De forma explosiva se ha levantado una nueva protesta en el Instituto Politécnico Nacional (IPN). El 14 de abril se realizaron 3 manifestaciones que sumaron a unos 15 mil estudiantes y trabajadores. El ambiente fue combativo y de crítica a las políticas gubernamentales y de los directivos de la institución. Uno de los discursos más reiterativos fue el de rescatar el carácter histórico del IPN que fue fundado por Lázaro Cárdenas hace 80 años, presidente que declaró la educación socialista y creó al politécnico con el objetivo de dar educación a hijos de obreros y campesinos para avanzaren el desarrollo del país. La actual lucha refleja un profundo malestar subterráneo, pero también a un sector estudiantil que ya es consciente de su fuerza y tiene confianza en su organización.
De forma explosiva se ha levantado una nueva protesta en el Instituto Politécnico Nacional (IPN). El 14 de abril se realizaron 3 manifestaciones que sumaron a unos 15 mil estudiantes y trabajadores. El ambiente fue combativo y de crítica a las políticas gubernamentales y de los directivos de la institución. Uno de los discursos más reiterativos fue el de rescatar el carácter histórico del IPN que fue fundado por Lázaro Cárdenas hace 80 años, presidente que declaró la educación socialista y creó al politécnico con el objetivo de dar educación a hijos de obreros y campesinos para avanzaren el desarrollo del país. La actual lucha refleja un profundo malestar subterráneo, pero también a un sector estudiantil que ya es consciente de su fuerza y tiene confianza en su organización.
Algunas escuelas suspendieron labores y tomaron las instalaciones, otras claramente se manifestaron en contra de suspender clases pero con plena disposición de luchar para defender al politécnico. Los estudiantes del IPN, durante 2014, realizaron una huelga de 3 meses y manifestaciones de hasta 80 mil estudiantes. La actual protesta muestra una mayor madurez, reflejo de la pasada experiencia lucha. Es notorio que en varias escuelas se ha avanzado en el nivel de organización y participación de la comunidad y de su sector más activo y consciente.
Después de 3 meses de huelga los estudiantes fueron regresando a su vida normal, pero en realidad ya nada fue igual. En este tiempo hemos visto, en una escuela y otra, luchas en contra las autoridades locales, por problemas particulares como las cafeterías o por la defensa de los derechos laborales. En estas, el estudiantado se ha manifestado en masa. Aunque hubo un natural reflujo el ambiente ha sido de inestabilidad.
El detonante
El 6 de abril el director general publicó la circular 03 del 2016 en donde dice: “El Instituto Politécnico Nacional queda adscrito a la Subsecretaria de Educación Superior”. Las autoridades argumentan que este cambio solo obedece a una restructuración de la Secretaria de Educación Pública (SEP). Pero si se mira más de cerca esto no es así. La subsecretaria de Educación superior solo atiende asuntos de la educación superior y posgrado, por lo que administrativamente las vocacionales se atenderían por la subsecretaria de educación media superior y algo similar pasaría con el canal de televisión del politécnico. En la práctica se avanzaría en separar y desmembrar al IPN.
Durante la huelga de 1956, el Estado se vengó y arrebató al IPN su internado estudiantil, semillero de activistas y centro de organización. Después de la lucha de 1968 el Estado eliminó a las pre-vocacionales y aplicó una política represiva que fue más intensa en las vocacionales, dentro de las que fomentó el desarrollo de grupos de golpeadores conocidos como porros. En la huelga de 2014 las vocacionales fueron el alma y motor de la lucha, el Estado no puede decir abiertamente sus intenciones pero es claro que quiere separarlas del IPN por razones políticas, porque ya no puede mantener bajo control al sector más combativo del estudiantado, lo cual es un peligro permanente para ellos. Estos cambios supuestamente administrativos, avanzan en ese camino.
Otro peligro manifiesto es que con estas modificaciones se intente aplicar la reforma educativa dentro del IPN, que es en realidad una reforma laboral contra los trabajadores de la educación.
Debido al enorme malestar generado por la circular 03/2016, las autoridades se retractaron de este acuerdo y dijeron que el IPN quedará adscrito a la oficina del secretario de la SEP. Algo que tampoco deja contento a la comunidad pues no se respeta la autonomía de gestión del IPN y se da una mayor injerencia del gobierno federal, lo cual se ve como la puerta que se abre para que entren las políticas privatizadoras.
La jornada del 14 de abril
El día 13 se realizaron asambleas en la mayoría de las escuelas que tuvieron asistencias de cientos de estudiantes. En ellas no solo se habló de los problemas del IPN sino también de los problemas sociales del país. En ESIME Zacatenco hubo muchas participaciones hablando de la necesidad de luchar contra el conjunto de los ataques del gobierno de Peña Nieto. En la asamblea de la Escuela Superior de Economía se votó luchar contra el “outsourcing” y el trabajo precario para la juventud. En vocacional 14 se logró una firme alianza entre los trabajadores y estudiantes de la escuela que se movilizaron conjuntamente.
La Asamblea Estudiantil Politécnica (AGP) convocó a dos mítines para el día 14, uno en el campus de Zacatenco y otro en el Casco de Santo Tomás. Las asambleas decidieron confluir en estos mítines aunque hay una creciente crítica hacia el actuar burocrático de la AGP, hacia su acercamiento a la dirección general y su alejamiento de la comunidad.
El día 14 a las 10:00 am se realizó una marcha convocada por el Bloque de Delegaciones Democráticas, de unos 3 mil trabajadores hacia dirección general defendiendo al IPN y los derechos laborales. Después de la lucha del 2014 una capa de jóvenes trabajadores han entrado en la lucha y se ha avanzado en la democratización del sindicato, lo cual se notó en esta manifestación.
Las escuelas se convirtieron en centros de agitación. En Zacatenco se hicieron grandes concentraciones en las escuelas. En el mitin central del Casco de Santo Tomás hablaron representantes de las escuelas, la oradora de la Escuela Superior de Enfermería y Obstetricia explicó como en el pasado ellas lucharon junto a los trabajadores de la salud contra las reformas gubernamentales y explicó la necesidad de la unidad de los trabajadores y estudiantes.
Finalmente salieron dos marchas de cada uno de estos campus que confluyeron en la SEP.
Las autoridades actuaron de forma más abiertamente represiva en algunas escuelas. En vocacional 5 enviaron a los porros, sus grupos de golpeadores, y amedrentaron permanentemente al estudiantado quienes heroicamente mantuvieron el paro de labores.
El gran problema fue la falta de visión de los dirigentes de la AGP, pensaron que como en el 2014 saldrían los representantes estatales a recibirlos. Ni siquiera fue recibida una comisión y no hubo planteamientos de plan de acción. Los sectores mejor organizados y críticos de las escuelas están buscando una nueva coordinación que permita dar cauce adecuado a la lucha.
Hay que cambiar de raíz las cosas
Peña Nieto se ha enfrentado a la lucha juvenil incluso antes de ser presidente. Ejemplo de ello son el movimiento #YoSoy132, la lucha por la aparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, la huelga politécnica de 2014 o las recientes luchas como la de la Universidad Veracruzana y nuevamente el IPN. Esto es un reflejo del malestar frente a una sociedad que solo nos ofrece muerte, explotación, violencia sexual, tortura o la desaparición física.
En el IPN en esencia se lucha por una educación de calidad que permita tener un futuro digno, estas enormes sospechas hacia los acuerdos cupulares de las autoridades solo dejan en claro que no hay confianza en estas instituciones pues se sabe que solo han aplicado políticas en contra de los trabajadores y sus hijos. La lucha juvenil es el mejor termómetro del enorme malestar que hay en las profundidades de la sociedad.
Estos capítulos de la historia están forjando a esta generación, que adquiere experiencia y saca lecciones. Los síntomas de barbarie que a diario se viven en la sociedad mexicana son reflejo de un sistema enfermo. El capitalismo ya no puede jugar un papel progresista y si se quiere luchar por un futuro digno es necesario un cambio de raíz en la sociedad. La lucha por la transformación de la educación está íntimamente ligada a la lucha por la transformación de la sociedad.
Los ataques contra el IPN son una pequeña parte del problema. La lucha de Ayotzinapa sigue sin resolverse y los trabajadores, las industrias estatales, la educación y la salud siguen siendo atacados. Es necearía la unidad de los estudiantes y los trabajadores, del conjunto del pueblo de México. Necesitamos repetir las grandes jornadas de lucha de finales del 2014, pero donde las huelgas no solo se queden en el terreno educativo. Cuando la clase obrera entre en acción con sus métodos de lucha como la huelga general, los días de este sistema estarán contados y tendremos la oportunidad de construir una nueva sociedad en donde el politécnico, sus trabajadores, sus estudiantes y sus egresados jugarán un importante papel para poner la técnica al servicio del pueblo de México.