En julio comenzó el primer congreso del FMLN. Está convocada toda la militancia del partido, la cual se calcula en unos 30 mil miembros activos. Este es un espacio que por primera vez en mucho tiempo se tiene para que los militantes puedan dar su opinión acerca del rumbo del partido.
En julio comenzó el primer congreso del FMLN. Está convocada toda la militancia del partido, la cual se calcula en unos 30 mil miembros activos. Este es un espacio que por primera vez en mucho tiempo se tiene para que los militantes puedan dar su opinión acerca del rumbo del partido.
Luego de los debates a nivel de municipios, sigue el congreso nacional, que ratificará o rechazará las enmiendas propuestas por la base, donde irán los delegados elegidos a mano alzada en las diferentes asambleas locales. Después de esto viene el filtro final que es La Convención Nacional que tendrá la última palabra. Dicho sea de paso, los convencionistas nacionales fueron electos hace casi cinco años.
Aun con todo este proceso engorroso, es una gran oportunidad para intervenir y opinar acerca de cómo se ve el rumbo que lleva nuestro partido. Su papel para bien o para mal en las diferentes instituciones estatales (Gobierno, Asamblea Legislativa, Alcaldías).
Para los marxistas, un partido es antes que nada programa, métodos, ideas y tradiciones y solamente después una organización y un aparato (estos por supuesto son muy importantes). Un partido debe reflejar los intereses de la clase que representa, el FMLN representa las aspiraciones de cambio de una capa importante de la población la cual en su mayoría son trabajadores del campo y la ciudad. Y en ese sentido su programa político debería expresarlo. Los dirigentes no siempre reflejan los deseos y aspiraciones de la base, hay una relación dialéctica entre la base y la dirección. La capa dirigente se ve sometida a presiones de clase, por un lado la burguesía y por otro la clase obrera.
En periodos de reflujo, es decir, cuando la lucha de clases está en calma, tal y como lo vemos en estos momentos en nuestro país, contrario a otras partes del mundo donde hay una lucha intensa en las calles; las presiones de la clase dominante se multiplican por mil; si no hay una presión constante de la base, los dirigentes pueden ceder y dejar de reflejar los puntos de vista de la clase que representan. Esto en la práctica significa capitular ante la burguesía.
Actualmente vemos como a nivel de dirección el discurso ha ido cambiando poco a poco. Se han abandonado o atenuado algunas palabras como revolución, socialismo, burguesía, etc. Así, el socialismo se dice que es un socialismo “guanaco”, a lo salvadoreño y que no tiene nada que ver con Cuba, Venezuela ni mucho menos la revolución Rusa de 1917. Se nos explica que el “socialismo” al que aspiramos respeta la propiedad privada, la democracia representativa y que su propósito fundamental es la distribución de la riqueza de forma más equitativa, palabras más palabras menos. Incluso Monseñor Escobar Alas estaría de acuerdo con estos planteamientos, los cuales no significan mayor amenaza para el estatus quo.
Debemos tener claridad que un socialismo con capitalismo es algo que no puede existir.
El socialismo es un sistema en el cual todos los recursos de la sociedad se ponen en función de satisfacer las necesidades del pueblo, por esa razón el lucro privado no tiene sentido. Como nos explicó Trotsky hace mucho tiempo “la nacionalización de los medios de producción no es socialismo, solo es su premisa legal”. Cada quién sacara sus conclusiones acerca del sistema que prefiere: o uno que condena a la mayoría de la población a sobrevivir con muchas privaciones y problemas (desempleo, delincuencia, migración, bajos salarios, etc.) u otro que nos pueda garantizar vivir dignamente a todos sin excepción.
Es por “táctica”, dicen algunos. Lo mismo se planteaba de los giros bruscos del Comintern (Internacional Comunista) luego del ascenso del estalinismo, cuando en realidad reflejaba los estrechos intereses de los burócratas de Moscú que llevaron conscientemente o no a una restauración del capitalismo unas décadas después.
El fenómeno de la burocracia surge por razones materiales objetivas, no se trata de exceso papeleo o “venga mañana”. Los altos cargos con sus elevados salarios y todas las demás prestaciones hacen que los “compas” adopten la ideología de la clase dominante. Comienzan a defender sus privilegios utilizando todo tipo de argumentos imaginables. Les parece normal vivir bien, a pesar que la mayoría nos toca rebuscarnos todos los días.
La lucha por reformas es cien por cien correcta, la diferencia con los reformistas es que nosotros le damos a la lucha por reformas, por muy pequeñas que sean, un contenido de clase y socialista. Debemos defender la profundización de los cambios que se han dado hasta ahora. Los paquetes escolares, vaso de leche, pensión básica universal, los diferentes subsidios, etc. Son medidas que nos ayudan a la mayoría del pueblo, sin embargo en el capitalismo no están asegurados. Hoy en día están de moda los recortes.
Los capitalistas están haciendo pagar a los trabajadores por la crisis del capitalismo mundial que estallo en 2009 y según los mismos analistas burgueses, nos esperan décadas de crisis. Esto significa una profundización de la lucha de clases por todas partes. Ahora mismos el gobierno de Cerén está siendo presionado fuertemente por los organismos financieros internacionales (FMI, BM, BCIE, etc.) para que se hagan recortes y se sigan focalizando aún más los subsidios. Esto es más grave aún porque la mayoría de los programas sociales dependen de préstamos. Debemos estar alertas y organizados para que no vayan a ceder tarde o temprano a estas presiones.
Por muy duro que sea debemos comprender que no hay solución a nuestros problemas en el capitalismo, la batalla NO es por reformar o humanizar el capitalismo salvaje (neoliberalismo) sino por derrocarlo. Debemos luchar porque nuestro partido FMLN y los sindicatos sean verdaderas herramientas de lucha de la clase trabajadora. Esto solamente se lograra si adoptamos los métodos y tradiciones históricas de la clase trabajadora.
El marxismo nos proporciona las herramientas teórico-práctico para lograr estos objetivos. La prueba de ello radica en los constantes ataques de la clase dominante a las ideas de Marx, Engels, Lenin y Trotsky. Llamamos a las bases del partido y los sindicatos, especialmente a la juventud, para que nos formemos con las ideas correctas de nuestra clase trabajadora y formemos una corriente marxista revolucionaria para luchar contra las ideas oportunistas que hoy por hoy son mayoría al interior de nuestras organizaciones (partido y sindicatos).
¡Retomemos el marxismo!
¡Por una corriente marxista revolucionaria al interior del partido y los sindicatos!