La Universidad de El Salvador (UES) es sostenida por parte de las contribuciones que el Estado percibe, que en su mayoría provienen de los bolsillos de los trabajadores. En este sentido, debería responder a sus intereses, no obstante, sucede todo lo contrario. Las oportunidades para los estudiantes están restringidas y limitadas debido al bajo presupuesto asignado por el Estado y a la corrupción de su mala administración. Las condiciones para un buen desarrollo del proceso enseñanza-aprendizaje, en muchas facultades, son deplorables y/o insuficientes.
La Universidad de El Salvador (UES) es sostenida por parte de las contribuciones que el Estado percibe, que en su mayoría provienen de los bolsillos de los trabajadores. En este sentido, debería responder a sus intereses, no obstante, sucede todo lo contrario. Las oportunidades para los estudiantes están restringidas y limitadas debido al bajo presupuesto asignado por el Estado y a la corrupción de su mala administración. Las condiciones para un buen desarrollo del proceso enseñanza-aprendizaje, en muchas facultades, son deplorables y/o insuficientes.
Hace unas semanas, se realizaron elecciones para elegir representantes estudiantiles a la Asamblea General Universitaria (AGU). El sistema político y electoral de la UES solo es un reflejo muy idéntico del sistema político y electoral del país. Diferentes candidatos de diversas asociaciones y coaliciones estudiantiles entraron en disputa.
Como estudiantes revolucionarios, y como marxistas, no podemos pasar desapercibidos ante las coyunturas electorales de la Universidad, pues los resultados de las mismas representan un síntoma del ánimo de los estudiantes al respecto de la lucha por sus demandas. Cada vez que se llevan a cabo, surgen una serie de propuestas por parte de las asociaciones y coaliciones de asociaciones estudiantiles que poseen su planilla de candidatos, para abolir los problemas más manifiestos de la Universidad. Sin embargo, estas carecen de posicionamientos revolucionarios y de clase.
Los resultados de las elecciones están dados. Nosotros abogamos que independientemente de quienes sean los representantes estudiantiles en la AGU, deben defender un programa revolucionario que trastoque las relaciones de poder de la administración de la UES.
Por tanto, como Fuerza de Acción Universitaria, brazo estudiantil del Bloque Popular Juvenil, planteamos que los representantes estudiantiles elegidos para la AGU, recientemente, deben defender al menos un programa mínimo de reivindicaciones revolucionarias, tomando en cuenta las siguientes demandas:
En el terreno financiero: eliminar gastos innecesarios como comida para reuniones de Juntas Directivas, AGU, y Consejo Superior Universitario, viáticos u otros gastos, y reorientarlos a la adquisición de más libros para la Biblioteca Central, viáticos para Servicio Social y gastos de tesis; auditorias semestrales y públicas de la administración de los fondos de parte de los representantes estudiantiles y presentación de informes y resultados en asambleas generales, para debatir la postura política a seguir.
En el terreno académico: asignación de docentes a las materias de sus especialidades; un mayor control de los docentes para evitar abusos o faltas recurrentes a clases, así como para que mejoren las metodologías y las evaluaciones; contratación permanente de todos los docentes en condición de horas clases en Ley de salarios, y contratación de docentes jóvenes egresados de nuestras carreras.
En el terreno administrativo: readecuación de los horarios, elaboración conjunta de horarios de clases entre docentes y estudiantes; habilitación de grupos de clase con no más de 30 estudiantes; luchar porque se sustituya el mobiliario arruinado, se adquiera material audiovisual como más proyectores, laptops y bocinas; construcción de anexo o edificio en lugar de aulas H; construcción de rampas donde no hay. Accesos inclusivos.
Al respecto de las bibliotecas y centros de cómputo: mejorar el servicio de la Biblioteca Central y Bibliotecas locales de las Facultades. Más plazo para uso de libros, de 3 a 10 días hábiles; digitalización del sistema de préstamos, sin necesidad de dejar el carnet como garantía de devolución de libros; publicación del inventario actualizado y adquisición de más libros que se ocupan en clases, previa consulta docente estudiantil sobre material bibliográfico; actualización periódica con cursos sobre uso de tecnología para las investigaciones; impresiones gratuitas y fotocopias de materiales a usar en el curso.
Al respecto de la libre reunión y expresión: libertad de opinión estudiantil y docente sin sanciones administrativas y contra todo abuso de autoridad; libertad de reunión, acceso a locales para reuniones estudiantiles, y para organización de asambleas generales; informe de labores de las autoridades a asambleas estudiantiles cada seis meses.
¡Por un programa para conquistar una verdadera educación pública, gratuita, y de calidad!