Con la llegada de un nuevo año escolar, surge la alegría y entusiasmo de niños y jóvenes por continuar su aprendizaje, pero tras todo esto aparece una problemática, que muchos no ven, o si lo ven, no es de su importancia (por las presiones propias en las que el capitalismo nos sumerge).
Con la llegada de un nuevo año escolar, surge la alegría y entusiasmo de niños y jóvenes por continuar su aprendizaje, pero tras todo esto aparece una problemática, que muchos no ven, o si lo ven, no es de su importancia (por las presiones propias en las que el capitalismo nos sumerge).
En los establecimientos dedicados a la venta de útiles escolares, las jornadas de trabajo se intensifican esta es conocida como “la temporada”, la cual inicia en diciembre y finaliza en febrero. Es común apreciar en las vitrinas de estos establecimientos carteles con anuncios con el encabezado: “se necesita personal” y muchos jóvenes caen en la trampa de aplicar a uno de estos supuestos empleos con la esperanza de generar ingresos para ellos y sus familias. Lo que es evidente es que los dueños de estas empresas se aprovechan de la inexperiencia o experiencia de muchos de estos jóvenes, que solo buscan la oportunidad de llevar el pan a sus mesas, poder pagar sus estudios o simplemente encontrar un empleo fijo.
Topándose con la vil mentira, “que depende como sea su rendimiento pueden, ya ocupar un puesto de trabajo permanente”, sometiéndoles a trabajar por encima de las ocho horas establecidas por la ley, laborando hasta los domingos (todo el día) sin contar con un tiempo prudente para poder alimentarse, a esto súmemele lo estresante que resulta pasar de pie atendiendo a una gran cantidad de gente durante el día, por si fuera poco, un salario bajo que con el alto costo de la vida es insuficiente.
Y el único que percibe los beneficios de este trabajo es el patrón. Para que estos al final de la dichosa temporada, solo les den las gracias, bajo un argumento cobarde y estúpido que no cumplieron con el perfil que ellos buscan, tirando por el caño todo el esfuerzo y sacrificio de estos trabajadores que solo buscan una oportunidad.
Es evidente la necesidad de cambiar este sistema podrido y corrupto, que solo se lucra de la fuerza de trabajo de muchos para que unos pocos perciban los beneficios del mismo sin ni siquiera derramar una tan sola gota de sudor.