Por: Roque Linares
Ya transcurrieron dos años del gobierno de Bukele en donde claramente la clase trabajadora salvadoreña en su conjunto ha visto empeorar sus condiciones económicas y sociales, producto de la continuidad de una política que favorece los intereses de la clase dominante y de las empresas transnacionales.
Pero también podemos estar claros que la política hacia el movimiento sindical lleva el signo de la represión y violación a los derechos laborales, en este articulo pretendemos hacer una caracterización de lo nefasto de esa política, y como creemos que el movimiento sindical salvadoreño debe enfrentar los ataques actuales y los que están por venir, esto en la medida que el descontento popular avance y las movilizaciones vayan en aumento.
Represión, despidos, y métodos mafiosos de Rolando Castro
Divide y vencerás dice la famosa frase de Maquiavelo, podríamos decir que esta es la política que mantiene el gobierno de Bukele, por un lado manteniendo a las corruptas dirigencias de algunos sindicatos para confundir y dividir a los trabajadores, y por el otro despidiendo a los trabajadores y dirigentes que han decido enfrentar al régimen. De esta manera preparan el terreno para detener las luchas que se organizan en contra del alto costo de la vida, y todo el conjunto de políticas de ajuste que tiene como objetivo precarizar los salarios y prestaciones sociales de la clase trabajadora.
Claramente desde que Bukele llegó al poder ha buscado frenar cualquier intento de lucha sindical independiente, que pueda darse en contra de sus medidas económicas y laborales, es por eso que una de sus políticas ha sido buscar el apoyo de dirigentes sindicales corruptos, para controlar sindicatos que no estaban al servicio de sus deseos.
Por ejemplo: Pudimos ser testigos como tipos tan nefastos para el sindicalismo salvadoreño como lo es Ricardo Monje aparecen con la protección del ministro de trabajo Rolando Castro, para usurpar con métodos gansteriles la junta directiva del STISSS, de igual forma lo intentaron con AGEPYM a principios de octubre del año pasado, llevando una turba que intentó tomarse por la fuerza su local.
En el caso de la heroica lucha de las obreras de industrias Florenzi pudimos ser testigos como de nuevo Rolando Castro es el encargado de hacer el trabajo sucio de Bukele, dividiendo a las compañeras obreras mediante privilegios a un pequeño grupo, que se dedicó a desprestigiar a la mayoría que se mantenían en la toma de la fábrica y en la huelga de hambre.
Otro de los métodos para descabezar a los sindicatos que se mantienen en lucha es negarles sus credenciales sindicales a las juntas directivas, con el objetivo de retrasar estos procesos y ganar tiempo para montar sus propias juntas directivas leales a la patronal y en específico a Rolando Castro. Esta situación es generalizada y se extiende en diversidad de sindicatos del sector estatal y privado, como podemos ver en las siguientes denuncias: “Entre los sindicatos del sector público acéfalos están: Sindicato Unión de Trabajadores del Órgano Judicial (SUTOJ); Sindicato de notificadores y empleados del Órgano Judicial (SINEOJ); Sindicato de Trabajadores de la Secretaría de Comunicaciones (Sitrascom).
También Sindicato de empleados docentes del Ministerio de Educación (Sinedmes); Sindicato de Defensores Públicos de la Procuraduría General de la República; Sindicato nacional de trabajadores unidos por la salud (Sintrausal); Sindicato de trabajadores del Centro Internacional de Centros y Convenciones (Sitracifco), además de una larga lista de alcaldías cuyos sindicatos no tienen autoridades legalizadas.
Asimismo, en el sector privado hay una lista extensa de sindicatos de trabajadores de diferentes oficios, profesiones, servicios e industrias que están acéfalos.
También la Federación de Sindicatos de Trabajadores de El Salvador ha estado sin dirigencia, según la información del Ministerio de Trabajo, la cual aglutina entre otros a tres sindicatos del Seguro Social y el sindicato de docentes Andes 21 de junio.
Otra en la misma condición es la Federación Unión General de Trabajadores Salvadoreños, la cual aglutina a sindicatos como el de trabajadores del Ministerio de Economía y el de trabajadores de la Asamblea Legislativa (Sitral), el cual ha denunciado acoso y violación a derechos de los trabajadores en la actual legislatura y ante ello un grupo ha hecho huelga de hambre.”
En las últimas semanas el régimen ha montado una ofensiva de despidos en varias instituciones estatales y municipales, pasando incluso por encima del fuero sindical, como es el caso de algunos directivos del Sindicato de Trabajadores de la Asamblea Legislativa (SITRAL) que han sido despedidos injustamente y sacados de sus puestos de trabajo utilizando a la PNC como instrumento represivo.
Como podemos ver los ataques son generalizados a diversos sectores sindicales, la pregunta es ¿Cómo hay que enfrentar esta ofensiva?
Construyamos un programa de lucha de la clase trabajadora
Las últimas movilizaciones han demostrado que el descontento entre los diferentes sectores de las organizaciones sindicales está creciendo, y claramente la gente que apoyó a Bukele se está dando cuenta que Bukele era otro farsante.
Este es un proceso de aprendizaje muy útil ya que estamos en momentos de un proceso incipiente donde aumenta progresivamente la movilización consciente, este proceso por su misma composición puede conducir también a la debilidad, dispersión y al peligro de que algunos sectores ajenos a la clase trabajadora, como los partidos de la derecha y las gremiales empresariales opositoras intenten ponerse a la cabeza de este proceso, y quieran desviar la lucha hacia sus intereses de clases explotadoras. Es por eso que creemos que hay que construir unidad mediante un programa de lucha que reúna las exigencias de todos los sectores de la clase trabajadora, claramente nuestros intereses como clase proletaria no son los mismos que los empresarios que están en contra de Bukele.
Este es un debate que está iniciando y para ello queremos proponer algunas ideas para construir esa unidad de los sectores explotados y oprimidos, en contra del régimen de Bukele y el capitalismo.
Las características y principios de un organismo unitario de la clase trabajadora
Si existe un cáncer en el movimiento sindical es la dispersión y la falta de unidad en las luchas, para eso proponemos una serie de características y principios, bajo los cuales podríamos armar un fraterno debate para construir un organismo unitario de las luchas.
Un programa para transformar el país: Es necesario construir entre todas las organizaciones sindicales, populares, campesinas, estudiantiles, etc. un programa para la acción, que tome como base las principales banderas salariales, sociales y políticas de las organizaciones, que vayan también con propuesta de lucha, para generar cambios estructurales que acaben de raíz con el origen de toda la explotación y opresión, el sistema capitalista y el dominio de la burguesía.
La independencia de clase ante el gobierno, partidos políticos y las patronales: Siendo conscientes del nivel de influencia del aparato del régimen de Bukele y de la burguesía, es necesario que exista una total independencia en cuanto a las decisiones y posiciones frente a los acontecimientos de la lucha de clases en el país, los únicos con derecho a decidir son los y las trabajadores con sus organizaciones. La materialización de esta independencia tendrá su primera expresión en su relación con las finanzas, es decir, que el dinero para financiar nuestras actividades y luchas debe venir directamente del bolsillo de los trabajadores y sindicatos. Lo que da poder de discutir y decidir la forma de su funcionamiento.
Democracia obrera, participación, acción y decisión de las bases: El modelo de organización que hay que construir tiene que estar alejado de los que están centralizado por las cúpulas como pasa en las actuales centrales sindicales de hoy. Necesitamos que los procesos de decisiones se den en instancias con amplia participación de las bases, con mecanismos que aseguren la democracia interna y el respeto de la diversidad de políticas. Las asambleas y congresos deben ser los organismos de mayor poder de decisión dentro de un organismo donde participen diversidad de organizaciones sindicales.
El internacionalismo proletario: las luchas de los trabajadores de nuestro país no están alejadas de todas las batallas que la clase trabajadora está dando en Europa, y el mundo árabe, son parte de nuestras luchas porque el capitalismo es mundial y la clase trabajadora también lo es, es por eso que tenemos que ser solidarios y considerarnos parte de una solo lucha a nivel mundial.
Para dar nacimiento a un organismo unitario es imprescindible que las organizaciones participemos de una discusión democrática, logrando en un primer momento acuerdos unitarios de lucha que nos permita hacer nuestras primeras experiencias, en cuanto a que participemos sindicatos de diferentes instituciones estatales o privadas en luchas concretas.
La tarea que está por delante es organizarnos de manera que enfrentemos unidos no solo al gobierno de Bukele, hay que luchar en contra del capitalismo y construir una nueva sociedad que rompa con las ataduras de la explotación y el imperialismo.