Nuestras necesidades contrastan con la realidad y notamos que el sistema en el que vivimos (capitalismo) no funciona, se desarrollan grandes crisis financieras, los banqueros y empresarios reciben la ayuda del Estado mientras el poder adquisitivo de los trabajadores cae.
A pesar de que en el capitalismo siempre existen ataques a los trabajadores (alto costo de la vida, violencia, corrupción, etc.) los medios de comunicación de derecha y todo el aparato de la burguesía, uno tras otro, los atribuyen a cualquier otra cosa menos a las fallas orgánicas que por naturaleza tiene el sistema capitalista.
Nuestras necesidades contrastan con la realidad y notamos que el sistema en el que vivimos (capitalismo) no funciona, se desarrollan grandes crisis financieras, los banqueros y empresarios reciben la ayuda del Estado mientras el poder adquisitivo de los trabajadores cae.
A pesar de que en el capitalismo siempre existen ataques a los trabajadores (alto costo de la vida, violencia, corrupción, etc.) los medios de comunicación de derecha y todo el aparato de la burguesía, uno tras otro, los atribuyen a cualquier otra cosa menos a las fallas orgánicas que por naturaleza tiene el sistema capitalista.
Y es que bajo el capitalismo los intereses de los trabajadores están contrapuestos con los de los empresarios, lo podemos observar en diversos detalles en la vida de un trabajador. Las leyes están elaboradas para proteger la propiedad privada y mantener a raya cualquier intento de los trabajadores en caso que la quieran utilizar para su beneficio propio, se les niegan aumentos salariales argumentando que no hay capacidad económica para realizar esto, se justifican despidos masivos por pérdidas económicas de las que los trabajadores no tenemos la culpa, etc.
Los hijos de los trabajadores no estamos exentos de esto, el capitalismo nos arroja hacia el abismo de la barbarie, las drogas, el alcohol y las pandillas que están a la orden del día. Esto tiene una base material sobre la cual se desarrolla. Los jóvenes no acceden al alcohol y las drogas porque sí, sino porque se vuelve una manera de escapar de la realidad a la que nos tiene atado el gran capital: falta de acceso a la educación, trabajo en condiciones deplorables (los que logran conseguirlo), viviendas miserables y así podríamos poner una larga lista.
Por supuesto los ataques a la educación superior para los hijos e hijas de los trabajadores no faltan. Cada año es la misma situación en la Universidad de El Salvador (UES) la falta de presupuesto para dar el servicio de formación académica profesional a los hijos e hijas de los trabajadores y como resultado la poca apertura de cupos para que los jóvenes puedan estudiar y poder mejorar su nivel y calidad de vida.
El presupuesto universitario y el proceso de nuevo ingreso
El presupuesto asignado a la UES es de 57 millones de dólares para este 2009 (1.67% del presupuesto general de la nación), un monto insuficiente si se tiene en cuenta que alrededor de 45,000 estudiantes terminaron sus estudios de bachillerato en 2008 y que tienen el legitimo derecho a estudiar en la UES, a esto hay que sumar los que se acumularon en años anteriores. Invertir poco en la educación responde a hechos meramente políticos. Bajo el capitalismo la educación de los hijos de los trabajadores está orientada en generar mano de obra barata y poco cualificada que justifique los salarios miserables a los que se enfrentarán los hijos de los trabajadores una vez ingresen al campo laboral.
La lucha por un presupuesto justo es una lucha que está de la mano con la consigna del ingreso masivo y las mejoras de las condiciones de los estudiantes universitarios. Esto lo saben muy bien las organizaciones estudiantiles como las autoridades de la UES.
A finales del año pasado el Rector Rufino Quezada realizó un sondeo en la asamblea legislativa solicitando un aumento presupuestario para la UES, la respuesta: “No hay ningún centavo para la Universidad”. Esto no es de extrañar, como habíamos dicho antes, a los partidos de derecha no les interesa que los hijos de los trabajadores nos desarrollemos y que la UES entre en una situación incontrolable. El problema no es solicitar el aumento sino cómo conseguirlo.
Luego de la negativa de parte de los partidos de derecha, en especial de ARENA, Quezada cometió un error que la derecha había anticipado. Este llegó a rectoría con una aceptación muy favorable (realmente aplastante) que demostró un giro a la izquierda de la mayoría de estudiantes y trabajadores universitarios, existían condiciones favorables para solidificar la organización estudiantil, para fomentar el desarrollo sindical sin embargo fue todo lo contrario. La pasividad en la que cayó Quezada y los ataques que sufrió el sindicato impidió que se convocará una serie de movilizaciones que presionarán al Estado y asegurara un mayor presupuesto, en lugar de esto se convocaron “congresos” burocráticos orientados a apaciguar un posible estallido estudiantil.
Es necesario un cambio de estrategia
Durante años los procesos de nuevo ingreso no han variado en esencia, las máximas medidas de presión han sido las ocupaciones de facultades o de la Universidad (este año no ha sido distinto, por un lado se ocupó la Facultad de Medicina y luego la UES), sin embargo esto no significa que con este tipo de acciones aseguremos victorias siempre, las autoridades universitarias no están ajenas a las presiones de clase y ya sea consciente o inconscientemente atacarán o beneficiarán a los hijos de los trabajadores.
El hecho de argumentar que no hay presupuesto y que por eso no se puede llevar a cabo un ingreso masivo es parte de esto, solo encubre la incapacidad y temor de luchar por un presupuesto justo. Durante un plantón en la facultad de medicina fue desplegado un cuerpo de custodios quienes con macana en mano buscaban intimidar a los estudiantes que se estaban preparando para realizar un mitin mientras que las autoridades de medicina se encontraban en reunión. Algo similar ocurrió en una reunión de Concejo Superior Universitario (CSU) dónde se reunieron nada más y nada menos que ¡todos los custodios de la UES! Durante la ocupación de la Universidad el Concejo aprobó por unanimidad solicitar la intervención de Fiscalía General de la República (FGR), quién además solicitó el patrullaje policial constante, algo que ni siquiera en el pasado mandato de la ex rectora de derecha María Isabel Rodríguez sucedió.
Por el frente único de los no aceptados
La derecha presionará cada vez más a las autoridades que se dicen de izquierda a reprimir a las organizaciones. Lo que una vez fue un método de lucha para conseguir victorias puede volverse en un momento en su contrario, es decir un freno para conseguir (por ejemplo en este caso) un aumento de los cupos de nuevo ingreso.
Es necesario que la lucha trascienda, no basta con un lugar hoy, se trata de asegurar la educación de los hijos de los trabajadores también para mañana. Aquellos que argumentan que las luchas estudiantiles no tienen nada que ver con el FMLN y los sindicatos, solo están mostrando su incapacidad de comprender la actual coyuntura política. La juventud es un termómetro que puede medir las presiones generales a las que están sometidos los trabajadores, muchos estudiantes y aspirantes de nuevo ingreso trabajan y sufren directamente la explotación del capitalismo, otro grupo son simpatizantes del FMLN, no tomar estos elementos en cuenta para elaborar la táctica es un error que se pagará caro en el futuro.
Los compañeros del Movimiento de Estudiantes No Aceptados (MENA) nos mostraron el inicio de las futuras luchas estudiantiles y obreras. El pasado 16 de febrero se convocó a una marcha en defensa de la educación del hijo del trabajador, pese a que no fue una marcha muy numerosa (alrededor de 200 personas) políticamente fue de un peso muy tremendo, los medios de comunicación de la derecha no pudieron atacar la marcha, no se esperaban una movilización estudiantil altamente disciplinada y con un contenido político tremendo. De manera correcta los camaradas explicaron que el problema en
Invitamos a los trabajadores y a los militantes del FMLN, así como a los estudiantes no aceptados en general (sin importar a que gremio se hayan acercado) a formar un frente único e impulsar una serie de movilizaciones para defender nuestra educación. Sólo la unidad de todos nosotros podrá lograr esto.
20 de febrero de 2009