Fue la revolucionaria Rosa Luxemburgo quién en 1915 planteó que la humanidad se debatía entre dos alternativas: socialismo o barbarie, esta aseveración no contiene ningún ápice de exageración basta con ver cualquier noticiero o leer cualquier periódico para darnos cuenta que el capitalismo nos ha arrojado a altos estados de miseria y que no ha brindado ninguna respuesta concreta para sacarnos de este callejón sin salida.
Fue la revolucionaria Rosa Luxemburgo quién en 1915 planteó que la humanidad se debatía entre dos alternativas: socialismo o barbarie, esta aseveración no contiene ningún ápice de exageración basta con ver cualquier noticiero o leer cualquier periódico para darnos cuenta que el capitalismo nos ha arrojado a altos estados de miseria y que no ha brindado ninguna respuesta concreta para sacarnos de este callejón sin salida.
En nuestro país lo podemos ver todos los días, las tasas de homicidios no han cambiado, aún ocurren 12 asesinatos diarios (en 2009 según el periódico mexicano El Mundo ocurría 1 asesinato cada 2 horas), la perspectiva económica de crecimiento según Roberto Rubio director de FUNDE apenas será de 0.5 a 1% al finalizar este año (seguramente a medida que la crisis se profundice esta perspectiva no se cumplirá), la tasa de desempleo sigue igual, las extorsiones han llegado a 1,222 según revelan datos de la PNC y así podemos dar una lista más amplia de ejemplos.
Podemos partir de estos pocos datos para tener una idea de cómo afrontamos la crisis los trabajadores, en reiteradas ocasiones hemos escuchado que la crisis nos está golpeando por igual a cada uno de los salvadoreños, pero, ¿es realmente cierto?, basta con abrir los libros financieros de las empresas para ver que no es así, cuando los trabajadores luchamos por un aumento salarial debemos exigir que se nos muestren las finanzas de nuestros centros de trabajo, hábilmente los empresarios nos ocultan esta información a sabiendas que esto no solo demostraría la necesidad de un aumento salarial sino que generaría el descontento de los trabajadores, sin embargo hay datos que no pueden ocultarse y que utilizaremos como ejemplo para demostrar esto.
Recientemente se aprobó el nuevo pliego de tarifa para las comunicaciones (que se mantendrá vigente hasta dentro de seis meses en lo que la SIGET establezca las nuevas tarifas utilizando una metodología basada en costos y en las tarifas del mercado regional), sin embargo la reducción de la tarifa de $9.42 a $6.94 (35% del costo anterior) significará según el Centro para la Defensoría del Consumidor (CDC) que las compañías telefónicas obtendrán una ganancia de alrededor de $69.5 millones en los próximos 6 meses, estas ganancias no servirán para aumentar el salario de los trabajadores de las comunicaciones sino para pagar los costosos lujos de los empresarios o para seguir expandiendo su capital. El grupo Cinépolis invertirá $3 millones para la apertura de nuevas salas de cine, las ganancias que se deriven de dicha inversión no llegarán a los bolsillos de los trabajadores.
¿Cuánto tenemos que esperar?
Los cambios que esperamos los cientos de miles de trabajadores que votamos por el FMLN en las pasadas elecciones no son otros que mejorar nuestras condiciones de vida, tener un empleo digno con un salario justo, acceso a la vivienda, salud, educación para nuestros hijos, etc. ¿Es esto una utopía? Creemos que no es así, para que estos cambios se concreten es necesario que existan las bases materiales para poder llevarlas a cabo, el debate de las posibilidades de poder transformar hoy la sociedad se ha abierto dentro de las filas del FMLN y de los sindicatos, por una parte escuchamos como la dirección de nuestro partido nos dice que es el momento de fomentar la unidad nacional (unidad irrealizable si lo que se busca es unificar los intereses de los explotadores con los explotados) y que aún no existen las bases para edificar una sociedad distinta a la que conocemos, si bien es cierto que El Salvador no cuenta con una industria desarrollada como la tienen algunos países de Europa esto no significa que debemos esperar a que los empresarios la desarrollen, hasta el momento no lo han hecho ni lo podrán hacer si no es a costa del sacrificio de los millones de trabajadores de nuestro país.
En ese caso el obstáculo real que existe para mejorar nuestras condiciones de vida no es otro que la propiedad privada sobre los medios de producción, podríamos preguntarnos por ejemplo que oportunidades tendría el Estado de impulsar la educación si se nacionalizarán los colegios y universidades privadas, sin duda que sería un avance brutal para la educación de los hijos de los trabajadores, sin embargo no se puede administrar lo que no se posee.
Los cambios tardarán o se agilizarán en medida que Mauricio Funes y el FMLN se propongan acabar con los intereses del empresariado, es decir nacionalizando la gran industria, la banca y la tierra, sin estas palancas de la economía al servicio y puesta a trabajar bajo el control obrero no veremos la luz al final del túnel.
¿Qué FMLN necesitamos?
Un partido obrero no surge de la noche a la mañana, tampoco se crea por la simple proclamación de la necesidad de un partido de izquierda, sino que es el producto de arduas luchas por parte de los trabajadores. En nuestro país quien cumple el papel de partido de los trabajadores es el FMLN, sin embargo creer que todo es miel sobre hojuelas es un error infantil, dentro de nuestro partido veremos contradicciones profundas que emanarán de las decisiones de nuestra dirección confrontadas con las necesidades de las bases del partido.
Si bien es cierto que en los últimos meses han ocurrido protestas de diversos sindicatos y sectores de la población sería una conclusión incorrecta creer que es necesario en este momento la creación de un nuevo partido o la desafiliación de nuestros sindicatos, esto solo desvía la atención del problema esencial que es el debate interno en el FMLN y nuestros sindicatos, desviar la atención de este punto solo servirá para fortalecer a las burocracias enquistadas en nuestras herramientas de lucha y que como efecto fortalecerá también a la derecha.
La discusión a lo interno del FMLN y de nuestros sindicatos sobre el socialismo es una tarea de primer orden, este debate tiene que ser de la forma más democrática sin coartar la opinión de ningún compañero, el llamado de Hugo Chávez a formar la quinta internacional también debe ser atendido, la herramienta mundial de lucha de los trabajadores es en este momento de alta prioridad.
Debemos impulsar el cambio
El verdadero motor de la economía somos los trabajadores, no se mueve una rueda, no se enciende un foco ni se contesta un teléfono si no es por el amable permiso de la clase obrera, dejar la enorme tarea de transformar la sociedad únicamente en manos de la dirección del FMLN y de los sindicatos es como dejar a un tan solo obrero la construcción de un edificio.
Debemos retomar los ejemplos de la clase obrera internacional, en 2002 fueron los trabajadores venezolanos quienes rescataron la revolución echando a andar la producción boicoteando el paro que promovió la patronal, en 2001 fueron las multitudinarias marchas las que pararon la privatización de nuestro sistema de salud, fue el año pasado que cientos de miles de trabajadores sacamos a ARENA del poder, la burguesía se está reagrupando, está midiendo fuerzas intentando detener el avance de la clase obrera de nuestro país lo podemos ver en la ola de despidos a las direcciones de sindicatos recién formados. Como dijo Carlos Marx sin organización la clase obrera es materia prima para la explotación, si hemos recibido ataques es debido a la desorganización que hay en nuestras filas, pero una vez que nos armemos con las ideas más avanzadas del planeta, las del marxismo revolucionario y las llevemos a la práctica a través de nuestras organizaciones tradicionales no habrá fuerza capaz de detenernos.
La alternativa: El socialismo
Si el capitalismo ha demostrado su total incapacidad ¿Qué alternativa tenemos los trabajadores? La lucha por el socialismo es el único camino, en 1917 se desarrolló en Rusia la revolución más importante de la historia, la de los obreros y campesinos, tomaron el control de la sociedad en sus manos y la transformaron para su beneficio, si la revolución fracasó no fue por que el socialismo sea inviable sino por la política errónea de Stalin y su camarilla, nuestro país a pesar de ser atrasado económicamente cuenta con las bases materiales para empezar la transformación de la sociedad, estas bases son las fábricas, la banca y la tierra, si no han jugado un papel fundamental en el gobierno de Funes-FMLN es debido a que están en manos privadas, si esta propiedad estuviera administrada por el Estado y la economía supervisada por los trabajadores otro gallo cantaría.