“La adopción de la innovación a través de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) tienen un vínculo directo con la dinámica de cambio global que los países desarrollados han sabido aprovechar. Le han apostado a este componente como un eje clave para el desarrollo de competitividad, productividad y eficiencia; lo cual han explotado grandemente en la tecnificación de todas sus actividades productivas tradicionales y emergentes”.
Así inicia la introducción del eje de Innovación y Tecnología del equipo de trabajo de la Industria, Producción y Tecnología del Plan Cuscatlán presentado días antes de las elecciones presidenciales, un plan altamente cuestionado por haber echado mano de estudios e investigaciones anteriores de manera directa e incluso fue acusado de plagio por otros autores.
En los siguientes artículos trataremos de explicar de manera breve, a la luz de la dialéctica, las intenciones del nuevo gobierno plasmadas en un plan, que parece, fue confeccionado a última hora, de forma voluminosa y acelerada —más de mil páginas— y que busca sentar las bases del rumbo del próximo quinquenio.
El documento continúa: “Toda esa dinámica, iniciada décadas atrás, nos ha llevado en la actualidad a la inminente Cuarta Revolución Industrial (4RI), donde muchos países en Latinoamérica ya están destacando. A pesar de que el país ha quedado rezagado en este tema, aún no es demasiado tarde para que pueda trazar esa ruta de éxito para su transformación y el cierre de la brecha digital”.
Estos dos párrafos del eje antes mencionado son suficientes para dar una explicación extensiva sobre lo que pretende realizar el gobierno en los próximos años, en aras de proveer un argumento marxista desde la perspectiva de la clase trabajadora, haremos el esfuerzo de entender lo que pretende hacer Bukele y su gabinete de gobierno.
En el primer párrafo y a lo largo de este eje, se hace mención continua sobre la necesidad de adaptar de manera masiva y que sea absorbida rápidamente toda la tecnología de la información y comunicación necesaria a nivel de todo el Estado salvadoreño y sus múltiples instituciones, no sólo a nivel de gobierno y sus dependencias, sino también el sector productivo, académico y la sociedad en general. Todo con la finalidad de que se dinamice el trabajo lento, minucioso, derrochador de recursos y tiempo en el que está estancada la sociedad, de acuerdo con el plan, por no haber adoptado a la fecha las TIC y no ser capaces de reducir la “brecha digital” de la cual nos sacan ventaja países de la región como Guatemala y Costa Rica y nos posiciona en el número 103 de 140 países en la adopción de estas tecnologías.
Las TIC y el atraso tecnológico tercermundista
El documento hace mucho énfasis en el hecho de que para que el país logre salir del subdesarrollo es necesario la adopción de verdaderos retos como la adopción de las nuevas tecnologías y si no se moderniza nuestra interacción e intercambio de datos e información por medio de las herramientas controladas por computadoras nunca nos podremos integrar a nivel local y mucho menos a nivel mundial. El plan reconoce los esfuerzos de ciertas instituciones del Estado y de muchas empresas que ahora funcionan a base de las TIC o las han integrado a su estructura productiva o de comercio y servicios; pero advierte que es insuficiente. Aplaudimos la adopción de estas tecnologías que es innegable traerán muchos beneficios a la mayoría en el sentido del ahorro de tiempo para la operatividad de una gran cantidad de trámites y transacciones que realizamos los trabajadores y que resultan frustrantes debido al nivel de burocracia y ralentización de operaciones que deberían ser sencillas de ejecutar, pero parafraseando a Trotsky, la burocracia es el taller que atrasa al resto del trabajo de la sociedad.
Se mencionan algunos ejemplos prácticos como por ejemplo a nivel de operaciones donde se necesitan partidas de nacimiento para realizar un trámite X como para la obtención de un DUI o matrícula escolar, si se tuviese implementada o adaptada una plataforma tecnológica (una especie de red informática local) que permitiera la transferencia desde las alcaldías de una partida de nacimiento en este caso, se podría solicitar dicha documentación sin la necesidad de que la persona interesada se vea obligada a acudir a la alcaldía a pedir el documento o pedirlo por correo, con la respectiva dilatación del proceso. Aunque no menciona los costos, ni cómo financiará dicha implementación masiva de estas tecnologías, lo más probable es que Bukele se aboque a contratar empresas que cuentan con dicha oferta tecnológica y sean las que manejen esta amplia red de información, con sus respectivos contratos millonarios, no se sabe aún si esto será de manera inmediata o si habrá una transferencia progresiva de esta tecnología a todas las dependencias del Estado.
Los marxistas en ningún momento estamos en contra del uso de las nuevas tecnologías, de hecho, reconocemos que ha sido la misión histórica del capitalismo el desarrollar las fuerzas productivas, pero que en la actualidad ha llegado a un punto donde ya no lo puede hacer de manera progresista y la mayoría de los avances no están a disposición de la humanidad sino del lucro y que no plantean una convivencia sana con el planeta, al contrario todo avance parece ir en aras de destruir y desestabilizar aún más los pocos recursos naturales con los que contamos. A estas alturas del desarrollo de la humanidad, existe la tecnología para que se pueda recomponer el deterioro ambiental, que se trabaje un par de días a la semana, se integre toda la sociedad al trabajo productivo y se tenga el tiempo de sobra para que el ser humano se dedique a cultivar sus aspiraciones culturales e intelectuales; pero bajo la economía de mercado, esta dulce ilusión se convierte en la más cruel y despiadada de las pesadillas, debido a que experimentamos todo lo contrario.
La superación del subdesarrollo por la adopción de las nuevas tecnologías
El problema fundamental radica en la propiedad privada de los medios de producción y el carácter explotador y de ansias de lucro que de esto deriva. La burguesía jugó un papel fundamental para la humanidad al hacerla avanzar del estadio de la artesanía, la manufactura a la gran industria, la producción en masa de todos los bienes que necesitamos para sobrevivir. En los últimos tiempos, el desarrollo de la tecnología controlada por redes electrónicas y de ordenadores ha dado un carácter incluso más intenso a la producción y al control de sus diferentes etapas. Grandes empresas a nivel mundial han adaptado estas tecnologías en aras de reducir costos, de extender las jornadas laborales, de explotar de manera indiscriminada a los que tienen la suerte de contar con un trabajo. La burguesía no puede existir, como bien planteaba Marx hace más de 150 años, sino es a condición de revolucionar incesantemente los instrumentos de producción, y desde luego las relaciones de producción y derivado de esto, todas las relaciones sociales.
En ese sentido consideramos que adaptar las TIC a todas las esferas de la vida económica, social, política es un gran paso; pero uno de los puntos que no menciona el programa es quiénes serán los encargados de su ejecución o implementación, más que decir que es el gobierno quien creará las condiciones. Es de suponer que, al no contar el Estado salvadoreño con ninguna institución que pudiese garantizar dicha tarea —hay que recordarle al señor Bukele que la única institución que manejaba algún grado de tecnología de las comunicaciones y que progresaba hacia otras esferas era ANTEL y que en los registros de personas naturales hay intereses privados involucradas en ello— es deducible que serán las empresas expertas en este rubro las que obtendrán la mejor parte del pastel.
Las intenciones de la implementación y el uso de estas tecnologías, parece también que apuntan su artillería con barrer con los vicios de la burocracia y a la burocracia misma: “Lo anterior permitirá establecer las bases sobre las cuales todas las entidades de gobierno puedan integrar sus recursos y capacidades sobre las TIC, a fin de poder brindar servicios de calidad y eficientes a los ciudadanos, adoptando marcos de trabajo estandarizados que permitan homologar los niveles de servicio, e implementar mecanismos de medición y de mejora continua. De esta manera, se propiciarán las condiciones para la interoperabilidad institucional, que denote el salto de calidad en servicio que se tiene como objetivo, dándole un golpe certero a la burocracia que tantos recursos consume del gobierno, sector privado y población en general”.
Si esto se adapta en aras de agilizar y hacer el trabajo más eficiente y eficaz de los recursos del Estado, nos parece que es un avance; pero también puede traer consigo conflictos laborales si es a los trabajadores a los que va dirigida la moción, si se reducen recursos para realizar trámites que hacen una gran cantidad de personas y son sustituidas por operaciones digitales, qué sentido tendría mantener todas estas personas en sus puestos. Si la máquina sustituye al ser humano, deberá preverse el reacomodo de miles de trabajadores del Estado o su despido definitivo, si se da lo primero esto sería un fortalecimiento de la burocracia misma como trabajadores estatales no un golpe certero, permanecerían en sus puestos con tareas más practicas y sencillas de realizar, a diferencia del engorroso y despreocupado camino que tiene que recorrer una operación risible como la firma de un documento que puede dilatarse hasta meses, se realizará en un abrir y cerrar de ojos.
La adopción de las TIC no catapulta una sociedad hacia el progreso y desarrollo, pueden coexistir la modernidad y mucha tecnología a la par de formas arcaicas de existencia, es lo que los marxistas denominamos “ley del desarrollo desigual y combinado” de las etapas del avance histórico de los pueblos. Lo que puede hacer avanzar a una sociedad es, sí bien es cierto el desarrollo de las fuerzas productivas, dentro de las cuales se incluye la tecnología y la ciencia, es además de eso una base armónica de producción que esté orientada hacia la satisfacción de las necesidades del ser humano, la producción social debe estar destinada hacia ello. Una tablet o un celular de última tecnología en la mano de un campesino u obrero por el cual puedan hacer una gran cantidad de trámites u operaciones necesarias, no combate el desempleo, la falta de alimentos, de vivienda, de vestido, de salud o educación. El acceso a la información no es sinónimo de desarrollo material y bienestar general.
Continuará…
En el próximo artículo abordaremos el tema de la Cuarta Revolución Industrial y sus efectos y la influencia que pretende tener en nuestra sociedad de acuerdo a lo planteado en el Plan Cuscatlán.