenemos un desarrollo de la ciencia, la tecnología y la industria que sería capaz de llevar a la humanidad a un futuro de prosperidad nunca antes visto sea también el siglo donde veamos una acumulación de miseria masiva en millones de personas, pero esto es algo que Marx había explicado antes: “Al llegar a una fase determinada de desarrollo las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí.”(1) , es precisamente la existencia de la propiedad privada sobre los medios de producción lo que genera la miseria.
Cuando estas contradicciones se vuelven insoportables los trabajadores se ven obligados a cuestionarse sus condiciones de existencia pero más importante de la relación antagónica con sus explotadores, claro está que no necesariamente en un primer momento este cuestionamiento tiene como objetivo acabar con las relaciones de producción existentes, los procesos electorales son una muestra de ello.
El mundo está pasando por un periodo convulsivo y los ideólogos de la burguesía lo saben, quienes en un primer momento auguraban “el fin de la historia” han tenido que pasar a la ofensiva elaborando “nuevas teorías” para evitar que los trabajadores rompan las cadenas de sus explotadores.
En esa línea se encuentra Gene Sharp, quién ha elaborado la “novedosa” teoría del “golpe suave”, no es necesario un estudio tan profundo como para reconocer que esta teoría no es nada novedosa ni se trata de nada “suave”.
Sharp manifiesta que «La naturaleza de la guerra en el siglo XXI ha cambiado.»(2), nosotros nos preguntamos, ¿en qué ha cambiado exactamente?, mucho antes que el “novedoso” Sharp, Carl Von Clausewitz había explicado que la guerra es la continuación de la política por otros medios, es decir, la guerra es un instrumento, un medio por el cual una clase social pretende continuar su política cuando los medios tradicionales ya no le sirven, ¿cambia la naturaleza?, no, no cambia, lo que cambia es la forma de aplicar la táctica militar que está determinada directamente por el avance de la técnica militar, es decir su forma no su contenido.
Sharp confunde a conveniencia la naturaleza con los medios, o como él lo explica: “nosotros combatimos con armas psicológicas, sociales, económicas y políticas” , como si esto fuera algo nunca antes visto, sin embargo desde las primeras luchas de los obreros hemos visto este tipo de boicot, no es casualidad que el Manifiesto Comunista escrito en 1848 inicie con la célebre frase:
“Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo. Contra este fantasma se han conjurado en santa jauría todas las potencias de la vieja Europa, el Papa y el zar, Metternich y Guizot, los radicales franceses y los polizontes alemanes.

No hay un solo partido de oposición a quien los adversarios gobernantes no motejen de comunista, ni un solo partido de oposición que no lance al rostro de las oposiciones más avanzadas, lo mismo que a los enemigos reaccionarios, la acusación estigmatizante de comunismo.”
El “genio” de Sharp no se queda ahí e intenta hacernos creer que su teoría se basa en un principio de “no violencia”, sin la participación directa del ejército o más bien el ejército como protector de los intereses de la población, quien al ver el régimen de inestabilidad producto de un “mal gobierno” deben entrar en escena para defender a los “héroes” que han salido a protestar en contra de su dictadura.
Es claro que la mal llamada teoría del golpe suave no es más que un refrito de los viejos golpes de Estado en el que la injerencia norteamericana juega un papel fundamental, ahora, el hecho que sea un refrito no quiere decir que no haya que combatirlo de manera revolucionaria.

Las bases sociales del “golpe suave”

La teoría del marxismo explica que el Estado es un instrumento de opresión de una clase sobre otra, sin embargo el marxismo nunca ha visto al Estado como un instrumento todopoderoso, esto es algo en lo que coincidimos con Sharp quien argumenta que el poder del Estado no es monolítico.
Esto significa que tantos los marxistas así como Sharp reconocemos que el Estado puede ser conquistado, claro está, los revolucionarios luchamos por que esa conquista sea por parte de los trabajadores, los golpistas como Sharp abogan por que la conquista este a manos de los empresarios. En momentos de estabilidad social la conquista del Estado por parte de la burguesía es a través de las elecciones democráticas, en tiempos de inestabilidad es mediante los golpes.
El golpe suave no es pues, más que un método para que los viejos explotadores regresen al control del aparato estatal.
La cuestión fundamental es ¿en quién se apoyarán para esto?, de antemano reconocemos que no existe tal cosa de un golpe sin el apoyo de sectores del ejército, ya sea de forma directa o encubierta tendrá que jugar un papel.
La clase social que puede prestarse a apoyar este regreso de los empresarios al control del ejecutivo (además de los mismos empresarios claro está) es la pequeña burguesía y los sectores más atrasados de los trabajadores, es evidente que los métodos están orientados para atraer a estos sectores: Realización de «denuncias de corrupción y la promoción de intrigas, intensas campañas en “defensa de la libertad de prensa” y de los “derechos humanos” acompañadas de acusaciones de totalitarismo contra el gobierno en el poder.
Todo esto acompañado de movilización en las calles (no compartimos esa forma de verlo por etapas, más bien creemos que se desarrollaría de forma combinada) por reivindicaciones políticas y sociales y en la promoción de manifestaciones y protestas.
Ya sea explicado por etapas o de manera combinada el objetivo siempre será el mismo: «Forzar la renuncia del presidente mediante revueltas callejeras para controlar las instituciones, mientras se mantiene la presión en la calle. Paralelamente se va preparando el terreno para una intervención militar, mientras se desarrolla una guerra civil prolongada y se logra el aislamiento internacional del país».(3)

¿Cómo combatir estas estrategias?

La pequeña burguesía, los sectores más retrasados del movimiento obrero y en países como el nuestro el lumpen proletariado son las bases sociales de la reacción. La derecha está buscando la forma de aprovechar la impaciencia y oportunismo de estas clases, sin embargo y a diferencia de la simplista teoría de Sharp los revolucionarios no creemos que las clases se muevan solo porque surja un buen agitador, sino más bien por el peso de las condiciones sociales, es decir de sus condiciones de vida.
la mejor forma de evitar que la derecha pueda aprovecharse de estos sectores es precisamente mejorando las condiciones sociales, sin embargo esto es imposible si no controla los medios de producción, tomemos como ejemplo el pasado paro de transporte, indudablemente fue una acción desestabilizadora, sin embargo el Estado actuó de forma pasiva, un gobierno revolucionario hubiera expropiado a los grandes empresarios de transporte y haber evitado la crisis de transporte, el no haberlo hecho no solo acumulo descontento en sectores de la población sino que además ha animado a los empresarios a desarrollar más boicots en el futuro.
Los trabajadores juegan otro papel de primer orden, no hubo un llamado serio de nuestro partido a combatir a la derecha, entre más se tarde el FMLN en hacer un llamado serio a la movilización de los trabajadores y la juventud más terreno le cederá a la reacción y menos margen de acción a los revolucionarios.

¿Cómo utilizar de forma revolucionaria el aparato estatal?

Los revolucionarios debemos establecer la táctica adecuada para intervenir hacia los trabajadores, a diferencia de los sectarios, que en las pasadas elecciones llamaron a boicotearlas ejerciendo el voto nulo o simplemente no votar los marxistas hicimos un llamado serio a la defensa del voto por el FMLN, explicamos que si el frente se dotaba de un programa revolucionario podía solucionar nuestras condiciones de vida.
La realidad demostró que las elecciones es un método que no ha caducado para los trabajadores, todo lo contrario, la alta polarización entre el FMLN y ARENA confirmó esto, si el FMLN no hubiera participado hubiéramos visto el regreso de ARENA al ejecutivo quienes inmediatamente hubieran comenzado a atacar duramente a los trabajadores.
En líneas generales podemos decir que participar en las elecciones fue correcto, pero no como un fin en sí mismo, si lo viéramos de esta forma solo estuviéramos reproduciendo los viejos métodos reformistas del cretinismo parlamentario, para los revolucionarios las elecciones en la democracia burguesa son un medio, nunca un fin.
Pero los revolucionarios no podemos usar el Estado de manera “normal”, el Estado Burgués está diseñado precisamente para defender los intereses de los empresarios, las leyes, las instituciones de coerción, el sistema educativo, todo está orientado a mantener el status quo, la tarea en este momento de los revolucionarios es demostrar precisamente la verdadera naturaleza de clase del Estado a las amplias masas que aún creen que en el Estado podrán encontrar una solución.
Para los revolucionarios el parlamento, las alcaldías y el ejecutivo son solo tribunas de agitación y centros de organización revolucionario, nuestros representantes deben utilizarlos para la preparación de nuestra clase para la toma del poder, es por ello que los militantes del FMLN no podemos dejar todo en las manos de los candidatos que resultaron electos, dejarlos solos sería permitir que sean absorbidos por la vida burocrática, nuestra tarea debe ser la de estar organizando en las fábricas, agitando en base a los informes que nos deben brindar nuestros representantes acerca de la farsa de la democracia capitalista, mostrarles quienes son los que por el momento controlan la economía, es decir luchar por la incorporación de las masas en la política.

1. Prólogo a la Contribución a la Crítica de la Economía Política
2. http://actualidad.rt.com/actualidad/view/120340-psicologia-economia-armas-nuevos-golpes-estado
3. Ibíd.

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