El 2017 recién finaliza y el 2018 se vislumbra como los años anteriores, con un alto grado de incertidumbre, y no puede ser de otra forma, esta es una de las tantas facetas que ofrece el capitalismo en esta etapa decadente por la que atraviesa y que genera un tormento para nuestras mentes con el continuo pensamiento de ¿qué pasará este año? Las otras caras son la del desempleo, los ataques constantes a las condiciones de los trabajadores en sus centros de trabajo, las amenazas de despido permanentes y una lista no tan corta de inquietantes formas de manifestarse.
El sector docente, tanto los sindicalizados como los que no, están atravesando también por esa misma etapa en la que, ni lo considerado “seguro” como trabajador del Estado se puede dar por inamovible. Y es que la crisis también está golpeando uno de los bastiones con los que el actual gobierno ha proyectado un trabajo muy bien evaluado por parte de la población, la apuesta por un mayor desarrollo de la educación en el país; pero a pesar de la importancia y la preocupación de las autoridades por la inversión en la educación, esta se ha visto reducida, aunque levemente para este año 2018, lo que no deja de ser un retroceso y un ataque por mínimo que sea a las familias obreras del país.
Nuestro país posee, en términos generales, un caudal muy bueno de docentes, si tomamos en cuenta tanto el número de maestros activos y los desempleados logramos una cifra de aproximadamente de más de 100,000. El promedio de docentes por alumnos en educación primaria es de 1 por cada 23 alumnos; comparado con el de Costa Rica que tiene 1 docente por cada 15 a 35 estudiantes, pero muy lejos del de Cuba que logra llegar a 1 docente por cada diez estudiantes. Podemos afirmar entonces, que tenemos una fuerza laboral de profesionales de la educación bastante aceptable para nuestras condiciones al menos en los niveles básicos y de educación media. El problema surge cuando comparamos la cantidad de maestros activos laborando en el sistema educativo nacional que alcanza apenas los 57,761. En el sistema público se encuentran 44,593 (77%), en el sector privado 11,743 (20%), y 1,425 (3%) laborando en ambos, de acuerdo con el censo escolar del Ministerio de Educación del año 2016; pero al mismo tiempo contamos con 44,000 docentes en condiciones de ejercer su profesión que se encuentran desempleados.
Condiciones adversas
A pesar de las apuestas por los programas que benefician grandemente al alumnado en educación, muchos centros educativos muy a menudo sufren el flagelo de la violencia y la posterior deserción escolar, lo que origina en algunos casos el fenómeno de la subutilización de los docentes, al quedarse sin atender clases debido a la reducción de alumnos y el cierre de secciones o incluso de niveles. Sin contar que muchos maestros y maestras son víctimas directas de la criminalidad y las extorsiones incluso de sus mismos alumnos o exalumnos.
El presupuesto recién aprobado de este 2018, no contempla un aumento considerable de fondos para cubrir muchas otras necesidades, y, al contrario, dicho presupuesto ($932 millones) ha sufrido una reducción de alrededor de $11.7 millones, comparado con el del 2017 ($944 millones), un aproximado del 0.2% del PIB—actualmente el total del PIB para educación es de 3.2%-. Esta disminución indica que no se lograría la apuesta por el aumento a la inversión en educación que, según las mismas palabras del Presidente S. Cerén, sería de 6% del PIB cuando terminase su gestión, pero en números concretos, la inversión se ha estancado y este año ha retrocedido.
En cuanto a la jubilación, el año anterior se hicieron gestiones a nivel gremial y de autoridades, para apostarle al retiro voluntario de más de 1,300 docentes e incluir a quienes padecieran de enfermedades terminales e incapacitantes. Al final se logró un acuerdo con las autoridades del MINED, y se aprobó un decreto transitorio en la Asamblea Legislativa para que pudiesen optar por este retiro y tuvieran una compensación económica equivalente a 12 sueldos base, partiendo del devengado en el momento del retiro. Este mecanismo permitió abrir el espacio para la incorporación al sistema educativo de nuevos docentes y dar paso a un relevo generacional en parte. Los maestros y maestras que se resistían al retiro, muchos de ellos con la cantidad de año de servicio cumplidas (30), no lo hacían por simple capricho, aunque sus condiciones de vida comparados con el resto de la clase obrera son relativamente mejores, no se atrevían a retirarse debido a la cantidad de deudas que contraen con instituciones crediticias. El pesimismo reinante en cuanto a lo deplorable que será su existencia cuando se pensionen, y cuando se acabe su cotización individual en las AFP’s, hace que muchos de ellos se aferren a sus puestos de trabajo, aún y cuando ya no estén en capacidad de aportar a la educación como cuando poseían las energías necesarias.
Las reivindicaciones no paran
La clase trabajadora no puede ni siquiera imaginar un avance y mejoramiento constante de sus condiciones de vida, sino es a través de las organizaciones tradicionales de lucha como son los, gremios, sindicatos, comités de fábricas, comités de huelga y muchas otras formas. Aunque muchas veces se logran ciertas mejoras sin la lucha directa de la clase obrera organizada, como un aumento al salario dictado por decreto, estos logros tienen la desventaja de que no logran cohesionar a la clase trabajadora en torno a una consigna común—como el salario en este caso—y puede tener incluso efectos contradictorios. Dichas conquistas no son tan apreciadas si no van de la mano con otras medidas que no permitan la caída inmediata de los salarios, al desatarse casi de forma paralela la inflación de los productos de primera necesidad. Para que la clase trabajadora logre valorar la envergadura de dichas conquistas, tiene que ser partícipe directo de las mismas y no un simple agente pasivo de la lucha de clases.
A finales del mes de enero, la conformación de una mesa de diálogo institucional permanente del MINED en la que participan casi todos los sindicatos de docentes del país, logró que se aprobara una propuesta de incremento salarial de $100.00 para todos los docentes del país independiente de su nivel y categoría, y así mismo se incluyó en la nivelación salarial a los trabajadores administrativos por $60.00 a pesar de no estar contemplados en la Ley de la Carrera Docente en su sección de derechos del gremio.
Los docentes aglutinados en una de las mayores gremiales del país como es Andes 21 de Junio, se disponen este año a continuar levantando las banderas reivindicativas y de dignificación de la profesión docente por medio de una serie de propuestas reunidas en su plataforma reivindicativa, las cuales consideramos necesarias y merecen ser apoyadas, dado que no sólo se enfocan en las mejoras cotidianas de las condiciones laborales del gremio; sino que además abarcan una serie de medidas que apuntan al corazón mismo del Estado capitalista y sus defensores, los mayores enemigos de educación liberadora del pueblo. Entre dichas propuestas destacan:
- Creación del Hospital Magisterial.
- Nuevo decreto de retiro voluntario para los maestros que cumplen los requisitos de Ley.
- Exigir el aumento gradual del presupuesto de educación con relación al PIB.
- Eliminación de la PAES, por ser punitiva, excluyente y mercantilista.
- Reformas fiscales y medidas de presión para evitar la evasión y elusión de impuestos y así contar con los fondos necesarios en el Estado.
- Aumento al aguinaldo de las y los trabajadores, en el sector magisterial proporcionando un salario en el mes de junio.
- Creación del Instituto Superior de Formación Docente-Eliminación de las AFP’s y fortalecer de nuevo al INPEP como una institución pública y autónoma.
El combate que se avecina no será fácil, dado lo delicado de la economía nacional, que inevitablemente está anclada a la crisis mundial, así mismo, continúa el proceso de acumulación de riqueza en pocas manos y la extensión de la ignorancia, el embrutecimiento y la barbarie en el resto de la población. Las clases privilegiadas que mantienen el control del conocimiento, el arte, la cultura, la ciencia, utilizarán este monopolio para afirmar su posición en la sociedad y consolidarse. Es, hacia estas damas y caballeros que hay que enfilar la artillería revolucionaria de la educación socialista si queremos lograr un avance.
La educación en nuestro país sigue teniendo un marcado carácter mercantilista y continúa orientada no a la liberación de las masas proletarias, sino a perpetuar su condición de esclavos asalariados, independiente de su nivel de conocimiento. Es menester de los sindicatos más consecuentes combatir y derrumbar un sistema que continúa estimulando una educación para la mera supervivencia de las masas trabajadoras.