Desde la semana pasada, cuando Rusia comenzó a bombardear objetivos dentro de Siria, los medios occidentales se han llenado de artículos sobre los crímenes del imperialismo ruso en Siria. Pero la idea sugerida de que rebeldes «moderados» están siendo bombardeados por rusos despiadados plantea más preguntas que respuestas.
Desde la semana pasada, cuando Rusia comenzó a bombardear objetivos dentro de Siria, los medios occidentales se han llenado de artículos sobre los crímenes del imperialismo ruso en Siria. Pero la idea sugerida de que rebeldes «moderados» están siendo bombardeados por rusos despiadados plantea más preguntas que respuestas.
la semana pasada, el estado de ánimo anti-ruso en los medios de comunicación occidentales ha alcanzado su punto culminante en la medida que los principales medios han mostrado su indignación por las atrocidades cometidas por las fuerzas armadas rusas en Siria. Las lágrimas de cocodrilo derramadas por las muertes de civiles podrían llenar piscinas de proporciones olímpicas. En una sangrienta guerra civil que ha costado más de 300.000 vidas, al parecer sólo Rusia ha matado civiles. ¿Estas damas y caballeros de verdad nos quieren hacer creer que los miles de ataques aéreos de Estados Unidos sobre el territorio en poder del ISIS [el Estado Islámico] durante el año pasado, no han matado a ningún civil, mientras que unas pocas docenas de ataques rusos han provocado estragos desproporcionados?
Las muertes de civiles
El New York Times ha estado particularmente de forma franca en contra de los ataques rusos. En un artículo del 30 de septiembre, el periódico denunció los ataques aéreos rusos citando a un «activista» del norte de Homs: «Si estos raids continúan de esta manera, Rusia va a matar más civiles que Bashar en cuatro años.»
Sin embargo, sólo dos días después, cuando la Fuerza Aérea de Estados Unidos llevó a cabo un bombardeo de 30 minutos de un hospital dirigido por Médicos Sin Fronteras en Afganistán, el mismo periódico minimizó el horrible evento diciendo que: «Las muertes de civiles en el ataque aéreo del sábado, y las discrepancias sobre la explicación de lo que provocó el bombardeo, fueron recuerdos dolorosos de pérdidas producto de errores anteriores…» (el subrayado es nuestro).
Además, el rotativo menciona con orgullo que las muertes de civiles en Afganistán significan ahora sólo el 1% de las bajas causadas por los Estados Unidos. Para consternación de este respetable periódico, sin embargo, estas muertes de civiles tienen una «significación muy importante a los ojos de muchos afganos» simplemente «porque es culpa de una potencia extranjera». Al parecer, los afganos no pueden apreciar que la década y media de devastación de su país por los EE.UU. está ahora causando un menor número de muertes de civiles. Cabe preguntarse si esto es debido a que más civiles están participando activamente en la resistencia o a si los EE.UU. están simplemente dejando ahora que otras fuerzas se dediquen a la matanza y al asesinato, a diferencia de antes. La hipocresía es repugnante.
Sólo una semana antes, los ataques aéreos saudíes mataron a 130 personas que asistían a una boda cerca de la ciudad de Taiz, en Yemen. Por supuesto los funcionarios estadounidenses se apresuraron a señalar que ellos no apretaron el gatillo, pero no pudieron esquivar el hecho de que han estado dando «asistencia para afinar su puntería» a las fuerzas saudíes en Yemen. Mientras tanto, los EE.UU., así como sus aliados occidentales y de Oriente Medio, están todos involucrados activamente en el asedio brutal de este país que ha dejado a millones de personas en riesgo de morir de hambre. Nada de esto está siendo cubierto por los medios de comunicación occidentales.
En la propia Siria, hace sólo unos meses, cuando rebeldes «moderados» apoyados por Estados Unidos habían participado en la toma de la Gobernación noroccidental de Idlib, su aliado Jabhat Al-Nusra, continuó divirtiéndose con una matanza forzada que terminó con la masacre de decenas de aldeanos Drusos que se resistieron. No hace falta decir que esa noticia no fue de primera plana del New York Times tampoco.
Por supuesto, ni Putin ni Assad se preocupan por las muertes de civiles. Están protegiendo sus propios intereses en Siria, pero los civiles estaban muriendo por decenas de miles mucho antes de que Rusia decidiera intervenir –muchos de ellos a manos de las fuerzas islamistas conformadas y apoyadas por los EE.UU. y sus aliados.
¿Quién está combatiendo a quién?
siria guerrillerosOtra queja de los estadounidenses ha sido que Rusia no está atacando al ISIS. Una vez más, el New York Times escribe:
«Sin embargo, funcionarios estadounidenses dijeron que el ataque no iba dirigido al Estado Islámico, sino a otros grupos de la oposición que luchan contra el gobierno del presidente sirio, Bashar al-Assad, a quien el señor Putin se ha comprometido a apoyar. Funcionarios estadounidenses dijeron que los aviones de combate y helicópteros rusos habían lanzado bombas al norte de la ciudad central de Homs, donde hay pocos, si acaso alguno, militantes del Estado Islámico, también conocido como ISIS o ISIL.»
Además, y como única prueba de sus conclusiones, el periódico cita a un comandante rebelde:
«‘Estamos en la línea del frente con el ejército de Bashar al-Assad, dijo el señor Saleh, cuyo grupo recientemente ha publicado videos de sus combatientes utilizando sofisticados misiles TOW fabricados en Estados Unidos para destruir tanques del gobierno. ‘Somos rebeldes sirios moderados y no tenemos ninguna afiliación con el ISIS. El ISIS está por lo menos a 100 kilómetros de distancia de donde estamos». (Syrian Rebels Say Russia Is Targeting Them Rather Than ISIS)
Pero la pregunta que debe hacerse es: si éstas son las tropas apoyadas oficialmente por Estados Unidos, ¿por qué están a 100 kilómetros de la posición más cercana al ISIS? De hecho, todas las tropas apoyadas por EE.UU. que fueron supuestamente bombardeadas, estaban a 100 kilómetros o más de las posiciones de los frentes del ISIS. La mayoría de éstos son parte de Jaish al-Fateh, una coalición completamente dominada por Jabhat al-Nusra y Ahrar al-Sham, dos grupos relacionados con Al-Qaeda – uno de los cuales está en la lista de grupos terroristas de Estados Unidos. Estos fueron los mismos grupos que llevaron a cabo las atrocidades mencionadas arriba en las áreas Drusas de la provincia septentrional de Idlib.
De acuerdo con funcionarios estadounidenses, la CIA ha entrenado y equipado 3-5,000 soldados incrustados en ésta y otras alianzas similares. Esto es mucho más que los 10 batallones restantes auspiciados por los estadounidenses que fueron entrenadas en el programa de «Entrenamiento y Equipamiento» para luchar contra el ISIS. Y lo que es más significativo es que estas tropas no están combatiendo al ISIS en absoluto. En un mapa que el propio New York Times publicó el 2 de octubre, está claro que las zonas controladas por los rebeldes casi no tienen frentes de conexión con las zonas controladas por el ISIS. Sólo están luchando contra el régimen de Assad, empujándolo cada vez más hacia su centro costero. Teniendo en cuenta que Rusia está tratando de defender a sus aliados y sus intereses en Siria para evitar que caigan en manos de los islamistas, ¿es entonces extraño que despejen primero los peligros más inmediatos?
¿Moderado en comparación a qué?
Cuando se trata de Siria, los medios de comunicación occidentales han utilizado el término «moderado», como si eso significara «democrático». Pero entonces uno se pregunta por qué ellos simplemente no utilizan el término «democrático». Debido a que no hay fuerzas democráticas entre los que ellos se refieren como moderados. Uno sólo debe hacer la pregunta, ¿moderado en relación a qué? Eso, por supuesto, nunca se responde porque expone el hecho de que la mayoría de los grupos apoyados por los EE.UU. son así mismo islamistas reaccionarios de diferentes tipos. Son sólo moderados en el sentido de que no son lo suficientemente entusiastas en rechazar los fondos y las armas del imperialismo de Estados Unidos a cambio de sus «servicios»; y que pueden ser «de confianza» – o por lo menos los EE.UU. piensan que no pueden poner en peligro los intereses estadounidenses en el Medio Oriente y que no declaran públicamente posición islamista alguna. De hecho, nunca apoyan públicamente ninguna posición política. El papel principal, sin embargo, que estos rebeldes «moderados» juegan es el de actuar como un puente principal para canalizar dinero y armas a los rebeldes no tan moderados con los que están aliados.
En las provincias norteñas de Alepo e Idlib esta simbiosis es clara. Aquí, las tropas apoyadas por Estados Unidos que están equipadas con los cohetes antitanque y apoyadas financieramente, así como con la inteligencia, son socios menores en la coalición Jaish al-Fatah que está completamente dominada por Jabhat al-Nusra – el brazo sirio de Al Qaeda – y Ahrar al-Sham – que ha sido un grupo simpatizante de Al Qaeda.
Los grupos que hoy están apoyados oficialmente por los EE.UU. no tienen diferencias ideológicas. De hecho, en 2013 Jabhat al-Nusra tuvo un intento fallido de fusionarse con el precursor del Estado Islámico (que era entonces la sección iraquí de Al Qaeda). También ha estado en una relación muy estrecha con Ahrar al-Sham durante la guerra civil. Los dos grupos cooperan en una serie de frentes y se han unido varias veces para insertar tribunales islámicos y defender el reglamento de la Sharia en las zonas que controlan de forma conjunta. No hay absolutamente ninguna diferencia ideológica entre estos grupos y el ISIS. Los principales asuntos que los separan son diferencias tácticas y personales insignificantes. Sin embargo, los medios de comunicación occidentales de alguna manera los retratan como más moderados y «civilizados» que el ISIS.
Las tropas apoyadas por Estados Unidos en esta coalición están completamente bajo el dominio de estos grupos reaccionarios y, de hecho, sólo se permite su existencia por los islamistas porque proporcionan a sus ejércitos inteligencia y armas antitanques modernas. ¿Qué están haciendo las tropas apoyadas por Estados Unidos incrustadas en una coalición controlada por estos grupos? ¿Una coalición que sólo se centra en atacar áreas Alauitas de la Siria costera? ¿Y por qué se supone que el régimen de Assad, o sus aliados, no deben defenderse contra ellos?
Por supuesto, la realidad de la participación de Estados Unidos en Siria es mucho más asquerosa que esto. Un vistazo a la relación entre las agencias de inteligencia occidentales y organizaciones de Al Qaeda también fue expuesta después de un juicio en junio, en Gran Bretaña. Se trataba del caso contra de un hombre sueco acusado de ser miembro de una organización terrorista en Siria, y que fue sobreseído después de que «se hizo evidente que la inteligencia británica había estado armando a los mismos grupos rebeldes que el acusado apoyaba».
The Guardian informó que el caso era vergonzoso porque «había una cantidad de pruebas de que el mismo Estado británico estaba proporcionando «un amplio apoyo» a la oposición armada siria. El rotativo llegó a decir: «Eso no sólo incluía la asistencia no letal» se jactaba, (incluyendo chalecos antibalas y vehículos militares), sino también el entrenamiento, apoyo logístico y suministro secreto de armas a una escala masiva». – (Now the truth emerges: how the US fuelled the rise of Isis in Syria and Iraq)
Además, recientemente documentos desclasificados de las agencias de inteligencia de Estados Unidos, escritos en agosto de 2012, «predicen –y celebran con eficacia– la perspectiva de un «principado salafista» en el este de Siria y de un Estado Islámico, controlado por Al Qaeda en Siria e Iraq». El informe continúa y afirma que «esto es exactamente lo que las potencias [occidentales y de Oriente Medio] en la oposición quieren, con el fin de aislar el régimen sirio, que se considera la fortaleza estratégica de la expansión chiita (Iraq e Irán).» – (Now the truth emerges: how the US fuelled the rise of Isis in Syria and Iraq)
Por supuesto, estos hechos son raramente utilizados en los respetables medios de comunicación occidentales, y si son utilizados, son barridos rápidamente a un lado a un lado y silenciosamente olvidados.
¿Qué están haciendo los rusos?
La hipocresía del imperialismo norteamericano y sus lacayos periodistas es repugnante para decirlo suavemente. Mientras se apresuran a señalar con el dedo y acusar a Rusia con saña, proporcionan cobertura a los grupos más brutales que han sido fomentados y alimentandos por el imperialismo norteamericano y sus aliados.
Bajo la cortina de la revolución siria, los EE.UU. y sus aliados construyeron una división sectaria que utilizaron para aplastar la revolución desde dentro para después tratar de derrocar al régimen de Assad. Assad no tuvo problemas en permitir que la revolución se convirtiera en un movimiento islamista sectario, porque significaba el fortalecimiento de su base ya que muchos sirios corrieron tras de él como la única defensa contra la barbarie de los islamistas. Esto fue evidente en las elecciones parlamentarias del año pasado donde hubo una participación masiva. Esto no quiere decir que Assad se convirtiera en un héroe popular, sino que su régimen era visto como el único que podría defender a muchos sirios de los islamistas. Esto ha fortalecido a Assad masivamente.
Recientemente, sin embargo, el régimen ha estado en serios problemas porque a pesar de las enormes ventajas técnicas en el campo de batalla, ha perdido mucho terreno contra los islamistas. Esto se atribuye a la naturaleza incompetente, corrupta y totalitaria del régimen y de sus cuadros en el aparato estatal y militar. La insatisfacción con la campaña militar ha provocado un aumento de las deserciones que a su vez ha hecho que Assad recurra a más y más brutales formas de reclutar prófugos y desertores. Esto aceleró la descomposición del ejército y de la campaña militar, y fue la razón principal para que Rusia intensificara sus operaciones en Siria.
Por supuesto, Putin no es un filántropo –él no tiene ninguna relación sentimental con Siria. Él va a matar y masacrar tanto como cualquier otro líder mundial si esto sirve a sus intereses. Putin se está moviendo en defensa de su último punto de apoyo que le queda en el Medio Oriente a salvo de la invasión de Estados Unidos. Al mismo tiempo, ve que una Siria islamista, ya sea controlada por el ISIS o por cualquier otra rama de Al Qaeda, sería una amenaza que podría desestabilizar partes de la propia Rusia.
Pero hay otras razones también. Putin quiere usar Siria para reconstruir su estatus como potencia mundial. Haciendo el trabajo sucio de Occidente, también tendrá que estar en el centro de la mesa de negociaciones una vez sea establecido un acuerdo. Al mismo tiempo, Rusia está moviendo el equipo militar a Siria, que tiene un alcance mucho más allá de las fronteras de Siria y de Oriente Medio. Esto le permite a Rusia proyectar su poder a una escala mucho mayor de la que utiliza para toda la región.
Al final, quien sale perdiendo es el pueblo sirio. Un informe de Associated Press ilustra esto. Desveló al Secretario de Estado estadounidense, John Kerry, discutiendo con el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, hablando en la ONU, sobre quién debería participar en las negociaciones sobre el futuro de Siria. Los rusos estaban sugiriendo la participación de un grupo más amplio que incluya a los países europeos, mientras que John Kerry estaba proponiendo los EE.UU., los rusos, Irán, Arabia Saudita y Turquía. Según la agencia de noticias «John Kerry prefiere mantener la concentración en los países que están directamente involucrados.» Irónicamente, de todas las constelaciones mencionadas, nadie pensó en proponer que se involucrara a los sirios.
5 de octubre 2015