La perspectiva marxista respecto al estudio del arte, es caracterizar toda expresión artística en tres aspectos básicos: “es un producto del trabajo humano, es un modo social de comunicación y es una expresión ideologica”.1 Partiendo de la premisa que existe arte visual (pinturas, esculturas, la literatura, etc.) y arte acústico (la música). Los marxistas podemos afirmar lo siguiente: Todo arte al ser un producto del trabajo humano posee un valor de uso y un valor de cambio, desde este punto se le puede ubicar dentro del desarrollo económico de la sociedad; al ser un modo social de comunicación es un canal de trasmisión de ideas, reflejos, sensaciones y reacciones del artista ante la realidad que le rodea; al ser una expresión ideológica contiene inevitablemente un contenido clasista, que dependerá de la posición de clase que el artista posea en la sociedad.
Al esclarecer estos factores podemos deducir que el arte puede ser estudiado, analizado y comprendido por el carácter y la función social que cumple en cada lugar y tiempo de la historia.
Podemos por ejemplo analizar lo siguiente, el arte siempre ha existido desde los remotos tiempos del hombre primitivo, el cual tallaba en piedras y paredes de cuevas sus duras batallas contra animales salvajes de la naturaleza, es decir, contra la naturaleza misma, se expresaba a través de estos dibujos, siendo estos producto de su trabajo, ya que debía invertir mucho tiempo en esto por la carencia de recursos, comunicándose así con sus contemporáneos y con sus sucesores y expresando su forma y condición de vida en esa obra, y así mismo todas las demás expresiones artísticas hasta las de nuestros días contienen irrenunciablemente estas tres características innatas, implícitas y explicitas en ellas.
El arte producido por el ser social
Un mundo sin arte, seria un mundo sin color, sin música, sin imaginación, donde el humano no sería humano, sería un humano más inhumano y ya es suficiente con nuestro actual humano alienado por el capitalismo de nuestros días, que solo encuentra un efímero consuelo en el arte paupérrimo que posee nuestra “cultura”, que no es mas que una mascara de supervivencia de este sistema decadente. Ya que el arte desde la división clasicista de la sociedad a menudo es elaborado y moldeado por la clase ociosa de la sociedad y si existe alguna producción artística en la clase obrera, es rara la vez que sale a la luz.
Pero bien, el mundo y su sociedad inevitablemente debe poseer arte es una condición imprescindible, entonces nos surge la inquietud del papel del arte en todo el desarrollo de la humanidad hasta nuestros días.
Postura materialista histórica y dialéctica sobre la cultura
La cultura no es inherente, sino que se aprende, ya que entenderemos la cultura como el conjunto de saberes, creencias y pautas de comportamiento de un grupo social, por eso no puede ser analizada como fenómeno biológico, psicológico o genético, sino, la cultura debe ser estudiada como fenómeno social.
Entonces podemos concluir que la cultura es producto de la actividad social humana, porque “fue la mano la que creo el cerebro y no viceversa”2, así pues el desarrollo de la cultura depende del desarrollo de las fuerzas productivas de una sociedad.
Como podemos observar en la evolución humana, en la que el papel del trabajo creo las condiciones para que el hombre desarrollara su capacidad intelectual, y es así como las condiciones materiales determinan la conciencia del ser social, hasta nuestros días, entonces cada cultura dependerá de las condiciones de vida que el humano posea.
Las ideas, opiniones y concepciones de la personas, es decir, la conciencia cambia con cada nuevo cambio de las condiciones materiales de vida de los humanos, pero no debemos darle una interpretación dogmatica a esta concepción ni reducir el desarrollo humano solo a la economía ya que la relación entre la base económica y la superestructura de la sociedad es dialéctica.
La cultura cambia su forma y contenido sobre la base de sus antecesores que es el punto de partida para la nueva (leyes dialécticas), por ende los residuos de la anterior aun predomina con la misma fuerza en algunos de los miembros de la nueva sociedad, no desaparecen por completo, por ejemplo, en el arte las ideas y estilos anteriores sirven de pauta para la nueva producción artística, lo mismo pasa con la nueva cultura y la nueva conciencia sembradas en bases de las anteriores, pero aquí también siempre existen modos de convivencia residuales de la sociedad vieja en la nueva que no cambian de golpe y que persisten con la misma fuerza, por ejemplo la religión, -que es la delusión mas arraigada en la historia del mundo-, el machismo, etc.
El arte viejo no muere, sino que evoluciona en forma dialéctica, por ejemplo, algunas pautas artísticas que desglosaron en cultura de muchas regiones, son la música que recrearon los antiguos esclavos africanos que concluyo en el jazz moderno, el arte visual de jóvenes “rebeldes” de los 90´s en Norteamérica que desgloso en el grafiti actual, o la música del lumpen jamaiquino que desgloso en géneros como el ska, el rockstead, que luego desglosarían el reggae, etc. Que son hoy consideradas como subculturas urbanas.
Ahora bien, el arte como parte de una cultura determinada es influenciado por el medio que le rodea, es decir por la sociedad, es una expresión de las condiciones materiales del artista, es pues, el reflejo de una sociedad determinada.
Relación entre el artista y la sociedad
El artista es miembro de la sociedad, esta inmerso en las relaciones sociales, por ende, es influenciado por ellas y plasma indirecta o directamente estas condiciones de su vida dentro de su obra.
¿El artista es libre? Afirmar esto seria absurdo, debido a que el artista se ve condicionado por la sociedad en la que habita, tomando en cuenta que todas nuestras acciones están condicionadas, según Sigmund Freud. Podemos decir que todas las tendencias artísticas se ven afectadas decisivamente por las relaciones de producción, el desarrollo de las fuerzas productivas, en fin por las condiciones materiales en las que se desarrolla el artista.
El artista siempre busca reflejar sus sentimientos interiores para convertirlos en exteriores en cada obra que realiza, en la actualidad entonces, si el artista es de la clase obrera dará el punto de vista de opresión y pobreza que sufre, si es de la clase media dará el punto de vista de imparcialidad y confusión, si es de la clase alta o burguesía dará el punto de vista de justificación de su sistema.
Afirmamos pues, que el artista como parte de la sociedad refleja la realidad de su estrato social en sus obras de arte, es decir, plasma sus condiciones de vida.
En este contexto es adecuado preguntarse si el artista sufre conflictos ideológicos, y es claro que es con lo que lucha día con día, todo aquel que produce sobre todo alguna obra de literatura que es la expresión artística en que se generan mas estos problemas.
Conflictos ideológicos de la literatura
Según la filosofía: el arte y la literatura apelan sobre todo a nuestras emociones, emociones condicionadas por el contexto social del artista y escritor.
Desde este punto podemos observar que el arte y la literatura pueden tener la capacidad de producir un gran mensaje, hacer una denuncia social, justificar alguna injusticia, entre otras cosas. Pero normalmente los que se dedican a la literatura es porque poseen las condiciones necesarias para no producir mas que pensamiento en la sociedad, que este es adecuado o inadecuado, aceptado o rechazado, bueno o malo, ese es otro tema.
Aclaremos que el escritor siempre esta condicionado por su contexto material, entonces si la capa social que se dedica a escribir es siempre la capa ociosa, la literatura debería ser siempre reaccionaria y conservadora, pero resulta que el escritor posee la capacidad de elegir que posición defender en su literatura que conciencia adquirir pese a sus condiciones de vida, por ejemplo, sabemos que Marx y Engels eran extracción burguesa, sin embargo, optaron por defender la causa de la clase obrera, pero también hay muchos escritores que los pario la clase obrera misma, por ejemplo: Eduardo Galeano.
Ante esto podemos caracterizar entonces a la literatura en:
Literatura comprometida: es aquella que expresa un contenido de denuncia social, expone las condiciones de la lucha de clases, y se compromete con la lucha de los pueblos por su emancipación, aquí se encuentra la literatura socialista
Literatura ecléctica: es toda literatura que según los beneficios a obtener, se posiciona del lado izquierdo de la sociedad clasicista o del lado derecho, es decir, que si sus intereses no son atacados defiende la postura comprometida pero si lo son se convierte en aliado de la reacción, aquí se encuentran los periódicos pequeños burgueses, las revistas de las obras filantrópicas, etc.
Literatura conservadora: es la que expresa a través de sus medios de difusión una cierta justificación del régimen existente en cualquier sociedad, busca hacer entender a los lectores que su vida esta determinada y que deben aceptar esta determinación, aquí se encuentran los periódicos diarios, la biblia, los libros utilizados en las actuales escuelas, etc.
La revolución y el arte
El octubre ruso de 1917, es el emblema mas liberador de toda la historia de la humanidad, respecto al arte este hecho, -la única revolución socialista que ha existido hasta nuestros días, de la mano de los Bolcheviques- fue el efecto más colateral de creación artística en su máximo esplendor.
Debido a que toda revolución socialista al abolir las largas jornadas de trabajo por medio de la economía planificada pone al alcance de las masas el arte, abolida la monotonía y la conformidad, las masas pueden encontrar un nuevo espíritu de libertad y al tener los medios para la producción artística a su alcance, produjeron una galaxia amplia y diversa de arte.
El arte debía ser revolucionario en este contexto porque las condiciones materiales daban la pauta para que mantuviera este carácter, sin embargo, mientras la revolución socialista se llevaba a cabo de la mano de Lenin y Trotsky nunca se prohibió ninguna expresión artística contrarrevolucionaria, no era necesario ya que la mayoría de artistas que pario la revolución se dedicaba a reproducir el espíritu de libertad que vivían, entre ellos la poesía de Alexander Blok, entre otros, que era una poesía de acero, de alabanzas a la revolución y a su porvenir, poesía heroica.
Técnicas como posters fueron puestas en prácticas, el teatro también llego a su cúspide de la mano de Meyerhold y Maikavovsky, y con esta sed de innovación que caracterizo esta época se realizo una producción artística tan sublime, que nunca en la historia del arte, este había sido llevado tan lejos.
El arte y la contrarrevolución
Con la llegada del Estalinismo al poder Soviético, todo arte que “atentara” contra la concepción revolucionaria de Stalin (el socialismo en un solo país) comenzó a ser prohibido con la excusa de que el arte se estaba convirtiendo en un monopolio emergente, esto es afirmativo pero era un monopolio propio del Estado Obrero, propio de la clase obrera.
Surgieron falsos conceptos como “cultura proletaria” y “arte proletario” que son más bien ideas inmaduras del anarquismo, ya que no puede existir una cultura ni un arte proletario cuando la sociedad marcha mediante el socialismo a la abolición de toda clase social.
Ya que como Trotsky explica: “para transformar la sociedad es necesario que la clase obrera primero, domine todo el conocimiento, el arte, la ciencia y las tareas administrativas de la vieja sociedad, para asimilarla minuciosamente para después superarla y sobrepasarla.”3
La clase proletaria al tener mediante la revolución socialista en sus manos el arte lo supero y sobrepaso a tal punto que creo una cultura no obrera sino para toda la sociedad, esto en contraposición de que el estalinismo sostenía que la cultura proletaria era una medalla a la “ignorancia” del pueblo, pero citando a Marx: “La emancipación de los trabajadores debe ser obra de los propios trabajadores”4, fue en esta revolución que el mismo pueblo produjo el mejor arte para el pueblo, cuando ya había comprendido toda la cultura burguesa y había sembrado la nueva cultura social sobre estas bases.
El totalitarismo, la burocracia y el socialismo en un solo país, mato al arte de la revolución ya que el arte no puede sobrevivir en un totalitarismo, debido a que necesita libertad para nacer, sin libertad el arte no tiene futuro. Se implanto “el realismo socialista” que era una utopía descafeinada que expresaba la burocracia estalinista.
Concepción actual de la cultura y el arte
Las bases de la clase que posee nuestra cultura actual, es la de una ofensiva ideológica lanzada desde arriba hacia abajo, desde la burguesía hacia las capas sociales bajas, las cuales sufren confusión por la alienación en la que viven, como diría Marx: “Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época; o, dicho en otros términos, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante.”
Es decir, actualmente: «La clase capitalista controla las escuelas, las universidades, las editoriales, las iglesias, la industria publicitaria, las librerías, los estudios de grabación, las grandes compañías de discos, los puntos de venta, los teatros, salas de conciertos, la radio, el cine y la televisión. Paga los salarios de los escritores, editores de periódicos y artistas, decide quien trabaja y quien no. Detrás de la mascara hipócrita de la democracia formal, los gobernantes de la sociedad ejercen una dictadura de hierro- la dictadura de la riqueza-«5.
Entonces, la ideología que repercute en la actual cultura, es la ideología de libre mercado y competencia, por ende nuestra cultura actual es la de la competencia e individualismo, la cultura del capital.
Dentro de este contexto desde sus inicios el capitalismo ha producido a sus sepultureros hasta en el arte, escritores y artistas de protesta social, -que incitaban a su público, a las masas a luchar por la transformación de la sociedad- como Roque Dalton, John Lenon, Pablo Neruda, entre otros que surgieron con su arte bajo el dominio del capital y lograron optar por la defensa de la clase proletaria.
Ahora bien ¿Cómo es concebido el arte por la cultura del capital? Desde la clase burguesa, la clase que posee los medios de producción de la sociedad actual, el arte es visto como una simple mercancía, que se puede comprar y exponer en salas o galerías de arte, para obtener ganancia, es decir, le pone precio al arte sin tomar en cuenta su valor.
Desde el punto de vista de la clase obrera es una belleza insensible e inservible, debido a que por su condición de alienación no es capaz de sentir como se debe la estética, por eso mismo también no asimila la capacidad de la función social del arte. Desde aquí también es visto como una producción excluyente, ya que como mencionamos normalmente el arte es producido por la clase que tiene las condiciones de vida adecuadas para la realización de esta tarea, es decir que por la división social del trabajo, el arte actual deja a la clase obrera excluida de toda creación artística cuando existe mucho potencial en ella.
Desde el punto de vista político, el arte actual es visto como instrumento de dominio, si los medios de comunicación (televisión, periódicos, etc.) están al servicio del capital, también lo están la literatura y el arte, y suelen predominar estas formas ya que son parte de la ideología dominante.
Pero como anteriormente citamos, siempre existe un arte de protesta, que defiende los intereses de la clase baja de la sociedad y pone su arte para expresar estos fines, este arte es visto como una amenaza a combatir por la clase dominante, ¿Cómo la combate? Comprando a los artistas y por ende a su arte, obstaculizando la publicación de su arte y en el peor de los casos desapareciendo por la fuerza a estos artistas y a este arte, por ejemplo: el asesinato de John Lenon, Ali Primera, Roque Dalton, etc.
Por esto nos atrevemos a identificar tres tipos de artes actuales:
Arte Popular: Es la producción artística de la clase obrera y campesina, el arte del pueblo, a menudo suele ser en nuestra época el arte puramente de protesta, y normalmente es un arte desconocido por el mundo, y no son producciones mal llamadas “artesanías” es arte con gran potencial, los destacados en este ámbito lo han demostrado, han dado a conocer que en esta clase existe mucha capacidad creativa por ejemplo: artistas como Carlos Mejía Godoy, Silvio Rodríguez, Eduardo Galeano, salieron de esta clase y llevaron a la cúspide su arte gracias a las condiciones materiales que les rodeaban, condiciones inexistentes en nuestros días.
Arte “Intelectual”: Esta es la producción artística que generalmente elaboran los intelectuales que interpretan a rasgos particulares y generales nuestro contexto histórico-social, este es el arte confuso y que esta al medio de la balanza que mas temprano que tarde tendrá que inclinarse a uno de los dos lados, normalmente es comprado por el capital, aunque algunas veces opta por la clase oprimida, por ejemplo: Marx, Engels, los latinoamericanos: Mariano Azuela, Los Guaraguao, Jorge Icaza, Roque Dalton, entre otros.
Arte Burgués: Es toda la producción artística que tiene como fin justificar y defender el sistema actual, conservar su control ideológico, comprar el arte amenazante por medio de “nuevos estilos” y en efecto, apaciguar a las masas que tienen sed de liberación, se ocupan de saciar esa sed incluso antes de sentirla.
El capital es hostil al arte, por ende el arte no tiene futuro dentro del capitalismo y el único futuro que le espera es el ser otra mercancía más a merced de que una minoría la explote y se enriquezca gracias a él.
Mundialicemos el arte
El mercado mundial ha creado un internacionalismo cultural determinado por la cultura del capital y como ya es claro, que el arte no tiene futuro bajo el capitalismo, entonces: ¿Cuál es nuestro deber para que el arte llegue de nuevo a su máxima expresión?
La revolución socialista es distinta a las demás ya que supone una ruptura completa con el pasado, transforma radicalmente las relaciones de producción, y rompe con la ideología y la conciencia de periodos anteriores.
Pone a disposición y dirección de los trabajadores los medios de producción de la industria, la ciencia, el arte, la tecnología, etc. Entonces serán estas y todas las demás conquistas de la revolución las que convertirán al humano en verdadero humano, en una unidad estable bio-psico-social que se desarrolle libremente en su sociedad, será pues un humano sublime.
Nuestro deber es pues, crear un verdadero internacionalismo –el internacionalismo socialista- irrealizable sin una revolución socialista que transforme la realidad y libere de la alienación al trabajador, y le de entonces las condiciones de vida aptas para producir arte y pensamiento.
Estas condiciones liberaran el enorme potencial de progreso humano que la clase obrera posee por el simple hecho de ser la clase productora del mundo, y veremos entonces como el arte, la ciencia, y la literatura florecerán como nunca antes y llegaran a su cúspide.
“El socialismo vera la perfección del mayor de las artes: el arte de la vida misma”6. Dejara pues el género humano de arrastrarse ante Dios, los reyes y el capital, de temer a la muerte, etc. porque tendrá la posibilidad de comprender su entorno a través de sus propias concepciones condicionadas por la cultura y la sociedad que le rodearan, condicionadas por su forma de vida, el hombre será entonces dueño de sus propios sentimientos.
Todo este proceso de transformación socialista debe ir de la mano con el proceso de edificación de la cultura, de la autoeducación psico-física y la educación social, y del desarrollo de los medios de producción artística haciéndoles evolucionar hasta su forma más alta, El hombre adquirirá entonces representatividad dinámica reflejada en un ser más refinado, más fuerte, más inteligente, más prudente. Será aquí pues, cuando todos los Aristóteles, todos los Marx, todos los Goethe que hoy viven frustrados en las tareas de las fabricas, ocupados y alienados en las grandes producciones del capital mundial, saldrán a la luz para el beneficio de toda la nueva sociedad y de la revolución que les hizo renacer
¡Hacia la revolución por el arte!
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1. Breve Diccionario de Sociología Marxista, Roger Bartra, 1973 Grijalbo, México, pagina 17.
2. El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre, Federico Engels, Marxists Internet Archive, Edición inglesa, 1876, Londres, Inglaterra.
3. El Marxismo y el Arte, Alan Woods, Centro de estudios socialistas Carlos Marx, Cuadernos de formación Marxista, 2010, Ciudad de México, pagina 21.
4. El Manifiesto del Partido Comunista, Carlos Marx y Federico Engels, Centro de estudios socialistas Carlos Marx, Cuadernos de formación Marxista, 2011, Ciudad de México, pagina 95.
5. El Marxismo y el Arte, Alan Woods, Centro de estudios socialistas Carlos Marx, Cuadernos de formación Marxista, 2010, Ciudad de México, pagina 26.
6. El Marxismo y el Arte, Alan Woods, Centro de estudios socialistas Carlos Marx, Cuadernos de formación Marxista, 2010, Ciudad de México, pagina 39.