Los recursos naturales fundamentales para garantizarle una vida digna al ser humano estan constantemente amenazados por la logica destructiva del sistema capitalista. El capitalismo por ser un sistema caotico de producción esta condenado a sumir a la sociedad en crisis de envergadura cada vez mayores, atacando los niveles de vida de la clase trabajadora y grupos minoritarios.
El capitalismo tiene dos fuentes de riqueza que son la naturaleza y el trabajo, Carlos Marx escribia ya en el Siglo XIX que la tendencia del capital iba en dirección a destruir ambas fuentes de riqueza, a traves de su explotación descontrolada. En el Siglo XXI esta afirmación de Marx parece cumplirse a cabalidad, la voracidad del sistema para acabar con la fuerza de trabajo y con los recursos de la naturaleza avanza a pasos agigantados. ¿De qué manera el capitalismo liquida sus fuentes de riqueza?
El capitalismo ha demostrado su incapacidad para seguir desarrollando las fuerzas productivas de la manera que lo hacia en sus mejores tiempos. Después de la crisis del 2008, mil millones de personas, casi una sexta parte de la población mundial, tuvo que sobrevivir con un dólar al día, y otros 2.6 mil millones con menos de $2. De estos ingresos entre el 50 y 80% eran invertidos en comida, ¡lo justo para no morir! La crisis le ha demostrado a la humanidad que el capitalismo es imposible de ofrecerle una minima esperanza para salir de esta deplorable situación.
Por otra parte, el capitalismo esta literalmente acabando con el planeta, debido a la contaminación y el uso deliberado y excesivo de los recursos naturales. El cambio climático acelerado por las emisiones de carbono amenaza de manera seria la misma existencia humana en la tierra en el futuro. Cada día que pasa, los recursos naturales basicos, como el agua, son inasequibles o no estan disponibles para los más desposeidos del mundo.
Los recursos naturales amenazados
Marx explica que existen dos tipos de valores: el valor de uso y el valor de cambio. El valor de uso hace referencia a la capacidad de un objeto para satisfacer cualquier necesidad de las personas, y el valor de cambio es el valor que se le otorga a ese objeto en el mercado y que, en ultima instancia, se mide en dinero. El sistema capitalista para su funcionamiento tiene a su base la mercancía, por eso tiende a convertir todo objeto útil en algo que pueda venderse y comprarse. Sin embargo, el valor de cambio otorgado a un objeto no depende necesariamente del valor de uso, sino del valor que el mercado le confiere basándose en su escasez o en su abundancia.
De esta suerte de lógica, en el capitalismo los recursos naturales son una mercancía más de la extensa red de mercancías que posee el sistema. Esto es sumamente peligroso pues pone a merced de un capitalista que solo busca enriquecerse, cueste lo que le cueste, recursos tan vitales como el agua o la tierra. Al capitalista poco le importa que el mal uso de estos recursos amenace su continuidad y ponga en riesgo la sobrevivencia de la mayoría de la población, su único interés y motivo es hacer negocios a costa de la explotación desmedida de ellos. Para tener el camino libre, a fin de lograr sus objetivos, buscará por una y mil vías la privatización, como garantía de poder hacer y deshacer a su antojo con los recursos naturales.
La alternativa socialista
Esta amenaza latente deviene de que el sistema necesita mantenerse a flote generando más y más mercancías, como resultado de esto tenemos una producción anarquica que tiene como único interés la satisfacción del capitalista de seguirse lucrando antes que las necesidades de la población en general.
La alternativa socialista para esto es un plan de producción racional y democrático, que pueda proveer las condiciones necesarias para la conservación de las fuerzas productivas, empleándolas y brindándoles lo que requieran para vivir dignamente, brindándoles educación, salud, pensiones decentes, etc. Bajo una económica socialista planificada la humanidad podría invertir todo lo necesario para desarrollar tecnologías sustentables con el medio ambiente -paneles solares, turbinas de viento, plantas de energía hidroeléctrica, etc.-. La explotación voraz de los capitalistas quedaría relegada a un segundo plano y solo se produciría lo necesario para cubrir las necesidades de la población.
¡Necesitamos del socialismo: por el futuro de la humanidad y de la tierra!