“Los hombres han sido siempre, en política, víctimas necias del engaño ajeno y propio, y lo seguirán siendo mientras no aprendan a descubrir detrás de todas las frases, declaraciones y promesas morales, religiosas, políticas y sociales, los intereses de una u otra clase”.
“Los hombres han sido siempre, en política, víctimas necias del engaño ajeno y propio, y lo seguirán siendo mientras no aprendan a descubrir detrás de todas las frases, declaraciones y promesas morales, religiosas, políticas y sociales, los intereses de una u otra clase”.
Vladimir Ilich Lenin.
Ayotzinapa ha revelado los límites del capitalismo y la rabia acumulada
Los trágicos acontecimientos en Iguala contra los estudiantes normalistas de Ayotzinapa han puesto de relieve consideraciones claves para nuestro actuar como jóvenes y trabajadores en el próximo periodo. De un lado se encuentra la bancarrota del sistema capitalista para poder cumplir cuestiones tan básicas como lo puede ser el vivir en una sociedad sin violencia. No estamos hablando de 43 desaparecidos sino de miles (cifras de organizaciones de derechos humanos independientes del Estado hacen cuentas de 45 mil desaparecidos en los últimos 8 años, cuando comenzó esta supuesta “guerra contra el narco”). Los 3 estudiantes asesinados, los otros 3 que también sucumbieron la noche del 26 de septiembre se junta a los más de 150 mil asesinatos desde el periodo de Calderón a la fecha.
Lo segundo que se pone encima de la mesa es la total bancarrota del Estado capitalista. Muchos politólogos, justificadores del capitalismo, hablan del Estado como una herramienta de gobernabilidad dónde las instituciones juegan a favor de la conciliación de los conflictos que se desprende de las clases en pugna. Estos intelectuales llenan de misticismo y pomposas palabras a esta supuesta divinidad moderna, el Estado, y argumentan que a lo que más se puede aspirar es a renovarlo, a fortalecerlo y darle nueva cara.
Para nosotros los Marxistas el Estado es una herramienta de opresión de una clase sobre otra, en esta idea todas las instituciones del Estado, desde el más democrático hasta el más represivo, representan los intereses de una clase que se ha enquistado en el poder y que cualquiera que se salga de las normas del “juego” y se oponen a los divinos designios de la explotación capitalista se le sancionara moral, política y judicialmente. Para esto tienen a la iglesia, medios de comunicación, las escuelas, las leyes, las instituciones parlamentarias y judiciales, el ejército y las policías, etc.
Esto se ha ratificado por el comportamiento regular de las instituciones del Estado actual los cuales son fieles gestores de los intereses de la burguesía nacional y extranjera. Podemos ver cómo actúan las cámaras de representantes a la hora de votar las leyes, de sancionar que consulta puede o no ser válida, a quienes encubren los medios de comunicación masiva, a las ordenes de quien están los militares y la policía siempre listos para reprimir.
En Guerrero y en todos los demás estados del país, en los órganos legislativos federales, la corrupción, la negligencia, prepotencia y discriminación son habituales. La complicidad de todas las estructuras políticas, judiciales y partidarias con el narcotráfico también es la norma más que la excepción. Ayotzinapa ha sacado a la luz todo el cochinero y bancarrota de esta institución “todo poderosa” que para muchos es intocable e inviolable.
Por último podemos decir que otro factor que ha resaltado sobre los demás es toda la rabia contenida, este hecho se está viendo de forma más clara en la juventud, uno de los sectores más volátiles y explosivos de la sociedad, pero también el sector más golpeado por todas sus políticas económicas reaccionarias de la oligarquía y el imperialismo. Esta rabia y frustración esta abonada en todos los hogares de nuestro país, en las fábricas y demás centros de trabajo, en el campo. La burguesía y sus gobiernos títeres han llevado demasiado lejos su avaricia y han clavado hondos agravios en el pueblo mexicano –todas las reformas que se han señalado como grandes victorias como la energética, laboral, educativa, fiscal, hacendaria, etc. en realidad son grandes ataques que han hecho retroceder los niveles de vida de los trabajadores, sus prestaciones laborales, etc. a la época porfirista previa a la revolución-.
Los escépticos y alguno que otro sectario creían que todo estaba perdido, que los trabajadores y la juventud no se moverían, ahora estos señores se han quedado pasmados, corriendo detrás de las manifestaciones tratando de explicarse cómo es que ahora se está en la calle y cuando se les ataco previamente no lo hicieron. Regularmente estos sectarios y escépticos intelectuales no entienden mucho de dialéctica, de la acumulación de contradicciones y de la lucha de clases.
Las primeras manifestaciones de rabia
Las primeras manifestaciones que hemos visto hasta el momento se han sucedido descoordinadas, en algunas ocasiones la espontaneidad de la gente ha llevado a manifestarse sin muchos objetivos claros, la consigna de batalla en estos casos ha sido al solidaridad con Ayotzinapa, que aparezcan con vida los 43 compañeros estudiantes. El grueso de las movilizaciones a nivel nacional han sido los estudiantes (en estados donde el magisterio democrático es fuerte los profesores se han sumado decididamente, por ejemplo Michoacán, Guerrero y Oaxaca).
La explosividad del movimiento estudiantil se ha hecho sentir prácticamente en todo el país, desde la frontera de Tijuana hasta Chiapas, desde Guadalajara hasta Veracruz, todo el país se ha visto sacudida por la lucha estudiantil, en la última jornada de lucha, la segunda, se sumaron al paro estudiantil más de 140 escuelas, en muchas otras hubo otras actividades. Ahora mismos se discute la posibilidad del paro indefinido en algunas escuelas, esta consigna en un ambiente general de movilizaciones a nivel nacional no es descabellada, sin embargo hay varias consideraciones que se tienen que observar.
La primera es que el movimiento no sigue un mismo ritmo, hay escuelas que tiene condiciones para el paro indefinido, algunas otras no. La segunda es el calendario escolar y social, en la UNAM (Universidad nacional Auntonoma de México) se está entrando a la recta final del ciclo escolar y además se acerca diciembre, un mes desmovilizador. Si el paro indefinido se impulsa en estas condiciones es probable que algunas escuelas puedan parar, otras no, y que llegando diciembre las guardias disminuyan fuertemente y con esto debilitar al movimiento.
El paro indefinido es solo una táctica más en la lucha, que se puede impulsar en un momento donde los trabajadores y campesinos están dispuestos a movilizarse y que los estudiantes, el grueso, pueda utilizar estos días de paro para agitar de forma sistemática en los barrios, mercados y fabricas. Históricamente el movimiento estudiantil ha tenido una limitante, sus paros no afectan la producción y con esto no tocan el corazón del sistema capitalista. La lucha estudiantil, para triunfar, tiene que buscar un vínculo orgánico con el movimiento obrero, le tiene que contagiar su entusiasmo, sus ganas de luchar, le tiene que plantear la idea de un pliego petitorio único nacional para luchar conjuntamente. Esta tiene que ser la principal tarea en este momento.
En los estados donde el magisterio democrático es la dirección del SNTE (Sindicato Ncional de Trabajadores de la Educación) la lucha está llegando a otras dimensiones, en Guerrero estamos viendo esto. Los profesores de la CETEG (Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educacion de Guerrero) junto a los normalistas y demás organizaciones políticas, sindicales, campesinas y estudiantiles han incendiado instituciones representativas del estado burgués, saqueado los locales de los partidos de la burguesía (PRI, PAN y PRD). Se han lanzado a la toma de alcaldías y junto a las policías comunitarias han paralizado prácticamente el estado. En estos días se ha quemado la secretaría de educación, el Palacio de Gobierno y más edificios del estado.
En Michoacán los profesores de la sección XVIII junto a normalistas han tomado más de 30 alcaldías, han tomado diferentes edificios de gobierno y tomado casetas de peaje. En Oaxaca los profesores de de la XXII han tomado prácticamente todas las carreteras del estado y se mantienen en un plantón indefinido en el centro de la ciudad. En Chiapas los profesores están en las calles en movilizaciones permanentes.
En cientos de ciudades ha habido actividades algunas más politizadas, otras menos, pero lo importante es que a nivel nacional se ha levantando nuevo clamor contra la violencia, los asesinatos, desaparecidos, la violencia en general; pero al mismo tiempo se está llegando a la conclusión de que la única forma de terminar con esto es con la caída de Peña Nieto. Las diferentes caravanas de los padres de normalistas desaparecidos, que están recorriendo parte del país, están siendo recibidos de forma entusiasta con movilizaciones de masas.
Un rápido cambio de conciencia
Rápidamente se ha transformado el ambiente entre la gente de a pie. Desde el 2009, después de la lucha que encabezó el SME (Sindicato Mexicano de Electricistas) cuando desaparecieron Luz y Fuerza del Centro, el ambiente general era de desanimo, movilizaciones a la defensiva que por lo regular todas terminaron en derrotas. Los efectos de la crisis internacional del 2008 surtieron efectos duros en la economía de los trabajadores elevándose el desempleo, cayendo los niveles de vida y elevando los precios de las mercancías de primera necesidad.
Todas estas consideraciones junto con una violencia sistemática ejercida por parte del Estado, no solo contra el narco sino contra el movimiento social y la juventud en general crearon un estado de ánimo de depresión e inacción. Sí a esto le sumamos algunas luchas que se dieron y que las diferentes direcciones de las organizaciones, Morena y sindicatos, desviaron o limitaron bajo pretextos absurdos tenemos como resultado una situación en donde se empujaron reformas fundamentales y prácticamente la lucha fue mínima (salvo la educativa por la cual los profesores dieron una gran lucha).
Nosotros los marxistas explicamos que este ambiente iba a cambiar rápidamente porque las contradicciones estaban llegando a un límite insostenible, ya había antes de los acontecimientos de Iguala y el IPN muestras de hartazgo. El alzamiento en armas de miles de michoacanos bajo los comités de autodefensa, el movimiento #yosoy132, los médicos, la lucha de los profesores democráticos contra la reforma educativa, los acometimientos en diferentes regiones del país, poblados y colonias, donde se estaban dando explosiones de rabia contra la autoridad frente a los asaltos, políticas injustas, etc. El ambiente era de una calma muy tensa que amenazaba con desbordarse, ahora los jóvenes se han echado a la calle y están comenzando a contagiar a todos los demás sectores explotados.
En pocas semanas este ambiente se ha transformado en grandes sectores, particularmente la juventud. Engels decía que podía haber períodos en los que parecía que en 20 años no pasaba nada y otros en donde en pocos días podría pasar lo que en 20 años. Este es uno de esos momentos. Los sectores más avanzados del movimiento de la juventud están comprendiendo que esto comenzó en solidaridad con Ayotzinapa pero que ahora se trata del Estado, y lo vincula de forma directa como responsable de todo lo que está pasando. Aunque no hay una comprensión total de lo que es el Estado, se asume que es el gobierno, las instituciones y sus representantes. Así de la consigna de Vivos los queremos ahora todo mundo empuja la idea de Fuera Peña.
¿Se puede echar al Peña Nieto de la presidencia?
Este movimiento es el primero de todo un drama que se desarrollará en el próximo periodo y que estará lleno de avances y retrocesos, de victorias pero también de represión. La burguesía nacional y el imperialismo no se pueden quedar con los brazos cruzados al ver como el movimiento se engrándese y avanza. En este momento no han utilizado la represión porque saben perfectamente que un golpe al movimiento sería como echarle gasolina a una hoguera, por eso ha sido muy cuidadoso de retirar la policía de las manifestaciones y la actitud en Guerrero, Michoacán y Oaxaca ha sido de “tolerancia”. Esto no va a ser siempre así, ya lo escuchamos de la boca de Peña. Están esperando el momento para que el movimiento baje y comiencen a actuar. Se puede decir que ahora el gobierno junto a toda la maquinaria del estado “nada de a muertito” para que pase rápido este momento.
La lectura del gobierno es que este movimiento es pasajero, como los que ha habido antes y que es cosa de tiempo para que las aguas bajen y todo vuelva a la normalidad. Se están equivocando, el movimiento estudiantil puede entrar a un reflujo pero otros sectores saldrán a la lucha, en general la conciencia está cambiando y no va a volver a mirar las cosas de forma similar al pasado. Es lógico que puedan existir momentos de calma pero solo preparando nuevas explosiones.
El movimiento tiene que aprovechar este momento para avanzar, pero ¿cuál es el camino? ¿Hacia dónde ir? Todos los que hemos participado en las luchas pasadas hemos sacado la conclusión de que la táctica de marcha, paro y plantón no están resolviendo nada, es cierto. Frente a esta disyuntiva la discusión entre los estudiantes se ha centrado sobre el paro indefinido.
El movimiento estudiantil tiene muchos lados fuertes. Los jóvenes no tienen una visión pesimista de la lucha, no tienen derrotas pasadas que los hagan escépticos de ante mano, la mayoría no tienen que cubrir esas cargas materiales de mantener una familia que en su momento les puede poner un freno para luchar, es un sector vibrante, lleno de energía y que contagia a los demás sectores. Hay limitantes también, esto se han visto en cada una de las grandes luchas del movimiento estudiantil, el 68, la huelga del 1999-2000 en la UNAM, la lucha actual del IPN. El movimiento estudiantil no afecta el corazón del sistema, la producción de mercancías y por ende de extracción de riqueza.
En el 68 el día que se discutía unificar la lucha estudiantil con los sectores obreros, entro el ejército a CU y se quedo sobre la mesa esa discusión. En la huelga de la UNAM, 99-00, en el primero periodo de la huelga, cuando tenia la dirección los llamados moderados, bajo los argumentos de ser un movimiento puramente estudiantil, impidió que el movimiento se fusionara como un solo cuerpo con los Esmeitas y los compañeros de la CNTE que en esos momentos marcharon junto a nosotros; hoy en la lucha del IPN los grupos pro autoridad han impulsado los prejuicios que hay entre la nueva capa de activistas del IPN para aislar al movimiento, no solo de los sindicatos y demás movimiento, sino del mismos movimiento estudiantil de las demás escuelas. Ahora mismo los activistas que mantienen el paro en las escuelas han sacado conclusiones y cambiado su punto de vista en la mayoría de los casos.
La tarea del movimiento estudiantil es contagiar su entusiasmo, su energía a otros sectores, particularmente el de los obreros, se tiene que pugnar por la unidad de los diferentes sectores en lucha bajo la idea de que todos los problemas que vivimos ahora mismo se desprenden de este gobierno inútil, ignorante y represor. Las consignas de demanda local se tienen que mantener pero hay que organizar demandas centrales dentro de las cuales tenemos que agitar la caída del gobierno de Peña Nieto, esto debe de ser el eje central de la lucha.
Sabemos que una gran parte del movimiento obrero no está sindicalizado o está bajo la influencia del sindicalismo charro (se refiere a sindicalismo de derecha), los estudiantes tienen que hacer también labor política en este sector. Muchos de los chicos son hijos de trabajadores y trabajadoras, se tiene que hablar con ellos en casa acerca de la importancia de salir a la calle, de convencer a sus compañeras y compañeros más cercanos, hacer comités de acción y propaganda en cada centro de trabajo. Se tienen que organizar brigadas a los centros industriales con consignas muy claras que inviten a la organización y la lucha.
Realizar un Encuentro Nacional Estudiantil o una Coordinadora Nacional Estudiantil es positivo, así los estudiantes pueden organizarse e implementar acciones conjuntas a nivel nacional, pero esto no implica abandonar la otra tarea, hacer del movimiento estudiantil y obrero uno solo.
Ahora, si las escuelas se van a paro indefinido la única finalidad de esto tendría que ser la de tener a miles de estudiantes en las calles realizando este trabajo de propaganda, acción y agitación. Si un paro no puede lograr esto y simplemente manda a los estudiantes a sus casas y los activistas se desgastan en mantener las escuelas cerradas, no tiene mucho sentido ir a esa acción, salvo que a nivel nacional se plante el paro indefinido general de todos los sectores hasta hacer caer a EPN.
Las consignas democráticas
Hay dos capas en la lucha ahora, los activistas que tienen una valoración más general –en muchas ocasiones no muy real- y una nueva capa, generación, que está saliendo a la lucha indignada por todo lo que está pasando ahora mismo. Esto hace que en el movimiento hayan ideas muy discordes a la hora de valorar que es lo ¿qué queremos? y ¿por qué luchamos?
Un sector cree que solo es en apoyo a la injusticia de Ayotzinapa, que basta con cambiar a los representantes del gobierno y ya está. Otros más osados dicen que el problema es el Estado y frente a esto lo que plantean es el renovar o fortalecer las instituciones estatales. Se puede entender esto en dos sentidos: o cambiar la política general del estado lo que implicaría en formar un nuevo Estado, uno de los trabajadores y demás clases oprimidas o hacer más fuerte al actual, es decir, cambiar de cara, dar mas recursos a la policía y al ejército, al parlamento y en general a todas las instituciones para que “ejerzan” de mejor manera sus funciones-. En este último caso lo que se plantea es simplemente que siga la explotación y la miseria pero un poco más maquillada.
Los marxistas creemos que los problemas que ahora vivimos: violencia, desempleo, falta de educación, pobreza, inseguridad, falta de democracia, etc. son resultado de una incapacidad de una burguesía nacional que ha tenido más de 100 años para poder resolver estos problemas. Todas estas demandas que son fundamentales para poder sobrevivir no han podido cumplirse dentro de los límites del capitalismo, por el contrario, lo que tenemos ahora es una política entreguista al imperialismo de todas las cúpulas más representativas del poder en México, por supuesto del gobierno también.
Sí la clase burguesa ha sido incapaz de poder cumplir con las demandas historicas de un programa democrático burgués, le corresponde a los trabajadores y la juventud poder solucionar esto. Este movimiento está adquiriendo como principal consigna la caída de Peña Nieto, esto es fundamental. Lo tenemos que acompañar con otras consignas que la gran mayoría de la población siente en carne propia, nuestro programa de lucha podría estar integrado por las siguientes consignas:
- Por un salario mínimo de 12 mil pesos para cubrir las necesidades básicas de nuestras familias.
- Por un plan de inversión estatal educación para cubrir el rezago educativo en todos los campos y sectores.
- Por la repartición de los empleos existentes entre todas las manos, para conseguir esto debemos pugnar por la disminución de la jornada laboral sin reducción salarial.
- Por el armamento de comités de seguridad en cada pueblo, barrio, colonia, para hacer frente al narcotráfico y al Estado. Estos comités deben estar controlados de las asambleas populares, no podemos seguir teniendo confianza en la policía ni el ejército. Los ejemplos de que esta medida funciona la podemos ver en los territorios donde las policías comunitarias o comités de autodefensa leales al pueblo operan. Por el desarme y desaparición del ejercito y policías.
- Por la expropiación de los grandes bancos, minas, carreteras, empresas generadoras de energía y petróleo, de grandes distribuidoras de alimentos (las grandes cadenas de supermercados como Walmart y todas las demás), los grandes medios de comunicación, estas empresas pueden ser puestas a trabajar bajo control obrero.
- Declarar invalidas todas las “reformas” que se han venido dando en contra del pueblo, la laboral, la energética, la fiscal y hacendaria. Etc.
- Por un gobierno que este al servició del pueblo. Esto implica necesariamente demoler las actuales estructuras estatales y pugnar porque el pueblo se organice en asambleas barriales, por colonia, delegación o municipio, empresas y escuelas. De estas asambleas se podrían elegir representantes para una asamblea estatal y a su vez nacional, la cual pueda asumir el control general de la lucha y de las finanzas del Estado. Este nuevo Estado, asambleario con representantes revocables y con salario de obrero cualificado sustituiría a las actuales cámaras de de diputados y senadores, los cuales solo se dedican a dictar leyes a conveniencia de la oligarquía nacional y el imperialismo.
Solo un gobierno de este modo podría tener las herramientas para solucionar los problemas fundamentales que hoy vivimos. Para poder consolidar este poder de la gente y estas conquistas tendríamos que avanzar sobre la instauración de una nueva sociedad, una sociedad socialista donde la creación de mercancías sea para el disfrute de todos y no el beneficio de unos cuantos.
Algunos grupos y personajes plantean la necesidad de realizar una asamblea constituyente, esta no rebasa los límites de la democracia burguesa, sí se quiere puede ser su expresión más elevada. No podemos olvidar que la gran desgracia por la que pasamos hoy es gracias al sistema “democrático” capitalista, no podemos insistir en que la solución es volver al régimen democrático burgués, escoger representantes para poder rehabilitar el régimen parlamentario que ahora se tiene y que se instauro desde hace más de 100 años- para solucionar nuestro problemas. No es raro que esta consigna, un nuevo constituyente, sea levantada tanto por los ultraizquierdistas radicales como por los reformistas obtusos.
El nuevo constituyente significaría, si se echa a Peña Nieto de los Pinos, desechar el régimen democrático burgués de dominación por la puerta principal, para meterlo por la puerta trasera para “resolver” los problemas de nuestro país.
La táctica del gobierno
Como lo dijimos anteriormente, el régimen no se puede, no se va a quedar cruzado de brazos viendo como el proceso avanza. En este momento es cauteloso ante lo que pueda pasar y se presenta –por ejemplo el IPN- con cara democrática, pero los demás brazos se pueden ver cotidianamente engañando en los medios de comunicación o utilizando a sus provocadores.
El Estado y su gobierno no tienen salida viable en este momento, para donde quiera que se muevan les va a resultar caro, si ceden ante el movimiento estudiantil esto se toma como un signo de debilidad y anima la lucha, sí reprime el proceso podría extenderse y profundizarse. Por eso es tan cauteloso y utiliza sus esbirros para el trabajo sucio, los medios de comunicación, grupos de porros y golpeadores, etc.
Sí el movimiento va para delante la burguesía solo tiene dos posibilidades, engañar o reprimir. Puede ofrecer la cabeza de Peña Nieto con tal de mantener el sistema en el cual se reproduce, esto no cambiaría de fondo la situación actual pues cualquier otro que llegue a la presidencia, si es que quiere mejorar la situación tendría que romper con el sistema capitalista, y no se ve ninguno a la vista.
Como se encuentra en un callejón sin salida lanza una campaña histérica sancionando cualquier acto que rompa la dinámica del Estado actual de las cosas. Hay una campaña desmedida para censurar cualquier tipo de violencia, nosotros preguntamos ¿sí es que el gobierno no es violento de forma paulatina con nosotros? ¿Acaso los salarios miserables, la pobreza, ignorancia, falta de oportunidades para salir adelante y desarrollar nuestras capacidades no son violentas? Hay una violencia que se ejerce de forma sistemática contra nosotros, una violencia de dominación de una clase sobre otra que permite la explotación de la gran mayoría de nuestra gente.
Cuando en Guerrero o Michoacán los grandes contingentes se ponen de acuerdo para quemar el Palacio de Gobierno o las sedes de los partidos se les llama violentos, y se compara con las pequeñas acciones aisladas de grupos ultraizquierdistas, someten a un mismos rasero estás acciones. No es lo mismo una actividad de masas en la cual se planifica diversas acciones que demuestran el repudio al gobierno que pequeños actos aislados que provocan la represión al movimiento en general.
El gobierno utilizará provocadores para tratar de iniciar campañas contra la lucha, el gran problema que tiene el Estado es que estos actos radicales ahora el pueblo las asume como propias, esto es lo que paso en la quema de la puerta de palacio presidencial. Sí hubo provocadores quemando la puerta pero había 3 mil, 4 mil personas atrás queriendo entrar a palacio nacional dispuesto a todo.
Sí nosotros podemos unificar nuestras luchas, la Asamblea Popular Nacional y la Interuniversitaria, el gobierno tendrá que emplearse a fondo con mentiras y represión, no hay otro camino. La lucha de clases es un choque de fuerzas vivas y tenemos que ir analizando todos los pasos que se dan para adelantar nuestro triunfo. Pesa sobre nosotros una gran tarea, cambiar nuestra realidad, nuestra sociedad, la juventud está dispuesta a ir adelante, tenemos que contagiar y arrastrar a otros sectores a la lucha, sí lo logramos podemos ser participes de grandes acotamientos.