Las elecciones internas del FMLN tendrán lugar este domingo 16 de junio, a razón de haber sido adelantadas después de la derrota electoral del 2019, la militancia decidirá en 7 papeletas: Consejo Nacional (donde se elige posteriormente la Comisión Política), Secretaría General, Secretaría General Adjunta, Secretarías Departamentales, Directivas Departamentales y Municipales. La base está a la expectativa de un posible cambio de rumbo al interior del partido. Hay dos candidatos fuertes que se disputan la Secretaría General del partido: Oscar Ortiz y Arístides Valencia.
En pasados análisis hemos señalado que el FMLN necesitaba una operación quirúrgica para poder volver a ser un instrumento de la clase obrera, como lo fue en sus primeros años y cuando fue oposición ante los gobiernos de ARENA. Este objetivo solo se podía conseguir a través del surgimiento de una tendencia fuerte al interior que se declarase revolucionaria y socialista, que supiera agitar y explicar estas ideas en el interior del partido y que presentara sobre todo un programa político en consonancia con lo anterior.
Sin embargo, este escenario no se ha desarrollado al interior del FMLN, a lo mucho hubo algunos movimientos de carácter centrista, que en su momento estuvieron muy cerca de cruzar el límite entre las ideas del reformismo y las ideas del marxismo. Estos son los casos de los grupos “Quinta Generación” y “Revolución, un frente con la gente”, los cuales hicieron un buen ejercicio para dar la batalla por la ideas, pero con el tiempo fueron menguando su intensidad.
¿Cambio de programa o cambio de rostros?
Ambas plataformas no presentaron propuestas para candidato a Secretario General y tampoco un programa político estructurado para el FMLN, sus propuestas/plataformas se podrían resumir en la repetición de una lista de consignas del movimiento, sin una vinculación profunda con la necesidad de una transformación revolucionaria de la sociedad. En estos 10 años de gobierno pudimos darnos cuenta que lo que falló fundamentalmente fue la ausencia de un programa revolucionario y socialista, no presentar un programa socialista y revolucionario en estas elecciones internas significa un error fundamental, pues no ofrecieron cambio alguno presentando las mismas ideas del pasado.
Cuando inició el proceso de campaña interna nosotros escribimos acerca del programa que se tenía que defender al interior: “Ese programa revolucionario debe estar en contra del capitalismo, en contra de la deuda externa, en contra de las privatizaciones, por mejores salarios y contratos colectivos, por aumentos salariales, por la reducción de la jornada laboral sin disminución de salarios, congelación de los precios de la canasta básica, por la nacionalización de todas las empresa privatizadas por ARENA, por acabar con los privilegios de los funcionarios del Estado, en contra de la elusión y la evasión fiscal, ningún acuerdo con la derecha, ni con la burguesía.
“Y al interior defender las consignas por elecciones internas libres y democráticas, con padrones reales de militantes que cumplan con todos los requisitos de militancia, no más acarreados para decidir por los verdaderos militantes, puesto político dentro del Estado con salarios no mayores a tres salarios mínimos, que se vayan los vividores y gangueros del partido, depuración revolucionaria del partido, por el autofinanciamiento del partido, no más empresarios y corruptos financiándolo, porque la revolución debe ser obra de la clase obrera misma, cuota partidaria y finanzas abiertas a toda la militancia, no más secretos financieros. Por un FMLN revolucionario y socialista comprometido con la juventud, las mujeres explotadas y oprimidas, los trabajadores y campesinos. Por un FMLN del pueblo y para el pueblo”.[1]
La ausencia de un programa político socialista en estas plataformas no es más que la expresión de la ausencia de una claridad política de la juventud y del partido en general, fruto de años de activismo, practicismo, monotonía y sobre todo una ausencia de formación de cuadros con base en la teoría revolucionaria. No se trata de cambiar por cambiar, se trata de plantear cambios de contenido y no replicar en lo abstracto las palabras revolución, izquierda, anticapitalismo, antiimperialismo o socialismo, sin explicar a qué se refiere todo esto.
La falta de formación política en el FMLN ha llevado a concluir a algunos dirigentes que a la base se le tiene que hablar diferente, que debemos olvidar las palabras marxismo, socialismo y revolución, erróneamente se cree que la base no entiende, y si quizá sea verdad hasta cierto punto; no porque las bases sean ignorantes sino porque fallamos en transmitir adecuadamente las ideas. Si un dirigente solo usa las palabras socialismo y revolución como expresiones aisladas sin explicar su contenido, lógicamente la base no lo conectará con la necesidad de luchar. Es tarea de los dirigentes educar a las bases para que entiendan las ideas complejas, que el programa de lucha socialista pueda estar conectado con las necesidades inmediatas de la clase trabajadora, vincular el programa mínimo de las demandas inmediatas con el programa máximo de las demandas del socialismo.
Ante la ausencia de capacidad teórica e ideológica para explicar estas ideas, los dirigentes sucumben a la línea de menor resistencia, haciendo discurso inmediatistas con consignas democráticas sin vincularlas al programa del socialismo, nos quedamos en un discurso reformista mínimo. Tras este error, quienes salen beneficiados por default son las ideas del sector más a la derecha que en este caso están siendo defendidas por el ala de Oscar Ortiz, que durante años ha intentado hacer del FMLN un partido que no se cuestione el sistema, que abandone la formación política ideológica anticapitalista, que se adopte a las nuevas tecnologías que vaya al rumbo de la innovación, un FMLN que crea que se puede coexistir con el capitalismo, etc. En su visión de empresario este es el mejor FMLN que puede existir.
Las promesas de cambio
Por tanto, si un miembro de la base no ve mayor diferencia entre las ideas de Ortiz (que representa el supuesto “cambio”) y las ideas de Arístides (que representa el “continuismo”) por lógica se decidirá por el supuesto cambio, total las ideas de la vieja dirección ya han sido probadas en más de una década, entonces ¿por qué no probar el cambio? Esta es la manera de razonar de muchos al interior del partido.
Ortiz ha sabido sacar provecho de todo, incluso se vistió de rojo y tomó prestado el discurso de la revolución intentando llegar a las bases más duras del partido, en esto ha sido inteligente, fiel a sus métodos ha visitado muchos lugares del país dando discursos y prometiendo de todo, sin plantear tampoco un programa político, esta es la expresión del atraso tremendo que ha sufrido el FMLN, los discursos vacíos y carentes de contenido han sustituido el debate de las ideas.
El programa al interior del partido es fundamental, es una cuestión de primer orden. Para nosotros los marxistas un partido en primer lugar es programa, métodos y tradiciones y solo en segundo lugar, pero no menos importante, un aparato, es decir, una estructura que nos ayuda a llevar las ideas del programa a los trabajadores. En los partidos deformados como el FMLN esto siempre ha estado invertido, lo que importa es el aparato/estructura y no su programa, en otras palabras, importa más la forma y no el contenido.
Los candidatos a Secretaría General
Es difícil no hacer una analogía de las elecciones actuales con las elecciones internas para elegir candidato presidencial, proceso que le dio una abultada victoria al candidato que contó con el apoyo de Oscar Ortiz, hablamos de Hugo Martínez, precandidato presidencial derrotado del FMLN. Las características que definieron aquel periodo de hace un año siguen siendo las mismas, o más bien una continuación de lo que sucede al interior del FMLN, el hecho de que sea una continuación también significa que hay una intensificación en cómo se expresan estas características. ¿Cuáles eran y siguen siendo estas características?
Por un lado, tenemos las características internas: una profundización de la crisis al interior del FMLN entre dos alas burocráticas, las aspiraciones de cambio en la dirección, de renovación y participación de nuevas generaciones, la democratización del partido y la forma en cómo se toman las decisiones, eliminar el autoritarismo de la dirección, pero sobre todo dar un giro radical en la lucha política, dotarse de un programa que puede presentarse como una alternativa real para la militancia y la clase obrera en general.
Y por otro lado las características externas: el desgaste profundo de elementos del partido como funcionarios, arribistas, oportunistas y carreristas que han quedado expuestos en los últimos años, la profundización de la crisis del capital y la experiencia que en los 10 años de gobierno del FMLN su programa político no se presentó como alternativa real a los problemas de los más pobres.
Si analizamos estas características podemos afirmar que quienes más tienen el viento en contra son la actual dirección, la cual ha endosado su apoyo al candidato Arístides Valencia, tal y como lo hizo con Gerson Martínez candidato perdedor en las internas para candidato presidencial.
Es lógico que la base ante las derrotas busque cambios, por eso consideramos sano que hace un año después de perder las elecciones del 2018 se convocara a un congreso[1] y se discutiera un programa revolucionario y socialista, pero la dirección se negó a estos cambios que hubiesen fortalecido al partido. En las pasadas elecciones internas la base identificó estos errores y expresó su voto en contra del candidato de la dirección como forma de protesta, fue un voto crítico claro, esto también es un reflejo del escenario político exterior, los dirigentes deberían comprender estos giros en la percepción de la gente, pero hasta el momento han sido incapaces.
Arístides Valencia ha logrado ganar la simpatía de los militantes que aún se identifican con la revolución, con el socialismo, aunque realmente él no represente esto. Arístides tiene el apoyo de los fieles seguidores de Medardo, los burócratas y los burócratas en potencia. Ante la ausencia de una candidatura que se base en ideas revolucionarias los más perceptivos buscaran replegarse al mal menor.
Ortiz en cambio tiene toda la ventaja y el argumento de que no ha sido dirección (lo cual no es cierto del todo), que las decisiones del gobierno no dependían de él y que él siempre se opuso a todo en el partido, esto le dio una tremenda ventaja en las elecciones, y lo ha sabido utilizar en su campaña, lógicamente la gente que rechaza los errores de la cúpula lo vincularan con un cambio y votarán por él para probarlo, aunque este cambio signifique derechizar al partido.
Esto sin contar con la valiosa colaboración que Nayib Bukele le ha dado a Ortiz al exponer todo nepotismo que la actual Comisión Política había desarrollado en el gobierno, más el caso que se le atribuye a Arístides Valencia en el que ofreció 10 millones de dólares a las pandillas en programas de créditos[2], esto significa una ventaja para Ortiz que claramente no ha salido manchado con corrupción ni con nepotismo. Aunque sí ha sido señalado su pasado con una serie de negocios fraudulentos e incluso con el crimen organizado, pero que hasta ahora ha sido protegido por el sistema y no enfrenta cargos[3].
El camino esta fraguado para que Ortiz tome el control del FMLN, aunque podría haber sorpresas. Pero si esto se da será el producto de la claudicación ideológica y teórica de la vieja dirección del FMLN, que estuvo en el poder y fue incapaz de transformar las condiciones miserables de la clase obrera.
En el caso de los demás candidatos en contienda realmente no tienen oportunidad frente a estas tendencias poderosas en el interior del FMLN. Aunque el factor sorpresa no hay que descartarlo, sin embargo, las otras dos cartas siguen adoleciendo de contenido político revolucionario.
La historia del FMLN es rica en lecciones, la juventud de izquierda debe estudiar asiduamente las lecciones del fracaso del FMLN para poder construir un partido revolucionario y socialista capaz de transformar la sociedad capitalista de una vez por todas. El legado del FMLN en cuanto aprendizaje para no cometer los mismos errores en el futuro es irrenunciable para una juventud que quiera cambiar sus condiciones de vida.
San Salvador, 15 de junio 2019
[1] http://bloquepopularjuvenil.org/dimision-de-la-cp-del-fmln-congreso-extraordinario-por-la-construccion-de-un-programa-anticapitalista/
[2] https://elfaro.net/es/201610/salanegra/19473/FMLN-ofreció-a-las-pandillas-un-programa-de-créditos-de-10-millones-de-dólares.htm
[1] http://bloquepopularjuvenil.org/elecciones-internas-en-el-fmln-hacia-donde-se-dirige/?fbclid=IwAR1GQ-v1M9G8bLUeDj_C1gMwfqITm0LU2S_F7gk6dX4pIh6j4AAUKRnRB44
Un comentario sobre “Perspectivas de las elecciones internas en el FMLN 2019”