A casi una década de entrada en vigencia del mal llamado Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos, es necesario hacer una pausa para revisar los beneficios que este ha propiciado no al país en general, sino a la gran burguesía como clase económicamente dominante en nuestro país en detrimento de la clase trabajadora quien es realmente la que produce la riqueza.
A casi una década de entrada en vigencia del mal llamado Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos, es necesario hacer una pausa para revisar los beneficios que este ha propiciado no al país en general, sino a la gran burguesía como clase económicamente dominante en nuestro país en detrimento de la clase trabajadora quien es realmente la que produce la riqueza.
Este no fue un tratado de libre comercio entre El Salvador y Estados Unidos, sino un tratado entre la burguesía nacional y la extranjera que buscan repartirse los mercados mundiales, esto si revisamos que no se le consultó al pueblo salvadoreño mediante ningún instrumento de consulta si estaba de acuerdo en que el TLC se ratificara en la Asamblea Legislativa, sino que fue impuesto mediante el voto de los instrumentos políticos de la democracia burguesa en la “Honorable Asamblea Legislativa”, principalmente por el partido ARENA.
Es necesario también, aclarar algunos engaños revestidos de verdad que la gran burguesía de nuestro país ha sostenido en relación con dicho acuerdo. Entre ellos que el TLC permitiría el crecimiento económico para toda la nación, incluyendo ricos y pobres. Está falsedad no se puede sostener cuando revisamos que vivimos en una sociedad dividida en clases sociales como la nuestra, en donde existen pobres y ricos, proletariado y burguesía, esta última es quien controla la actividad comercial y por tanto, es la que expropia las ganancias resultantes de estos tratados.
En tal sentido era de esperar que este tratado solo haya permitido, hasta el momento, la acumulación de más riqueza para la burguesía nacional y transnacional que son los que tienen la posibilidad de exportar e importar mercaderías para el consumo.
Además el TLC ha provocado incluso una decadencia en la economía salvadoreña porque la ha convertido en una economía de servicios y de consumo, olvidándose de la producción nacional, específicamente agrícola para garantizar la seguridad alimentaria de la clase trabajadora y de los sectores más pobres, dependiendo únicamente de los altos y bajos de la economía del imperio.
Se puede entonces preguntar ¿Cuáles han sido los beneficios del TLC para la clase trabajadora y la población pobre? Muchos pueden decir que la inversión de capital transnacional posibilitó nuevos empleos, pero la realidad dice lo contrario cuando revisamos que hay un alto grado de desempleo de la Población Económicamente Activa (PEA).
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) reportó que para el año 2013 el 66% del PEA labora en el sector informal. Se supone, según los economistas de la burguesía, que estos tratados son sostenibles y a largo plazo, si es así por qué existe un alto grado de desempleo después de tantos años del TLC. Lo que sí es seguro que con estos tratados se busca fuerza de trabajo barata, principalmente por la industria maquilera, pagar menos impuestos y liberar los aranceles de las aduanas.
Por otro lado las riquezas que dejan las exportaciones e importaciones entre Estados Unidos y El Salvador tienen dos caminos. Por un lado, se quedan sumando las millonarias ganancias de los grandes burgueses de la banca y del comercio nacional y por otro lado esa riqueza es secuestrada por las transnacionales y los trabajadores no perciben ningún beneficio, ni siquiera reflejado en algún aumento “considerable” al salario mínimo ni mejores prestaciones laborales.
La clase trabajadora y el pueblo en general deben estar claros que ningún TLC o Acuerdo de Asociación les traerán beneficios porque son acuerdos entre los grandes burgueses nacionales y transnacionales, a quienes no les interesa mejorar las condiciones de vida de la clase trabajadora, ya que este sistema capitalista tiene como ley general la acumulación de capital en detrimento de las grandes mayorías pobres de los países “tercermundistas”.
Con lo anterior no queremos decir que los socialistas estamos en contra de los tratados comerciales, creemos que la sociedad salvadoreña necesita del intercambio comercial de bienes y servicios de otros países para poder satisfacer las necesidades de las clases pobres y para avanzar en el desarrollo de las fuerzas productivas. Sim embargo, nos oponemos a que estos tratados se hagan entre empresas que son propiedad privada de la burguesía y por tanto las condiciones impuestas beneficiarán únicamente a este clase. Creemos que estos tratados comerciales soló traerán beneficios para la clase trabajadora de los diferentes países cuando sean empresas estatales dirigidas por la clase trabajadora consciente del papel que juegan en el la producción de la riqueza y en la socialización de la misma.
Por tanto, es una tarea de la clase trabajadora y la juventud luchar desde los sindicatos en las fábricas, las empresas, formar organizaciones políticas en las comunidades, centros de estudios y vincularlos a la toma del poder y la lucha por el socialismo.
¡No a los Tratados Comerciales entre las burguesías, sí al internacionalismo proletario!
¡Ante las relaciones de dependencia con el imperialismo debemos buscar la unidad de la clase trabajadora y la cooperación entre los pueblos que luchan por el socialismo!