Bajo cartones delgados que simulan un refugio, miles de niños hondureños resguardan sus frágiles cuerpos del frio y de la lluvia. Olvidados por el sistema capitalista de las “oportunidades”, esperan a que amanezca para pedir o trabajar sin ninguna esperanza más que la de poder comer. Es una realidad que deprime, a nivel mundial millones de niños son sometidos a la miseria, la violencia sexual y la explotación laboral; alejados de la escuela y orillados a las pandillas y las drogas. Y todo por nacer en un mundo de clases sociales con una ideología que normaliza la barbarie culpando a cualquiera menos a los verdaderos responsables: la burguesía.
La situación en cifras de los niños en Honduras y el mundo
La realidad de los niños no va nada bien, más de 150 millones de menores viven en la calle[1]. En Honduras instituciones como Casa Alianza a través de declaraciones de su director, José Guadalupe Ruelas, ha manifestado que la cifra de niños y niñas en situación de calle asciende a la terrible cantidad de 15 mil y esto solamente en las dos ciudades principales del país: San Pedro Sula y Tegucigalpa[2]. Estos datos fueron expuestos en septiembre del 2017, sabemos que la cifra se proyecta más allá tomando en cuenta que es un sondeo solo en dos ciudades y que, a medida que avanza el tiempo y con la indiferencia del Estado, se agrava más la situación.
En el mismo espacio, Ruelas expresó que la fiscalía recibe alrededor de 2500 denuncias de abuso sexual contra menores al año, pero la realidad es más cruel de lo que aparenta, esa cifra no refleja un dato preciso, las cifras reales pueden ser 10, 15, 20 o más veces mayores. La cobertura del Estado para evitar, analizar y dar seguimiento a esta situación es extremadamente limitada.
Según la ONU, más de 305 millones de niños en todo el mundo no asisten a la escuela, de dicha cifra más de un tercio (104 millones) es por vivir en zonas de conflicto, como en Palestina, donde los países imperialistas como Israel que perpetúan un genocidio salvaje, impiden que los infantes puedan tener acceso a la educación[3].
Al menos el 77% de los niños en Honduras viven en hogares pobres, lo que conlleva a otra serie de dificultades para los menores[4].
Niños proletarios
La llegada de la revolución industrial significó la llegada de nuevas máquinas que permitieron una reducción en la fuerza necesaria para realizar ciertas tareas, esto facilitó el ingreso de los niños y las mujeres en la industria, compitiendo directamente con el hombre por un puesto de trabajo en las fábricas.
La llegada de los niños y las mujeres a la industria capitalista significó grandes ganancias para los burgueses, al tener la disponibilidad de estos para trabajar les permitía generar más plusvalía, más ganancias. Los capitalistas siempre buscaran cualquier forma para acumular capital, cueste lo que cueste. La inclusión de toda la familia en el nuevo sistema hacía que el total de obreros disponibles fuera mayor y por lo tanto la clase que dominaba los medios de la producción eran libres de pagar lo mínimo posible ya que siempre había gente disponible que ofrecía su fuerza de trabajo (aunque las jornadas laborales fuesen de 14 horas). Todo con tal de no morir de hambre.
Basados en ese principio capitalista, somos capaces de entender por qué la idea de la igualdad entre la mujer y el hombre (como el derecho a la democracia burguesa) en este sistema solo se pudo alcanzar con la incorporación de las mujeres al trabajo productivo, también se entiende por qué la burguesía en la actualidad lanza mensajes constantes de la inclusión de la mujer en el trabajo asalariado, disfrazan la explotación con palabrería barata como “inclusión económica” “empoderamiento económico” y tantas patrañas que el tiempo se encarga de desmentir. Es cierto que en la actualidad acuerdos internacionales no le permite a Wal-Mart, Nike, Zara, etc. hacer propaganda con los niños, pero eso no significa que no lo deseen y de hecho de sus productos chorrea sangre de inocentes que son explotados a diario porque en la práctica siguen incorporando a los menores a trabajos precarizados en condiciones infrahumanas, de hecho, son más de 152 millones de niños son víctimas del trabajo infantil y casi la mitad (más de 73 millones) están en situación de trabajo infantil peligroso, es decir, ocupados en la industria del tabaco, el algodón, la minería y hasta la prostitución, la trata y el narcotráfico[5].
Es un problema gigantesco y, paradójicamente, invisible, Honduras a pesar de ser un país pequeño de apenas 9 millones de habitantes tiene más de 475 mil niños trabajando y 5 mil son incorporados cada año al mercado laboral[6].
Algo más que oenegés
Rescatar al conjunto de los niños explotados que alberga este mundo capitalista va más allá de las visiones de muchas oenegés que, sirviendo al capital, quieren vendernos. Los marxistas estamos convencidos que los males radican en la división de clases, es la apropiación del trabajo de la clase obrera que desata desigualdades, los sueldos miserables que no suplen las necesidades básicas obligan a incorporar a toda la familia al trabajo, el sistema de educación burgués que ataca constantemente la conciencia suponiendo que siempre habrá ricos y pobres, la religión que en sus idealismos reproduce la idea de que los pobres serán los bienaventurados ya que heredarán el reino de los cielos, la guerra de los países imperiales contra los países cuyos recursos les interesan, etc. Muchos en su ignorancia pueden decir: “es culpa de los padres” pero ese pensamiento solo es una consecuencia que produce el desconocer las secuelas que deja el modo de producción anárquico del capitalismo y las relaciones de producción.
Buscar la solución en el Estado es igual de ilógico que esperar que las oenegés nos libres de todo este mal, el Estado moderno no está para solventar esta crisis, porque tras él se ocultan nada más que intereses burgueses. La clase dominante, como hemos dicho arriba, no le importa nada con tal de seguir acumulando capital, pero esa situación no será sostenible, tarde o temprano esa acumulación desmesurada llegará a un punto de quiebre, la simplificación de las contradicciones de clase desata una batalla sin precedentes que ya empieza a manifestarse. La inconformidad y la indignación se acumulan poco a poco hasta hacer un estallido que transforma todo el panorama.
Definir cuál debe ser la edad correcta para que una persona se incorpore al trabajo quedará en segundo plano cuando quienes deban hacerlo no sea en condiciones infrahumanas, bajo ataques constantes de abuso sexual, maltrato físico y psicológico o sacrificando su infancia que en consecuencia rompa su desarrollo intelectual.
Desde los comienzos del comunismo científico los marxistas llevamos denunciando la situación de los niños. Marx y Engels en El Manifiesto Comunista sostenían que una de las medidas que desplegarían los comunistas, sería:
“Educación pública y gratuita de todos los niños; abolición del trabajo infantil en las fábricas tal como se practica hoy; régimen de educación combinado con la producción material, etc.”
Las condiciones para una revolución trasformadora están más que dadas. Seremos capaces de dar respuestas a la problemática de los niños, pero solo hasta que entendamos la necesidad urgente de suplantar las relaciones de producción actual para abrirle camino a la economía planificada por los obreros socialistas que desarticulará, en consecuencia, al género humano del trabajo forzado y precario que subyace en la dominación de una clase sobre otra. Solo ahí seremos capaces de eliminar las amarguras que reflejan los rostros de los niños de la calle, los hijos de nadie, que son tan pobres que fueron y son forzados a vender su infancia al capital.
- https://plan-international.es/news/2016-11-28-alrededor-de-150-millones-de-ninos-viven-en-la-calle-en-todo-el-mundo
- https://tiempo.hn/realidad-infantil-honduras-mas-15-mil-ninos-calles/
- https://elpais.com/elpais/2018/09/18/album/1537278459_104305.html#foto_gal_1
- https://tiempo.hn/unicef-ninos-en-honduras-hogares-pobres/
- http://www.oit.org/global/topics/child-labour/lang–es/index.htm
- https://www.laprensa.hn/honduras/1214490-410/unicef-ninos-trabajando-honduras-trabajo-infantil-calles